Parroquia de Santa María del Moral de
Villafáfila.
La única
iglesia que en la actualidad se mantiene en Villafáfila es la dedicada a Santa
María del Moral, y es la tenemos documentación más temprana. Ya José Luis hizo una entrada en su página Villafafila.net, de donde tomo algunas fotos sin su permiso explícito, pero con mi agradecimiento por su labor; y yo a propósito de la jubilación de don Agapito como párroco voy a tratar someramente la historia de sus párrocos.
En 1147, el concejo de Terrones (una aldea cercana a la villa,
en la que desde el siglo X se documentan salinas), y su presbítero Cipriano, hacen
donación de la iglesia de Santa María de Villafáfila al monasterio de San Pedro
de Eslonza (León):
"ego Ciprianus presbiter una
cum concilio de Terrones dabimus isto monesterio de Uillafafila
pernominata Sancta Maria",
posiblemente en el momento del traslado de la población desde la aldea hasta la villa, en proceso de reorganización, para formar una colación o parroquia de la misma.
Tal vez la
posesión de la iglesia por parte del cenobio benedictino leonés no fuera
efectiva, pues en 1155 el emperador Alfonso VII, hace una nueva donación o
confirmación del mismo, junto con una heredad y la mitad de otra iglesia en
Villafáfila:
“facio kartam donacionis seu
confirmacionis ... de hereditate de Uilla Fafila que es mea propia ereditas, et
illa prenominata monesterio Sancte Marie tota ab integra et medietati Sancti
Iacobi”.
La
denominación de monasterio que en los dos documentos se utiliza para referirse
a Santa María tal vez implicara la existencia de algún edificio anejo a la
iglesia, que pudo ser utilizado por los monjes de Eslonza para establecer un
priorato al frente del cual encontramos desde el principio a un monje encargado
de la administración del patrimonio en la comarca. Desde 1143 hasta 1182 está
al cargo del priorato del monasterio el monje Juan Spora, que vivía en las
dependencias de la misma iglesia ese último año: "et eclessie Sancte Marie in qua
Iohanes Spora habitat", al lado de la cual debía poseer otras casas
"iuxta suas domos de Iohannes Spora". Estas casas están mencionadas
desade 1160, que por una donación recibe otra casa. En 1201 por lo menos vivían
tres clérigos en Santa María: "Dominicus Suarez, tenente domum sancte Marie. Martines,
presbiter capellanus. Martinus Bartolomeus, monacus” (Vignau V. 1885: doc.
XIV, LXXVIII y XCVI).
Así en 1174 vende uno de los suelos que poseía
por un bajo precio, a cambio de que permaneciera el adquiriente con sus hijos
como feligreses de la iglesia: " uendo unum solarem ...ut tu et filii
tuum ... in eo morantes ... aut prope semper sint feligreses illius ecclesie”.
En 1182 dos familias donan viñas, pausatas, tierras y casa, pero conservan el
usufructo durante los días de su vida, junto con la posesión de otra salina de
San Pedro " et ego Ioannis Spora do et concedo uobis illam salinam quam
de me tenetis ut omnibus diebus uite uestre”. Parece que la entrega de esos
bienes se hace como compensación de deudas que tenían con el monasterio de la
tercia de los diezmos que debían pagar a la iglesia de Santa María de donde
eran feligreses: “et totum de nostra tercia erit et in nostra tercia erit
recontum".
A veces surgieron pleitos sobre algunas
posesiones. Ya en 1160 tuvieron que llegar a un acuerdo con el obispo de
Astorga sobre la tercia de Santa María, en 1165 firman un convenio para evitar
controversias sobre la posesión de la iglesia de Santiago, cuya mitad les
pertenecía, con el otro propietario, más tarde, en 1201, conseguiría Eslonza la
propiedad entera de esa parroquia, que al estar junto a la de Santa María no le
interesaba que prosperara, y pronto desaparece, dejando un crucifijo en su
lugar que da nombre a la plaza situada detrás de la actual iglesia.
En 1291el monasterio presentaba por cura a Johan
Domínguez, clérigo morador en Uila Fafila que se obligaba a pagar unas
cantidades fijas anuales en razón de la tercia, entre las que se mencionan 4
cargas de cebada, una buena procuración o yantar de pan, vino y carne o pescado
y dos docenas de quesos de sal, por razón del patronazgo de la parroquia. Además
otra procuración al año cuando la enviase a pedir el abad. Recibe un solar para
hacer una casa donde pueda recibir al abad y a los monjes con sus criados cuando
fueran a la villa. Se compromete a dejar a su muerte la mitad de su mobiliario
para el monasterio (Vignau 1882: Doc.XIV, LXXVIII, XCIII, XCVI,CV y CXXV).
Ningún vestigio queda de la primitiva
construcción románica, pues la iglesia actual es un edificio de ladrillo
levantado a finales del siglo XV o principios del XVI, y reedificado y
reconstruido en numerosas ocasiones. Así en la segunda mitad del siglo XVIII
sufrió un derrumbe que la inutilizó para el culto durante algún tiempo,
contando en ese tiempo con una torre con tejado.
La última gran reforma tuvo lugar a principios del
siglo XX con intención de agrandarla.
Un testigo de excepción, que visito la villa en
1903, el profesor Gómez Moreno nos la describe en su catálogo monumental de la
provincia de Zamora, que a continuación transcribo:
“Es un edificio gótico bastante galano, pero
hecho de ladrillo, y aun quizá por artífices moros, observándose indicios de su
arte peculiar en algunas formas de estructura, y en cuanto a fecha, corresponde
al tiempo de los Reyes Católicos, si no más tarde.
822.
Probablemente lo bueno de esta iglesia, que es su cabecera, constituyó una
ampliación de edificio más antiguo, si bien luego éste hubo de renovarse,
transformándose en los dos tramos, modernos y sin valor de la nave. Así lo
garantiza, en cierto modo, la puerta del hastial, coetánea, por lo menos, de la
cabecera, con arco rebajado, pero rematando su dovelaje en curva conocopial,
recuadro y guarnición con rosetas y bolas, todo ello como de fines del siglo
XV.
La tal cabecera es bien grande,
formando tras naves de a dos tramos cuadrados, excepto el primero de la central,
que es rectangular, y el otro, habilitado para presbiterio, sobresale algo del
rectángulo, en que lo demás se incluye. Su obra es toda de ladrillo con anchos
tendeles, a no ser las bóvedas, o, a lo menos, sus plementerías, hechas de
piedra menuda. Respecto de estilo, corresponde al gótico en sus postrimerías,
con las modificaciones que lo insólito del aparejo reclamaba, y dejándose ver
en ellas algo de mudejarismo, como siempre en nuestra obras de albañilería; por
ejemplo, el descargarse los muros mediante arcos, de igual suerte que en
Cantalapiedra, Galleguillos y otras iglesias más antiguas. Los estribos fenecen
en redondo por su base; más arriba son esquinados, y sólo en lo alto recobran
su forma usual. Una puerta hay de arco agudo, hornacinita encima y alfiz,
recuadrándolo todo; los pilares y sus responsiones previenen ya con sus anchas
estrías el molduraje de los arcos, mediando sólo una imposta en su arranque;
las bóvedas son capialzadas, ya de ogivas, ya con terceletes y combados las
principales. Finalmente, por decoración vense tan sólo unas medallas con bustos
sobre los salmeres de la nave central y en las filateras, acusando arte del
siglo XVI.”
El
retablo también ha sufrido numerosos avatares, como el incendio parcial a
finales del siglo XIX que destruyó la imagen de la Virgen del Moral,
posiblemente muy antigua. Siguiendo la descripción que Gómez Moreno hizo del
mismo lo podemos datar a mediados del siglo XVI, aunque reformado en el
neoclasicismo. Efectivamente en 1811 el retablo fue reformado y pintado. Cuenta
en su calle central con relieves de
De las tablas originales conserva visibles
cuatro, una correspondiente a
En los demás tableros hay clavados lienzos,
algunos de los cuales pueden proceder de Moreruela y representan una aparición
de
Hasta el siglo XIX la iglesia sigue siendo de
presentación del monasterio de San Pedro de Eslonza y de colación del Arcediano
del Páramo de
Hoy voy a tratar de hacer una relación de los
párrocos de Santa María conocidos
En 1503 está al frente de la parroquia Álvaro de
Mansilla, según la relación que hacen los visitadores de la Orden de Santiago.
1549 cura Pedro de Valladolid según el Becerro de
Presentaciones de la diócesis de Astorga
(ADA Códices 3-3-17).
Luis de Barrio, un hidalgo local fue cura desde 1550 hasta su fallecimiento en1566, fue uno de los refundadores de la cofradía de clérigos de San Gervás.
Lope García, bachiller, hijo de Juan García y María Martínez, labradores pecheros hacendados de la villa, fue cura hasta 1572 en que fue elegido por los feligreses cura de la parroquia de San Salvador. Había pretendido anteriormente la parroquia de San Pedro, con el voto de casi la mitad de sus parroquianos. A su fallecimiento en 1602 era licenciado, se enterró en Santa María, fundó una capellanía en esa iglesia, la de Santa Catalina la Nueva, pues ya existía desde antiguo otra con la misma advocación, y dejó 2000 reales para misas. Fue uno de los personajes más influyentes de la villa, en parte por su gran parentela y su prestigio. En uno de los pleitos con el Marqués de Tábara prestó dinero para seguirlo en Valladolid. Fue testamentario de varios clérigos, por la confianza que en él tenían.
Le sucedió como párroco de Santa María su hermano
Antonio García, que falleció 1606, siendo arcipreste. La muerte le sorprendió
en Rioseco a donde había ido a ver unas fiestas. Se enteró en la capilla de
Santa Catalina, donde tenían la sepultura los capellanes
Le sucedió Gaspar de Cisneros unos pocos años pues
en1628 era teniente de cura Pedro Gil, que pasó a San Juan como párroco
En 1632 ya figura Lorenzo Martínez, que después fue
cura de Barcial, murió en el 1654 y se enterró en la iglesia.
Desde al menos 1637 encontramos como párroco al Licenciado Santos Caballero, hasta que renunció en 1648; falleció en 1650. Se hizo clérigo después de enviudar. Su primera mujer, Ana Villalba falleció en 1623, volvió a enviudar de Catalina Martínez en 1632. tenía varios hijos. Cuando entró por cofrade del cabildo eclesiástico en 1634 pago 20.000 mrs en plata. Es un antepasado de casi todos los villafafileños actuales.
Desde 1649 hasta1668 Licenciado Domingo Ribera,
se enterró en San Pedro, probablemente era natural de Villafáfila.
Poco tiempo estuvo en la parroquia don Martín
Lobato Domínguez, que falleció en 1669,
el año de su llegada.
Le sucedió desde 1670 don Pedro Álvarez de Muelas
hasta1705 en que falleció.
El siguiente cura, don Juan González del Cueto
duró muy poco, pues falleció en 1726 en Tapioles.
No he rastreado párroco hasta 1744 cuando desempeña
el cargo don Pedro Martínez Casero, que falleció en 1764. Había nacido hacia 1699.
Vivía con una hermana y tres sobrinas, una de las cuales se casó en el pueblo
con Manuel Pozuelo, de Villarrín.
Le sucede en el cargo desde 1765 don Juan
Gutiérrez natural de Tiedra, hasta su fallecimiento en 1785. Dejó por heredera
su hermana Isabel, y 660 misas, 1100 reales a Santa María y 550 reales a
Villaveza de Valverde su anterior destino como cura.
Viene como cura en1786 don Juan Rodríguez de
Losada hasta su fallecimiento en1802.
En 1803 el párroco es Juan Antonio Monasterio del
Palacio, se marchó a su tierra, Asturias, por la guerra en 1808. En 1813
reclama que le abonen las rentas que le correspondían por ser miembro del
cabildo eclesiástico, pero se las niega por haberse marchado sin pedir licencia.
En1815 figura como párroco José Ruiz, del que no
sé que destino llevó, pero en
1829 don Pedro de León figura como teniente de
cura y en1830 don Benigno como vicario.
Ya en 1832 el cura es don Eufrasio Calvo, que en
1846 se fue a Villarrín como párroco.
Don Juan Bautista
Delgado, Rionegro del Puente 1818 - Villafáfila 1896, que fue párroco desde 1847
y arcipreste probablemente desde el fallecimiento del anterior, don Martín
Costilla, en 1856.
Desde 1864
compra tierras en Villafáfila
Falleció en junio 1896. Había hecho testamento el
año antes ante el notario don León Temprano. Deja 500 misas de 5 reales que ha
de decir su sobrino José Antonio de Uña Delgado; la mitad de las tierras de
Rionegro a su hermana Josefa Delgado Clemente, y el remanente de sus bienes a
su sobrina, Victoria Tostón Delgado, para que dé carrera eclesiástica al
hijo que más se distinga por talento y vocación, que se trasladó a vivir a
Villafáfila con su marido, Manuel Blanco Vega y varios hijos Antonio, María,
Cecilia. Era la abuela de Fernando Fidalgo y sus hermanos, de Toto, doña Antonia,
o don Tarsilo.
Don Toribio Fernández Sotillo, de Castellanos de Sanabria, fue un párroco breve, pues ya tenía 66 años cuando fue nombrado en 1897 como párroco de toda la villa, aunque siguiera don Pedro de León como párroco de San Martín hasta su dimisión. Había sido párroco de Riego de Ambrós, en el Bierzo, después de Santa Marta de Tera. Poco más de 4 años estuvo en la parroquia pues murió en 1902 a los 71 años, dejando una manda de 1.000 misas. Durante su curato, en agosto de 1899 una chispapenetro en la iglesia desde la torre quemando el rostro y manto de la Virgen del Moral.
Don José
Mayo Domínguez, de Justel, había sido ordenado en 1891, fue director espiritual
del seminario de Astorga en 1892.
En1895 fue trasladado como cura a San Feliz de Órbigo,
hasta que en 1903 nombrado párroco de Villafáfila.
Fue nombrado arcipreste.
En 1905 organizó la Cofradía del Corazón de Jesús
En mayo de 1908 encontramos este anuncio en el boletín
del obispado de venta de dos campanas procedentes de las iglesias suprimidas una
de 22 arrobas y otra de 30
Don Manuel Gómez Moreno en su Catálogo Monumental
de España nos deja su opinión.
Ese año pertenece a la Liga Sacerdotal Eucarística. Ese año sufrió un atraco cuando iba paseando de 50 pesetas por Felipe Chimeno.
Miembro del montepío del clero asturicense
durante el año social 1907-1908 percibió 44 pesetas de subsidio de enfermedad,
no se si derivada del disgusto.
En1911 era miembro de la Liga Nacional de Defensa del Clero. El día de San Isidro de ese año, ante el rumor de que el cura quería vender la imagen de Jesús Nazareno, gran parte de los vecinos se amotinaron y se concentraron en la plaza para protestar por lo que tuvo que intervenir la guardia civil.
En 1913 figura como socio activo del Congreso
Catequístico de Valladolid.
En1915 compra tierras por 2.000 pts a don Martino del Río y a su cuñado, Pío de León. No sabemos su destino, pero las vendería él o sus herederos
Desde 1925 figura como mayor contribuyente de la
parte personal, no que fuera de los más ricos, sino que debido a que recibía un
sueldo tenía que contribuir con parte del mismo
En 1927 se retiró a su pueblo Justel, donde también
tenía tierras de labor.
El siguiente párroco después de una breve
estancia de don José de Paz, como
coadjutor, llegó a la parroquia Don Francisco Lera García, (Pobladura de Yuso, 1889 al lado de
Castrocontrigo).
Estudió en el Seminario de Astorga con
calificaciones de “meritisimus”
En 1914 fue ordenado sacerdote y al año siguiente se le encargo el santuario de Nuestra Señora de las Ermitas en Orense, pero ya en 1918 estaba como profesor del seminario. En 1923 septiembre es nombrado párroco de Destriana de la Valduerna, donde ejerció hasta su traslado a Villafáfila en 1929 como cura.
Desde 1930 hasta 1936 figuraba entre los mayores contribuyentes
por la parte personal residente en el pueblo.
En junio de 1955 recibe la primera visita del
obispo de Zamora, don Eduardo Martínez después de la reorganización diocesana
en la que Villafáfila fue trasferida de la diócesis de Astorga donde se había
enmarcado desde la Edad Media, a la de Zamora.
Ejerció durante la II República y tuvo algún
incidente en la Semana Santa del 36, cuando abandonó una procesión por ciertas
voces. Los familiares de los detenidos en agosto de ese año y condenados a
muerte trataron de que firmara o interviniera para que les fuera conmutada la
pena, pero o no pudo o no quiso hacerlo, y siempre se lo reprocharon.
Se retiró en 1956 y falleció en Madrid el 20/09/1958
Estudió en el Seminario de Zamora y en la
Universidad Pontificia de Salamanca. En junio de 1950 fue ordenado sacerdote. Cantó
misa en julio, apadrinado el alcalde de Zamora, pues era becario del
ayuntamiento. El primer destino pastoral fue la parroquia de Losacio.
En 1961 se inaugura el cementerio municipal bajo la bendición de don Camilo
En septiembre de 1956 fue nombrado regente de la parroquia de Villafáfila, en octubre de 1957 ecónomo, y desde 1958 párroco. Durante la década de los 60 vivió los profundos cambios que se produjeron en la Iglesia como consecuencia del concilio Vaticano II: abandono del latín y misas en castellano, vestimenta de paisano, cambios en la liturgia.
En 1966 se incorporó
como profesor de Religión, Latín y de Legua Española al Colegio Libre Adoptado
San Marcos. Dedicó parte de su tiempo a estudios históricos sobre las iglesias
de Villafáfila, publicados póstumamente junto a la obra de Manuel de la Granja,
Villafáfila: historia y actualidad de una villa castellano-leonesa. Sus
iglesias parroquiales.
La muerte repentina le acometió al acabar 1991.
Sus hermanos, Manolo y Sagrario se casaron en
Villafáfila.
A la muerte de don Camilo, y después de un breve
interregno en que la parroquia estuvo administrada interinamente, don Agapito fue
nombrado párroco por el obispo de entonces, don Juan María Uriarte. Tomó
posesión de la parroquia el 13 de septiembre de hace 30 años.
Don Agapito se puede decir que es paisano nuestro. Nació
en Villarrín en 1943. Estudió las primeras letras en el pueblo, y a los 11, llamado
por la vocación sacerdotal, inició sus estudios de humanidades en el Seminario
de Astorga, a pesar de que ya se había producido la reorganización de las
diócesis, y haber pasado Villarrín a pertenecer a la de Zamora. Pero tradicionalmente
muchos niños de Villarrín, que siempre fue cantera de curas, frailes y monjas,
iniciaban sus estudios en el seminario de Astorga, donde unos continuaban la
carrera religiosa y otros “colgaban los libros y los hábitos”. Agapito fue de
los que continuó, pero ya en el Seminario Mayor de Zamora los estudios de
Filosofía y Teología.
Fue ordenado presbítero por don Eduardo Martínez, (el
obispo Eduardo de nuestras misas infantiles), en junio de 1968. Enseguida lo
envió como párroco a Villar de Fallaves, una pequeña parroquia en el límite de
la provincia, cuando había curas en todos los pueblos.
En 1972 el obispo don Ramón Buxarrais lo nombra
párroco de San Esteban del Molar y encargado de Vidayanes. Además de confesor
de las monjas clarisas de Villalobos, para lo que tuvo que concederle dispensa
por razón de su juventud.
Después de ser párroco de Villafáfila ha sido
encargado de múltiples parroquias debido a la escasez de curas y a su
disponibilidad: Vidayanes, San Esteban, San Agustín, Santovenia, Tapioles, a
veces Revellinos.
Diversas imágenes de don Agapito durante su estancia en Villafáfila en procesiones, fiestas de la Benéfica, comuniones,
Se jubiló el 25 de septiembre de 2022.