miércoles, 10 de agosto de 2016

Felipe Martínez de Uña, El Anselmo. (1908-1936)


Felipe Martínez de Uña



Hoy hace 80 años morían, víctimas de la represión en la retaguardia de los primeros días de la Guerra Civil, Vicente Fernández Rodríguez, Patadicas y Felipe Martínez de Uña, El Anselmo.  Quiero dedicar este artículo a todos los muertos en la contienda civil de ambos bandos, que es uno solo, el bando de las víctimas. Víctimas del odio, de las venganzas y de la sinrazón, que dejaron la villa huérfana de jóvenes llenos de vida, y embargada de la tristeza de sus familias. Que las pasiones políticas nunca más vuelvan a desencadenar una espiral de violencia que es muy difícil de apaciguar.
Hoy, después de casi un siglo de aquellos acontecimientos, cuando los descendientes y familiares de unos y otros ya están mezclados, sirvan estas líneas de recuerdo y reconciliación, al margen de las ideas políticas.
Me voy a centrar en la biografía de Felipe, que no dejó descendientes, pues a Vicente se le ha recordado más veces, gracias al tesón de sus hijas, sobre todo Ladis en mantener viva su memoria, y a la que también le alegraría este recuerdo de su querido Felipe.
Falipe nació en 1908 en el seno de la familia formada por Juan Martínez Valverde, albañil, de una estirpe de albañiles que se remontaba a varias generaciones, que llevaba como mote el nombre de su bisabuelo, Anselmo; y por Consuelo de Uña Gallego, de una familia de artesanos procedente de Cerecinos de Campos. Fue el tercero de los hermanos:
Tomás 1901, Emerenciana 1903, Ángel 1905, Felipe 1908, Justina 1910, Manuel 1914, y Juanito 1917. 
El único que se casó fue Tomás, con Hermila de Santa Cirila que emigraron y sus descendientes viven el Cataluña. Los demás murieron solteros. (Manuel fue detenido en agosto y fusilado en diciembre de 1936).
Felipe aprendió a leer y escribir en la escuela de don Vicente Vidal y mantuvo desde el principio inquietudes sociales e intelectuales que fue saciando con las lecturas que le fue facilitando Vicente Fernández, con el que a pesar de la diferencia de edad, mantuvo desde muy pronto una estrecha amistad. También aprendió junto a su padre y hermanos el oficio familiar e la albañilería con el que se ganaban la vida, junto al cultivo de unas pocas tierras, de las que se solía encargar Ángel.
Antes de proclamarse la II República ya estaban arraigadas en él las ideas socialistas y pronto crean la Sociedad de Profesiones y Oficios Varios que se afilia a la U.G.T. y la Casa del Pueblo como sede.
Fue nombrado en mayo del 31 por el gobernador civil miembro de la gestora provisional del ayuntamiento por la dimisión de don Joaquín, hasta la toma de posesión de los concejales electos en junio de ese año.
 Felipe tenía una afición poética y se conservan unos versos escritos en febrero de 1931:







En enero de 1933 es condenado por la Audencia provincial de Zamora a cuatro meses de arresto mayor por tenencia ilícita de armas.


Felipe junto a sus hermanos realizan la obra de los pilones del Pozo de la Villa en 1933, siendo alcalde Alfonso Escaja, y el trinquete en 1935 ya con Florencio Patuña en la alcaldía.
El 6 de marzo de 1936, el nuevo gobernador civil de izquierdas, destituye al ayuntamiento de derechas, y nombra una comisión gestora en la que figura Felipe como concejal. Forma parte de las comisiones de Hacienda y Presupuestos, y de la de Urbana y Rural.
El 28 de abril es propuesto por el ayuntamiento para que sea nombrado oficial de telégrafos. La última sesión a la que asiste es la celebrada el domingo 19 de julio por la mañana cuando ya la sublevación militar había triunfado en Zamora, aunque en el acta de la sesión no se hace referencia ninguna a lo que estaba aconteciendo.
Los primeros momentos,  cuando se conoce que el alzamiento militar se ha impuesto en la provincia y que el tren de los mineros que se dirigían a Madrid, retorna a Asturias al saber que Aranda se ha impuesto en Oviedo, son de desorientación porque ignoran que cariz van a tomar los acontecimientos. Vicente, Felipe y José Barrera reciben la oferta del jefe de la estación de la Tabla de meterlos discretamente en uno de los trenes de mercancías que todavía circulaban para alejarlos de Villafáfila hasta ver en que acababa todo, pero ellos lo rechazan pensando que podría ser pasajero y se esconden en el monte. Después de unos días vuelven a casa clandestinamente y permanecen ocultos en el corralón de Modesta. A José Barrera, que había sido alcalde los meses anteriores, le recomiendan que se esconda mejor en el pueblo, debido a que sus problemas de visión podrían ser un inconveniente para mantenerse ocultos o vagando por el campo.
Cuando los falangistas y la Guardia Civil empezaron a detener a los militantes y simpatizantes socialistas, hacia el 8 ó el 10 de agosto, Vicente y Felipe se esconden en el monte de Barcial, donde estaba de guarda jurado un primo de Vicente, Esteban Miguélez, al que le dieron una buena paliza para que delatara su paradero.
La mañana del 12 de agosto un grupo de falangistas y guardias civiles del puesto de Villafáfila salen en dirección a Barcial en busca de los escondidos, que parece ser que habían dormido ocultos en las morenas del campo de la Jana.
Vicente se pegó un tiro en la sien con la pistola que llevaba para evitar que lo cogieran vivo, porque sabía lo que le esperaba, y así consta en la partida de defunción “herida en región temporal derecha” y en el libro de difuntos de la parroquia se anota “falleció suicidado en el campo de la Jana”.
Felipe echó a correr perseguido por los falangistas y guardias que le dieron alcance cerca del Puente de Quintos, donde fue sometido a crueles torturas antes de arrojarlo al río Esla. Según se anota eufemísticamente en el libro de difuntos parroquial: “el día 12 de agosto apareció muerto y fue reconocido por varios vecinos de esta villa cerca del Puente de Quintos, en término de Perilla de Castro.”
El cadáver de Vicente fue sometido también a mutilaciones y llevado en el camión de la fábrica al pueblo donde fue enterrado. El de Felipe no se sabe donde está enterrado.

Sus hermanas, encerradas en casa por la reciente muerte de su madre, ignorando su paradero y para intentar saber donde podría estar detenido, le enviaron sendos paquetes a su nombre a las cárceles de Benavente y de Zamora, que les fueron devueltos. Tiempo después se enterarían de su triste destino.

Añado unos versos a él dedicados, que compuso otro poeta del pueblo Alejandro Tejedor Gómez, "El Chonche", nacido en 1912, depositados en  el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca ES.37274.CDMH/11.37.2:











miércoles, 3 de agosto de 2016

La Obra Pía de Babilés Martínez

En las disposiciones testamentarias del siglo XVI la salvación del alma del difunto era el principal propósito y así encontramos abundantes ejemplos de fundaciones de aniversarios, capellanías y pías memorias de diferentes obras de misericordia.
Las más frecuentes son dotaciones para casar huérfanas, vestir pobres, acoger peregrinos o enfermos. Mas raras son las dotaciones para becar estudiantes de la que tenemos un ejemplo en Villafáfila, de uno de nuestros antepasados, Babilés Martínez, del que a través de diferentes ramas descendemos la mayoría de los habitantes de Villafáfila y comarca.
En su testamento funda una beca para un estudiante universitario de Artes, Teología, Cánones, Leyes o Medicina en las universidades de Salamanca, Valladolid, Alcalá u otra española o extranjera que fuera católica; y otras dos becas para estudiantes de enseñanzas medias de gramática o latín.

Testamento de Babilés Martínez


Babilés Martínez debió de nacer hacia 1515 por testimonios posteriores en diferentes procesos en los que participa como testigo. Era hijo de Pedro Martínez,  un labrador y ganadero con buena hacienda.
 Se casó con María de Caramazana, también hija de labradores ricos con antepasados dedicados a la producción de sal.
Babilés fue persona “muy emparentado” con los vecinos de la villa en el siglo XVI según lo reconocen  otros vecinos, así su red de influencias por su cuñados, primos, consuegros y sobrinos le hacía ser uno de los personas de más manejo en la vida pública y en la política local y así lo refieren sus coetáneos
Igual que su padre y sus familiares participaba en la política local: fue alcalde en 1557, 1565, 1573, y regidor en el 71 y  76 por lo menos.
Pero además, como decía, el manejo de los asuntos de la villa lo ejercía también bajo cuerda.

Cuando llegó a la villa un nuevo corregidor, Cristóbal de Aguilar Soto, que trató de acabar con la endogamia en las elecciones municipales, donde se elegían de unos años a otros parientes a parientes y amigos a amigos, se produjo un gran enfrentamiento que trajo como consecuencia la supresión de las elecciones  en el año 1577 por parte del corregidor como representante del señor de la villa, el marqués de Tábara, llegando a quitarle la vara de justicia a los alcaldes y encarcelar a uno de ellos.  El marqués, desde Tábara, envió a un juez especial, que confirmó la decisión del corregidor:

Villafáfila 25 de junio de 1577, visto este proceso por el dicho señor Pedro Negral, gobernador de todo el estado y señorío del marqués de Tábara my señor, a quien el dicho negocio de suso está rremitido por su señoría ilustrísima, dijo que confirmaba e confirmó en nombre de su señoría el auto dado e pronunciado por el señor Xbal de Soto, corregidor desta villa en que se anula y da por ninguna la dicha elección e nombramiento fecho por Antonio Marbán, y Bartolomé Gallego, alcaldes, y Babilés Martínez, y Luis de Barrio Marbán y los demás regidores e procurador desta villa, declara los oficios por bacos, y nombra conforme a que los dichos regidores no eligieron conforme a la ley capitular

Por parte del señor se procedió a nombrar otros dos acaldes, cuatro regidores y un procurador, entre los vecinos favorables al marqués.
La elección de los alcaldes y regidores por parte del marqués ya había sido la causa de un gran pleito entre la villa y su señor treinta y cinco años antes, cuya sentencia fue favorable a la villa, y ahora  provocó grandes enfrentamientos entre los dos bandos de vecinos, la mayoría en torno a Babilés Martínez, y otra parte en torno al corregidor, y el recurso judicial ante la justicia real, en principio ante el Alcalde Mayor del Adelantamiento del Reino de León.


Dibujos entre las hojas de las cuentas de la fundación


Como los recursos municipales quedaron en manos de los favorables al corregidor, los del bando contrario buscaron la fórmula de poderse financiar el pleito mediante una colecta entre los vecinos, disfrazada como la devolución de un préstamo:

En el desorden que hubo en elegir los oficiales el año de 77 se hizo otra elección por el gobernador de su señoría y los dichos Luis de Barrio y Babilés Martínez se juntaron en San Salvador y allí hicieron una escritura en favor de Lope García, cura de la iglesia,[era hijo de una hermana de Babilés] y entraron en ella muy gran cantidad de veçinos de la villa y la escritura dice que Lope García presta doscientos ducados a aquellos particulares para segar sus panes, siendo personas de las que entraban en la escritura de mucha cantidad de hacienda, y después de hecha la escritura andaban Luis de Barrio, Babilés Martínez y Lope García por la villa de casa en casa, sacando trigo y dineros para el pleyto diciendo que se llebaba el marqués las helecciones y si no lo defendían les tomaría la Loma y aún sus haziendas”.

La sentencia del pleito fue favorable al  bando enfrentado al marqués y el uno de enero del 78 se eligieron nuevos oficiales.
Así y todo el manejo de Babilés siguió ejerciéndolo bajo cuerda, manteniendo reuniones secretas, al margen de los acuerdos tomados en el ayuntamiento, para mantener al corregidor fuera de las decisiones políticas municipales:

"En el año de 78 se juntaron en el regimiento y llamaron al corregidor para tratar sobre las alcabalas y el encabezamiento dellas, y se ofreció de tomar el trabajo de ir a la corte para que se hiciese más a provecho para la villa y se trató con el regimiento y con otras personas honradas que para esto llamaron, y se trató que fuesen Blas de Castro y Babilés Martínez a dar cuenta a Juan de Granada, administrador de las alcabalas en Zamora, a decir que se querían encabezar y a pedir una carta para que ynterim que se iba a Madrid,  no apretase con tanto rigor a los vecinos desta villa, y después so color de negociar lo susodicho, encabezaron el lugar por 600.000 mrs en cada un año por quatro años, cosa que es ymposible para la villa poder pagar, y no solamente encabezaron sino que arrendaron ellos mesmos las alcabalas si la villa no salía por ello y este tº les dixo porque habeis ezedido la horden que el regimiento les había dado y respondió el Blas de Castro que horden habían llevado del lugar, dando a entender que, aunque en regimiento no se había mandado, en otro cabo se habría acordado y este tº tiene para sí que en casa de Babilés Martínez era la junta, porque es el que mas trae a la villa por su mano y el mas aparentado”.  

Resumiendo, que se había tratado en el ayuntamiento, en presencia del corregidor, que tenía voz pero no voto, el asunto del encabezamiento de las alcabalas, es decir una especie de IVA del 10% de todo lo que se compraba y vendía, y que los pueblos solían pagar a tanto alzado cada año y luego se repartía la carga entre los vecinos según sus tratos,  y se acordó que fueran dos de los vecinos principales del pueblo Blas de Castro y Babilés a solicitar en Zamora un aplazamiento del mismo al administrador provincial, en tanto que el corregidor iría a la corte a Madrid a pedir una reducción de la cuantía del impuesto. Pero posteriormente habrían tenido una junta en casa de Babilés Martínez, el ayuntamiento con otros vecinos y les habrían dado instrucciones para que se encabezaran ya en Zamora, incluso que las arrendaran ellos mismos.

Parece que se aprovechaba de su posición en el ayuntamiento para su beneficio. Así lo declaran  en 1579 varios testigos favorables del corregidor Cristóbal de Aguilar Soto, su gran enemigo en sus años finales.
vio que siendo regidor Babilés Martínez (1576-77) el invierno pasado, so color de tener arrendado un término distinto que se llama Fortiñuela (una dehesa situada entre Villafáfila y San Agustín),  que es término para sustentar en el invierno trescientas cabezas de ganado menudo, ha traído dos hatos, uno de carneros de 400 y otro de ovejas y traía este ganado por los términos desta villa y este testigo lo topó en un término que se llama Las Pedreras, que tiene por seguro que no estaba acogido ni pagaba nada por el herbaje

porque otros años, aunque se trataba que uviese secreto, como ellos (refiriéndose a Babilés Martínez  y otros) eran ganaderos y sus hermanos y deudos abisaban a los ganaderos del día que abian de yr a contar y ansi lo metían y pasaban a otros términos”

 Según tetimonio que tomó a un pastor suyo, Babilés tenía dos hatos de carneros y ovejas en Fortiñuela en cantidad de mil cabezas poco más o menos, muchos más de los que se podían mantener bien en esos términos. El corregidor procedió contra Luis de la Cántara, pastor de Babilés:
 " por toparle con sus ganados sin estar acogidos en ella, y tiene para sí que otras muchas veces entraría en el termino y por ser regidor no le prendaban, ... los regidores del 76 vendieron a Babilés el agua de la Fuente de Ampudia, y so color de venir a beber el agua comería los términos desta villa sin estar acogido... y el precio por el agua de Ampudia era menos de los que valdría."

 Como además de ganadero eran uno de los principales labradores también procuraba que las decisiones municipales le resultaran favorables:
antes por se aprovechar los regidores hicieron un acuerdo y mandaron apregonar que los que quisiesen traer pan cocido que lo vendiesen y, so color de este acuerdo, hubo muchos labradores ricos, especialmente Babilés Martínez, que siendo un labrador de los más ricos del pueblo y regidor, vendió grandísima cantidad de pan a masar y pagar y lo daba a panaderos desta villa por arrobas ... y este testigo [el corregidor] prozedió contra él, pero por ser tan emparentado no pudo aberiguar la cantidad grande, mas de que se hizo prozeso ante Fco Fdez, y Luis de Barrio Marbán, regidor e intimo amigo de Babilés Martínez le dio noticia dello”.

Pero Babilés maniobró a tiempo:
 “y hecharon a Luis de Robledo, pariente de Babilés a que denunciase ante Bartolomé Gallego, alcalde grande amigo suyo, el qual hizo cierta ynformación y con ella prendió esta colusión por me lo quitar, luego este testigo hizo cierta información contra esta colusión y lo volvió a prender”.
Es decir que por esta denuncia ante uno de los dos alcaldes de la villa, que era su amigo, conseguían quitar el proceso de la jurisdicción del corregidor, y obtener la absolución. No obstante el corregidor volvió a prenderlo por nueva denuncia y procedió contra él.  Lo que es bien significativo del encono a que habían llegado las relaciones entre ambos.

Parece que también favorecía a sus parientes con las decisiones municipales, así Babilés y los otros miembros el ayuntamiento en el año 1576 dieron a los vecinos de San Agustín ciertas tierras concejiles que habían quedado vacantes, y en vez de repartirlas justamente:  “ se dio a Alº Suena su parte, que es un hombre, de los más ricos, que en el lugar ay, por ser pariente”.

Estas actividades le procuraron buen capital que a veces prestaba a censo, es decir con garantía hipotecaria, y otras a prenda, contra el depósito de algunos objetos de valor.

Cláusulas del testamento

En 1576 hacen testamento  María de Caramazana y Babilés Martínez por el que dejan herederos a sus hijos,  María, casada con Juan Rodríguez, Inés, casada con Juan Tartalla,  Antonio, casado con Antonia Rodríguez, y a los solteros Gaspar, Pedro y Babilés.

En el mismo dejan fundada una Obra Pía o Memoria para dotar de una beca a un estudiante en la universidad y en estudios de gramática, y si sobra para casar a alguna doncella pobre, elegidos entre sus descendientes.

Resumen del testamento de Babilés Martínez y María de Caramazana, su mujer.
Archivo Diocesano de Zamora.  Parroquia de San Salvador de Villafáfila Caja 113.1, libro 17.
(Aprovecho para agradecer a Lera su buen trato y atención en el archivo)

Después de hacer la habitual profesión de fe y obediencia a la Iglesia Católica, mandan que sus cuerpos sean sepultados en la iglesia de San Salvador   y San Miguel de Villafáfila: “adonde me asiento yo,  María de Caramazana”
 Mandan 20.000 mrs  cada uno para cumplimiento de una serie de encargos por sus almas y “medio paño blanco pardillo para los pobres”, entre los que se incluirá a María Brava, que seguramente habría sido una de sus criadas.
Mandan que se les hagan el entierro y las honras el mismo día y que se pongan  como ofrenda dos hachas, dos docenas de panes, dos azumbres de vino y docena y media de cirios de “a quarterón”.

María deja mandado  que se le digan sendos treintenaros abiertos  en los conventos de San Francisco de Benavente y  San Jerónimo  de Tábara, y  que se ofrende  sobre su sepultura tres  días por semana y los domingos y fiestas de guardar de pan, vino y cera durante un año y un día para lo que encarga a su hija mayor, María Martínez, mujer de Juan Rodríguez.

Babilés ordena  diferentes mandas:
-A su criada Francisca Drago dos mantas nuevas y un cabezal, a mayores de la soldada que se le deba.
-A María Parrado, mujer de Luis de Caramazana de San Salvador una manta nueva porque ruegue a Dios por sus ánimas
- A María, vecina de Otero, antigua criada, y a María de Muélledes, mujer de Francisco Garzón 1 ducado  a cada una para que rueguen a Dios.

Antes de hacer las cuentas dejan mandado que sus testamentarios rediman la tercera parte de un censo que tenían conjuntamente con Juan Gacía y Diego de Collantes, difuntos a favor de Antonio García de Benavente o sus herederos.

En un libro de cuentas dejan asentado lo que habían entregado a sus hijos casado para que se tenga en cuenta para los repartos.

Declaran que al casarse aportaron al matrimonio de sus herencias bienes equivalentes para evitar problemas de reparto de las legítimas.

De lo que reste de  “el quinto”, la quinta parte de sus bienes, después de gastados los 20.000 mrs que toman por sus almas, manda que se compren heredades y censos a 14.000 el millar (hipotecas al 7% de interés) para que del usufructo de dichos bienes:  
se alimente un estudiante en la Universidad de Salamanca, Valladolid, Alcalá de Henares o otra universidad, así en España como fuera de ella, como sea de las católicas y aprobadas, o fuera de la universidad  en otros estudios un estudiante o dos o más, los que abajo por nosotros fueran nombrados y se cumplan las obras pías que abajo diremos y las condiciones por nosotros declaradas:
- Que las heredades que se compren de los dichos quintos  no puedan ser  vendidas, trocadas, cambiadas ni enajenadas por ninguna razón y estén siempre bien labradas y reparadas que la memoria de ellas no se pierdan
- Que las heredades no las pueda gozar por sí ni por terceros el estudiante que gozare el usufructo de ella, ni su padre ni curador, sino que el administrador que fuese las haya de arrendar por público pregón a otro que más con autoridad dela justicia.
-Al administrador  se le de por administrar y hacer las pagas al estudiante o estudiantes y demás obras pías la décima parte de los réditos que rentaren.
-A cuenta de los réditos se digan perpetuamente en San Salvador  una misa cantada y dos rezadas el día de San Miguel con sus responsos sobre nuestras sepulturas y se de la limosna acostumbrada y se ponga una tabla en la dicha iglesia fijada con su cadena en alto en parte donde se pueda leer que estén puestos fielmente por memoria la suma de esta dotación de los aniversarios y memoria y si fuere posible este firmada de los visitadores y cura de la iglesia.
-Que la administración de la memoria la tenga nuestro hijo mayor varón y vaya siempre de mayor en mayor , siendo referido el varón a la hembra  aunque la hembra sea mayor ; y si el administrador fuera de menos de 25 años o persona tal que según derecho no se le pueda fiar administración que la administre su curador .
- Si no hubiere varón o hembra de nuestra descendencia que pase la administración a los descendientes de Leonor de Caramazana, hermana de María, o de María Martínez o Catalina Álvarez hermanas de Babilés, con las mismas condiciones.
-Que nuestro nieto o nieta, muerto el padre, representen en la sucesión de esta administración, aunque haya hermanos del padre vivos.
-Mientras viva uno de los dos fundadores que administre el quinto del otro y sólo pague 7.000 mrs al estudiante por la administración.
- No habiendo algún año estudiantes o nietas por casar se empleen los 7000 mrs en comprar heredades o rentas hasta llegar a la cantidad que renten 50.000 mrs en dineros o en pan tasando el trigo a 1000 mrs la carga y la cebada a 500 mrs para tener siempre rentas de 50.000 mrs cada año.

-Teniendo los 50.000, los años que no haya estudiante se elija y case una huérfana de padre o de madre pobre en cada año de nuestra descendencia si la hubiere, y si no que se elija pobre aunque tenga padre y madre,  que la nombre el administrador de esta memoria. Y no habiendo pobre descendiente nuestra, que se elija de las descendencias de Leonor de Caramazana y de María Martínez y de Catalina Álvarez. Se llamarán pobres las que no tuviesen de bienes suyos o de bienes de sus padres que les pudieran dar sin perjudicar las legítimas de los demás hijos, de 200 ducados arriba a tasación de dos hombres , uno por el administrador y otro por la justicia, y en caso de discordia un tercero nombrado por la justicia.
-En caso de faltar descendencia de las hermanas y no habiendo ni estudiante ni pobre por casar  se repartan dos partes para los pobres de la parroquia de San Salvador y una parte para la fábrica de esta iglesia para que más decentemente salga el cuerpo divino, salvo que al que quedare de nosotros el año que no haya pobre ni estudiante le pareciere dejarlo a otra cofradía, o comunidad o obra pía y no a los dichos pobres o fábrica.


Firma y rúbrica del escribano en el testamento

-Que las huérfanas no puedan ser elegidas de diez años abajo.
-El estudiante que llevare los frutos o rentas que estudiase en Salamanca o en otras universidades  Artes, Teología, Cánones, Leyes o Medicina, se le den 1000 reales cada año y si no lo que rentare la memoria , sacada la renta del administrador y coste de los aniversarios, pagadas en cuatro tercios: uno ocho días antes de San Lucas, otro en Navidad, otro por Pascua de Flores, y el último por San Juan de Junio.
- Lo que sobrare de los dichos 50.000 sacados los 1000 reales, se de a dos estudiantes que estudien latinidad en cualquiera de los dichas universidades o fuera de ellas como sea en estudio, por iguales partes y por los dichos cuatro tercios, y si no hubiera dos estudiantes se de todo a uno.
-El estudiante ha de ser de nuestros descendientes y en caso de que haya dos o tres o más, sea preferido el más propincuo y en caso de igualdad sea preferido el que fuera más hábil, según los examinadores de la ciudad de Astorga de los diputados para el examen de los beneficios que nombrare el obispo o su provisor, y se de a cada examinador a costa del que fuese proveído 2 ducados y al señor obispo o a su provisor otros dos ducados, y al escribano y demás oficiales sus costas, y de lo que pronunciaren los examinadores no pueda haber apelación, y si la hubiere goce el que los proveedores elijan y lo mismo queremos con los estudiantes de gramática.
-Acabado el tiempo para estudiar su gramática si no hubiera otros que la hayan de estudiar, mientras lo hubiesen, que quieran estudiar otra ciencia se les de lo que se les daba en la gramática mientras estudiaren la otra ciencia, con que no pasen de 5 años.  Con que saliendo quien la estudiare sea de 10 años arriba no se les dé más, si no a los que estudiaren gramática, aunque no hayan pasado los dichos cinco años.
-Si no hubiere estudiantes nuestros que estudiaren después de 15 años los gocen los descendientes de las hermanas  Leonor de Caramazana, María Martínez y Juan García y Catalina Álvarez viuda de Juan Rodríguez..
- El estudiante de Salamanca u otras universidades no lo haya de gozar más de 7 años y los de latinidad no más de 4 años.
- Si hay estudiante gozando hasta los dichos años no le interrumpan su estudio aunque salga otro que si antes hubiese salido fuera preferido. Esto para nuestros descendientes, pero si saliera un descendiente sea preferido a un no descendiente aunque no pasen los dichos años,
-Que el estudiante de la universidad no sea de 14 años abajo ni de 30 años arriba, y el de gramática que sea de 10 años arriba y de 30 años abajo.
-Ha de residir en la universidad o estudio más de 9 meses arriba, y si estuviese menos de los 9 meses se les descuente pro rata y se de a los pobres de San Salvador o de otra parroquia.
Si estudiaren otra ciencia de las dichas otras que no sea gramática, haya de haber sacado primero aprobación y cédula de la universidad y sin la tal aprobación no se les de la dotación porque queremos que se de a gente que la aproveche.
-No habiendo estudiante nuestro nieto que antes que se nombren los bisnietos u otros estudiantes, ni nietas nuestras pobres que tuviesen menos de los dichos 2000 ducados que se elija a una de ellas aunque no fuese pobre con que tenga de diez años arriba, pero acabadas las nietas pobres que la dicha dotación siga adelante.
- Si por el tiempo se acabasen los descendientes de Babilés y María y de nuestras hermanas que la memoria y sus rentas se den a la fábrica de San Salvador y San Miguel para que se compren ornamentos y cosas necesarias para el culto divino, y la cuarta parte se gaste en limosnas, misas y sacrificios por nuestras ánimas y de nuestros descendientes, salvo que el que sobreviviere lo quiera dejar a otra comunidad u obra pía.

Mientras viva uno de los dos puede administrar el quinto del otro directamente o poner administrador y pueda alterar las condiciones que le parecieren ser necesarias para que la dicha dotación haya efecto para siempre; además mandan que de los 7000 mrs que ha de pagar al que sobreviviere de los dos primeros años se doten dos aniversarios en la cofradía de San Gervás de esta villa en S.Salvador.

Si alguna persona quisiere acumular a esta dotación su hacienda o parte de ella que en esta dotación hayan parte los que esta persona nombrare y en la parte de ella los por nosotros nombrados.

El administrador debe dar cuenta cada año al estudiante o las huérfanas o a la iglesia que hubiera de haber los frutos de cada un año y si el administrador no fuera tan abonado se le pueda pedir por el estudiante o la huérfana que dé fianzas y si no las diere que no pueda cobrar las rentas de tal año pero que no se le quite la administración.

Pero antes de que se disponga de sus bienes manda "que nuestros testamentarios tomen la primera bula o jubileo que viniere después de muertos ambos".

Nombra por albaceas y testamentarios a Juan Rodríguez, su yerno y a Francisco de Villalba.

El testamento se otorga el 4 de octubre de 1576 ante Francisco Fdez, escribano, siendo testigos el Bachiller, Lope García, cura de S, Salvador, Hernando de Caramazana, clérigo, Andrés de Barrio, Francisco Gutiérrez, criado del escribano y Luis de la Cántara, criado de Babilés.

María de Caramazana muere  antes de acabar 1576 y Babilés sobrevive tres años más y modifica el testamento apartando a los descendientes de la sobrina de su mujer, Antonia de Barrio, hija de Leonor de Caramazana, por causas que a ello le mueven, supongo que será por la deudas que mantiene con él Baltasar de Mezquita, su marido.

Declara los bienes que han recibido sus tres hijos casados: casas, tierras, ovejas, mulas o bueyes, alguna tierra y pan en grano.

Poco antes de fallecer Babilés, había fallecido uno de sus hijos solteros, Gaspar  y manda que se gasten 40.000 mrs por el alma de su hijo.

A su muerte tiene dos casas y una bodega, las tierras, 763 cabezas de ganado ovejuno, 3 mulas, una yegua, un rocín y un burro tasado todo ello en 1.494.312 mrs., que sacadas las deudas le quedan 1.146.703, por lo que el quinto asciende a 229.340 mrs.

Quedó como administrador de la memoria, el hijo mayor, Antonio Martínez, que había estado en el estudio en Valladolid, pero se dedicó a la labranza. Después de enviudar la primera vez,  se casó con Isabel de Barrio y tuvo varios hijos.

Firmas de los visitadores de Astorga al libro de la fundación

El primer estudiante en Salamanca fue el hijo pequeño, que se llamaba como su padre, Babilés, que estudió cánones  entre 1581 y 1585 y se ordenó sacerdote. Los visitadores de Astorga al tomar las cuentas de esos años miran que se cumplan las  misas, pero las cuentas entre ellos no las toman.

El hijo mayor, Antonio, también ganadero como su padre, no llegó a tener el manejo de éste en la política local, aunque ejerció cargos de regimiento y justicia,  falleció en junio de 1596 y dejó al morir un alcance (una deuda) en favor de la memoria de 95.046 mrs. Igual que administró mal la memoria, también lo hizo con su propia hacienda, dejando abundantes deudas, por lo que hubo pleito de acreedores a sus bienes, entre otros su mujer en defensa de sus bienes dotales.

La deuda no se llegó a cobrar y el año 1596 no se pudieron arrendar las tierras, por la grave crisis en la que estaba sumida la villa. La administración de la memoria le correspondía al hijo mayor de Antonio, Francisco Martínez, pero como era menor se encarga de la misma su tío Babilés Martínez, el cura.

El siguiente beneficiario de la beca fue Juan Franco  desde 1598 al que le dieron 14.348 mrs y llegó a ordenarse sacerdote y fue cura de Santa María.

Alvaro Martínez, nieto de Babilés fue estudiante en Salamanca desde San Lucas de 1605 durante tres años en la carrera de cánones, pero no siguió estudiando y se casó en Villafáfila,

Otro nieto de Babilés, Marcos Martínez fue estudiante en Salamanca durante 5 años hasta 1614 y se ordenó sacerdote y fue cura de San Juan.

La memoria siguió siendo administrada  por Babilés Martínez, hijo, que fue el cura de San Salvador hasta su muerte en 1616.
Como sólo se conserva el primer libro de esta memoria no llegamos a saber si continuó por muchos años becando a estudiantes descendientes de Babilés Martínez o se perdió con el tiempo como tantas otras fundaciones.