En 1932 tuvo lugar en Otero de Sariegos un crimen pasional
con gran repercusión en la provincia, apareciendo en la prensa nacional y en
coplas de cordel que se recitaron por las comarcas cercanas. Agradezco a Mario de León el haberme facilitado del atestado y las coplas.
Siguiendo el atestado
de la Guardia Civil trataré de hacer un relato de los hechos.
La primera noticia
A las once de la
mañana del pasado día 19 tuvo conocimiento la guardia civil de Villafáfila de
que en el pueblo de Otero de Sariegos habían sido muertos a mano airada dos jóvenes
de la localidad. Inmediatamente salieron para el lugar tres números de la
benemérita al mando de un cabo, y llegados allí comenzaron a instruir las primeras diligencias , dándose el caso de
no encontrarse en el pueblo ni el juez municipal ni el suplente.
(El juez municipal era Ignacio Montero Costilla y el suplente
Modesto de Leon Fidalgo, padre de Ermelo)
Hallazgo de los
cadáveres
Cuando la guardia
civil penetro en la casa que fue escenario del suceso, halló junto a la puerta
que da acceso al corral, el cadáver de una mujer joven , la cual se encontraba
en posición de decúbito prono en paños menores, y el hombre en decúbito lateral
izquierdo. El suceso en los primeros momentos
aparecía dentro del más profundo misterio, pues el reducido vecindario
de Otero –su censo es de veinte vecinos- aparentaba no saber nada de lo que
había pasado. El cadáver del hombre empuñaba en su mano derecha una pistola automática cuyas cápsulas habían
sido disparadas.
(El censo ese año era de 129 vecinos de derecho y 132 de hecho)
Motivos del crimen
Se tiene la creencia
casi segura de que los motivos que impulsaron al hombre a asesinar a la joven y
a suicidarse él después, no fueron otros que contrariedades amorosas. Demuestra
esta creencia el haber encontrado en los bolsillos de la americana del hombre
cuatro hojas de papel escritas con tinta y lápiz. La redacción de los
mencionados escritos era en forma romántica y novelesca, sobre todo uno de ellos que iba firmado por el suicida. También practicó la
benemérita un detenido reconocimiento en el lugar del crimen, que no dio
resultado alguno.
Cómo ocurrió el
asesinato y el suicidio
Ermelo de León
Ferreras de 22 años de edad, soltero,
labrador de oficio, que habitaba con sus padres
en Otero de Sariegos, y Damiana
de Léon Gómez, de 16 años, también soltera, de la misma vecindad, y huérfana de
padre y madre, sostenían relaciones amorosas desde hace tres años, las cuales
se rompieron por exigencias de los familiares de ambos en el mes de mayo
último. Ermelo desde entonces vivía en estado de desesperación, pues había
requerido a Damina para reanudar las relaciones
en varias ocasiones. Ésta se negó a ello. Así las cosas llegó el día 18
de los corrientes y Ermelo penetró en el
domicilio de su exnovia, que vivía con su hermano soltero, en ocasión de hallarse éste fuera del pueblo, presentándose
de improviso frente a Damiana que se encontraba acostada. La joven al darse
cuenta de la presencia de Ermelo en su habitación, se levantó del lecho y
corrió en dirección a la puerta del cuarto con intención de huir de su exnovio,
y salir a la calle en demanda de auxilio.
Entonces Ermelo, viéndose comprometido,
sacó una pistola que llevaba oculta y disparó por cuatro veces contra
Damiana, la que cayó al suelo en medio de un gran charco de sangre, y muerta
instantáneamente. Cometido el crimen, el asesino escribió una carta de
despedida a sus padres, dándoles cuenta de lo hecho por él, carta que fue encontrada
por la guardia civil.
Las heridas
El médico forense del
partido y el titular del pueblo reconocieron los dos cadáveres, a los que
apreciaron las heridas siguientes: A
Ermelo dos heridas por arma de fuego en
la región temporal derecha , y a Damiana en la región externo-caudal superior ,
otra muy próxima a la anterior, otra en la región iliaca posterior izquierda y
la última en el hipocondrio , aunque muy superficial. Las cuatro heridas por
arma de fuego y mortales de necesidad,
según el diagnóstico de los facultativos.
De la noticia se hicieron eco no sólo los periódicos
locales, como el Heraldo de Zamora, sino
otros mucho nacionales, como el Heraldo de Madrid, La Vanguardia de
Barcelona, Las Provincias de Valencia, El Día de Palencia, Heraldo de Almería, El Telegrama del Rif de Melilla por poner unos ejemplos. La
noticia la recibirían a través de agencia, por lo que algunos repiten los
errores en los apellidos, y otros, como que Ermelo tenía un tiro o que Damiana vivía con una hermana.
Un crimen pasional era un buen tema para difundirse por los
pueblos en los llamados pliegos de
cordel o coplas de ciego que se vendían por
los pueblos, a veces mecanografiados, a veces impresos.
Transcribo un ejemplar mecanografiado que me ha facilitado Mario
de León, aunque contiene algunos errores como fechar el suceso en 1931, cuando
ocurrió en 1932.
Damiana había nacido en Otero en 1916, hija de Bruno de
León Rodríguez y de Regina Gómez
Ledesma. Su padre murió cuando ella tenía dos años y su madre se casó de nuevo
con Martín de León Montero, primo de su anterior marido. Pero murió también cuando
Damiana no había cumplido 4 años, quedando otro hijo, Gregorio, de 8 años. Éstos, ya mozos y sin familia directa vivían
en la casa familiar, de donde se había ausentado Gregorio para ir a la Granja,
donde tenía una novia, Clemencia Nogueras, con quien se casaría después de los
hechos.
Damiana era muy guapa. Todavía una niña de entonces que tenía 7 años cuando el suceso, María Justo, la recuerda, y le queda la imagen de la melena cayendo por las andas cuando la sacaban de la casa.
Ermelo había nacido también en Otero en 1910 era hijo de
Modesto de León Fidalgo y de Genoveva
Ferreras Temprano, una familia de labradores
con varios hijos. Era primo del padre de Damiana. En la familia no consta que
se recibieran las cartas que se describen en el atestado y en las coplas.