viernes, 17 de noviembre de 2023

Los Visitadores de la Orden de Santiago en Villafáfila. Siglos XV-XVI

 

Los Visitadores de la Orden de Santiago en Villafáfila.

Siglos XV-XVI

                                                                         

          




La villa de Villafáfila y su tierra había sido donada a la Orden de Santiago por el rey Fernando II de León en 1181 y definitivamente por su hijo Alfonso IX en 1229. Desde entonces permaneció en sus dominios primero como encomienda independiente y después unida con la de Castrotorafe hasta su enajenación en 1541.

Para el buen gobierno de las tierras y posesiones de la orden era necesario un preciso y actualizado conocimiento de las mismas y de sus pobladores, por lo que se estableció un sistema de visitas periódicas de todas las propiedades de la orden. Los encargados de realizar estos informes recibieron el nombre de “visitadores”, y eran miembros de la misma, bien caballeros bien clérigos, enviados por el Capítulo General o por el maestre a recorrer las encomiendas, conventos y pueblos de la orden, informándose del estado de los mismos, de  los aconteceres que ocurrían y recibiendo las quejas y peticiones de los vasallos.

 

Tenemos constancia de la actuación de visitadores en Villafáfila desde el siglo XIV:

segund fallaron por una carta que dieron Juan Fernández e Juan  Pérez, visytadores por el maestre Don Pero Fernández, que Dios perdone, sobre ciertos agravios que quexaran ante ellos, que segund los testigos que abían tomado, que no abían porque dar al dicho comendador ropa ny  leña para su palacio ni para el alcacer, ny debían tomar homes ny bestias para se la llebar ny mugeres para que se lo masasen pan”.


Documento del maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa. Año 1400

En agosto de 1417 llegan a la villa: 

Diego Álvarez de Mesa e Juan Núñez de Prado, comendador del Holiva e Fernán Sánchez, capellán de nuestro señor el hinfante Don Henrrique, maestre de Santiago, visytadores asynados en la provincia de León por el dicho señor maestre e su horden” ,

donde ejercen la justicia, en nombre del maestre, para resolver los conflictos suscitados entre el comendador y el concejo de Villafáfila.

Conocemos los nombres de algunos visitadores de la encomienda de Castrotorafe en el siglo XV, pero no queda constancia de sus actas de visitación. Así después del año 1426: 

Alonso Ferrández de Godoy, comendador de Villamayor, Alonso Rodríguez, comendador de Carrizosa, e García Fernández, freyle, vesytadores e reformadores que fueron del señor ynfante 

confirmaron una donación de una aceña de Castrotorafe a García Gómez. La primera visita de la que se conservan las actas es de 1494, y los visitadores llevaban con ellos a modo de guía las actas de una visita anterior realizada por el prior García Ramírez, no sabemos en qué fecha:

en el libro de la vesitaçión del prior don García Ramírez y en la relaçión que nos dio el secretario Juan de la Parra”.

No había una periodicidad fija para establecer las visitas, sino que el maestre enviaba cada cierto tiempo, o cuando surgía algún conflicto, a unos visitadores a las diferentes provincias en las que estaban agrupados las villas y pueblos, en grupos de dos o tres personas en las que figuraban uno o dos caballeros de la orden y un clérigo de la misma, acompañados de un escribano y con el correspondiente personal de servicio.

Carta de seguro de los Reyes Católicos a los visitadores de la orden de 1480


Así lo recuerdan los vecinos de Villafáfila en 1543:  un caballero que traya el avyto e cruz de Santiago y un clérygo religioso de San Marcos de León”. Siempre traían consigo un escribano ante quien pasaban los autos de la visitación, y 4 ó 5 criados de servicio; y el concejo les proporcionaba dos o tres posadas para su alojamiento en casa de algunos vecinos de la villa, a los que se les pagaba por su servicio:

seyendo este testigo procurador general pagó por mandado del regimyento la mitad de las dichas dos posadas, ... los visitadores posaban en casa de labradores y no en los mesones, no sabe si por dinero o por aposento, ... los visitadores posaban en casa de Aº de Santa Cruz y de Françisco Martínez de San Juan

Cuando los visitadores iban a la villa se ocupaban en la visitación 2 ó 3 días:

e quando mucho hasta quatro días...; tan solamente dos o tres dias eçeto que una vez que se acuerda que los dichos vysytadores estubyeron en la dicha villa quatro días e no más, e esto fue por cabsa de çiertos negoçios tocantes a la dicha horden de Santiago sobre çiertas heredades que el comendador de la dicha villa tenya en término della”.

En San Cebrián de Castro, al estar ya despoblado Castrotorafe, paraban dos o tres días y:

“ la costa que hazían de posadas e de comer ellos e sus criados lo pagaban por terçias partes las yglesias, el comendador y los conçejos de la tierra de Castrotorafe”.

La primera visita de la que se conservan las actas es la de 1494, cuando la villa estaba ocupada por los Pimentel.


El 25 de noviembre visitan la fortaleza de Castrotorafe, mandándole al alcaIde de la misma:

diximos al dicho alcayde que diga a don Enrique Enríquez, comendador, que tenga aparejadas seys lanças con que es obligado a su encomyenda y que las tenga bien adereçadas para quando Sus Altesas se quesyeren dél y dellas servyrse”;

después la villa y la iglesia, el puente, las aceñas, entre las que relacionan:

en esta misma presa ay otras dos açeñas que son de Juan González, clérigo, vesyno de Villafáfila, que cren que tyene la dicha encomyenda ocho cargas de trigo de tributo”,

En Villalba hacen una detenida relación de su iglesia y ornamentos. El comendador don Enrique se encontraba en Zamora y lo citan en San Cebrián:

Vesytamos a San Çebrián, lugar de la encomyenda de Castrotorafe a donde enbíamos a llamar a don Enrique Enríquez de Guzmán, comendador que es de la dicha encomyenda, el qual vyno e fuele leydo el poder que de sus altezas trayamos; y lo obedeçió y puso ençima de su cabeça y dixo que estaba presto a nros mandamyºs.

Vesitamos su persona y el título que a su encomyenda tenya. A la sazón no lo avya allí porque lo tenya en Çamora, donde él estava, y quando por allí fuéremos lo veremos y haremos dél relaçión.

Mandámosle hazer venya, vestydo su manto de capítulo, el qual la hizo como buen religioso, fuele preguntado por los votos que a la orden prometió, de los quales dio cuenta en la obidençia, dixo que syenpre fue obidiente e será, en la proveza que como pecador se acusava, y en la castydad conjugal dixo questava biudo. En todas las otras cosas del resar e ynsynias de nra regla lo hallamos sufiçiente, e por algunas negligençias diósele penytençia saludable. En esto yo, el dicho escrivano no estove presente porque eran cosas espirituales. 

Hábitos de caballeros de la Orden de Santiago

El mayordomo del comendador les hace una relación pormenorizada de las rentas de Castrotorafe y su tierra, entre las que incluye la dehesa de Gamonal, arrendada al concejo de Riego, la de San Pedro de Muélledes, arrendada al concejo de Villarrín, y un término de San Sadornín y la ermita de Moscas, cerca de Villalba. La relación contiene la renta que el Conde de Benavente le paga por Villafáfila:

            Da el Conde de Benavente de renta cada año al dicho comendador de Castrotorafe por Villafáfila e su tierra , Revellynos y Santo Agostín, y por una villa que se llama Porto en Galizia e por dos lugares desta villa que se llama el uno Pías e Barjacoba, con çierta parte de la syerra de Suespaçio, çient myll mrs de renta cada un año.

            Destas dichas villas se nos quexó el dicho comendador quel dicho Conde de Benavente se los tiene por fuerça y que suplica a Sus Altesas lo manden remediar”.


Después de una semana empleada en los autos anteriores llegan a Villafáfila:

Vesitamos a Villafáfila que es de la encomienda de Castrotorafe

Martes dos días del mes de dizienbre del año susodicho [1494] mandamos llamar a conçejo y juntos en la plaça, como lo tienen de costunbre, les fue leydo el poder que del Rey y la Reyna, nrºs señores, trayamos. El qual poder por el  alcayde de la fortaleza Françisco de  Mezquita y por los alcaldes y regidores de la villa fue obedeçido e puesto encima de sus cabezas, e dixeron que estaban prestos e aparejados para hazer lo que les mandásemos de parte de sus altezas; y luego, en presencia del dicho conçejo, fue mandado apregonar que todos los querellosos que vinieren a nosotros e que les fariamos justyçia.

                No vesitamos las yglesias desta dicha villa porque fuemos ynformados que antiguamente las vesita el obispo de Astorga y los diesmos de la dicha villa se reparten en esta manera: la terçia parte el obispo de Astorga, la terçia parte el pryor de Sant Marcos de León y la otra terçia parte los curas de la yglesias. Y el dicho obispo está en costunbre de escoger en cada yglesia, y son siete en la villa y dos en dos aldeas de la villa que se nonbran Santo Agostín e Revellinos, que son nueve iglesias, el más rico de cada collaçión que le diesma al dicho obispo; y otro tanto, después descojido el dicho obispo, escoje el comendador otros tantos, e rentan un año con otro al comendador onze myll mrs.

La dicha villa y fortaleza a la sazón tiene el hermano del Conde de Benavente, don Pedro Pimentel, el cómo no lo sabemos, remítese a sus altezas, y da cada un año al comendador de Castrotorafe ochenta myll mrs. por Villafáfila e veinte myll por la villa del Porto en Galizia.

Actas de la visitación de 1494

Vesitamos la fortaleza desta villa de Villafáfila y tomamos la posysyòn della por la horden y echamos fuera al alcayde, e tornámossela a entregar, y hizo en manos de Alonso de Esquibel, comendador de Castilleja de la Cuesta, uno de los visitadores, pleyto homenaje de acodyr con aquella casa al Rey e Reina, nuestros señores, o a quien su poder oviese. Esta dicha fortaleza es toda ella de tierra muerta e mal reparada e sin barrera e hasia la vylla unos baluartes tanbién muy maltratados; y el aposento de dentro en que está el alcayde muy maltratado y viejo.

Otrosy vesytamos la dicha villa e muros della, los quales son de tierra muerta e muy maltratados e aportillados Sus Altezas manden ver quien los ha de reparar e serya obligado a ello.

Otrosy vesytamos un sitio de casa que aquí tovo la horden, ques junto a la plaça desta vylla, del qual dicho sitio ovimos informaçión de onbres que vieron allí hecha casa y vieron en ella onbres de Pedro de Ledesma que fue comendador de esta dicha encomienda de Castrotorafe, ques agora de Peñausende y que dentro en la dicha casa vieron tener las mulas de labranza del dicho comendador y de su padre; y  agora está por el suelo toda. Parésçenos que deben mandar Sus Altezas al dicho Pedro de Ledesma, pues oy vive, que la haga de los bienes suyos y de su padre pues fue de allí comendador.

Otrosy fuemos ynformados que ay en la dicha vylla e su tierra,dos aldeas que tyene, trezientos vasallos, dozientos e çincuenta en la vylla y çincuenta en las aldeas.

Vesitamos las viñas de la encomienda y vímoslas estar bien reparadas, y dan de renta a don Pedro Pimentel por ellas 5500 mrs cada un año.

Vesytamos las salinas de la sal que son de la dicha encomienda las quales vimos, y están buenas y labran en ellas la sal, y rentan cada año 6000 mrs, los quales asimismo diz que lleva el dicho don Pedro.

Otrosy lleva el dicho don Pedro de martiniega de cada casa doze mrs. que son tres mill e seisçientos cada un año.

Vesitamos una huerta junto con la vylla que es de la dicha encomyenda la qual está bien reparada y es de arboles peros y mançanos. Renta cada año 800 mrs, los quales lleva el dicho don Pedro.

Otrosy tiene çiertas tierras en esta dicha vylla y en las aldeas que rentan 48 cargas de pan por medio cada un año, las quales asymismo lleva el dicho don Pedro Pymentel.

Otrosy renta el alcabala desta dicha vylla de Villafáfila y su tierra tresçientos y quinçe myll mrs.

Otrosy renta el portazgo e castyllería 15.000 mrs. cada año.

Renta esta dicha vylla al comendador el yantar 800 mrs. cada año, dixéronos questos y los nueve desmeros que saca el comendador de las nueve collaçiones de la vylla e tierra que pertenesçían a la mesa maestral.

Otrosy renta el escribania de la dicha vylla e tierra cada año nueve nill mrs.

Otrosy ay en la vylla onze salinas, sin las del comendador, que dan cada una cada año una renta que se llama alvelerías que son 1.500 mrs. cada una. Dízese que esto también pertenesçe a los maestres.

Tiene la mesa maestral en esta dicha vylla y tierra de renta cada un año del pedido 6.000 mrs, los quales fuemos ynformados que don Pedro Pimentel llevó estos dichos seis mill mrs. el año de 93 que murió el maestre don Alonso de Cárdenas, y que se los tomó por fuerza al conçejo.

Otrosy en el libro de la vesitaçión del pryor don Garçía Ramírez y en la relaçión del secretario Juan de la Parra dize que rentaban las viñas desta vylla 800 cántaros de vino, nosotros no sopimos tal, porque las hallamos arrendadas.

Otrosy después de aver apregonado que todos los querellosos viniesen a quexársenos para los remediar y junto con esto tomamos juramento a los regidores, como de uso e costunbre lo tenemos en todas las encomiendas, vyllas e logares, y después de tomado este juramento, nunca los juezes e regidores nos vinieron a deçir alguna cosa por miedo que tenían de don Pedro Pimentel, porque de dia ni de noche no se quitaban espías de parte de don Pedro de nuestra posada, según sospechábamos e nos desían, pues desta cavsa ninguno osaba venir, e fuimos ynformados que, si osaran venir, querellaran grandes quexas del dicho don Pedro.

Otrosy secretamente se nos quexaron que les llevava a la vylla e tierra dos velas cada noche que son 20 mrs. que montan cada año siete myll mrs.

Otrosy se quexan los vasallos que el dicho don Pedro les haze ir a los de las cabañas de la sal por leña a su tierra e que la hallaryan la mitad menos en otro lugar.

Otrosy se quexan que aquella vylla solía ser antiguamente muy bien basteçida de todos mantenimientos e probisiones e que agora, si no van por ellos fuera de la comarca, no los tienen, a cabsa de que, los que vienen allí a vender algo y pasan por la comarca, les lleva de castillería, sin el portazgo, y es de diez cosas una; que si traen diez panes a vender llévales uno, y asy por el semejante de todas las otras cosas. Y a nosotros mismos se nos vinieron a quexar que los robaban, y de aquella cavsa no venían a la vylla ni pasaban por alli. Vimos la cosa tan grave que quisymos remediallo, y dixeronos que, idos nosotros, se tornaría luego a poner. Y desta cavsa lo dexamos porque nos pareçió que las pasyones que aquellos vasallos padeçian, solo a Dios o a Sus Altezas es remediallo; y si no se remedia, solariegos son de don Pedro los vasallos de la horden.

Otrosy fuemos ynformados que el comendador, don Enrique Enríquez de Guzmán, tiene arrendada desde el capítulo acá a Villafáfila y al Porto al conde de Benavente por tres nueve años, que son veyte e syete años, cada uno por cient myll mrs. Si esto se dexa consentir y pasar, un año destos alegará posysión para siempre. Remitese a Sus Altezas que lo remedien.

Otrosy fuemos querellados de los pecheros que en aquella vylla viven muchos que se defienden por hidalgos, criados del conde e de don Pedro, los quales son trenta vesinos e dende arriba,e son muy ricos; e que éstos conpran las haziendas de los pecheros y no contribuyen por ellas los dichos hidalgos, ni se quita de sus cáñamas a los pecheros, de tal manera que de aqui a diez años quedarán los pecheros sin hasienda y pecharan como si la tuviesen, de manera que la vylla quedará por perdida si no se remedia, mandando que el hidalgo que conpre de pechero que peche por ello y asy lo suplican a Sus Altezas.

Otrosy fuemos ynformados que en aquella vylla e tierra por delitos que se hagan no hay castigo en las personas, sino en la hasiendas y que a dos vasallos de la tierra llevó el dicho don Pedro cada, çien doblas, por algunos casos que fizieron, y ninguno, asy de los que tomamos juramento, como de los otros, no osaron deçir nada, diçiendo que si lo dezian, que los ahorcaría, y que si les tomaramos juramento que perjurarían.

 *Robo Grande

Otrosy fuemos ynformados de un honbre vesino de la vylla que se llama Alonso de Barrio, al qual tomamos juramento y juró en la forma debida que yendo él e Gomes Suares e Alonso Gordón por el monte de Villarrín, aldea del Marqués de Astorga, puede aver dos años poco más o menos, se hallaron dos costales liados, e que en el uno avía çiertas taças de plata, e tres taçones grandes, e un jarro y un candelero grande y pesaban diez e seys marcos, e çinco sortijas de oro e ocho botonaduras de plata, e dos capillas de capotes de reales, e más dose almóçadas de reales, e  dos pieças de oro y ocho texillos de plata, e un cinto de hilo de plata y corales y otras menudencias, y una caja de aljófar y un bulto de aljófar, y que los corales era grande cantidad, que valía más de dozientos mill mrs.,y que se lo descubrieron a un su amigo y que se lo dixo a Robles el viejo, criado del conde, el qual se lo quiso tomar, y que Gomes Suares, su conpañero, se quiso matar con ellos; e que luego el dicho Alonso de Barrio tomó una arca en que lo habían echado y por la salvarla puso en unas casas derribadas que son a San Martín, e que salvaron la dicha arca, e que la pusieron en casa de Pedro Garçón el viejo, e que Pedro González escudero, vesino de Villafáfila, entró donde estaba el arca y la tomó y la metió en casa de Alonso Habaçero, y que allí la desçerrajaron con un puñal e hizo della lo que quiso. Y que agora diz que dize el dicho Pedro Gonzáles, que se lo tomó el dicho don Pedro Pimentel, pero que juraría a Dios este testigo que lo más le quedó al dicho Pº González, e que sobre este caso lo tovo preso a este dicho Alonso de Barrio el alcaide de la fortaleza, y que teme de don Pedro que lo mandara ahorcar si supiese que esto oviese dicho.

En Zamora nos fue mostrada por don Enrique Enríquez de Guzmán una renunçiaçión de don Pedro de Ledesma comendador, fyrmada de su nonbre y autorizada de escribano,  cómo renunçiaba a la encomienda de Castrotorafe en manos del maestre de Santiago, don Juan Pacheco, fecha a quinze de enero de sesenta y ocho años.

Otrosy el dicho don Enrique Enríquez de Guzmán nos mostró el título que a la dicha encomienda de Castrotorafe tyene, el qual es por provisión  del dicho maestre don Juan Pacheco, firmada de su nonbre y sellada con el sello de la  horden e refrendada del secretario Ferrando Darze, fecha el diez de febrero de sesenta y ocho años.

El dicho don Enrique dijo que por muchas vezes había llegado al Rey y la Reina, nuestros señores, a le suplicar que le fyziesen justiçia de Villafáfila que se la tenía el Conde de Benavente, y visto que sus altezas no lo mandaron remediar, conçertóse con el dicho Conde de Benavente, y dixo  que a salvo la justica, que Sus Altezas o su consejo de la horden le mandasen haser.”

 

Pago del Conde de Benavente al comendador don Enrique Enríquez de Guzmán

En 1499 la villa de Villafáfila y su tierra habían sido reintegradas a la Orden de Santiago, pero todavía estaba en vigor el contrato de arrendamiento que el comendador don Enrique había firmado con el Conde de Benavente,  y así se lo comunica el comendador a los visitadores que llegan ese año a visitar la encomienda :

Tiene en Villafáfila y dos lugares que son de la dicha villa que se llaman Santo Agostín y Revellinos e por otros tres lugares que estan en Galizia que se llaman el mayor Porto e otro Pías e otro Barjacoba que ay en ellos çinquenta vesynos, portodos estos lugares da el Conde de Benavente de renta cada año çient myll mrs.”

Llegan a Villafáfila después de visitar Castrotorafe y su tierra, siguiendo el mismo procedimiento que en la anterior visita, pero dejando unas actas de visitación bastante más escuetas:

En martes catorze dyas del mes de henero de myll e quatroçientos e noventa e nueve años vysitamos la dicha villa de Villafáfila, e leydos los poderes de sus altezas a los alcaldes e ofiçiales e otros onbres buenos que se ayuntaron para el dicho auto, e obedesçido por ellos, vysitamos primeramente la fortaleza, en la qual estaba por alcayde Françisco de Traslago, el qual salió fuera della e nos dio la posesión por ante el escribano de nuestra vysitaçión e luego tornámosella, el qual fiso pleito e omenaje de las manos de don Garçia Enríquez de la tener por sus altezas e de la dar a quien mandasen en el tiempo que le fuese demandada, la qual dicha fortaleza es toda de tierra e tiene un muro de tierra alto e pocas defensyones en él, e ansymismo tiene un aposentamiento pequeño, todo pobre cosa; dize el comendador que no es obligado a la reparar que en aquel estado la reçibió, y aún él ha hecho algo en el aposentamiento. Sus altezas manden en ello prover lo que sea su serviçio.

 Las yglesias desta villa no las vysitamos porque está en contunbre de vysitarlas el obispo de Astorga, los diezmos de la dicha Villafáfila se reparten en tres partes, la una lleva el obispo de Astorga, la otra el prior de Sant Marcos de León, y la otra terçia parte los curas de las iglesias; y el obispo esta en costunbre de escojer syete feligreses en la villa y en las aldeas dos, que son nueve yglesias, y después de escogido el obispo, escoje otros tantos el comendador, réntanle diez o honze myll mrs.

Está arrendada esta villa con los lugares que tiene en Galiza esta encomienda, el Porto e Pías e Barjacoba, con la escribanía desta villa en çien mill mrs ,según arriba se contiene

 Vysitamos los muros de la dicha villa, los quales son todos de tierra, e todos aportyllados, agora nuevamente  en algunas partes  han fecho en los portillos una tapia en alto el conçejo. Ay en esta villa e su tierra treszientos vasallos.

 

Tiene çiertas viñas la encomienda en esta villa que rentan çinco mill mrs.

Tiene más en las salinas seis mill mrs que son junto a esta villa.

Lleva las martiniegas que valen tres mill e quinientos o seisçientos maravedis.

Tiene una huerta junto con la villa que renta ochoçientos mrs.

Tiene çiertas tierras en esta villa e aldeas que rentan cuarenta y ocho cargas de pan por medio.

Tiene en los portazgos e castellería 15.000 mrs.

Lleva el conde de Benavente las alcabalas desta villa, dize que por merçed que sus altezas le fizieron, rentan en cada un año trezientos e quinze mill mrs.

Renta de la yantar 800 mrs.

Renta la escribanía con los lugares de la tierra 10.000 mrs.

Tiene una renta que se dize las alvalerías que es de cada salina 1.500mrs.,y montan 16.500 mrs.

Tiene la mesa maestral de pedido 6.000 mrs cada un año, dizen que la escribanía y las albalerías y los mrs de la yantar, y la renta de los nueve feligreses que escoje el comendador, pertenesçían a la mesa maestral; manden sus altezas en ello lo que sean servidos”. 

En Villafáfila se encontraron con graves diferencias entre los vecinos y de algunos de ellos con el comendador. Esto me hace sospechar la existencia de un bando partidario de los Pimentel, constituido por la mayoría de los hidalgos, que tras el reintegro de la villa al comendador de Castrotorafe no se adaptaban a la nueva situación, creándole problemas a don Enrique Enríquez. Por eso unos y otros recurren a los visitadores, que eran ajenos a las pequeñas disputas locales, para que sirviendo de mediadores, traten de arreglar la disputa. Después de analizados los problemas, llegan a una concordia entre los hidalgos y don Enrique que se hallaba en San Cebrián:

 

 En la dicha Villafáfila fallamos çiertos debates e alteraçiones entre unos y otros, e entre algunos fidalgos e el comendador, e según paresçió todos avian ganas de la paz, sy oviera medianero.Y  asy se manifestó por que çiertos hazedores por el dicho comendador don Enrique, e los alcaldes de la villa, e otros çiertos fidalgos, nos fizieron pedimiento e testimonio con çiertas protestaçiones, que pues alli ibamos con poder de vuestras altezas, tomásemos las cabsas en nuestras manos e diésemos el medio que fuese serviçio de Dios y concordia dellos, e a mayor abuncançia lo conprometieron en nuestras manos. E todos en ello diferençiados llevamos a un lugar que se llama San Cebrián, donde estaba don Enrique, comendador, con el qual los concordamos e dimos entre ellos el mejor medio que podíamos e los dexamos con toda concordia”.

También, a requerimiento de los vecinos, intervienen en juzgar asuntos particulares que por falta de un alcalde mayor, los alcaldes ordinarios eran incapaces de resolver por tratarse de asuntos que atañían a parientes de los mismos. Los visitadores, a pesar del mandamiento que traían de los reyes de no intervenir en asuntos particulares, hacen una excepción y entran en el conocimiento de algunas de estas causas:

“allende desto nos posimos en otras cosas partyculares, puesto que[1] los poderes de sus altezas nos lo proybían, pero creyendo que hera su serviçio, e por no aver en la tierra persona por sus altezas que conosçiese de tales cabsas, e por no dexarlos en tanta turbaçion pues que ellos nos lo pedían e requerían, nos posimos a conosçer dello”,

recomendando a los reyes el nombramiento de un alcalde mayor que actúe en estas tierras:

            paréscenos, sy vuestras altezas son dello servidos, bien sería mandasen por esta tierra alguna persona que entendiese en la justiçia, porque los alcaldes hordinarios pocas veçes determinan cosas, por ser entre parientes”.

 

Dos años más tarde llegan de nuevo a la villa los visitadores; en esta ocasión antes de visitar Castrotorafe. No encontraron al comendador don Enrique, porque se encontraba detenido en Valladolid, por un pleito que traían ante la Real Chancillería:

No fallamos a don Enrique en la dicha su encomienda, pues que estaba detenido en Valladolid, sobre un debate que allá tenía ante los señores de la Chancillería con otro caballero, e le enviamos a mandar que veniese, e nos enbió una fe de escrivano, cómo no le dexaban venir

Castillo de Castrotorafe


Se repite el mismo ritual de las visitas pasadas, pero como novedad, cuando se reúne el concejo en la plaza, les toman las varas de justicia a los alcaldes y se las vuelven a entregar, después de reconocido el señorío de la orden:

“Lunes veynte días del mes de abril, año del nasçimiento de nuestro salvador Jesucristo de mill e quinientos e un años, visytamos a Villafáfila, que es de la encomienda de Castrotorafe; fueron congregándose el conçejo, alcaldes, regidores e ofiçiales e omes buenos desta dicha villa, e asy congregados, les fueron leydos los poderes de sus altezas y, por ellos obedesçidos, mandámosles que dixesen por quyen tenían las baras de alcaldes,  dixeron que por la orden, tomámoselas y luego tornámoselas a entregar, para que las toviesen por la dicha orden e administrasen justiçia”.

 Los vecinos no tenían ninguna queja que manifestar del comendador don Enrique ni de alcaide. ¡Qué diferencia con la situación en que hallaron la villa pocos años antes!:

Mandamos pregonar públicamente sy avía alguna persona que toviese quexa u otro agravio del comendador o de su alcayde o de otra persona en su nonbre. No ovo ninguna persona que se quexase.”

Continúan la visita acercándose a la fortaleza, donde se encuentra el mismo alcaide que hacía dos años, y cuyo estado es cada vez más lamentable:

Visytamos la fortaleza desta villa, en la qual fallamos por alcayde a Françisco de Traslago, que está puesto por don Enrique, comendador de Castrotorafe; la qual dicha fortaleza es toda de tierra e tiene pocas defensyones, segund paresçe y anbos encasamyentos derribados  salvo un poco, donde está el alcayde. Por parte del dicho comendador nos fue presentada una probisión de sus altezas que manda que oviésemos informaçión de lo que está derribado de la dicha fortaleza, y cuándo e por qué parte fue derribado o se cayó, o a cuyo cargo fue de la faser, la qual dicha informaçión feçimos, e la dimos çerrada e sellada al mayordomo del comendador para que la lieve ante sus altezas, para que provean lo que fuere a serviçio de Dios y suyo”.

El estado de la cerca de la villa estaba igual:

Los muros de esta villa son fechos de tapias e tierra, e están todos muy caydos. En algunas partes el conçejo a fecho algunos portillos de una tapia en alto

Las iglesias desta villa no las visytamos porque las visyta el obispo de Astorga, e los diezmos se reparten en tres partes, lieva el terçio el obispo de Astorga, el otro terçio el prior de Sant Marcos de León  e el otro terçio los curas. Dizen que el obispo está en costunbre de escoger syete feligreses en esta villa y en las aldeas, que son Revellinos e San Agustín otros dos, que son nueve iglesias, después de escogido el obispo, escoje otros tantos el comendador, dizen que le rentan seys o syete myll mrs.

 

Visita de 1501

La reseña que dan del número de vecinos es muy imprecisa, lo que nos hace suponer que no llevaron a cabo una investigación exhaustiva:

Hay en esta villa e sus aldeas tresçientos y çincuenta o quatroçientos vezinos.

 Continúa con la relación de las rentas del comendador:

Tiene çiertas viñas la encomienda en esta villa que rentan cuatro myll y quinientos mrs.

Tiene más en las salinas que estan arrendadas este año 18.000 mrs.

Tiene las martiniegas que valen 3.500 mrs.

Tiene una huerta junto con la villa que renta myll mrs.

Tiene çiertas tierras en esta villa y aldeas que rentan 48 cargas de pan mediado.

 Paresçe por el libro de las visitaçiones de los visitadores pasados que el portazgo e castillería daba de renta cada un año quinze mill mrs. Agora vino a esta villa [....] a entender en ello y mandó que de una carga mayor que no levase syno cuatro cornados, e de una menor dos cornados, por haberlo abaxado el dicho y no llevallo por el aranzel de la Orden no fallan por ello nynguna cosa. Paresçe que el comendador lo tiene apelado; manden sus altezas prover en ello lo que sea su serviçio.

Renta la yantar que da al comendador cada año 800 mrs.

Renta la escribania con los lugares de la tierra ..

Tiene la mesa maestral seis mill mrs. de pedido cada un año. Estos seis myll mrs fuimos informados que lleva Alderete por merçed de sus altezas.”

No consta en las actas de visitación, en la que emplearon en ella tres días, que se desplazaran a las aldeas y  el 23 de abril estaban visitando Villalba.

 

La siguiente visita se hace en el año 1503 (A.H.N. OO.MM. Libro 1093 fº  132 –143) y la presentación de poderes por parte  Pedro Fernández del Busto, caballero y Pedro de Morales, fraile, se hace ante el alcalde mayor y el regimiento, reunidos en concejo público en la iglesia de Santa María:

 

En la villa de Villafáfila de la encomienda de Castrotorafe a veynte e nueve dyas del mes de julio, año del nasçimiento de nuestro salvador Jesucristo de mill e quinientos e tres años, estando en la iglesia de Santa Maria del Moral syendo presentes el bachiller Diego Ramírez de la Rua, alcalde mayor en la provinçia de Castilla e en los logares de la horden, e los alcaldes hordinarios de la dicha villa, los dichos visitadores presentaron el poder de sus altezas por ante el dicho escribano e lo fizieron leher, e leydo, el alcalde mayor e ordinarios lo tomaron en sus manos, e lo besaron, e pusieron sobre sus cabeças, e dixeron que lo obesdeçían con el acatamyento que debían e heran obligados. Testigos que fueron presentes Garçía de Constante, vº de la dicha villa e Gomes Pujol e Gonzalo Cabezón, criados de los dichos visitadores.

E luego los dichos visitadores mandaron pregonar e fue pregonado que sy alguno tenia quexa del comendador o de sus mayordomos o fatores que lo veniesen a deçir e que serian desagraviados”.

 

Esta vez los visitadores querían hacer una averiguación más precisa de la situación de la villa y de las rentas de la orden, por ello mandan que los vecinos presenten los títulos de censos que tuvieran de propiedades de la encomienda:

 

Yten que sy alguno o algunos tenían títulos de censos que los presentasen ante ellos, so pena de privaçión”.

 

Después se informan de los vecinos que por su riqueza pudieran mantener armas y caballo :

 

e luego mandaron a los alcaldes e regidores que le diesen memorial con justiçia declarando las personas abonadas en la dicha villa para tener caballos e armas. Y las personas  que dixeron ser abonados en quantía de çincuenta myll mrs., asy hidalgos como pecheros que son los siguientes:

 

            hydalgos                                             pecheros

 

            Fernando de Villacorta                      Pº Martínez de San Juan

            Pedro de Barrio                                 Gonzalo Martínez

            Pº González                                        Bernardo de Caramaçana

            Pº Fernández                                     Alonso Tejado

            Juan de Villagómez                            Diego García

                                                                      Fernando Herrero

 

            En Revellinos: Lope de Távara e Juan Ferrero

 

Los dichos visitadores dieron mandamiento que los susodichos tengan harmas e caballos hasta el dia de San Miguel a punto de guerra, so pena de cada, 10.000 mrs para la camara de sus altezas.

Respondiéronle éstos que la tierra es esterile y no ay pasto para los caballos, ny lo podrían sofrir”.

 

Posiblemente esta información se hacía con fines militares, para evaluar las fuerzas que podría movilizar la Orden de Santiago, en caso de conflictos.

 

Actas de 1503

Otra novedad en esta visita fue la información sobre los beneficiados de las distintas parroquias, pues nunca habían visitado las iglesias de la villa porque las visitaba el obispo de Astorga :

 

Informáronse los visitadores de las yglesias que hay en la dicha villa y qué benefiçiados hay e por quièn son presentados, e ovieron la informaçión syguiente:

En la yglesia de San Pedro está por benefiçiado Lope Fernández por presentaçión de los feligreses della, y por collaçión del arçediano del Páramo

En la yglesia de San Juan es cura el arçipreste Fernán Fernández, dize es de presentaçión y collaçión del dicho arçediano.

En la yglesia de Santa Mª del Moral es cura  Alvaro de Mansilla  y es de presentaçión del monasterio de San Pedro de Eslonza, la colaçión del arçediano del Páramo.

En la yglesia de San Martín es cura Juan de Balboa, la presentaçión e collaçión del obispo de Astorga.

En San Salvador y San Miguel es cura Alonso Fernández , la presentaçión de los feligreses y colaçión del arcediano del Páramo,

En Santandrés es cura  Juan de la Cámara, la presentaçión de los feligreses y colaçión del arcediano del Páramo.

En la yglesia de Santa Marta es cura Antonio de Robles la presentaçión de los feligreses y colaçión del arcediano del Páramo.

En Santo Tomé de Revellinos es cura Gabriel de Losada, la presentaçión del Monasterio de Eslonza, la collaçión del dicho arçediano.

En Santa María de San Agustín, es cura Luis de París, la presentaçión de los feligreses y colaçión del arcediano del Páramo.

 

Diose mandamiento que todos estos benefiçiados hasta San Miguel de Setienbre ayan presentado al conçejo liçençia de sus altezas para poseher, e sy no la presentaren, mandaron a los conçejos que no les consientan usar de los benefiçios, e que pongan clérigos que syrvan, y no les acudan con las rentas fasta que sus altezas probean sobre ello lo que fuere su serviçio.

 Apelaron este mandamiento los benefiçiados e los visitadores les denegaron la apelaçión, e mandaron a los conçejos que dentro de tres días pongan capellanes que syrvan los benefiçios e depositen las rentas. El qual dicho mandamiento se dio en forma.”

 

Tal vez se pueda entender la dureza del trato que reciben los curas como parte del enfrentamiento que mantenían los clérigos de la villa y de la tierra con el convento de San  Marcos de León, al que pertenecía uno de los visitadores,  a propósito del cobro de los diezmos, que se sustanciará en un largo pleito que se inició en 1499. Sobre la distribución de estos y sobre la visita a las iglesias de la villa anotan lo mismo que en anteriores ocasiones:

La yglesias desta dicha villa no las vysitaron los dichos vysitadores porque dizen que están en costunbre de ser vysitadas  el obispo de Astorga, e suu ofiçiales . Los diezmos de la dicha villa diz que se hazen tres partes e que lleva el obispo de Astorga un terçio,y el prior de San Marcos otro terçio e el otro terçio los curas de las yglesias. Asymismo dizen que esta en costunbre el obispo de Astorga y sus factores de escoger cada un año siete feligreses en Villafáfila e en Revellinos e San Agostín e son nueve yglesias, e luego se escogen otros syete por parte del comendador de Castrotorafe e valen sus diezmos syete myll mrs, poco más o menos.”

 

Convento de San Marcos de León

Este año es la última ocasión en que visitan la fortaleza y los muros por hallarse ya en el suelo:

 

“Visytaron los dichos visitadores la fortaleza de la dicha villa, la qual es toda cayda y no ay en ella defensyones ni otra cosa que se pueda poner en visytaçión. Los muros de la dicha villa son de tapia e ansymismo están caydos. En el libro de la visitaçion pasada dize que ovieron informaçión de lo que esta derribado y en que tienpo se derribo y dieron la informaçión al mayordomo del comendador y por eso no mandan nada y que manden sus altezas probeer en ello.”

 

Continúan con la relación de las rentas del comendador, que les dio su mayordomo:

 

Los dichos visitadores para más se ynformar e saber que renta tiene o vale la encomienda al dicho comendador don Enrique, reçibieron juramento de Alonso de Carvajal, su mayordomo y mandáronle que declarase e diese memorial de las rentas que tiene la dicha encomienda, el qual fecho el dicho juramento dio una relaçión”

Tiene de renta el comendador en una huerta que está junto con la villa myll mrs.

Renta la cabaña de las salinas 12.000 mrs.

Renta la escribanía de Villafáfila 3.000 mrs.

Renta el portazgo dos myl mrs.

Renta el yantar e martiniega tres mil e quinientos.

Rentan de las viñas 4.000 mrs.

La renta de las tierras 48 c. de pan, 

La renta de San Pedro 100 c. de pan, ytem çincuenta carneros y çiertas gallinas que no se pudo saber cuantas.

De renta de un herreñal 30 mrs.

Tiene la mesa maestral del pedido 6.000 mrs, llévalos Alderete por mandado de sus altezas.

 

 

Por primera vez se anotan los gastos de la visita de la villa a la que dedicaron dos días y medio:

 

Gastóse el conçejo de Villafáfila con los dichos visitadores en dos días y medio en que hiçieron dicha visitaçión 894 mrs. diéronlos por memorial”.

 

Este año de 1503 es la primera ocasión en que los visitadores se desplazan a las aldeas, posiblemente porque  esta vez seguían otra ruta, pues venían desde el sur, visitaron Castrotorafe, y desde Villafáfila se dirigieron a Benavente para ir desde allí a Galicia:

 

 Vysitación de Revellinos e Santagostín, de la encomienda de Castrotorafe

En el lugar de Revellinos, 31 de julio de 1503, estando presente el alcalde Alonso García, e los ofiçiales del dicho logar, e el alcalde de San Agostin que se dize Alonso Calvo, los dichos vysitadores presentaron el poder de sus altezas, e leydo por my el dicho escribano,  lo obedeçieron e besaron e pusieron sobre sus cabeças e dixeron que estaban prestos de conplir lo en él contenydo, testigos que fueron presentes Pedro de Belver y Alonso Marbán vecinos del dicho lugar.

Fueles dicho e amonestado sy han reçibido algunos agravios del comendador o sus mayordomos o fatores o de otras personas qualesquiera, y lo digan e que les faran conplimiento de justiçia.”

 

Revellinos:

hay çinquenta vasallos. Tiene el comendador la martyniega , de cada casa 12 mr.

Tres cargas de pan por mytad

Un dezmero que valdría su diezmo dos myll mrs.

Quatro reales de tierras de viñas.

 

Santagostín:

Hay sesenta vesynos

Tiene el comendador treze cargas de pan por mytad

Viñas que le rentan seysçientos mrs.

Un dezmero que valdría myll mrs

 

Se detuvieron un día entero en hacer la visita  de los dos lugares y gastaron 234 mrs y medio, que pagaron los concejos:

            Gastaron los conçejos de Revellinos e Santagostín con los dichos visitadores un día que se detovieron en la visytaçión, segund que lo dieron por memorial jurado, e les quedó firmado, dozientos e quarenta e quatro mrs.”

 

Alguna información discreta debieron de recibir los visitadores sobre la venta de algunas tierras pertenecientes a la orden, por parte del concejo, y toman juramento a varios vecinos:

 

Luego los dichos visitadores resçibieron juramento de Alonso Calvo, e  Fernan Calvo, e Juan Conplido, e Alonso Domínguez, e Cristóbal de Benavente, vesinos de Santagostín e de Alonso García, e de Lope de Távara, e Lorenzo Benito, e Pedro de Belver e Cristobal Calvo e Alonso de Távara vesinos de Revellinos, e so cargo de dicho juramento, después de haberles hecho otras preguntas, les preguntaron sy sabían de algunas tierras que estoviesen henajenadas de la orden e dixeron que no sabían cosa alguna”.

 

Pero después de idos los visitadores, cuando se encontraban de camino en Benavente, recibieron las quejas de algunos vecinos de Revellinos, que no se habían atrevido a presentárselas en el lugar:

 

Despues de ydos los dichos visitadores, estando en la villa de Benavente, fueron a negoçiar con ellos algunos vesinos de Revellinos e les denunçiaron e fizieron saber que en el dicho lugar de Revellinos, el conçejo de Villafáfila vendió çiertas tierras en parte para viñas e huertas, en los tienpos pasados, sin para ello tener liçençia de la orden ni de otra persona alguna, vendieron çiertos pedazos de tierra de la orden para herreñales por çiertas quantías de mrs. que por ello les dieron, de que diz que vienen mucho daño al conçejo de Revellinos e mucho provecho a los que las conpraron, e hagora las poseen e tienen çercadas Lorenço Benito e Pedro de Belver e Juan Herrero, vºs del dicho lugar, e mucho perjuiçio de otros vezinos y del conçejo.

 

Se entiende que los que anteriormente habían jurado no dijeran nada de estos herreñales, pues algunos eran los beneficiarios. Además los informantes denunciaron otras ventas de tierras públicas en Villafáfila y Revellinos:

 

“e çertificáronles que heran vendidas tierras en término de Villafáfila e Revellinos a personas particulares en cantidad de quatroçientos myll mrs.”

 

Los visitadores mandaron que fueran restituidas las tierras vendidas bajo ciertas penas, lo que no sabemos es si se cumplió el mandato o siguieron en poder de particulares:

 

Dieron su mandamiento e mandaron al conçejo de Revellinos, so pena de 10.000 mrs. para la cámara de sus altezas, que dentro de tres días primeros siguientes de cómo les fuese notificado, a voz de conçejo, derrocasen los dichos herreñales de manera, que queden libres y exentos para el dicho conçejo, e para pasto comund; e mandaron a los vendedores que retituyesen lo que por ello habían reçibido, dentro de seys días siguyentes, e no lo fasyendo asy, exortaron e requirieron al alcalde mayor que las haga restituir e pagar, esecutando en sus personas e bienes fasta que los restituyan”.

 

Hasta 1508 no se vuelven a tener noticias de nuevas visitas (A.H.N. OO.MM. Libro 1094 fº 232-241). Ese año los visitadores, que reciben a la vez la denominación de reformadores, tal vez porque sus poderes incluyeran la posibilidad de dejar establecidas reformas más profundas del funcionamiento de las instituciones de los concejos de las villas y lugares y en las propiedades de la Orden, acuden a Villafáfila, y allí presentan sus poderes:

 

A diez días del mes de jullio de dicho año de 1508 los visitadores e reformadores susodichos, estando presentes el conçejo, los alcaldes, regidores e honbres buenos de la villa fue presentado el poder de sus altezas, el qual fue leydo por mí, el dicho secretario, y asi presentado, los dichos alcaldes e regidores lo tomaron en sus manos e lo pusieron sobre sus cabeças e dixeron que lo obesdeçian con el acatamiento que devían.

Fue pregonado que si alguno tenya alguna quexa del comendador o de otro que viniese a lo manifestar e que ellos les farían justiçia.

No se visitaron las yglesias parroquinas de la villa porque presentaron los curas de las dichas yglesias una probisión del Consejo de la Orden, por la qual paresçe ser de  los parroquianos de las dichas yglesias el presentar y de probeer del obispo de Astorga segund en la probisión más largamente se contiene, su fecha en la villa de Medina del Campo a çinco días del mes de enero, año del nasçimiento de n.s.J. de myll e quinientos e cuatro años.

 


Maestre de la Orden de Santiago

Esta provisión se debió de solicitar en la Corte por los curas, a raíz del mandamiento de los visitadores pasados a propósito de los beneficios, en que mandaron a los concejos que no acudiesen con las rentas a los curas hasta que no la trajeran.

Recibieron las quejas del procurador del comendador, sobre la ocupación de algunas propiedades de la orden:

 

En la dicha villa de Villafáfila por parte del procurador del Conde de Benavente,  comendador que es de la encomienda de Castrotorafe, fue presentada una petiçion diçiendo que en la dicha villa e sus terminos avya una cabaña de fazer sal que tiene heredamientos de posadas e ralladeros e vertederos de sus rasas, en los quales le tienen ocupadas e tomadas çiertas posadas de rallar sal e partes de pedazos de otras, contra voluntad del dicho comendador, que pedía a los dichos visytadores que mandasen faser ynformaçión de parte de personas antiguas que supiesen de las feredades de la misma cabaña e fuentes e ansy fecha  le mandasen retituyr las dichas posadas o pedaços dellas, las quales tenya ocupadas Pº de Movilla vezino de esta villa o otro en su logar, a quien é vendió la dicha cabaña. De lo qual se ovo ynformaçión, estando presente el dicho Pº de Movilla, el qual dixo ser verdad que fue de la dicha orden, salvo que se lo avían dado por un pedazo de muladar junto con la cabaña de la orden, donde echa la çeniza que sacan de la dicha cabaña.

Los dichos visytadores mandaron al dicho Pº de Movilla que mostrase la escritura de trueque para ver si tovieron poder para ello, e sy está fecha ley capitular, conforme a los estableçimientos de la orden, que en tal caso se requiere. El dicho Pº de Movilla dixo que no tenía ninguna escritura, salvo posesion e testigos que avían estado a ello, e que el lo avia conçertado e moderado que puede aber un año y medio siendo comendador Fernando de Vega.

Los dichos visytadores dixeron que, visto el pedimiento, e los pedazos de posadas, e los dichos testigos e su confesión de dicho Pº de Movilla, y como es en daño de la orden, le mandaron restituir en la dicha orden los dichos pedazos de posadas según e como lo tenían de antes, e asy se mostro al dicho Pº de Movilla, y de tomó posesión dellos Gregorio de Villamediana, procurador del comendador, así lo mandaron.

Después de lo susodicho, Pº Ferrández de Busto, caballero visitador susodicho, puso en la posesión al dicho Gregorio de Villamediana en los dichos pedazos de posadas, que faran una carga e media de trigo, y tomó posesión en el dicho nonbre, e ralló e fizo avtos de posesión.

Testigos Pº Martínez e Pº de la Cámara, vezinos de la dicha villa.


Después de este episodio, que debió de ocupar la mayor parte de esa jornada de visita, no hicieron información ninguna salvo anotar que:

Ay en la villa de Villafáfila dosçientos e veinte vasallos
Hizieron de costas los dichos visitadores 560 mrs e medio

 

El día siguiente, en su afán de defender las posesiones de la orden, quisieron  averiguar los títulos de propiedad que Pedro González, vecino de Villafáfila, tenía sobre una aceña cercana a Castrotorafe:

 

En Villafáfila a honse días del mes de jullio de dicho año de quynyentos e ocho, los dicho visytadores e reformadores dixeron que por quanto a su notiçia hera venido que Pº Glez, vº de la dicha villa, tenya e poseya un açeña que es en el río de Esla, junto con la villa de Castrotorafe, anexa  al benefiçio de Castrotororafe e San Pelayo, etcª, que mostrase el título que tenya de cómo la poseya, fasta mañana a terçia”.

 

 Pedro González había heredado la aceña de su hermano Juan González, que había sido cura de Castrotorafe, fallecido el año anterior, por lo que presentó su testamento. Asimismo  aportó un contrato de censo que había hecho Juan Fernández (era el mismo que después se llamó Juan González), cura de Castrotorafe y sus anejos, sobre una aceña perteneciente a su beneficio, que estaba caida y enarenada. Para ello obtuvo licencia del provisor de Zamora en el año 1467, y los censatarios, vecinos de la aldea de San Pelayo de Castro, reconstruirían a su costa la aceña y le pagarían al cura de Castrotorafe una carga de harina molida anualmente. Asimismo presentó un cuaderno de registro de 18 hojas, del escribano Luis Fernández, que ejerció entre 1480 y 1495.  Entre otras escrituras había una venta que Leonor Alonso, mujer de Lope Carbajo, vecino de Riego, hace a Juan González, clérigo, de una aceña en el Esla, en Castrotorafe, con el censo de 1 carga de harina, por cuantía de 5.000 mrs.

Vistos los contratos y la información de testigos, los visitadores dieron por buena la posesión de esa aceña, con el censo de 1 carga de harina anual para el cura de Castrotorafe.

 

Después de tres días de estancia en Villafáfila pasaron a visitar las aldeas, donde no encontraron vecinos a quienes presentar los poderes, por hallarse en las faenas de la siega:

 

Los logares de Revellinos e San Agustín son muy pequeños e las iglesias no son de la Orden. No ovo que visitar, ny tenyan queja del comdº, ny casi ovo a quien presentar el poder, porque al tpo era el agosto y todos estaban en sus labores.”

 

Hicieron de costas los dichos visitadores durante su estancia en la villa, 560 mrs. y medio.

 

De la visita de 1511 sólo se conserva el libro de visitas personales (A.H.N. OO.MM. Libro 1096), es decir de las realizadas a los miembros de la Orden, tanto caballeros como religiosos. En Villafáfila visitan las casas que tenía en la villa el convento de San Marcos de León, al cargo de las cuales se encontraba Alonso de Benavente, clérigo de la Orden de Santiago, natural de Villafáfila:

 

está administrando çierta heredad que el convento de San Marcos de León allí tiene, es buen religioso e bien sabido en las cosas de nuestra orden”.

 

Hospital y convento de San Marcos de León

Después visitan al comendador, que es el Conde de Benavente, don Alonso Pimentel, en su palacio de Benavente y le mandan que pague la tercia de sus diezmos al convento de San Marcos de León.

 

El año de 1515 vuelven a pasar por la villa nuevos visitadores (A.H.N. OO.MM. Libro 1097. Fº 273-284):

 

Visitaçión de la villa de Villafáfila de la encomienda de Castrotorafe.

A 26 días del mes de enero del año de 1515, los dichos visytadores presentaron e notificaron el poder que de sus altezas tienen a los alcaldes e regidores e conçejo de la dicha villa, estando presentes el Liçençiado Luis de la Cueva, alcalde mayor deste partido de Castilla Vieja, e Pedro Montaña e Alonso de Muélledes, alcaldes hordinarios de la dicha villa, e Martín de Barrio e Pedro de Muélledes e Juan de Aller, regidores, e Juan Garçía, procurador, e otros vezinos de la dicha villa e luego el dicho alcalde mayor e alcaldes ordinarios de la dicha villa tomaron el dicho poder e lo pusyeron sobre sus cabezas y dijeron que lo obesdeçían e obedeçieron con el acatamiento e reverençia que devían, e dixeron que estaban prestos de conplir lo que sus altezas mandan, testigos Alonso Ferrández e Pedro de Villegas e Françisco Martínez de San Juan, vezinos de la dicha villa.

Luego los dichos visytadores dixeron a los vezinos de la dicha villa que si avía alguno que tuviera alguna quexa del comendador o ofiçial o mayordomos algunos suyos, que lo viniesen a dezir que ellos estarían prestos de les hazer cunplimiento de justiçia, testigos los mismos. Asimismo aperçibieron al dicho conçejo, alcaldes e regidores e vezinos de la dicha villa, e les mandaron que qualquyera que tuviere alguna heredad açensuada de la orden, que viniesen mostrando los çensos de tales heredades para que los viesen si estaban confirmados, conforme al poder de sus altesas” .

 

Los curas de la villa presenta la Provisión Real de 1504 para poder gozar de sus beneficios:

 

Fallaron que avía en la dicha villa de Villafáfila çinco yglesias parroquiales, las quales tenyan y poseyan çiertos clérigos de San Pedro, e por los dichos visitadores fueron requeridos que mostrasen los títulos que tenyan a los dichos benefiçios, los quales mostraron una probisión del Rey, nuestro señor, por la qual mandaba a los vezinos y moradores de la villa de Villafáfila, que acudiesen con los diezmos a los dichos clérigos, sin enbargo de qualquier mandamiento en contrario de los visitadores ni de alguna otra persona, la qual dicha probisyón se había dado a pedimiento de los dichos clérigos, porque los visitadores Pedro Fernández de Busto y Pedro de Morales avían mandado que no acudiesen con los diezmos de las dicha yglesias a los dichos clérigos hasta traer liçençia de sus altezas.

Por lo qual e por estar en costunbre las yglesias de la dicha villa ni de su tierra de se visitar, no se visitaron.

 

Ese año los visitadores incluyen en su visita uno de los hospitales de la villa, tal vez por que estuviera de alguna manera vinculado a la Orden :

 

“Visitaçion de un hospital que se dize de San Pedro que es en Villafáfila.

Esta dicho dìa los visitadores visitaron un hospital que se dize de San Pedro  el qual es una casa las paredes de la cual son de tapia e lo de alto de madera tosca tiene dos cámaras hechas de lo mismo e su portada e puertas. Ropa que tiene el dicho hospital : doze sabanas con doze cabeçales, 4 mantas, dos alfamares .

Mandaron reparar el dicho hospital que es de una cofradía de vezinos de la villa los quales tienen a sus cargo de lo reparar”.

 

Posteriormente siguiendo la costumbre relacionan las rentas del comendador en Villafáfila, donde incluyes las que posee en los lugares de Muélledes, Villarrín y San Pedro:

 

Relaçión de la rentas que tiene el comendador de Castrotorafe en Villafáfila y los lugares de su tierra:

Tiene el dicho comendador en siete parroquias que ay en la dicha villa e en su tierra, en cada una de ellas, señalado un dezmero de los quales lleva la terçia parte, lo que le renta un año con otro 10.000 mrs.

Tiene una heredad de tierras de pan llevar en la dicha villa que se llama la heredad de Palaçio, la qual le renta 86 fanegas de trigo y 86 fanegas de çebada eçenteno.

 Tiene una heredad de tierras en el término de San Pedro de Muélledes que vale de renta en cada un año 110 fanegas de trigo y 110 fanegas de çebada e çenteno, con el diezmo que lleva el dicho comendador de la ermita de San Pedro, que es de nueve partes las dos.

Tiene más otra heredad de tierras en término de Muélledes que le renta un año con otro 20 fanegas de trigo y 20 fanegas de çebada e çenteno.

 Tiene otra heredad de tierras en el lugar de San Agustín, aldea de Villafáfila, que le rentan 24 fanegas de trigo y 24 fanegas de çebada.

Le rentan çiertos herreñales en el dicho lugar 3 fanegas de çebada.

Renta una viña junto con el dicho lugar 238 mrs.

Tiene en el lugar de Revellinos otra heredad de tierras de pan llevar que le renta un año con otro 7 fanegas de trigo y 7 fanegas de çebada.

Renta la escribania de Villafáfila e su tierra 8.000 mrs.

De renta de una cabaña de salinas 8.000 mrs.

De renta de çiertas viñas 3.000 mrs

De renta de un portazgo en la dicha villa 6.000 mrs.

De renta de una huerta 1.000 mrs.

De las martiniegas de la dicha villa y su tierra 3000 mrs.

De un yantar que tiene el comendador en la dicha villa 800 mrs.

De renta de çiertas casas 450 mrs.

 

También mandan hacer ejecución en los bienes de Luis de Barrio, que había sido administrador de la media annata de la encomienda de Castro, es decir, de la mitad de las rentas de la encomienda durante los dos primeros años desde el nombramiento de nuevo comendador. Este cargo lo desempeñó desde el nombramiento de don Alonso de Aragón en 1505 hasta 1509:

 

                                   “Relaçión de la media anata

Fallóse que había sido depositario de la medias anata de los dos años primeros que el Conde de Benavente tomó la posesión de la encominda de Castrotorafe, Luis de Barrio, vezino de Villafáfila. E fallosé que por una provysyón del rey, nuestro señor, mandaba al alcalde mayor que tomase cuenta al dicho Luis de Barrio, y el alcalde mayor le tomó la dicha quenta, en la qual el dicho Luis de Barrio fue alcanzado por 73.505 mrs. e medio, para los quales mrs. se falló otra probisión de su alteza que mandaba que fuese deposytario de los dichos mrs. Françisco Martínez, vesyno de la dicha villa, el qual se falló aver resçibido del dicho Luis de Barrio çincuenta myll mrs., de manera que debe 23.505 mrs. e medio, y mandadon dar e dieron su mandamiento executorio, e se fizo execuçion en los bienes de Luis de Barrio y la execuçión se fizo en unas casas, porque no se fallaron bienes muebles. Quedó dado un pregón a las dichas casas y se requirió al alcalde mayor que en la dicha villa reside, que llevase el dicho mandamiento a debida execuçión e que fiziese pago al dicho Françisco Martínez de los dichos 23.505 mrs. y medio, a conplimiento del total” .

 

Los visitadores no encontraron al comendador ni en la encomienda ni en Benavente:

 

 Relaçión: no se falló al Conde de Benavente, que es comendador de la encomienda de Castrotorafe, en la dicha encomienda ni tanpoco se fallo en la villa de Benavente para ser visitado, ni tanpoco se falló haber residido en la  encomienda”.

 

En esta ocasión reciben información de la vecindad por juramento de los alcaldes:

 

Fallóse que avía en la villa de Villafáfila  300 vºs, lo qual se averiguó por juramento de los alcaldes e regidores del dicho conçejo, en los quales se fallaron los quantiosos siguientes:

 

Pedro de Valle, Juan de Aller, Françisco de Villalba, Bartolomé Manso, Juan Alvarez, Fdo Fernández , Pedro Herrero, Pedro de Muélledes, Benaldo de Caramaçana, Alonso Tejado, Juan de Santa Cruz, Alonso de Santa Cruz, Fco Martínez, Juan de Castro, Diego del Concejo, Pº García, Juan García y Pº Calvo.

Los visytadores mandaron a los dichos quantiosos y a cada uno dellos, estando presentes, que de aquí al dya de San Juan próximo que viene, que conpren e tengan las armas e caballos que obligados a tener conforme a la ley capitular e, so la pena en ella contenida. Testigos Alonso de Benevente, fraile de la dicha orden, y Gregorio de Villamadiana, mayordomo del comendador.

 

Ruina de las murallas de Castrotorafe

En esta ocasión también hicieron la visita a las dos aldeas:

 

Visitaçión de Revellinos tierra de Villafáfila

En 27 - 1 – 1515 los dichos vysitadores noteficaron el poder que de sus altezas tienen a los vºs de dicho lugar de Revellinos, estando presentes Diego de Távara e Pº Calvo, regidores, e Gonzalo García, jurado, e Diego García procurador, e otros veºs del dicho lugar, los quales obedesçieron el dicho poder, e dixeron que estavan prestos de lo cunplir en todo e por todo, segund que en el se contiene. Fueles dicho que si alguno tenya alguna quexa del comendador o de algunos ofiçiales o mayordomo suyo.

Los vezinos del dicho lugar son 65, de los quales fallaron los quantiosas siguientes:

 Alonso Bravo, Juan de Medina, Alonso de Távara el viejo, Pº Gallego, Alonso Martínez el mozo, Alonso Martínez el viejo, Juan Herrero y Gonzalo García, a los quales les mandaron lo mismo que a los de Villafáfila.

 

Visitaçion de San Agustín.

Este dicho día se notificó el dicho poder de sus altezas a los vezinos de Santagostín, estando presentes Alonso de Tejada, jurado, Alonso Tartalla e Pº Carrillo, regidores, e Juan Calvo, procurador e otros vºs del dicho lugar, los quales obedeçieron el dicho poder e dixeron que estavan prestos de le cunplir. Fueron aperçibidos que sy avia algund quexoso del comendador o de sus mayordomose ofiçiales.

 Hay en el dicho lugar 66 vezinos, de los quales de halló quantioso a Pº de Antón, le fue mandado lo mismo.”

 

La visita de la villa y de las aldeas duró tres días:

 

hízose de costa por los dicho visytadores en tres días que estuvieron en visytar la villa de Villafáfila con los logares de San Agostin e Revellinos que son tierra de la dicha villa 752 mrs., segund quedó firmado en poder de los alcaldes e regidores”

 

No se conservan actas de nuevas visitas hasta trece años después, a pesar de en 1524 se había llevado a cabo una visitación:

 

Otrosí nos fue entregado el libro de la bisitaçión que por mandado de vuestra magestad hizieron Lope Sanches Bezerra, cavallero de la dicha Horden, alcayde de las alcaydías de Bienvenida e Magilla, e Juan A., freyre de la dicha Orden, cura de la villa de Monte Molín, bisitadores que fueron nonbrados para hazer la dicha bisitaçión el anno pasado de mill e quinientos e veynte e quatro annos

(Lera Maillo J.C de. / Turiño Mínguez A.2000: 11).

El 18 de noviembre de 1528 llegan a la villa el comendador Diego de Ribera y el bachiller Pedro Gil, freire de la orden y cura de Guaza, , y presenta las provisiones al concejo, estando presentes Francisco Martínez, alcalde ordinario, y Francisco de Robles e Diego de Villagómez y Juan de Castro, regidores, y Juan de Benavente, procurador y Bernardo Hernández, escribano de los fechos del concejo. Después hicieron pregonar la visita, emplazando a los que tuvieran quejas del comendador que vinieran a presentarlas. (A.H.N. OO.MM. Libro  1098 fº 472-479. )

Realizan la visita con la misma sistemática que en anteriores ocasiones, y después de reconocer la Real Provisión del rey Fernando de 1504 que le presentaron los clérigos, para poder disfrutar de sus beneficios, no visitan las iglesias parroquiales, y pasan a visitar el hospital:

 

Visitaçión del ospital que se dize Sant Pedro en la dicha villa de Villafáfila:

E después desto, en la dicha villa de Villafáfila a 19 de 11-1528, los dichos visitadores visitamos un ospital que es en la dicha villa, que se llama el ospital de San Pedro, el qual es una casa echa de tapia, cubierta de madera en lo alto. Tiene a la una parte una cámara e al otro lado una cozina atajada e otras tres cámaras, una tras otra. E asimismo tiene la dicha casa un corral grande e un establo e un portal, e está el dicho ospital mal reparado; tiene una huerta con çiertos árboles e un pozo donde se riega.

Tenía la ropa siguiente:

 14 cabezales nuevos quedan 13, tres mantas nuevas de sayal, abíanse consumido tres sábanas.

 

Provisión de la Orden de Santiago al concejo de Villafáfila 1523

 Se hace una relación de las rentas que tiene el comendador de Castro en Villafáfila y su tierra:

 

Tiene el dicho comendador en syete paroquias que ay en la dicha villa e en su tierra, en cada una dellas señalado un dezmero, de los quales lleva la terçia parte del diezmo, que le rentan un año con otro 12.250 mrs.

De çiertas tierras de pan llevar, que se llama la heredad de Palaçio, lleva 55 cargas de pan mediado que son 110 fanegas de trigo y 110 fanegas de çebada..

Tiene una heredad de tierras en el término de San Pedro de Muélledes, que se llama el monte de San Pedro, que lleva 55 cargas de pan la mytad trigo y la mytad çebada y çenteno.

Tiene más otra heredad en Villarrín  que le renta 13 cargas, la mytad trigo e la mytad çebada e çenteno.

Tiene más en Revellinos 2 cargas e 2 ochavas de trigo e 3 cargas e 3 celemines de çebada e çenteno.

Tiene más en San Agustín 6 cargas e media de çenteno e 6 cargas de trigo.

Tiene más la renta de las heras una carga e media de trigo.

Tiene más en una salina  en Villafáfila  8.500 mrs.

Tiene de renta del portazgo en el dicho lugar a 8.736 mrs.

Tiene más las  martiniegas que le rentan 4.300 mrs.

Tiene más de fueros de casas 450 mrs

Tiene más de renta de una huerta 1.160 mrs

Tiene más de  una viña en San Agustín 278 mrs.

Tiene de renta de çiertas viñas 4.200 mrs.

Tiene más de una  yantar 800 mrs.

 De la escribanía de Villafáfiala 9.000 mrs.

Tiene más de un foro de una casa en Santagustín 2 gallinas

Tiene de foro de las casa de Pº Hernández en el dicho lugar  una gallina y 5 blancas.

De la casa de la de Antón de Muélledes 1 gallina y 3 mrs

En Revellinos de la casa de Lope de Távara  2 gallinas

En un campo de Juan del Canto una gallina y 1 mr.

 

Reiteran el mandamiento para que los vecinos pudientes llamados también cuantiosos, mantengan un caballo y tengan armas preparadas a su cuenta, según mandan los establecimientos de la Orden:

 

Hallóse que avía en la villa de Villafáfila 300 vºs, entre los quales avía los quantiosos siguientes:

Pedro Drago, Diego del Concejo, Françisco Martínez, Françisco de Caramaçana, Juan Rodríguez, Pedro García, Alonso Hernández, Françisco de Muélledes, Hernando Hernández, Juan de Valle, Juan de Santa Cruz, Alonso de Castro, Juan Alvarez, Juan de Benavente, Bernardo Gallego, Bernardo de Caramaçana, Alonso Tejado, Alonso de Santa Cruz, Pedro Martínez, Andrés Manso, Tomé de Ledesma, Françisco Aries, Hernán Drago, Juan García y Françisco de Muélledes.

Por el libro de la visitaçión pasada pareçe que los visitadores mandaron que los dichos quantiosos que tuviesen armas e caballos dentro de un año, como lo manda el establecimiento, so la pena en él contenida, y los dichos quantiosos no lo tienen, ni se les executó la pena, porque algunos dellos juraron que no les fue notificado el dicho mandamiento, ni tenían costumbre de tener armas ni caballos, e ansimismo porque juró Bernaldo Hernández, escribano de la dicha villa de Villafáfila,  que él avía estado presente en la visitaçión que hicieron en Villalba, e no vio que dicho mandamiento se notificase a los tales quantiosos, ni a persona alguna.

Mandóse a los dichos quantiosos que dentro de 6 meses primeros siguientes, tengan las dichas armas e caballos segund e como lo manda la dicha ley capitular, so la pena en ella contenida; y mandaron al comendador que, pasado el dicho tiempo, faga haçer alarde a los dichos quantiosos en el tiempo que la ley capitular manda, e si no toviesen armas ni cavallos, execute en los que no lo toviesen la pena de la dicha ley; e sy del dicho mandamyento se sintiesen agraviados los dichos quantiosos, que se presenten ante Vuestra Magestad, en el su Consejo de las Ordenes, a dar razón de porqué no deven tener los dichos caballos e armas para que Vuestra Magestad mande proveer en ello lo que sea más servido.

Notificaçión:

El qual dicho mandamiento se notificó por el escrivano de la dicha vivitaçión a algunos de los dichos quantiosos por que los otros no se pudieron ver, se notificó a Françisco Martínez, alcalde, e a Juan de Benavente, procurador general del conçejo, para que lo notifique a todos los dichos quantiosos, so la pena de 3.000 mrs. para la cámara e fisco de Vuestra  Magestad.

 

Actas de visitadores de la provincia de León

Visitaron San Agustín, donde presentaron los poderes al concejo, hallándose presente el alcalde de Villafáfila, Pedro de Almança, junto con Lope de Távara, regidor de dicho lugar y, después de los apercebimiento acostumbrados pasaron a indagar la vecindad:

 

“ay en el dicho lugar de San Agustín 60 veçinos, entre los quales se hallaron los quantiosos siguientes: Alonso de Alba y Pedro de Antón, mandóseles lo mismo que a los de Villafáfila.”

 

El mismo día visitaron Revellinos, donde presentaron el poder ante algunos vecinos del lugar y procedieron a la averiguación de los vecinos y cuantiosos, mandando a éstos lo mismo que en Villafáfila:

 

Ay en el dicho lugar de Revellinos 60 vecinos, de los quales encontraron por quantiosos a Alonso de Távara, Alonso Bravo, Alonso Martín, Alvaro Pérez, Juan Bravo, Diego de Távara, Pº Gallego, Pº García, Juan Gallego y Diego de Távara.”

 

En esta visita se entretuvieron sólo dos días:

 

“Hezimos de gasto los dichos visitadores de dos días que estovimos en Bisitar la dicha villa con nueve personas e el escribano e ocho bestias, en pan, vino e biandas e çebada: 829 mrs. y 1/2. Pagó el comendador la terçia parte y el concejo las dos terçias partes. Quedó mandamiento para que el conçejo lo resçiba en cuenta.”.

 

De algunas visitas no se han conservado las actas, pero sí el testimonio de algunos coetáneos, como el que hace Alonso Sanchón, mayordomo de las rentas del comendador en Villafáfila, en 1541, cuando refiere que:

 

“En el año pasado de 1536 vinieron çiertos visitadores de la horden e bisitaron  a esta villa y mandaron que el portazgo no se cobrase de los veçinos de Castrotorafe y su tierra y los de Castrotorafe no cobrasen el portazgo de los veçinos de Villafáfila y su tierra y los de Castrotorafe no cobrasen el dicho portazgo de los vecinos de la dicha Villafáfila y su tierra”( A.H.N.Nobleza. Osuna. Leg. 2152-17 2 ).

 


La última visita de la que tenemos constancia se efectuó diez años más tarde (A.H.N. OO.MM. Libro 1099. Fº 408-414), y se inició por Revellinos:

 

“Visitaçión del lugar de Revellinos:

 

 A 10-4-1538 nos, los dichos visitadores, el comendador Françisco de Miranda y el Maestro Miguel de Cisneros visitamos el dicho lugar de Revellinos, en el qual fezimos juntar el conçejo, y al llamamiento dél, se juntaron Juan Herrero, alcalde, y Juan de León e Lope Meléndez, rregidores, a los quales se le notificó la dicha provisión de vra magestad, Ellos e cada uno dellos la obedeçieron con el acatamiento devido, e quanto al conplimiento, dixeron que estaban prestos de la conplir como Vra Mt. por la dicha provisión lo manda. Testigos que fueron presentes: Juan Gallego e Alonso Gamonal, vezinos del dicho lugar”.

 

 Después mandaron echar el pregón y hacer los apercibimientos acostumbrados en las anteriores visitaciones.

 

Por ynformaçión que nosotros los dichos visitadores ovimos, fallamos que avia en el dicho lugar de Revellinos setenta y çinco vezinos, pocos más o menos, entre los quales fallamos que avia los quantiosos siguientes:

Pero Gallego, Juan de Medina, Alonso Martín cojo, la de Alonso Martín, Françisco de Távara, Lope Meléndez, Diego García, Juan Fernandez, Andrés Martín, Juan Herrero y Simón Herrero

 

San Agustín, lo visitaron el mismo día e hicieron juntar al concejo en la plaza donde leyeron los poderes y echaron los pregones. Hicieron el recuento de los vecinos y hallaron que había 62, entre ellos tres cuantiosos: Juan Hortolano, La Quixada y la de Alonso Calvo.

 

El 11 de abril de 1538 hicieron juntar a concejo en Villafáfila y estando presentes Diego de Villagómez e Alonso de Santa Cruz, alcaldes e Alonso de Aguayo e Andrés Manso, regidores y Francisco García, procurador general, se hizo el apercibimiento acostumbrado y mandaron pregonar que:

 

si alguna persona que tuviese quexa o quisise pedir e demandar algo al comendador de la dicha villa o sus ofiçiales, que paresçiese ante nosotros los dichos visitadores e con brebedad les faríamos justiçia. E ansimismo se les motificó que si alguna persona tenía algunos çensos que mostrase los títulos con que los tenía, so pena de diez mill mrs. a los que oviesen que en la dicha villa avía alguna cosa de la mesa maestral o quantiosos, los viniesen diziendo

 

 No se visitan las iglesias porque se visitan por el obispo. Los clérigos vecinos de la villa mostraron provisión del Rey Católico para que les acudiesen con los diezmos de sus beneficios sin embargo de cualquier mandamiento de visitadores en contrario.

 

Pasan a visitar el hospital de San Pedro como solían hacer en la visitaciones pasadas y lo hallan en tal mal estado que se recomienda que se vendan sus propiedades y lo que se obtengan se aplique a favor de los otros hospitales de la villa:

 

Visitaçión del ospital de San Pedro: el qual es de tapia; está todo para se caer. Tiene un portal y a la mano derecha dos cámaras y a la esquierda otras dos caydas en el suelo, que no tienen más de la tapia. Tiene un corral e una huerta con su poço, e la huerta tiene  árboles, y fallóse por hospitalero del dicho hospital a Fco Drago, viejo.

Ropa:

Primeramente tenía 6 cabeçales de lana, otros 2 cabeçales viejos e uno de lienço.

 2 mantas viejas rrotas.

De lo que más avían en el libro de la visitaçión pasada no se da rrazón ni quenta dello eçeto quatro cabeçales muy viejos e rrotos.

Tiene el dicho ospital dos herreñales, el uno al camino de Valle, linderos  viña de Diego de Robles, arçipreste ye Fco de Caramaçana; el otro a Carboneros, linderos de Santo Antón e Santiago que rentan 1 fanega de çebada cada año.

Fallamos en esta visitaçión que hazemos deste dicho ospital de Villafáfila, que no tenía más renta de los dichos dos herreñales que rrentan una fanega de çebada e una huerta o cortina questá dentro de dicho ospital, que no rrenta nada. E el dicho hospital está para se caer e socabados los çimientos, y no tiene con qué se rreparar, e ay en la dicha villa otros ospitales bien rreparados, paresçiónos que sería bien queste dicho ospital e su huerta se vendiesen, e lo que por él se diese se aplicase a uno de los otros ospitales de la dicha villa.

 

Actas de la última visita en 1538

A continuación hacen una relación pormenorizada de las rentas que tiene el comendador en Villafáfila y su tierra:

 

Tiene el dicho comendador de Castrotorafe en la dicha villa de Villafáfila en siete parroquias que ay en la dicha villa de Villafáfila e su tierra, en cada una dellas señalado un dezmero, del qual lleva la terçia parte, que puede rrentar un año con otro 17.000 mrs.

De çiertas tierras de pan llevar que se llama la heredad de Palaçio, lleva de rrenta  quarenta y dos cargas de pan mediado, e anda con este arrendamiento la huerta que adelante se hará mençión.

Tiene una heredad de tierras en el término de San Pedro de Molledes, que se llama el monte de San Pedro, que rrenta setenta y ocho cargas de pan mediado trigo y çebada.

Tiene más en Villarrín otra heredad que le rrenta honze cargas de pan mediado.

Tiene más en Rebellinos seys cargas y mª de pan mediado.

Tiene más en el lugar de Santo Agostín diez cargas de pan mediado.

Tiene más de rrenta en la heras en la dicha villa que rrentan nueve ochavas de çebada.

Tiene más en una salina en la dicha villa de rrenta dozientos rreales.

Tiene de rrenta y portazgo en la dicha villa y tierra que rrenta 6.500 mrs.

Tiene más las martiniegas que rrentan çien rreales poco más o menos.

Tiene más de fueros 450 mrs., dozientos mrs. sobre la plaza donde está el rrollo, e los dozientos çinquenta sobre las casas de Juan de Castro e Enrique de Benavente y Alonso de la Puebla, questán en la plaza pequeña.

La huerta que dize la visitaçión que rrentava mill e çiento e sesenta mrs., anda en la rrenta de las tierras e no rrenta nada.

Tiene más, de la viña de Santo Agostín que está aforada en tres fanegas de çebada .

Tiene más, de un yantar sobre el conçejo de la dicha villa 800 mrs.

Tiene más, de rrenta de çiertas viñas 4.200 mrs.

Tiene más, de la escrivanía de la villa de Villafáfila 10.000 mrs.

Tiene más, de fuero en unas casas de Santo Agostín dos gallinas e dos mrs. y mº.

En las casas de Pº Fernández, que tiene agora Juan de la Fuente, en Revellinos, una gallina y çinco blancas.

En Villafáfila, en la casa de Antón de Muellédes que tiene Alonso Rasero e Juan del Cabello, una gallina y 3 mrs.

En Revellinos, en la casa de que dize la visitaçión pasada es herreñal de Alvaro de León, dos gallinas.

En el campo de Juan del Canto, una gallina e 1 mr., a la Fuentelarreina, linderos de Alonso Fernández e camino del Espino.

 

Una renta que en otras ocasiones no habían averiguado eran las penas de cámara, de lo que ahora procuran unformarse:

 

Fuymos ynformados ansimismo que tiene más el dicho comendador en la dicha villa de Villafáfila e en toda la encomienda de Castrotorafe las penas y calunias e mostrencos y setenas y marcos, de todos aquellos a quien se lleva esta pena, e porque de muchos e en diversos tiempos y años las cosas que açerca dello pueden acaezer, no se puede saber lo que vale, más de quanto dixeron que podía valer un año con otro, según la ynformaçión que çerca dello obimos, fasta quinze mill mrs., poco más o menos.”

 

Después indagan el número de vecinos, diferenciando los que viven dentro de la villa y los que viven en los arrabales, y relacionando los más ricos,:

 

falláronse en la dicha villa de Villafáfila al presente sazón, en la dicha villa treinta vezinos. E fuera de la dicha villa, en los arrabales fuymos ynformados que avía dozientos y sesenta vezinos, con clérigos y hidalgos, que son y montan por todos los dichos vezinos 290.

 Fallamos por ynformaçión que avía en la dicha villa entre los dichos 290 vezinos, abía en ella los quantiosos siguientes:

Diego del Concejo el viejo, Fracisco de Caramaçana, Alonso Fernández de San Pedro, Juan de Castro, Alonso de Santa Cruz, Tomé de Ledesma, Juan García hijo de Pedro García, Francisco Martínez de Santa María, Juan Manso de San Pedro, García Crespo, Diego Sánchez, Fco Martínez de San Juan, Pedro García, Juan de Santa Cruz viejo, Bernaldo de Caramaçana, Pedro Martínez, Francisco Aries, Alonso Sanchón, Rodrigo Rodríguez, Juan de Valle de Santa María y Andrés de Ledesma.

 Non mandamos a los dichos quantiosos que tuviesen armas e caballos por quanto fuymos ynformados que nunca las tuvieron, e porque los visitadores pasados les mandaron que las tuviesen, fueron sobre ello al Consejo de las Ordenes, e en él sobreseyeron elas penas y nunca se las mandaron tener

 

Se entretuvieron en las visita dos días y medio :

 

“Gasto:

hízose de gasto en este lugar en dos días y medio que estuvimos en visitarlo con nueve personas e seys bestias, 789 mrs.”.

 

Ese mismo año se inician las negociaciones para sacar de la orden la villa de Villafáfila y su tierra para venderla a particulares y los visitadores no vuelven a pasar por la villa.

 



[1] El puesto que en el siglo XV tenía un significado adversativo, equivalente al actual aunque.