Los Visitadores de la Orden de Santiago en
Villafáfila.
Siglos XV-XVI
La
villa de Villafáfila y su tierra había sido donada a la Orden de Santiago por el rey Fernando II de León en 1181 y definitivamente por su hijo Alfonso IX en
1229. Desde entonces permaneció en sus dominios primero como encomienda
independiente y después unida con la de Castrotorafe hasta su enajenación en
1541.
Para
el buen gobierno de las tierras y posesiones de la orden era necesario un
preciso y actualizado conocimiento de las mismas y de sus pobladores, por lo
que se estableció un sistema de visitas periódicas de todas las propiedades de
la orden. Los encargados de realizar estos informes recibieron el nombre de “visitadores”,
y eran miembros de la misma, bien caballeros bien clérigos, enviados por el
Capítulo General o por el maestre a recorrer las encomiendas, conventos y
pueblos de la orden, informándose del estado de los mismos, de los aconteceres que ocurrían y recibiendo las
quejas y peticiones de los vasallos.
Tenemos constancia de la actuación de visitadores en Villafáfila desde el
siglo XIV:
“segund fallaron por una carta que dieron Juan Fernández e Juan Pérez, visytadores por el maestre Don Pero Fernández, que Dios perdone, sobre ciertos agravios que quexaran ante ellos, que segund los testigos que abían tomado, que no abían porque dar al dicho comendador ropa ny leña para su palacio ni para el alcacer, ny debían tomar homes ny bestias para se la llebar ny mugeres para que se lo masasen pan”.
En agosto de 1417 llegan a la villa:
“Diego Álvarez de Mesa e Juan Núñez de Prado, comendador del Holiva e Fernán Sánchez, capellán de nuestro señor el hinfante Don Henrrique, maestre de Santiago, visytadores asynados en la provincia de León por el dicho señor maestre e su horden” ,
donde ejercen
la justicia, en nombre del maestre, para resolver los conflictos suscitados
entre el comendador y el concejo de Villafáfila.
Conocemos los nombres de algunos visitadores de la encomienda de
Castrotorafe en el siglo XV, pero no queda
constancia de sus actas de visitación. Así después del año 1426:
“Alonso Ferrández de Godoy, comendador de Villamayor, Alonso Rodríguez, comendador de Carrizosa, e García Fernández, freyle, vesytadores e reformadores que fueron del señor ynfante”
confirmaron una donación de una aceña de Castrotorafe a García Gómez. La primera visita de la que se conservan las actas es de 1494, y los visitadores llevaban con ellos a modo de guía las actas de una visita anterior realizada por el prior García Ramírez, no sabemos en qué fecha:
“en el libro de la vesitaçión del
prior don García Ramírez y en la relaçión que nos dio el secretario Juan de
No había una periodicidad fija para establecer las visitas, sino que el
maestre enviaba cada cierto tiempo, o cuando surgía algún conflicto, a unos
visitadores a las diferentes provincias en las que estaban agrupados las villas
y pueblos, en grupos de dos o tres personas en las que figuraban uno o dos
caballeros de la orden y un clérigo de la misma, acompañados de un escribano y
con el correspondiente personal de servicio.
Así lo recuerdan los vecinos de Villafáfila en 1543: “ un caballero que traya el avyto e cruz de Santiago y un clérygo religioso de San Marcos de León”. Siempre traían consigo un escribano ante quien pasaban los autos de la visitación, y 4 ó 5 criados de servicio; y el concejo les proporcionaba dos o tres posadas para su alojamiento en casa de algunos vecinos de la villa, a los que se les pagaba por su servicio:
“seyendo este testigo procurador general pagó por mandado del regimyento la mitad de las dichas dos posadas, ... los visitadores posaban en casa de labradores y no en los mesones, no sabe si por dinero o por aposento, ... los visitadores posaban en casa de Aº de Santa Cruz y de Françisco Martínez de San Juan”
Cuando los visitadores iban a la villa se ocupaban en la visitación 2 ó 3 días:
“e quando mucho hasta quatro días...; tan solamente dos o tres dias eçeto que una vez que se acuerda que los dichos vysytadores estubyeron en la dicha villa quatro días e no más, e esto fue por cabsa de çiertos negoçios tocantes a la dicha horden de Santiago sobre çiertas heredades que el comendador de la dicha villa tenya en término della”.
En San Cebrián de Castro, al estar ya despoblado Castrotorafe, paraban dos o tres días y:
“ la costa que hazían de posadas e de comer ellos e sus criados lo pagaban por terçias partes las yglesias, el comendador y los conçejos de la tierra de Castrotorafe”.
La primera visita de la que se conservan las actas es la de 1494, cuando la villa estaba ocupada por los Pimentel.
El 25 de noviembre visitan la fortaleza de Castrotorafe, mandándole al alcaIde de la misma:
“diximos al dicho alcayde que diga a don Enrique Enríquez, comendador, que tenga aparejadas seys lanças con que es obligado a su encomyenda y que las tenga bien adereçadas para quando Sus Altesas se quesyeren dél y dellas servyrse”;
después la villa y la iglesia, el puente, las aceñas, entre las que relacionan:
“en esta misma presa ay otras dos açeñas que son de Juan González, clérigo, vesyno de Villafáfila, que cren que tyene la dicha encomyenda ocho cargas de trigo de tributo”,
En Villalba hacen una detenida relación de su iglesia y ornamentos. El comendador don Enrique se encontraba en Zamora y lo citan en San Cebrián:
Vesytamos a San Çebrián, lugar de la encomyenda de Castrotorafe a donde
enbíamos a llamar a don Enrique Enríquez de Guzmán, comendador que es de la
dicha encomyenda, el qual vyno e fuele leydo el poder que de sus altezas
trayamos; y lo obedeçió y puso ençima de su cabeça y dixo que estaba presto a
nros mandamyºs.
Vesitamos su persona y el título que a su encomyenda tenya. A la sazón
no lo avya allí porque lo tenya en Çamora, donde él estava, y quando por allí
fuéremos lo veremos y haremos dél relaçión.
Mandámosle hazer venya, vestydo su manto de capítulo, el qual la hizo como buen religioso, fuele preguntado por los votos que a la orden prometió, de los quales dio cuenta en la obidençia, dixo que syenpre fue obidiente e será, en la proveza que como pecador se acusava, y en la castydad conjugal dixo questava biudo. En todas las otras cosas del resar e ynsynias de nra regla lo hallamos sufiçiente, e por algunas negligençias diósele penytençia saludable. En esto yo, el dicho escrivano no estove presente porque eran cosas espirituales.
El mayordomo del comendador les hace una relación pormenorizada de las rentas de Castrotorafe y su tierra, entre las que incluye la dehesa de Gamonal, arrendada al concejo de Riego, la de San Pedro de Muélledes, arrendada al concejo de Villarrín, y un término de San Sadornín y la ermita de Moscas, cerca de Villalba. La relación contiene la renta que el Conde de Benavente le paga por Villafáfila:
“Da el Conde de Benavente de renta cada año
al dicho comendador de Castrotorafe por Villafáfila e su tierra , Revellynos y
Santo Agostín, y por una villa que se llama Porto en Galizia e por dos lugares
desta villa que se llama el uno Pías e Barjacoba, con çierta parte de la syerra
de Suespaçio, çient myll mrs de renta cada un año.
Destas dichas villas se nos quexó el dicho
comendador quel dicho Conde de Benavente se los tiene por fuerça y que suplica
a Sus Altesas lo manden remediar”.
Después de una semana empleada en los autos anteriores llegan a Villafáfila:
“Vesitamos a Villafáfila que es de la encomienda de Castrotorafe
Martes dos días del mes de dizienbre
del año susodicho [1494] mandamos
llamar a conçejo y juntos en la plaça, como lo tienen de costunbre, les fue
leydo el poder que del Rey y
No vesitamos las yglesias desta dicha villa porque fuemos ynformados que antiguamente las vesita el obispo de Astorga y los diesmos de la dicha villa se reparten en esta manera: la terçia parte el obispo de Astorga, la terçia parte el pryor de Sant Marcos de León y la otra terçia parte los curas de la yglesias. Y el dicho obispo está en costunbre de escoger en cada yglesia, y son siete en la villa y dos en dos aldeas de la villa que se nonbran Santo Agostín e Revellinos, que son nueve iglesias, el más rico de cada collaçión que le diesma al dicho obispo; y otro tanto, después descojido el dicho obispo, escoje el comendador otros tantos, e rentan un año con otro al comendador onze myll mrs.
La dicha villa y fortaleza a la sazón tiene el hermano del Conde de Benavente, don Pedro Pimentel, el cómo no lo sabemos, remítese a sus altezas, y da cada un año al comendador de Castrotorafe ochenta myll mrs. por Villafáfila e veinte myll por la villa del Porto en Galizia.
Vesitamos la fortaleza desta villa
de Villafáfila y tomamos la posysyòn della por la horden y echamos fuera al
alcayde, e tornámossela a entregar, y hizo en manos de Alonso de Esquibel,
comendador de Castilleja de
Otrosy vesytamos la dicha villa e muros della, los quales son de tierra muerta e muy maltratados e aportillados Sus Altezas manden ver quien los ha de reparar e serya obligado a ello.
Otrosy vesytamos un sitio de casa que aquí tovo la horden, ques junto a la plaça desta vylla, del qual dicho sitio ovimos informaçión de onbres que vieron allí hecha casa y vieron en ella onbres de Pedro de Ledesma que fue comendador de esta dicha encomienda de Castrotorafe, ques agora de Peñausende y que dentro en la dicha casa vieron tener las mulas de labranza del dicho comendador y de su padre; y agora está por el suelo toda. Parésçenos que deben mandar Sus Altezas al dicho Pedro de Ledesma, pues oy vive, que la haga de los bienes suyos y de su padre pues fue de allí comendador.
Otrosy fuemos ynformados que ay en la dicha vylla e su tierra,dos aldeas que tyene, trezientos vasallos, dozientos e çincuenta en la vylla y çincuenta en las aldeas.
Vesitamos las viñas de la encomienda y vímoslas estar bien reparadas, y dan de renta a don Pedro Pimentel por ellas 5500 mrs cada un año.
Vesytamos las salinas de la sal que son de la dicha encomienda las quales vimos, y están buenas y labran en ellas la sal, y rentan cada año 6000 mrs, los quales asimismo diz que lleva el dicho don Pedro.
Otrosy lleva el dicho don Pedro de martiniega de cada casa doze mrs. que son tres mill e seisçientos cada un año.
Vesitamos una huerta junto con la vylla que es de la dicha encomyenda la qual está bien reparada y es de arboles peros y mançanos. Renta cada año 800 mrs, los quales lleva el dicho don Pedro.
Otrosy tiene çiertas tierras en esta dicha vylla y en las aldeas que rentan 48 cargas de pan por medio cada un año, las quales asymismo lleva el dicho don Pedro Pymentel.
Otrosy renta el alcabala desta dicha vylla de Villafáfila y su tierra tresçientos y quinçe myll mrs.
Otrosy renta el portazgo e castyllería 15.000 mrs. cada año.
Renta esta dicha vylla al comendador el yantar 800 mrs. cada año, dixéronos questos y los nueve desmeros que saca el comendador de las nueve collaçiones de la vylla e tierra que pertenesçían a la mesa maestral.
Otrosy renta el escribania de la dicha vylla e tierra cada año nueve nill mrs.
Otrosy ay en la vylla onze salinas, sin las del comendador, que dan cada una cada año una renta que se llama alvelerías que son 1.500 mrs. cada una. Dízese que esto también pertenesçe a los maestres.
Tiene la mesa maestral en esta dicha vylla y tierra de renta cada un año del pedido 6.000 mrs, los quales fuemos ynformados que don Pedro Pimentel llevó estos dichos seis mill mrs. el año de 93 que murió el maestre don Alonso de Cárdenas, y que se los tomó por fuerza al conçejo.
Otrosy en el libro de la vesitaçión
del pryor don Garçía Ramírez y en la relaçión del secretario Juan de
Otrosy después de aver apregonado que todos los querellosos viniesen a quexársenos para los remediar y junto con esto tomamos juramento a los regidores, como de uso e costunbre lo tenemos en todas las encomiendas, vyllas e logares, y después de tomado este juramento, nunca los juezes e regidores nos vinieron a deçir alguna cosa por miedo que tenían de don Pedro Pimentel, porque de dia ni de noche no se quitaban espías de parte de don Pedro de nuestra posada, según sospechábamos e nos desían, pues desta cavsa ninguno osaba venir, e fuimos ynformados que, si osaran venir, querellaran grandes quexas del dicho don Pedro.
Otrosy secretamente se nos quexaron que les llevava a la vylla e tierra dos velas cada noche que son 20 mrs. que montan cada año siete myll mrs.
Otrosy se quexan los vasallos que el dicho don Pedro les haze ir a los de las cabañas de la sal por leña a su tierra e que la hallaryan la mitad menos en otro lugar.
Otrosy se quexan que aquella vylla solía ser antiguamente muy bien basteçida de todos mantenimientos e probisiones e que agora, si no van por ellos fuera de la comarca, no los tienen, a cabsa de que, los que vienen allí a vender algo y pasan por la comarca, les lleva de castillería, sin el portazgo, y es de diez cosas una; que si traen diez panes a vender llévales uno, y asy por el semejante de todas las otras cosas. Y a nosotros mismos se nos vinieron a quexar que los robaban, y de aquella cavsa no venían a la vylla ni pasaban por alli. Vimos la cosa tan grave que quisymos remediallo, y dixeronos que, idos nosotros, se tornaría luego a poner. Y desta cavsa lo dexamos porque nos pareçió que las pasyones que aquellos vasallos padeçian, solo a Dios o a Sus Altezas es remediallo; y si no se remedia, solariegos son de don Pedro los vasallos de la horden.
Otrosy fuemos ynformados que el comendador, don Enrique Enríquez de Guzmán, tiene arrendada desde el capítulo acá a Villafáfila y al Porto al conde de Benavente por tres nueve años, que son veyte e syete años, cada uno por cient myll mrs. Si esto se dexa consentir y pasar, un año destos alegará posysión para siempre. Remitese a Sus Altezas que lo remedien.
Otrosy fuemos querellados de los pecheros que en aquella vylla viven muchos que se defienden por hidalgos, criados del conde e de don Pedro, los quales son trenta vesinos e dende arriba,e son muy ricos; e que éstos conpran las haziendas de los pecheros y no contribuyen por ellas los dichos hidalgos, ni se quita de sus cáñamas a los pecheros, de tal manera que de aqui a diez años quedarán los pecheros sin hasienda y pecharan como si la tuviesen, de manera que la vylla quedará por perdida si no se remedia, mandando que el hidalgo que conpre de pechero que peche por ello y asy lo suplican a Sus Altezas.
Otrosy fuemos ynformados que en
aquella vylla e tierra por delitos que se hagan no hay castigo en las personas,
sino en la hasiendas y que a dos vasallos de la tierra llevó el dicho don Pedro
cada, çien doblas, por algunos casos que fizieron, y ninguno, asy de los que
tomamos juramento, como de los otros, no osaron deçir nada, diçiendo que si lo
dezian, que los ahorcaría, y que si les tomaramos juramento que perjurarían.
Otrosy fuemos ynformados de un honbre vesino de la vylla que se llama Alonso de Barrio, al qual tomamos juramento y juró en la forma debida que yendo él e Gomes Suares e Alonso Gordón por el monte de Villarrín, aldea del Marqués de Astorga, puede aver dos años poco más o menos, se hallaron dos costales liados, e que en el uno avía çiertas taças de plata, e tres taçones grandes, e un jarro y un candelero grande y pesaban diez e seys marcos, e çinco sortijas de oro e ocho botonaduras de plata, e dos capillas de capotes de reales, e más dose almóçadas de reales, e dos pieças de oro y ocho texillos de plata, e un cinto de hilo de plata y corales y otras menudencias, y una caja de aljófar y un bulto de aljófar, y que los corales era grande cantidad, que valía más de dozientos mill mrs.,y que se lo descubrieron a un su amigo y que se lo dixo a Robles el viejo, criado del conde, el qual se lo quiso tomar, y que Gomes Suares, su conpañero, se quiso matar con ellos; e que luego el dicho Alonso de Barrio tomó una arca en que lo habían echado y por la salvarla puso en unas casas derribadas que son a San Martín, e que salvaron la dicha arca, e que la pusieron en casa de Pedro Garçón el viejo, e que Pedro González escudero, vesino de Villafáfila, entró donde estaba el arca y la tomó y la metió en casa de Alonso Habaçero, y que allí la desçerrajaron con un puñal e hizo della lo que quiso. Y que agora diz que dize el dicho Pedro Gonzáles, que se lo tomó el dicho don Pedro Pimentel, pero que juraría a Dios este testigo que lo más le quedó al dicho Pº González, e que sobre este caso lo tovo preso a este dicho Alonso de Barrio el alcaide de la fortaleza, y que teme de don Pedro que lo mandara ahorcar si supiese que esto oviese dicho.
En Zamora nos fue mostrada por don
Enrique Enríquez de Guzmán una renunçiaçión de don Pedro de Ledesma comendador,
fyrmada de su nonbre y autorizada de escribano,
cómo renunçiaba a la encomienda de Castrotorafe en manos del maestre de
Santiago, don Juan Pacheco, fecha a quinze de enero de sesenta y ocho años.
Otrosy el dicho don Enrique Enríquez de Guzmán nos mostró el título que a la dicha encomienda de Castrotorafe tyene, el qual es por provisión del dicho maestre don Juan Pacheco, firmada de su nonbre y sellada con el sello de la horden e refrendada del secretario Ferrando Darze, fecha el diez de febrero de sesenta y ocho años.
El dicho don Enrique dijo que por
muchas vezes había llegado al Rey y
En 1499 la villa de Villafáfila y
su tierra habían sido reintegradas a
“Tiene en Villafáfila y dos lugares que son de la dicha villa que se llaman Santo Agostín y Revellinos e por otros tres lugares que estan en Galizia que se llaman el mayor Porto e otro Pías e otro Barjacoba que ay en ellos çinquenta vesynos, portodos estos lugares da el Conde de Benavente de renta cada año çient myll mrs.”
Llegan a Villafáfila después de visitar Castrotorafe y su tierra, siguiendo el mismo procedimiento que en la anterior visita, pero dejando unas actas de visitación bastante más escuetas:
“En martes catorze dyas del mes de
henero de myll e quatroçientos e noventa e nueve años vysitamos la dicha villa
de Villafáfila, e leydos los poderes de sus altezas a los alcaldes e ofiçiales
e otros onbres buenos que se ayuntaron para el dicho auto, e obedesçido por
ellos, vysitamos primeramente la fortaleza, en la qual estaba por alcayde
Françisco de Traslago, el qual salió fuera della e nos dio la posesión por ante
el escribano de nuestra vysitaçión e luego tornámosella, el qual fiso pleito e
omenaje de las manos de don Garçia Enríquez de la tener por sus altezas e de la
dar a quien mandasen en el tiempo que le fuese demandada, la
qual dicha fortaleza es toda de tierra e tiene un muro de tierra alto e pocas
defensyones en él, e ansymismo tiene un aposentamiento pequeño, todo pobre
cosa; dize el comendador que no es obligado a la reparar que en aquel estado la
reçibió, y aún él ha hecho algo en el aposentamiento. Sus altezas manden en
ello prover lo que sea su serviçio.
Las yglesias desta villa no las vysitamos
porque está en contunbre de vysitarlas el obispo de Astorga, los diezmos de la
dicha Villafáfila se reparten en tres partes, la una lleva el obispo de
Astorga, la otra el prior de Sant Marcos de León, y la otra terçia parte los
curas de las iglesias; y el obispo esta en costunbre de escojer syete
feligreses en la villa y en las aldeas dos, que son nueve yglesias, y después
de escogido el obispo, escoje otros tantos el comendador, réntanle diez o honze
myll mrs.
Está arrendada esta villa con los
lugares que tiene en Galiza esta encomienda, el Porto e Pías e Barjacoba, con
la escribanía desta villa en çien mill mrs ,según arriba se contiene
Tiene çiertas viñas la encomienda
en esta villa que rentan çinco mill mrs.
Tiene más en las salinas seis mill
mrs que son junto a esta villa.
Lleva las martiniegas que valen
tres mill e quinientos o seisçientos maravedis.
Tiene una huerta junto con la villa
que renta ochoçientos mrs.
Tiene çiertas tierras en esta villa
e aldeas que rentan cuarenta y ocho cargas de pan por medio.
Tiene en los portazgos e
castellería 15.000 mrs.
Lleva el conde de Benavente las
alcabalas desta villa, dize que por merçed que sus altezas le fizieron, rentan
en cada un año trezientos e quinze mill mrs.
Renta de la yantar 800 mrs.
Renta la escribanía con los lugares
de la tierra 10.000 mrs.
Tiene una renta que se dize las
alvalerías que es de cada salina 1.500mrs.,y montan 16.500 mrs.
Tiene la mesa maestral de pedido 6.000 mrs cada un año, dizen que la escribanía y las albalerías y los mrs de la yantar, y la renta de los nueve feligreses que escoje el comendador, pertenesçían a la mesa maestral; manden sus altezas en ello lo que sean servidos”.
En Villafáfila se encontraron con
graves diferencias entre los vecinos y de algunos de ellos con el comendador.
Esto me hace sospechar la existencia de un bando partidario de los Pimentel,
constituido por la mayoría de los hidalgos, que tras el reintegro de la villa
al comendador de Castrotorafe no se adaptaban a la nueva situación, creándole
problemas a don Enrique Enríquez. Por eso unos y otros recurren a los
visitadores, que eran ajenos a las pequeñas disputas locales, para que
sirviendo de mediadores, traten de arreglar la disputa. Después de analizados
los problemas, llegan a una concordia entre los hidalgos y don Enrique que se
hallaba en San Cebrián:
“En la dicha Villafáfila fallamos çiertos debates e alteraçiones entre unos y otros, e entre algunos fidalgos e el comendador, e según paresçió todos avian ganas de la paz, sy oviera medianero.Y asy se manifestó por que çiertos hazedores por el dicho comendador don Enrique, e los alcaldes de la villa, e otros çiertos fidalgos, nos fizieron pedimiento e testimonio con çiertas protestaçiones, que pues alli ibamos con poder de vuestras altezas, tomásemos las cabsas en nuestras manos e diésemos el medio que fuese serviçio de Dios y concordia dellos, e a mayor abuncançia lo conprometieron en nuestras manos. E todos en ello diferençiados llevamos a un lugar que se llama San Cebrián, donde estaba don Enrique, comendador, con el qual los concordamos e dimos entre ellos el mejor medio que podíamos e los dexamos con toda concordia”.
También, a requerimiento de los vecinos, intervienen en juzgar asuntos particulares que por falta de un alcalde mayor, los alcaldes ordinarios eran incapaces de resolver por tratarse de asuntos que atañían a parientes de los mismos. Los visitadores, a pesar del mandamiento que traían de los reyes de no intervenir en asuntos particulares, hacen una excepción y entran en el conocimiento de algunas de estas causas:
“allende desto nos posimos en otras cosas partyculares, puesto que[1] los poderes de sus altezas nos lo proybían, pero creyendo que hera su serviçio, e por no aver en la tierra persona por sus altezas que conosçiese de tales cabsas, e por no dexarlos en tanta turbaçion pues que ellos nos lo pedían e requerían, nos posimos a conosçer dello”,
recomendando a los reyes el nombramiento de un alcalde mayor que actúe en estas tierras:
“ paréscenos, sy
vuestras altezas son dello servidos, bien sería mandasen por esta tierra alguna
persona que entendiese en la justiçia, porque los alcaldes hordinarios pocas veçes
determinan cosas, por ser entre parientes”.
Dos años más tarde llegan de nuevo a la villa los visitadores; en esta ocasión antes de visitar Castrotorafe.
No encontraron al comendador don Enrique, porque se encontraba detenido en
Valladolid, por un pleito que traían ante
“No fallamos a don Enrique en la
dicha su encomienda, pues que estaba detenido en Valladolid, sobre un debate
que allá tenía ante los señores de
Se repite el mismo ritual de las visitas pasadas, pero como novedad, cuando se reúne el concejo en la plaza, les toman las varas de justicia a los alcaldes y se las vuelven a entregar, después de reconocido el señorío de la orden:
“Lunes veynte días del mes de abril, año del nasçimiento de nuestro salvador Jesucristo de mill e quinientos e un años, visytamos a Villafáfila, que es de la encomienda de Castrotorafe; fueron congregándose el conçejo, alcaldes, regidores e ofiçiales e omes buenos desta dicha villa, e asy congregados, les fueron leydos los poderes de sus altezas y, por ellos obedesçidos, mandámosles que dixesen por quyen tenían las baras de alcaldes, dixeron que por la orden, tomámoselas y luego tornámoselas a entregar, para que las toviesen por la dicha orden e administrasen justiçia”.
Los vecinos no tenían ninguna queja que manifestar del comendador don Enrique ni de alcaide. ¡Qué diferencia con la situación en que hallaron la villa pocos años antes!:
“Mandamos pregonar públicamente sy avía alguna persona que toviese quexa u otro agravio del comendador o de su alcayde o de otra persona en su nonbre. No ovo ninguna persona que se quexase.”
Continúan la visita acercándose a la fortaleza, donde se encuentra el mismo alcaide que hacía dos años, y cuyo estado es cada vez más lamentable:
“Visytamos la fortaleza desta villa, en la qual fallamos por alcayde a Françisco de Traslago, que está puesto por don Enrique, comendador de Castrotorafe; la qual dicha fortaleza es toda de tierra e tiene pocas defensyones, segund paresçe y anbos encasamyentos derribados salvo un poco, donde está el alcayde. Por parte del dicho comendador nos fue presentada una probisión de sus altezas que manda que oviésemos informaçión de lo que está derribado de la dicha fortaleza, y cuándo e por qué parte fue derribado o se cayó, o a cuyo cargo fue de la faser, la qual dicha informaçión feçimos, e la dimos çerrada e sellada al mayordomo del comendador para que la lieve ante sus altezas, para que provean lo que fuere a serviçio de Dios y suyo”.
El estado de la cerca de la villa estaba igual:
“Los muros de esta villa son fechos de tapias e tierra, e están todos muy caydos. En algunas partes el conçejo a fecho algunos portillos de una tapia en alto”
Las iglesias desta villa no las
visytamos porque las visyta el obispo de Astorga, e los diezmos se reparten en
tres partes, lieva el terçio el obispo de Astorga, el otro terçio el prior de
Sant Marcos de León e el otro terçio los
curas. Dizen que el obispo está en costunbre de escoger syete feligreses en
esta villa y en las aldeas, que son Revellinos e San Agustín otros dos, que son
nueve iglesias, después de escogido el obispo, escoje otros tantos el
comendador, dizen que le rentan seys o syete myll mrs.
La reseña que dan del número de vecinos es muy imprecisa, lo que nos hace suponer que no llevaron a cabo una investigación exhaustiva:
Hay en esta villa e sus aldeas tresçientos y çincuenta o quatroçientos vezinos.
Continúa con la relación de las rentas del comendador:
Tiene çiertas viñas la encomienda
en esta villa que rentan cuatro myll y quinientos mrs.
Tiene más en las salinas que estan
arrendadas este año 18.000 mrs.
Tiene las martiniegas que valen
3.500 mrs.
Tiene una huerta junto con la villa
que renta myll mrs.
Tiene çiertas tierras en esta villa
y aldeas que rentan 48 cargas de pan mediado.
Paresçe por el libro de las visitaçiones de
los visitadores pasados que el portazgo e castillería daba de renta cada un año
quinze mill mrs. Agora vino a esta villa [....] a entender en ello y mandó que
de una carga mayor que no levase syno cuatro cornados, e de una menor dos
cornados, por haberlo abaxado el dicho y no llevallo por el aranzel de
Renta la yantar que da al
comendador cada año 800 mrs.
Renta la escribania con los lugares
de la tierra ..
Tiene la mesa maestral seis mill mrs. de pedido cada un año. Estos seis myll mrs fuimos informados que lleva Alderete por merçed de sus altezas.”
No consta en las actas de visitación, en la que emplearon en ella tres
días, que se desplazaran a las aldeas y
el 23 de abril estaban visitando Villalba.
La siguiente visita se hace en el año 1503 (A.H.N.
OO.MM. Libro 1093 fº 132 –143) y la
presentación de poderes por parte Pedro
Fernández del Busto, caballero y Pedro de Morales, fraile, se hace ante el
alcalde mayor y el regimiento, reunidos en concejo público en la iglesia de
Santa María:
“En la
villa de Villafáfila de la encomienda de Castrotorafe a veynte e nueve dyas del
mes de julio, año del nasçimiento de nuestro salvador Jesucristo de mill e
quinientos e tres años, estando en la iglesia de Santa Maria del Moral syendo
presentes el bachiller Diego Ramírez de
E luego los dichos visitadores
mandaron pregonar e fue pregonado que sy alguno tenia quexa del comendador o de
sus mayordomos o fatores que lo veniesen a deçir e que serian desagraviados”.
Esta vez los visitadores querían hacer una averiguación más precisa de la
situación de la villa y de las rentas de la orden, por ello mandan que los vecinos
presenten los títulos de censos que tuvieran de propiedades de la encomienda:
“Yten que sy alguno o algunos
tenían títulos de censos que los presentasen ante ellos, so pena de privaçión”.
Después se informan de los vecinos que por su riqueza pudieran mantener
armas y caballo :
“e luego mandaron a los alcaldes e
regidores que le diesen memorial con justiçia declarando las personas abonadas
en la dicha villa para tener caballos e armas. Y las personas que dixeron ser abonados en quantía de çincuenta
myll mrs., asy hidalgos como pecheros que son los siguientes:
hydalgos pecheros
Fernando
de Villacorta Pº
Martínez de San Juan
Pedro
de Barrio Gonzalo
Martínez
Pº
González Bernardo
de Caramaçana
Pº
Fernández Alonso
Tejado
Juan
de Villagómez Diego
García
Fernando
Herrero
En
Revellinos: Lope de Távara e Juan Ferrero
Los dichos visitadores dieron
mandamiento que los susodichos tengan harmas e caballos hasta el dia de San
Miguel a punto de guerra, so pena de cada, 10.000 mrs para la camara de sus
altezas.
Respondiéronle éstos que la tierra
es esterile y no ay pasto para los caballos, ny lo podrían sofrir”.
Posiblemente esta información se hacía con fines militares, para evaluar
las fuerzas que podría movilizar
Otra novedad en esta visita fue la información sobre los beneficiados de
las distintas parroquias, pues nunca habían visitado las iglesias de la villa
porque las visitaba el obispo de Astorga :
“Informáronse los visitadores de
las yglesias que hay en la dicha villa y qué benefiçiados hay e por quièn son
presentados, e ovieron la informaçión syguiente:
En la yglesia de San Pedro está por
benefiçiado Lope Fernández por presentaçión de los feligreses della, y por
collaçión del arçediano del Páramo
En la yglesia de San Juan es cura
el arçipreste Fernán Fernández, dize es de presentaçión y collaçión del dicho
arçediano.
En la yglesia de Santa Mª del Moral
es cura Alvaro de Mansilla y es de presentaçión del monasterio de San
Pedro de Eslonza, la colaçión del arçediano del Páramo.
En la yglesia de San Martín es cura
Juan de Balboa, la presentaçión e collaçión del obispo de Astorga.
En San Salvador y San Miguel es
cura Alonso Fernández , la presentaçión de los feligreses y colaçión del arcediano
del Páramo,
En Santandrés es cura Juan de
En la yglesia de Santa Marta es
cura Antonio de Robles la presentaçión de los feligreses y colaçión del
arcediano del Páramo.
En Santo Tomé de Revellinos es cura
Gabriel de Losada, la presentaçión del Monasterio de Eslonza, la collaçión del
dicho arçediano.
En Santa María de San Agustín, es
cura Luis de París, la presentaçión de los feligreses y colaçión del arcediano
del Páramo.
Diose mandamiento que todos estos
benefiçiados hasta San Miguel de Setienbre ayan presentado al conçejo liçençia
de sus altezas para poseher, e sy no la presentaren, mandaron a los conçejos
que no les consientan usar de los benefiçios, e que pongan clérigos que syrvan,
y no les acudan con las rentas fasta que sus altezas probean sobre ello lo que
fuere su serviçio.
Apelaron este mandamiento los benefiçiados e
los visitadores les denegaron la apelaçión, e mandaron a los conçejos que
dentro de tres días pongan capellanes que syrvan los benefiçios e depositen las
rentas. El qual dicho mandamiento se dio en forma.”
Tal vez se pueda entender la dureza del trato que reciben los curas como parte del enfrentamiento que mantenían los clérigos de la villa y de la tierra con el convento de San Marcos de León, al que pertenecía uno de los visitadores, a propósito del cobro de los diezmos, que se sustanciará en un largo pleito que se inició en 1499. Sobre la distribución de estos y sobre la visita a las iglesias de la villa anotan lo mismo que en anteriores ocasiones:
“La yglesias desta dicha villa no
las vysitaron los dichos vysitadores porque dizen que están en costunbre de ser
vysitadas el obispo de Astorga, e suu
ofiçiales . Los diezmos de la dicha villa diz que se hazen tres partes e que
lleva el obispo de Astorga un terçio,y el prior de San Marcos otro terçio e el
otro terçio los curas de las yglesias. Asymismo dizen que esta en costunbre el
obispo de Astorga y sus factores de escoger cada un año siete feligreses en
Villafáfila e en Revellinos e San Agostín e son nueve yglesias, e luego se
escogen otros syete por parte del comendador de Castrotorafe e valen sus
diezmos syete myll mrs, poco más o menos.”
Este año es la última
ocasión en que visitan la fortaleza y los muros por hallarse ya en el suelo:
“Visytaron los dichos visitadores
la fortaleza de la dicha villa, la qual es toda cayda y no ay en ella
defensyones ni otra cosa que se pueda poner en visytaçión. Los muros de la
dicha villa son de tapia e ansymismo están caydos. En el libro de la visitaçion
pasada dize que ovieron informaçión de lo que esta derribado y en que tienpo se
derribo y dieron la informaçión al mayordomo del comendador y por eso no mandan
nada y que manden sus altezas probeer en ello.”
Continúan con la relación de las rentas del comendador, que les dio su
mayordomo:
Los dichos visitadores para más se
ynformar e saber que renta tiene o vale la encomienda al dicho comendador don
Enrique, reçibieron juramento de Alonso de Carvajal, su mayordomo y mandáronle
que declarase e diese memorial de las rentas que tiene la dicha encomienda, el
qual fecho el dicho juramento dio una relaçión”
Tiene de renta el comendador en una
huerta que está junto con la villa myll mrs.
Renta la cabaña de las salinas
12.000 mrs.
Renta la escribanía de Villafáfila
3.000 mrs.
Renta el portazgo dos myl mrs.
Renta el yantar e martiniega tres
mil e quinientos.
Rentan de las viñas 4.000 mrs.
La renta de las tierras 48 c. de
pan,
La renta de San Pedro 100 c. de
pan, ytem çincuenta carneros y çiertas gallinas que no se pudo saber cuantas.
De renta de un herreñal 30 mrs.
Tiene la mesa maestral del pedido
6.000 mrs, llévalos Alderete por mandado de sus altezas.
Por primera vez se anotan los gastos de la visita de la villa a la que
dedicaron dos días y medio:
“Gastóse el conçejo de Villafáfila
con los dichos visitadores en dos días y medio en que hiçieron dicha visitaçión
894 mrs. diéronlos por memorial”.
Este año de 1503 es la primera ocasión en que los visitadores se
desplazan a las aldeas, posiblemente porque
esta vez seguían otra ruta, pues venían desde el sur, visitaron
Castrotorafe, y desde Villafáfila se dirigieron a Benavente para ir desde allí
a Galicia:
“Vysitación de Revellinos e Santagostín, de
la encomienda de Castrotorafe
En el lugar de Revellinos, 31 de
julio de 1503, estando presente el alcalde Alonso García, e los ofiçiales del
dicho logar, e el alcalde de San Agostin que se dize Alonso Calvo, los dichos
vysitadores presentaron el poder de sus altezas, e leydo por my el dicho
escribano, lo obedeçieron e besaron e
pusieron sobre sus cabeças e dixeron que estaban prestos de conplir lo en él
contenydo, testigos que fueron presentes Pedro de Belver y Alonso Marbán
vecinos del dicho lugar.
Fueles dicho e amonestado sy han
reçibido algunos agravios del comendador o sus mayordomos o fatores o de otras
personas qualesquiera, y lo digan e que les faran conplimiento de justiçia.”
Revellinos:
hay çinquenta vasallos. Tiene el
comendador la martyniega , de cada casa 12 mr.
Tres cargas de pan por mytad
Un dezmero que valdría su diezmo
dos myll mrs.
Quatro reales de tierras de viñas.
Santagostín:
Hay sesenta vesynos
Tiene el comendador treze cargas de
pan por mytad
Viñas que
le rentan seysçientos mrs.
Un dezmero que valdría myll mrs
Se detuvieron un día entero en hacer la visita de los dos lugares y gastaron 234 mrs y
medio, que pagaron los concejos:
Gastaron
los conçejos de Revellinos e Santagostín con los dichos visitadores un día que
se detovieron en la visytaçión, segund que lo dieron por memorial jurado, e les
quedó firmado, dozientos e quarenta e quatro mrs.”
Alguna información discreta debieron de recibir los visitadores sobre la
venta de algunas tierras pertenecientes a la orden, por parte del concejo, y
toman juramento a varios vecinos:
Luego los dichos visitadores
resçibieron juramento de Alonso Calvo, e
Fernan Calvo, e Juan Conplido, e Alonso Domínguez, e Cristóbal de
Benavente, vesinos de Santagostín e de Alonso García, e de Lope de Távara, e Lorenzo
Benito, e Pedro de Belver e Cristobal Calvo e Alonso de Távara vesinos de
Revellinos, e so cargo de dicho juramento, después de haberles hecho otras
preguntas, les preguntaron sy sabían de algunas tierras que estoviesen
henajenadas de la orden e dixeron que no sabían cosa alguna”.
Pero después de idos los visitadores, cuando se encontraban de camino en
Benavente, recibieron las quejas de algunos vecinos de Revellinos, que no se
habían atrevido a presentárselas en el lugar:
“Despues de ydos los dichos
visitadores, estando en la villa de Benavente, fueron a negoçiar con ellos
algunos vesinos de Revellinos e les denunçiaron e fizieron saber que en el
dicho lugar de Revellinos, el conçejo de Villafáfila vendió çiertas tierras en
parte para viñas e huertas, en los tienpos pasados, sin para ello tener
liçençia de la orden ni de otra persona alguna, vendieron çiertos pedazos de
tierra de la orden para herreñales por çiertas quantías de mrs. que por ello
les dieron, de que diz que vienen mucho daño al conçejo de Revellinos e mucho
provecho a los que las conpraron, e hagora las poseen e tienen çercadas Lorenço
Benito e Pedro de Belver e Juan Herrero, vºs del dicho lugar, e mucho perjuiçio
de otros vezinos y del conçejo.”
Se entiende que los que anteriormente habían jurado no dijeran nada de
estos herreñales, pues algunos eran los beneficiarios. Además los informantes
denunciaron otras ventas de tierras públicas en Villafáfila y Revellinos:
“e çertificáronles que heran
vendidas tierras en término de Villafáfila e Revellinos a personas particulares
en cantidad de quatroçientos myll mrs.”
Los visitadores mandaron que fueran restituidas las tierras vendidas bajo
ciertas penas, lo que no sabemos es si se cumplió el mandato o siguieron en
poder de particulares:
Dieron su mandamiento e mandaron al
conçejo de Revellinos, so pena de 10.000 mrs. para la cámara de sus altezas,
que dentro de tres días primeros siguientes de cómo les fuese notificado, a voz
de conçejo, derrocasen los dichos herreñales de manera, que queden libres y
exentos para el dicho conçejo, e para pasto comund; e mandaron a los vendedores
que retituyesen lo que por ello habían reçibido, dentro de seys días
siguyentes, e no lo fasyendo asy, exortaron e requirieron al alcalde mayor que
las haga restituir e pagar, esecutando en sus personas e bienes fasta que los
restituyan”.
Hasta 1508 no se vuelven a tener noticias de nuevas visitas (A.H.N.
OO.MM. Libro 1094 fº 232-241). Ese año los visitadores, que reciben a la vez la
denominación de reformadores, tal vez porque sus poderes incluyeran la
posibilidad de dejar establecidas reformas más profundas del funcionamiento de
las instituciones de los concejos de las villas y lugares y en las propiedades
de
“A diez días del mes de jullio de
dicho año de 1508 los visitadores e reformadores susodichos, estando presentes
el conçejo, los alcaldes, regidores e honbres buenos de la villa fue presentado
el poder de sus altezas, el qual fue leydo por mí, el dicho secretario, y asi
presentado, los dichos alcaldes e regidores lo tomaron en sus manos e lo
pusieron sobre sus cabeças e dixeron que lo obesdeçian con el acatamiento que
devían.
Fue pregonado que si alguno tenya
alguna quexa del comendador o de otro que viniese a lo manifestar e que ellos
les farían justiçia.
No se visitaron las yglesias
parroquinas de la villa porque presentaron los curas de las dichas yglesias una
probisión del Consejo de
Esta provisión se debió de solicitar en
Recibieron las quejas del procurador del comendador, sobre la ocupación
de algunas propiedades de la orden:
En la dicha villa de Villafáfila
por parte del procurador del Conde de Benavente, comendador que es de la encomienda de
Castrotorafe, fue presentada una petiçion diçiendo que en la dicha villa e sus
terminos avya una cabaña de fazer sal que tiene heredamientos de posadas e
ralladeros e vertederos de sus rasas, en los quales le tienen ocupadas e
tomadas çiertas posadas de rallar sal e partes de pedazos de otras, contra
voluntad del dicho comendador, que pedía a los dichos visytadores que mandasen
faser ynformaçión de parte de personas antiguas que supiesen de las feredades
de la misma cabaña e fuentes e ansy fecha
le mandasen retituyr las dichas posadas o pedaços dellas, las quales
tenya ocupadas Pº de Movilla vezino de esta villa o otro en su logar, a quien é
vendió la dicha cabaña. De lo qual se ovo ynformaçión, estando presente el
dicho Pº de Movilla, el qual dixo ser verdad que fue de la dicha orden, salvo
que se lo avían dado por un pedazo de muladar junto con la cabaña de la orden,
donde echa la çeniza que sacan de la dicha cabaña.
Los dichos visytadores mandaron al
dicho Pº de Movilla que mostrase la escritura de trueque para ver si tovieron
poder para ello, e sy está fecha ley capitular, conforme a los estableçimientos
de la orden, que en tal caso se requiere. El dicho Pº de Movilla dixo que no
tenía ninguna escritura, salvo posesion e testigos que avían estado a ello, e
que el lo avia conçertado e moderado que puede aber un año y medio siendo
comendador Fernando de Vega.
Los dichos visytadores dixeron que,
visto el pedimiento, e los pedazos de posadas, e los dichos testigos e su
confesión de dicho Pº de Movilla, y como es en daño de la orden, le mandaron
restituir en la dicha orden los dichos pedazos de posadas según e como lo
tenían de antes, e asy se mostro al dicho Pº de Movilla, y de tomó posesión
dellos Gregorio de Villamediana, procurador del comendador, así lo mandaron.
Después de lo susodicho, Pº Ferrández
de Busto, caballero visitador susodicho, puso en la posesión al dicho Gregorio
de Villamediana en los dichos pedazos de posadas, que faran una carga e media
de trigo, y tomó posesión en el dicho nonbre, e ralló e fizo avtos de posesión.
Testigos Pº Martínez e Pº de
Después de este episodio, que debió de ocupar la mayor parte de esa
jornada de visita, no hicieron información ninguna salvo anotar que:
Ay en la villa de Villafáfila dosçientos e veinte vasallos
Hizieron de costas los dichos
visitadores 560 mrs e medio
El día
siguiente, en su afán de defender las posesiones de la orden, quisieron averiguar los títulos de propiedad que Pedro
González, vecino de Villafáfila, tenía sobre una aceña cercana a Castrotorafe:
“En Villafáfila a honse días del mes de jullio de dicho año de
quynyentos e ocho, los dicho visytadores e reformadores dixeron que por quanto
a su notiçia hera venido que Pº Glez, vº de la dicha villa, tenya e poseya un
açeña que es en el río de Esla, junto con la villa de Castrotorafe, anexa al benefiçio de Castrotororafe e San Pelayo,
etcª, que mostrase el título que tenya de cómo la poseya, fasta mañana a
terçia”.
Pedro González había heredado la aceña de su
hermano Juan González, que había sido cura de Castrotorafe, fallecido el año
anterior, por lo que presentó su testamento. Asimismo aportó un contrato de censo que había hecho
Juan Fernández (era el mismo que después se llamó Juan González), cura de Castrotorafe
y sus anejos, sobre una aceña perteneciente a su beneficio, que estaba caida y
enarenada. Para ello obtuvo licencia del provisor de Zamora en el año 1467, y
los censatarios, vecinos de la aldea de San Pelayo de Castro, reconstruirían a
su costa la aceña y le pagarían al cura de Castrotorafe una carga de harina
molida anualmente. Asimismo presentó un cuaderno de registro de 18 hojas, del
escribano Luis Fernández, que ejerció entre 1480 y 1495. Entre otras escrituras había una venta que
Leonor Alonso, mujer de Lope Carbajo, vecino de Riego, hace a Juan González,
clérigo, de una aceña en el Esla, en Castrotorafe, con el censo de 1 carga de
harina, por cuantía de 5.000 mrs.
Vistos los
contratos y la información de testigos, los visitadores dieron por buena la
posesión de esa aceña, con el censo de 1 carga de harina anual para el cura de
Castrotorafe.
Después de tres días de estancia en Villafáfila pasaron a visitar las
aldeas, donde no encontraron vecinos a quienes presentar los poderes, por
hallarse en las faenas de la siega:
“Los logares de Revellinos e San
Agustín son muy pequeños e las iglesias no son de
Hicieron de costas los dichos visitadores durante su estancia en la
villa, 560 mrs. y medio.
De la visita de 1511 sólo se conserva el libro de visitas personales
(A.H.N. OO.MM. Libro 1096), es decir de las realizadas a los miembros de
“está administrando çierta heredad
que el convento de San Marcos de León allí tiene, es buen religioso e bien
sabido en las cosas de nuestra orden”.
Después visitan al comendador, que es el Conde de Benavente, don Alonso
Pimentel, en su palacio de Benavente y le mandan que pague la tercia de sus
diezmos al convento de San Marcos de León.
El año de 1515 vuelven a pasar por la villa nuevos visitadores (A.H.N.
OO.MM. Libro 1097. Fº 273-284):
“Visitaçión de la villa de
Villafáfila de la encomienda de Castrotorafe.
A 26 días del mes de enero del año
de 1515, los dichos visytadores presentaron e notificaron el poder que de sus
altezas tienen a los alcaldes e regidores e conçejo de la dicha villa, estando
presentes el Liçençiado Luis de
Luego los dichos visytadores
dixeron a los vezinos de la dicha villa que si avía alguno que tuviera alguna
quexa del comendador o ofiçial o mayordomos algunos suyos, que lo viniesen a
dezir que ellos estarían prestos de les hazer cunplimiento de justiçia,
testigos los mismos. Asimismo aperçibieron al dicho conçejo, alcaldes e
regidores e vezinos de la dicha villa, e les mandaron que qualquyera que
tuviere alguna heredad açensuada de la orden, que viniesen mostrando los çensos
de tales heredades para que los viesen si estaban confirmados, conforme al
poder de sus altesas” .
Los curas de la villa presenta
Fallaron que avía en la dicha
villa de Villafáfila çinco yglesias parroquiales, las quales tenyan y poseyan
çiertos clérigos de San Pedro, e por los dichos visitadores fueron requeridos
que mostrasen los títulos que tenyan a los dichos benefiçios, los quales
mostraron una probisión del Rey, nuestro señor, por la qual mandaba a los
vezinos y moradores de la villa de Villafáfila, que acudiesen con los diezmos a
los dichos clérigos, sin enbargo de qualquier mandamiento en contrario de los
visitadores ni de alguna otra persona, la qual dicha probisyón se había dado a
pedimiento de los dichos clérigos, porque los visitadores Pedro Fernández de
Busto y Pedro de Morales avían mandado que no acudiesen con los diezmos de las
dicha yglesias a los dichos clérigos hasta traer liçençia de sus altezas.
Por lo qual e por estar en
costunbre las yglesias de la dicha villa ni de su tierra de se visitar, no se
visitaron.
Ese año los visitadores incluyen en su visita uno de los hospitales de la
villa, tal vez por que estuviera de alguna manera vinculado a
“Visitaçion de un hospital que se
dize de San Pedro que es en Villafáfila.
Esta dicho dìa los visitadores
visitaron un hospital que se dize de San Pedro
el qual es una casa las paredes de la cual son de tapia e lo de alto de
madera tosca tiene dos cámaras hechas de lo mismo e su portada e puertas. Ropa
que tiene el dicho hospital : doze sabanas con doze cabeçales, 4 mantas, dos
alfamares .
Mandaron reparar el dicho
hospital que es de una cofradía de vezinos de la villa los quales tienen a sus
cargo de lo reparar”.
Posteriormente siguiendo la
costumbre relacionan las rentas del comendador en Villafáfila, donde incluyes
las que posee en los lugares de Muélledes, Villarrín y San Pedro:
Relaçión de la rentas que tiene el
comendador de Castrotorafe en Villafáfila y los lugares de su tierra:
Tiene el dicho comendador en siete
parroquias que ay en la dicha villa e en su tierra, en cada una de ellas,
señalado un dezmero de los quales lleva la terçia parte, lo que le renta un año
con otro 10.000 mrs.
Tiene una heredad de tierras de pan
llevar en la dicha villa que se llama la heredad de Palaçio, la qual le renta
86 fanegas de trigo y 86 fanegas de çebada eçenteno.
Tiene una heredad de tierras en el término de
San Pedro de Muélledes que vale de renta en cada un año 110 fanegas de trigo y
110 fanegas de çebada e çenteno, con el diezmo que lleva el dicho comendador de
la ermita de San Pedro, que es de nueve partes las dos.
Tiene más otra heredad de tierras
en término de Muélledes que le renta un año con otro 20 fanegas de trigo y 20
fanegas de çebada e çenteno.
Tiene otra heredad de tierras en el lugar de
San Agustín, aldea de Villafáfila, que le rentan 24 fanegas de trigo y 24
fanegas de çebada.
Le rentan çiertos herreñales en el
dicho lugar 3 fanegas de çebada.
Renta una viña junto con el dicho
lugar 238 mrs.
Tiene en el lugar de Revellinos
otra heredad de tierras de pan llevar que le renta un año con otro 7 fanegas de
trigo y 7 fanegas de çebada.
Renta la escribania de Villafáfila
e su tierra 8.000 mrs.
De renta de una cabaña de salinas
8.000 mrs.
De renta de çiertas viñas 3.000 mrs
De renta de un portazgo en la dicha
villa 6.000 mrs.
De renta de una huerta 1.000 mrs.
De las martiniegas de la dicha
villa y su tierra 3000 mrs.
De un yantar que tiene el
comendador en la dicha villa 800 mrs.
De renta de çiertas casas 450 mrs.
También mandan hacer ejecución en los bienes de Luis de Barrio, que había
sido administrador de la media annata
de la encomienda de Castro, es decir, de la mitad de las rentas de la
encomienda durante los dos primeros años desde el nombramiento de nuevo
comendador. Este cargo lo desempeñó desde el nombramiento de don Alonso de
Aragón en 1505 hasta 1509:
“Relaçión
de la media anata
Fallóse que había sido depositario
de la medias anata de los dos años primeros que el Conde de Benavente tomó la
posesión de la encominda de Castrotorafe, Luis de Barrio, vezino de
Villafáfila. E fallosé que por una provysyón del rey, nuestro señor, mandaba al
alcalde mayor que tomase cuenta al dicho Luis de Barrio, y el alcalde mayor le
tomó la dicha quenta, en la qual el dicho Luis de Barrio fue alcanzado por
73.505 mrs. e medio, para los quales mrs. se falló otra probisión de su alteza
que mandaba que fuese deposytario de los dichos mrs. Françisco Martínez, vesyno
de la dicha villa, el qual se falló aver resçibido del dicho Luis de Barrio
çincuenta myll mrs., de manera que debe 23.505 mrs. e medio, y mandadon dar e
dieron su mandamiento executorio, e se fizo execuçion en los bienes de Luis de
Barrio y la execuçión se fizo en unas casas, porque no se fallaron bienes
muebles. Quedó dado un pregón a las dichas casas y se requirió al alcalde mayor
que en la dicha villa reside, que llevase el dicho mandamiento a debida
execuçión e que fiziese pago al dicho Françisco Martínez de los dichos 23.505
mrs. y medio, a conplimiento del total” .
Los visitadores no encontraron al comendador ni en la encomienda ni en
Benavente:
“Relaçión: no se falló al Conde de Benavente, que es comendador de la
encomienda de Castrotorafe, en la dicha encomienda ni tanpoco se fallo en la
villa de Benavente para ser visitado, ni tanpoco se falló haber residido en
la encomienda”.
En esta ocasión reciben información de la vecindad por juramento de los
alcaldes:
“Fallóse que avía en la villa de
Villafáfila 300 vºs, lo qual se averiguó
por juramento de los alcaldes e regidores del dicho conçejo, en los quales se
fallaron los quantiosos siguientes:
Pedro de Valle, Juan de Aller,
Françisco de Villalba, Bartolomé Manso, Juan Alvarez, Fdo Fernández , Pedro
Herrero, Pedro de Muélledes, Benaldo de Caramaçana, Alonso Tejado, Juan de
Santa Cruz, Alonso de Santa Cruz, Fco Martínez, Juan de Castro, Diego del
Concejo, Pº García, Juan García y Pº Calvo.
Los visytadores mandaron a los
dichos quantiosos y a cada uno dellos, estando presentes, que de aquí al dya de
San Juan próximo que viene, que conpren e tengan las armas e caballos que
obligados a tener conforme a la ley capitular e, so la pena en ella contenida.
Testigos Alonso de Benevente, fraile de la dicha orden, y Gregorio de
Villamadiana, mayordomo del comendador.
En esta ocasión también hicieron la visita a las dos aldeas:
Visitaçión de Revellinos
tierra de Villafáfila
En 27 - 1 – 1515 los dichos
vysitadores noteficaron el poder que de sus altezas tienen a los vºs de dicho
lugar de Revellinos, estando presentes Diego de Távara e Pº Calvo, regidores, e
Gonzalo García, jurado, e Diego García procurador, e otros veºs del dicho
lugar, los quales obedesçieron el dicho poder, e dixeron que estavan prestos de
lo cunplir en todo e por todo, segund que en el se contiene. Fueles dicho que
si alguno tenya alguna quexa del comendador o de algunos ofiçiales o mayordomo
suyo.
Los vezinos del dicho lugar
son 65, de los quales fallaron los quantiosas siguientes:
Alonso Bravo, Juan de Medina, Alonso de Távara
el viejo, Pº Gallego, Alonso Martínez el mozo, Alonso Martínez el viejo, Juan
Herrero y Gonzalo García, a los quales les mandaron lo mismo que a los de
Villafáfila.
Visitaçion de San Agustín.
Este dicho día se notificó el dicho
poder de sus altezas a los vezinos de Santagostín, estando presentes Alonso de
Tejada, jurado, Alonso Tartalla e Pº Carrillo, regidores, e Juan Calvo,
procurador e otros vºs del dicho lugar, los quales obedeçieron el dicho poder e
dixeron que estavan prestos de le cunplir. Fueron aperçibidos que sy avia
algund quexoso del comendador o de sus mayordomose ofiçiales.
Hay en el dicho lugar 66 vezinos, de los
quales de halló quantioso a Pº de Antón, le fue mandado lo mismo.”
La visita de la villa y de las aldeas duró tres días:
“hízose de costa por los dicho
visytadores en tres días que estuvieron en visytar la villa de Villafáfila con
los logares de San Agostin e Revellinos que son tierra de la dicha villa 752
mrs., segund quedó firmado en poder de los alcaldes e regidores”
No se conservan actas de nuevas
visitas hasta trece años después, a pesar de en 1524 se había llevado a cabo
una visitación:
“Otrosí nos fue entregado el libro de la bisitaçión que por mandado de
vuestra magestad hizieron Lope Sanches Bezerra, cavallero de la dicha Horden,
alcayde de las alcaydías de Bienvenida e Magilla, e Juan A., freyre de la dicha
Orden, cura de la villa de Monte Molín, bisitadores que fueron nonbrados para
hazer la dicha bisitaçión el anno pasado de mill e quinientos e veynte e quatro
annos”
(Lera Maillo J.C de. / Turiño
Mínguez A.2000: 11).
El 18 de noviembre de 1528 llegan
a la villa el comendador Diego de Ribera y el bachiller Pedro Gil, freire de la
orden y cura de Guaza, , y presenta las provisiones al concejo, estando
presentes Francisco Martínez, alcalde ordinario, y Francisco de Robles e Diego
de Villagómez y Juan de Castro, regidores, y Juan de Benavente, procurador y
Bernardo Hernández, escribano de los fechos del concejo. Después hicieron
pregonar la visita, emplazando a los que tuvieran quejas del comendador que
vinieran a presentarlas. (A.H.N. OO.MM. Libro 1098 fº 472-479. )
Realizan la visita con la misma sistemática que en anteriores ocasiones,
y después de reconocer
Visitaçión del ospital que se dize
Sant Pedro en la dicha villa de Villafáfila:
E después desto, en la dicha villa
de Villafáfila a 19 de 11-1528, los dichos visitadores visitamos un ospital que
es en la dicha villa, que se llama el ospital de San Pedro, el qual es una casa
echa de tapia, cubierta de madera en lo alto. Tiene a la una parte una cámara e
al otro lado una cozina atajada e otras tres cámaras, una tras otra. E asimismo
tiene la dicha casa un corral grande e un establo e un portal, e está el dicho
ospital mal reparado; tiene una huerta con çiertos árboles e un pozo donde se
riega.
Tenía la ropa siguiente:
14 cabezales nuevos quedan 13, tres mantas
nuevas de sayal, abíanse consumido tres sábanas.”
Se hace una relación de las rentas que tiene
el comendador de Castro en Villafáfila y su tierra:
Tiene el dicho comendador en syete
paroquias que ay en la dicha villa e en su tierra, en cada una dellas señalado
un dezmero, de los quales lleva la terçia parte del diezmo, que le rentan un
año con otro 12.250 mrs.
De çiertas tierras de pan llevar,
que se llama la heredad de Palaçio, lleva 55 cargas de pan mediado que son 110
fanegas de trigo y 110 fanegas de çebada..
Tiene una heredad de tierras en el
término de San Pedro de Muélledes, que se llama el monte de San Pedro, que
lleva 55 cargas de pan la mytad trigo y la mytad çebada y çenteno.
Tiene más otra heredad en
Villarrín que le renta 13 cargas, la
mytad trigo e la mytad çebada e çenteno.
Tiene más en Revellinos 2 cargas e
2 ochavas de trigo e 3 cargas e 3 celemines de çebada e çenteno.
Tiene más en San Agustín 6 cargas e
media de çenteno e 6 cargas de trigo.
Tiene más la renta de las heras una
carga e media de trigo.
Tiene más en una salina en Villafáfila 8.500 mrs.
Tiene de renta del portazgo en el
dicho lugar a 8.736 mrs.
Tiene más las martiniegas que le rentan 4.300 mrs.
Tiene más de fueros de casas 450
mrs
Tiene más de renta de una huerta
1.160 mrs
Tiene más de una viña en San Agustín 278 mrs.
Tiene de renta de çiertas viñas
4.200 mrs.
Tiene más de una yantar 800 mrs.
De la escribanía de Villafáfiala 9.000 mrs.
Tiene más de un foro de una casa en
Santagustín 2 gallinas
Tiene de foro de las casa de Pº
Hernández en el dicho lugar una gallina
y 5 blancas.
De la casa de la de Antón de
Muélledes 1 gallina y 3 mrs
En Revellinos de la casa de Lope de
Távara 2 gallinas
En un campo de Juan del Canto una
gallina y 1 mr.
Reiteran el mandamiento para que
los vecinos pudientes llamados también cuantiosos, mantengan un caballo y
tengan armas preparadas a su cuenta, según mandan los establecimientos de
Hallóse que avía en la villa de
Villafáfila 300 vºs, entre los quales avía los quantiosos siguientes:
Pedro Drago, Diego del Concejo,
Françisco Martínez, Françisco de Caramaçana, Juan Rodríguez, Pedro García,
Alonso Hernández, Françisco de Muélledes, Hernando Hernández, Juan de Valle,
Juan de Santa Cruz, Alonso de Castro, Juan Alvarez, Juan de Benavente, Bernardo
Gallego, Bernardo de Caramaçana, Alonso Tejado, Alonso de Santa Cruz, Pedro
Martínez, Andrés Manso, Tomé de Ledesma, Françisco Aries, Hernán Drago, Juan
García y Françisco de Muélledes.
Por el libro de la visitaçión
pasada pareçe que los visitadores mandaron que los dichos quantiosos que
tuviesen armas e caballos dentro de un año, como lo manda el establecimiento,
so la pena en él contenida, y los dichos quantiosos no lo tienen, ni se les
executó la pena, porque algunos dellos juraron que no les fue notificado el
dicho mandamiento, ni tenían costumbre de tener armas ni caballos, e ansimismo
porque juró Bernaldo Hernández, escribano de la dicha villa de Villafáfila, que él avía estado presente en la visitaçión
que hicieron en Villalba, e no vio que dicho mandamiento se notificase a los
tales quantiosos, ni a persona alguna.
Mandóse a los dichos quantiosos que
dentro de 6 meses primeros siguientes, tengan las dichas armas e caballos
segund e como lo manda la dicha ley capitular, so la pena en ella contenida; y
mandaron al comendador que, pasado el dicho tiempo, faga haçer alarde a los
dichos quantiosos en el tiempo que la ley capitular manda, e si no toviesen
armas ni cavallos, execute en los que no lo toviesen la pena de la dicha ley; e
sy del dicho mandamyento se sintiesen agraviados los dichos quantiosos, que se
presenten ante Vuestra Magestad, en el su Consejo de las Ordenes, a dar razón
de porqué no deven tener los dichos caballos e armas para que Vuestra Magestad
mande proveer en ello lo que sea más servido.
Notificaçión:
El qual dicho mandamiento se
notificó por el escrivano de la dicha vivitaçión a algunos de los dichos
quantiosos por que los otros no se pudieron ver, se notificó a Françisco
Martínez, alcalde, e a Juan de Benavente, procurador general del conçejo, para
que lo notifique a todos los dichos quantiosos, so la pena de 3.000 mrs. para
la cámara e fisco de Vuestra Magestad.
Visitaron San Agustín, donde presentaron
los poderes al concejo, hallándose presente el alcalde de Villafáfila, Pedro de
Almança, junto con Lope de Távara, regidor de dicho lugar y, después de los
apercebimiento acostumbrados pasaron a indagar la vecindad:
“ay en el dicho lugar de
San Agustín 60 veçinos, entre los quales se hallaron los quantiosos siguientes:
Alonso de Alba y Pedro de Antón, mandóseles lo mismo que a los de Villafáfila.”
El mismo día visitaron Revellinos, donde presentaron el poder ante
algunos vecinos del lugar y procedieron a la averiguación de los vecinos y
cuantiosos, mandando a éstos lo mismo que en Villafáfila:
“Ay en el dicho lugar de
Revellinos 60 vecinos, de los quales encontraron por quantiosos a Alonso de
Távara, Alonso Bravo, Alonso Martín, Alvaro Pérez, Juan Bravo, Diego de Távara,
Pº Gallego, Pº García, Juan Gallego y Diego de Távara.”
En esta visita se entretuvieron sólo dos días:
“Hezimos de gasto los
dichos visitadores de dos días que estovimos en Bisitar la dicha villa con
nueve personas e el escribano e ocho bestias, en pan, vino e biandas e çebada:
829 mrs. y 1/2. Pagó el comendador la terçia parte y el concejo las dos terçias
partes. Quedó mandamiento para que el conçejo lo resçiba en cuenta.”.
De algunas visitas no se han conservado las actas, pero sí el testimonio
de algunos coetáneos, como el que hace Alonso Sanchón, mayordomo de las rentas
del comendador en Villafáfila, en 1541, cuando refiere que:
“En el año pasado de 1536 vinieron
çiertos visitadores de la horden e bisitaron
a esta villa y mandaron que el portazgo no se cobrase de los veçinos de
Castrotorafe y su tierra y los de Castrotorafe no cobrasen el portazgo de los
veçinos de Villafáfila y su tierra y los de Castrotorafe no cobrasen el dicho
portazgo de los vecinos de la dicha Villafáfila y su tierra”(
A.H.N.Nobleza. Osuna. Leg. 2152-17 2 ).
La última visita de la que tenemos constancia se efectuó diez años más
tarde (A.H.N. OO.MM. Libro 1099. Fº 408-414), y se inició por Revellinos:
“Visitaçión del lugar de
Revellinos:
A 10-4-1538 nos, los dichos visitadores, el
comendador Françisco de Miranda y el Maestro Miguel de Cisneros visitamos el
dicho lugar de Revellinos, en el qual fezimos juntar el conçejo, y al
llamamiento dél, se juntaron Juan Herrero, alcalde, y Juan de León e Lope
Meléndez, rregidores, a los quales se le notificó la dicha provisión de vra
magestad, Ellos e cada uno dellos la obedeçieron con el acatamiento devido, e
quanto al conplimiento, dixeron que estaban prestos de la conplir como Vra Mt.
por la dicha provisión lo manda. Testigos que fueron presentes: Juan Gallego e
Alonso Gamonal, vezinos del dicho lugar”.
Después mandaron echar el pregón y
hacer los apercibimientos acostumbrados en las anteriores visitaciones.
“Por ynformaçión que nosotros los
dichos visitadores ovimos, fallamos que avia en el dicho lugar de Revellinos
setenta y çinco vezinos, pocos más o menos, entre los quales fallamos que avia
los quantiosos siguientes:
Pero Gallego, Juan de Medina,
Alonso Martín cojo, la de Alonso Martín, Françisco de Távara, Lope Meléndez,
Diego García, Juan Fernandez, Andrés Martín, Juan Herrero y Simón Herrero”
San Agustín, lo visitaron el mismo día e hicieron juntar al concejo en la
plaza donde leyeron los poderes y echaron los pregones. Hicieron el recuento de
los vecinos y hallaron que había 62, entre ellos tres cuantiosos: Juan
Hortolano,
El 11 de abril de 1538 hicieron juntar a concejo en Villafáfila y estando
presentes Diego de Villagómez e Alonso de Santa Cruz, alcaldes e Alonso de
Aguayo e Andrés Manso, regidores y Francisco García, procurador general, se
hizo el apercibimiento acostumbrado y mandaron pregonar que:
“si alguna persona que tuviese
quexa o quisise pedir e demandar algo al comendador de la dicha villa o sus
ofiçiales, que paresçiese ante nosotros los dichos visitadores e con brebedad
les faríamos justiçia. E ansimismo se les motificó que si alguna persona tenía
algunos çensos que mostrase los títulos con que los tenía, so pena de diez mill
mrs. a los que oviesen que en la dicha villa avía alguna cosa de la mesa
maestral o quantiosos, los viniesen diziendo”
No se visitan las iglesias porque
se visitan por el obispo. Los clérigos vecinos de la villa mostraron provisión
del Rey Católico para que les acudiesen con los diezmos de sus beneficios sin
embargo de cualquier mandamiento de visitadores en contrario.
Pasan a visitar el hospital de San Pedro como solían hacer en la
visitaciones pasadas y lo hallan en tal mal estado que se recomienda que se
vendan sus propiedades y lo que se obtengan se aplique a favor de los otros
hospitales de la villa:
“Visitaçión del ospital de San
Pedro: el qual es de tapia; está todo para se caer. Tiene un portal y a la mano
derecha dos cámaras y a la esquierda otras dos caydas en el suelo, que no
tienen más de la tapia. Tiene un corral e una huerta con su poço, e la huerta
tiene árboles, y fallóse por hospitalero
del dicho hospital a Fco Drago, viejo.
Ropa:
Primeramente tenía 6 cabeçales de
lana, otros 2 cabeçales viejos e uno de lienço.
2 mantas viejas rrotas.
De lo que más avían en el libro de
la visitaçión pasada no se da rrazón ni quenta dello eçeto quatro cabeçales muy
viejos e rrotos.
Tiene el dicho ospital dos
herreñales, el uno al camino de Valle, linderos
viña de Diego de Robles, arçipreste ye Fco de Caramaçana; el otro a
Carboneros, linderos de Santo Antón e Santiago que rentan 1 fanega de çebada
cada año.
Fallamos en esta visitaçión que
hazemos deste dicho ospital de Villafáfila, que no tenía más renta de los
dichos dos herreñales que rrentan una fanega de çebada e una huerta o cortina
questá dentro de dicho ospital, que no rrenta nada. E el dicho hospital está
para se caer e socabados los çimientos, y no tiene con qué se rreparar, e ay en
la dicha villa otros ospitales bien rreparados, paresçiónos que sería bien
queste dicho ospital e su huerta se vendiesen, e lo que por él se diese se
aplicase a uno de los otros ospitales de la dicha villa.”
A continuación hacen una relación pormenorizada de las rentas que tiene
el comendador en Villafáfila y su tierra:
Tiene el dicho comendador de
Castrotorafe en la dicha villa de Villafáfila en siete parroquias que ay en la
dicha villa de Villafáfila e su tierra, en cada una dellas señalado un dezmero,
del qual lleva la terçia parte, que puede rrentar un año con otro 17.000 mrs.
De çiertas tierras de pan llevar
que se llama la heredad de Palaçio, lleva de rrenta quarenta y dos cargas de pan mediado, e anda
con este arrendamiento la huerta que adelante se hará mençión.
Tiene una heredad de tierras en el
término de San Pedro de Molledes, que se llama el monte de San Pedro, que
rrenta setenta y ocho cargas de pan mediado trigo y çebada.
Tiene más en Villarrín otra heredad
que le rrenta honze cargas de pan mediado.
Tiene más en Rebellinos seys cargas
y mª de pan mediado.
Tiene más en el lugar de Santo
Agostín diez cargas de pan mediado.
Tiene más de rrenta en la heras en
la dicha villa que rrentan nueve ochavas de çebada.
Tiene más en una salina en la dicha
villa de rrenta dozientos rreales.
Tiene de rrenta y portazgo en la
dicha villa y tierra que rrenta 6.500 mrs.
Tiene más las martiniegas que
rrentan çien rreales poco más o menos.
Tiene más de fueros 450 mrs.,
dozientos mrs. sobre la plaza donde está el rrollo, e los dozientos çinquenta
sobre las casas de Juan de Castro e Enrique de Benavente y Alonso de
La huerta que dize la visitaçión
que rrentava mill e çiento e sesenta mrs., anda en la rrenta de las tierras e
no rrenta nada.
Tiene más, de la viña de
Santo Agostín que está aforada en tres fanegas de çebada .
Tiene más, de un yantar sobre el
conçejo de la dicha villa 800 mrs.
Tiene más, de rrenta de çiertas
viñas 4.200 mrs.
Tiene más, de la escrivanía de la
villa de Villafáfila 10.000 mrs.
Tiene más, de fuero en unas casas
de Santo Agostín dos gallinas e dos mrs. y mº.
En las casas de Pº Fernández, que
tiene agora Juan de
En Villafáfila, en la casa de Antón
de Muellédes que tiene Alonso Rasero e Juan del Cabello, una gallina y 3 mrs.
En Revellinos, en la casa de que
dize la visitaçión pasada es herreñal de Alvaro de León, dos gallinas.
En el campo de Juan del Canto, una
gallina e 1 mr., a
Una renta que en otras ocasiones
no habían averiguado eran las penas de cámara, de lo que ahora procuran
unformarse:
“Fuymos ynformados ansimismo que
tiene más el dicho comendador en la dicha villa de Villafáfila e en toda la
encomienda de Castrotorafe las penas y calunias e mostrencos y setenas y
marcos, de todos aquellos a quien se lleva esta pena, e porque de muchos e en
diversos tiempos y años las cosas que açerca dello pueden acaezer, no se puede
saber lo que vale, más de quanto dixeron que podía valer un año con otro, según
la ynformaçión que çerca dello obimos, fasta quinze mill mrs., poco más o menos.”
Después indagan el número de
vecinos, diferenciando los que viven dentro de la villa y los que viven en los
arrabales, y relacionando los más ricos,:
“falláronse en la dicha villa de
Villafáfila al presente sazón, en la dicha villa treinta vezinos. E fuera de la
dicha villa, en los arrabales fuymos ynformados que avía dozientos y sesenta
vezinos, con clérigos y hidalgos, que son y montan por todos los dichos vezinos
290.
Fallamos por ynformaçión que avía en la dicha
villa entre los dichos 290 vezinos, abía en ella los quantiosos siguientes:
Diego del Concejo el viejo,
Fracisco de Caramaçana, Alonso Fernández de San Pedro, Juan de Castro, Alonso
de Santa Cruz, Tomé de Ledesma, Juan García hijo de Pedro García, Francisco
Martínez de Santa María, Juan Manso de San Pedro, García Crespo, Diego Sánchez,
Fco Martínez de San Juan, Pedro García, Juan de Santa Cruz viejo, Bernaldo de
Caramaçana, Pedro Martínez, Francisco Aries, Alonso Sanchón, Rodrigo Rodríguez,
Juan de Valle de Santa María y Andrés de Ledesma.
Non mandamos a los dichos quantiosos que
tuviesen armas e caballos por quanto fuymos ynformados que nunca las tuvieron,
e porque los visitadores pasados les mandaron que las tuviesen, fueron sobre
ello al Consejo de las Ordenes, e en él sobreseyeron elas penas y nunca se las
mandaron tener”
Se entretuvieron en las visita dos días y medio :
“Gasto:
hízose de gasto en este lugar en
dos días y medio que estuvimos en visitarlo con nueve personas e seys bestias,
789 mrs.”.
Ese mismo año se inician las negociaciones para sacar de la orden la
villa de Villafáfila y su tierra para venderla a particulares y los visitadores
no vuelven a pasar por la villa.
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