Hasta los años sesenta se celebraba con gran solemnidad la festividad de San Antonio Abad, San Antón, patrono de los animales domésticos. En la liturgia se bendecía a los animales y se recitaban los llamados refranes de San Antón, que eran pequeñas rimas contando y parodiando acontecimientos que habían ocurrido el año antes en el pueblo. Desde pequeño había oído hablar de unas tablas de pintura antiguas que fueron sido llevadas para Astorga muchos años antes, al parecer con motivo de un “Congreso Eucarístico”. Años después el sacerdote don Alejandro Tejedor Bernardino, que había estudiado en el seminario de Astorga, donde fue ordenado en los años cincuenta, me puso sobre la pista de que las tablas se encontraban en el Museo de la Catedral de Astorga, y correspondían a cuatro cuadros representando las tentaciones de San Antonio Abad. Cuando visité por primera vez el Museo, pude observar que en las reseñas de la sala no había ninguna referencia a su origen, por desconocerse el mis...