domingo, 2 de octubre de 2022

Parroquia de Santa María del Moral de Villafáfila.

 

Parroquia de Santa María del Moral de Villafáfila.

 

La única iglesia que en la actualidad se mantiene en Villafáfila es la dedicada a Santa María del Moral, y es la tenemos documentación más temprana. Ya José Luis hizo una entrada en su página Villafafila.net, de donde tomo algunas fotos sin su permiso explícito, pero con mi agradecimiento por su labor; y yo a propósito de la jubilación de don Agapito como párroco voy a tratar someramente la historia de sus párrocos.





 En 1147, el concejo de Terrones (una aldea cercana a la villa, en la que desde el siglo X se documentan salinas), y su presbítero Cipriano, hacen donación de la iglesia de Santa María de Villafáfila al monasterio de San Pedro de Eslonza (León):

"ego Ciprianus presbiter una cum concilio de Terrones dabimus isto monesterio de Uillafafila pernominata Sancta Maria",

posiblemente en el momento del traslado de la población desde la aldea hasta la villa, en proceso de reorganización, para formar una colación o parroquia de la misma. 



Ubicación de la aldea de Terrones antes de trasladarse a la colación de Santa María


Tal vez la posesión de la iglesia por parte del cenobio benedictino leonés no fuera efectiva, pues en 1155 el emperador Alfonso VII, hace una nueva donación o confirmación del mismo, junto con una heredad y la mitad de otra iglesia en Villafáfila:

          facio kartam donacionis seu confirmacionis ... de hereditate de Uilla Fafila que es mea propia ereditas, et illa prenominata monesterio Sancte Marie tota ab integra et medietati Sancti Iacobi”.

            La denominación de monasterio que en los dos documentos se utiliza para referirse a Santa María tal vez implicara la existencia de algún edificio anejo a la iglesia, que pudo ser utilizado por los monjes de Eslonza para establecer un priorato al frente del cual encontramos desde el principio a un monje encargado de la administración del patrimonio en la comarca. Desde 1143 hasta 1182 está al cargo del priorato del monasterio el monje Juan Spora, que vivía en las dependencias de la misma iglesia ese último año:  "et eclessie Sancte Marie in qua Iohanes Spora habitat", al lado de la cual debía poseer otras casas "iuxta suas domos de Iohannes Spora". Estas casas están mencionadas desade 1160, que por una donación recibe otra casa. En 1201 por lo menos vivían tres clérigos en Santa María: "Dominicus Suarez,  tenente domum sancte Marie. Martines, presbiter capellanus. Martinus Bartolomeus, monacus” (Vignau V. 1885: doc. XIV, LXXVIII y XCVI).

Así en 1174 vende uno de los suelos que poseía por un bajo precio, a cambio de que permaneciera el adquiriente con sus hijos como feligreses de la iglesia: " uendo unum solarem ...ut tu et filii tuum ... in eo morantes ... aut prope semper sint feligreses illius ecclesie”. En 1182 dos familias donan viñas, pausatas, tierras y casa, pero conservan el usufructo durante los días de su vida, junto con la posesión de otra salina de San Pedro " et ego Ioannis Spora do et concedo uobis illam salinam quam de me tenetis ut omnibus diebus uite uestre”. Parece que la entrega de esos bienes se hace como compensación de deudas que tenían con el monasterio de la tercia de los diezmos que debían pagar a la iglesia de Santa María de donde eran feligreses: “et totum de nostra tercia erit et in nostra tercia erit recontum".

 

Ruinas del monasterio de San Pedro de Eslonza (León)

A veces surgieron pleitos sobre algunas posesiones. Ya en 1160 tuvieron que llegar a un acuerdo con el obispo de Astorga sobre la tercia de Santa María, en 1165 firman un convenio para evitar controversias sobre la posesión de la iglesia de Santiago, cuya mitad les pertenecía, con el otro propietario, más tarde, en 1201, conseguiría Eslonza la propiedad entera de esa parroquia, que al estar junto a la de Santa María no le interesaba que prosperara, y pronto desaparece, dejando un crucifijo en su lugar que da nombre a la plaza situada detrás de la actual iglesia.

En 1291el monasterio presentaba por cura a Johan Domínguez, clérigo morador en Uila Fafila que se obligaba a pagar unas cantidades fijas anuales en razón de la tercia, entre las que se mencionan 4 cargas de cebada, una buena procuración o yantar de pan, vino y carne o pescado y dos docenas de quesos de sal, por razón del patronazgo de la parroquia. Además otra procuración al año cuando la enviase a pedir el abad. Recibe un solar para hacer una casa donde pueda recibir al abad y a los monjes con sus criados cuando fueran a la villa. Se compromete a dejar a su muerte la mitad de su mobiliario para el monasterio (Vignau 1882: Doc.XIV, LXXVIII, XCIII, XCVI,CV y CXXV).

 

Ningún vestigio queda de la primitiva construcción románica, pues la iglesia actual es un edificio de ladrillo levantado a finales del siglo XV o principios del XVI, y reedificado y reconstruido en numerosas ocasiones. Así en la segunda mitad del siglo XVIII sufrió un derrumbe que la inutilizó para el culto durante algún tiempo, contando en ese tiempo con una torre con tejado.

La última gran reforma tuvo lugar a principios del siglo XX con intención de agrandarla.

Un testigo de excepción, que visito la villa en 1903, el profesor Gómez Moreno nos la describe en su catálogo monumental de la provincia de Zamora, que a continuación transcribo:

            Es un edificio gótico bastante galano, pero hecho de ladrillo, y aun quizá por artífices moros, observándose indicios de su arte peculiar en algunas formas de estructura, y en cuanto a fecha, corresponde al tiempo de los Reyes Católicos, si no más tarde.

822. Probablemente lo bueno de esta iglesia, que es su cabecera, constituyó una ampliación de edificio más antiguo, si bien luego éste hubo de renovarse, transformándose en los dos tramos, modernos y sin valor de la nave. Así lo garantiza, en cierto modo, la puerta del hastial, coetánea, por lo menos, de la cabecera, con arco rebajado, pero rematando su dovelaje en curva conocopial, recuadro y guarnición con rosetas y bolas, todo ello como de fines del siglo XV.

            La tal cabecera es bien grande, formando tras naves de a dos tramos cuadrados, excepto el primero de la central, que es rectangular, y el otro, habilitado para presbiterio, sobresale algo del rectángulo, en que lo demás se incluye. Su obra es toda de ladrillo con anchos tendeles, a no ser las bóvedas, o, a lo menos, sus plementerías, hechas de piedra menuda. Respecto de estilo, corresponde al gótico en sus postrimerías, con las modificaciones que lo insólito del aparejo reclamaba, y dejándose ver en ellas algo de mudejarismo, como siempre en nuestra obras de albañilería; por ejemplo, el descargarse los muros mediante arcos, de igual suerte que en Cantalapiedra, Galleguillos y otras iglesias más antiguas. Los estribos fenecen en redondo por su base; más arriba son esquinados, y sólo en lo alto recobran su forma usual. Una puerta hay de arco agudo, hornacinita encima y alfiz, recuadrándolo todo; los pilares y sus responsiones previenen ya con sus anchas estrías el molduraje de los arcos, mediando sólo una imposta en su arranque; las bóvedas son capialzadas, ya de ogivas, ya con terceletes y combados las principales. Finalmente, por decoración vense tan sólo unas medallas con bustos sobre los salmeres de la nave central y en las filateras, acusando arte del siglo XVI.

 


            El retablo también ha sufrido numerosos avatares, como el incendio parcial a finales del siglo XIX que destruyó la imagen de la Virgen del Moral, posiblemente muy antigua. Siguiendo la descripción que Gómez Moreno hizo del mismo lo podemos datar a mediados del siglo XVI, aunque reformado en el neoclasicismo. Efectivamente en 1811 el retablo fue reformado y pintado. Cuenta en su calle central con relieves de la Ascensión, Pentecostés y la Piedad, que al parecer del insigne granadino no son malos.

De las tablas originales conserva visibles cuatro, una correspondiente a la Visitación de la Virgen a Santa Isabel, “del mismo estilo que las de Villarrín y muy apreciable. Es de principios del siglo XVI, con un estilo mixto de flamenco e italiano; orlas con letras en los vestidos y arquitectura romana. Mide 1,14 por 0,74 metros.”. En lo alto del retablo hay otras cuatro tablas pintadas que parecen coetáneas de la anterior y representan la Anunciación de la Virgen, Jesús ante los Doctores y el Bautismo de Jesús.

En los demás tableros hay clavados lienzos, algunos de los cuales pueden proceder de Moreruela y representan una aparición de la Virgen a San Bernardo, que se podrían datar en el siglo XVII, de la escuela madrileña “preciosos, de tono claro y con pincel muy fluido, pero también algo amanerados y femeniles”.

Hasta el siglo XIX la iglesia sigue siendo de presentación del monasterio de San Pedro de Eslonza y de colación del Arcediano del Páramo de la Diócesis de Astorga, a la que pertenecía Villafáfila hasta 1954, y son abundantes las citas documentales de sus curas, capellanías y posesiones.

 


Hoy voy a tratar de hacer una relación de los párrocos de Santa María conocidos

 

En 1503 está al frente de la parroquia Álvaro de Mansilla, según la relación que hacen los visitadores de la Orden de Santiago.

1549 cura Pedro de Valladolid según el Becerro de Presentaciones de la diócesis de Astorga  (ADA Códices 3-3-17).

Luis de Barrio, un hidalgo local fue cura desde 1550 hasta su fallecimiento en1566, fue uno de los refundadores de la cofradía de clérigos de San Gervás.


Lope García, bachiller, hijo de Juan García y María Martínez, labradores pecheros hacendados de la villa, fue cura hasta 1572 en que fue elegido por los feligreses cura de la parroquia de San Salvador. Había pretendido anteriormente la parroquia de San Pedro, con el voto de casi la mitad de sus parroquianos. A su fallecimiento en 1602 era licenciado, se enterró en Santa María, fundó una capellanía en esa iglesia, la de Santa Catalina la Nueva, pues ya existía desde antiguo otra con la misma advocación, y dejó 2000 reales para misas. Fue uno de los personajes más influyentes de la villa, en parte por su gran parentela y su prestigio. En uno de los pleitos con el Marqués de Tábara prestó dinero para seguirlo en Valladolid. Fue testamentario de varios clérigos, por la confianza que en él tenían.


Firma del bachiller Lope García, cura de Santa María y después de San Salvador. Abajo derecha

Le sucedió como párroco de Santa María su hermano Antonio García, que falleció 1606, siendo arcipreste. La muerte le sorprendió en Rioseco a donde había ido a ver unas fiestas. Se enteró en la capilla de Santa Catalina, donde tenían la sepultura los capellanes


Firma de los clérigos de finales del siglo XVI, entre ellos Antonio García cura de Sª Mª


Desde al menos 1611 encontramos de cura Juan Franco, sobrino de los anteriores, natural de Tapioles, arcipreste y abad del cabildo, comisario del Santo Oficio de la Inquisición en 1618, falleció en 1621.


Firma del bachiller Juan Franco, cura de Santa María y arcipreste en 1618, 

Le sucedió Gaspar de Cisneros unos pocos años pues en1628 era teniente de cura Pedro Gil, que pasó a San Juan como párroco

En 1632 ya figura Lorenzo Martínez, que después fue cura de Barcial, murió en el 1654 y se enterró en la iglesia.

Desde al menos 1637 encontramos como párroco al Licenciado Santos Caballero, hasta que renunció en 1648; falleció en 1650. Se hizo clérigo después de enviudar. Su primera mujer, Ana Villalba falleció en 1623, volvió a enviudar de Catalina Martínez en 1632. tenía varios hijos. Cuando entró por cofrade del cabildo eclesiástico en 1634 pago 20.000 mrs en plata. Es un antepasado de casi todos los villafafileños actuales.

Desde 1649 hasta1668 Licenciado Domingo Ribera, se enterró en San Pedro, probablemente era natural de Villafáfila.

Firma de Domingo de Ribera entre otros clérigos



Poco tiempo estuvo en la parroquia don Martín Lobato Domínguez, que falleció  en 1669, el año de su llegada.

Le sucedió desde 1670 don Pedro Álvarez de Muelas hasta1705 en que falleció.

Firma del cura Pedro Álvarez de Muelas

El año 1706 llega un nuevo cura, don Manuel de Ordás que fallece en 1725. Había traído con él una hermana casada, desde La Bañeza, y tuvo aquí varios hijos, que heredaron los bienes del cura.


El siguiente cura, don Juan González del Cueto duró muy poco, pues falleció en 1726 en Tapioles.

No he rastreado párroco hasta 1744 cuando desempeña el cargo don Pedro Martínez Casero, que falleció en 1764. Había nacido hacia 1699. Vivía con una hermana y tres sobrinas, una de las cuales se casó en el pueblo con Manuel Pozuelo, de Villarrín.

Le sucede en el cargo desde 1765 don Juan Gutiérrez natural de Tiedra, hasta su fallecimiento en 1785. Dejó por heredera su hermana Isabel, y 660 misas, 1100 reales a Santa María y 550 reales a Villaveza de Valverde su anterior destino como cura.

Viene como cura en1786 don Juan Rodríguez de Losada hasta su fallecimiento en1802.

Firma de Juan Rodríguez de Losada, cura hasta 1802


En 1803 el párroco es Juan Antonio Monasterio del Palacio, se marchó a su tierra, Asturias, por la guerra en 1808. En 1813 reclama que le abonen las rentas que le correspondían por ser miembro del cabildo eclesiástico, pero se las niega por haberse marchado sin pedir licencia.

En1815 figura como párroco José Ruiz, del que no sé que destino llevó, pero en

1829 don Pedro de León figura como teniente de cura y en1830 don Benigno como vicario.

Ya en 1832 el cura es don Eufrasio Calvo, que en 1846 se fue a Villarrín como párroco.

Asignación al clero, Eufrasio Calvo, cura de Santa María 1844

Don Juan Bautista Delgado, Rionegro del Puente 1818 - Villafáfila 1896, que fue párroco desde 1847 y arcipreste probablemente desde el fallecimiento del anterior, don Martín Costilla, en 1856.

Donativos para la Santa Sede
Se rastrea su huella en la prensa diocesana de Astorga, pues siempre participa en las suscripciones de favor del pontífice o de diferentes causas caritativas.





Desde 1864 compra tierras en Villafáfila

Falleció en junio 1896. Había hecho testamento el año antes ante el notario don León Temprano. Deja 500 misas de 5 reales que ha de decir su sobrino José Antonio de Uña Delgado; la mitad de las tierras de Rionegro a su hermana Josefa Delgado Clemente, y el remanente de sus bienes a su sobrina, Victoria Tostón Delgado, para que dé carrera eclesiástica al hijo que más se distinga por talento y vocación, que se trasladó a vivir a Villafáfila con su marido, Manuel Blanco Vega y varios hijos Antonio, María, Cecilia. Era la abuela de Fernando Fidalgo y sus hermanos, de Toto, doña Antonia, o don Tarsilo.

 

Necrológica de don Juan Bautista en el Boletín de la diócesis de Astroga

Don Toribio Fernández Sotillo, de Castellanos de Sanabria, fue un párroco breve, pues ya tenía 66 años cuando fue nombrado en 1897 como párroco de toda la villa, aunque siguiera don Pedro de León como párroco de San Martín hasta su dimisión. Había sido párroco de Riego de Ambrós, en el Bierzo, después de Santa Marta de Tera. Poco más de 4 años estuvo en la parroquia pues murió en 1902 a los 71 años, dejando una manda de 1.000 misas. Durante su curato, en agosto de 1899 una chispapenetro en la iglesia desde la torre quemando el rostro y manto de la Virgen del Moral.



 Don José Mayo Domínguez, de Justel, había sido ordenado en 1891, fue director espiritual del seminario de Astorga en 1892.

En1895 fue trasladado como cura a San Feliz de Órbigo, hasta que en 1903 nombrado párroco de Villafáfila.

Nombramiento de don José Mayo como cura de Villafáfila

Se encontró como párroco único con dos iglesias, San Pedro y San Salvador, abandonada y se planteó como objetivo agrandar y arreglar la iglesia de Santa María. Para ello puso en venta altares, imágenes, campanas…

Fue nombrado arcipreste.

En 1905 organizó la Cofradía del Corazón de Jesús

En mayo de 1908 encontramos este anuncio en el boletín del obispado de venta de dos campanas procedentes de las iglesias suprimidas una de 22 arrobas y otra de 30

Don Manuel Gómez Moreno en su Catálogo Monumental de España nos deja su opinión.


Ese año pertenece a la Liga Sacerdotal Eucarística. Ese año sufrió un atraco cuando iba paseando de 50 pesetas por Felipe Chimeno.










Miembro del montepío del clero asturicense durante el año social 1907-1908 percibió 44 pesetas de subsidio de enfermedad, no se si derivada del disgusto.

En1911 era miembro de la Liga Nacional de Defensa del Clero. El día de San Isidro de ese año, ante el rumor de que el cura quería vender la imagen de Jesús Nazareno, gran parte de los vecinos se amotinaron y se concentraron en la plaza para protestar por lo que tuvo que intervenir la guardia civil.



En 1913 figura como socio activo del Congreso Catequístico de Valladolid.

En1915 compra tierras por 2.000 pts a don Martino del Río y a su cuñado, Pío de León. No sabemos su destino, pero las vendería él o sus herederos


Desde 1925 figura como mayor contribuyente de la parte personal, no que fuera de los más ricos, sino que debido a que recibía un sueldo tenía que contribuir con parte del mismo



En 1927 se retiró a su pueblo Justel, donde también tenía tierras de labor.

 

El siguiente párroco después de una breve estancia de  don José de Paz, como coadjutor, llegó a la parroquia Don Francisco Lera García,  (Pobladura de Yuso, 1889 al lado de Castrocontrigo).

Estudió en el Seminario de Astorga con calificaciones de “meritisimus”



En 1914 fue ordenado sacerdote y al año siguiente se le encargo el santuario de Nuestra Señora de las Ermitas en Orense, pero ya en 1918 estaba como profesor del seminario. En 1923 septiembre es nombrado párroco de Destriana de la Valduerna, donde ejerció hasta su traslado a Villafáfila en 1929 como cura.


Don Francisco con Lorenzo Gómez-Ojero, un mejicano que vino a Villafáfila y Polo Tejero, años 30

Entrega de la bandera al cuartel de la guardia civil 1954

Firma de don Francisco Lera



Desde 1930 hasta 1936 figuraba entre los mayores contribuyentes por la parte personal residente en el pueblo.

En junio de 1955 recibe la primera visita del obispo de Zamora, don Eduardo Martínez después de la reorganización diocesana en la que Villafáfila fue trasferida de la diócesis de Astorga donde se había enmarcado desde la Edad Media, a la de Zamora.


Ejerció durante la II República y tuvo algún incidente en la Semana Santa del 36, cuando abandonó una procesión por ciertas voces. Los familiares de los detenidos en agosto de ese año y condenados a muerte trataron de que firmara o interviniera para que les fuera conmutada la pena, pero o no pudo o no quiso hacerlo, y siempre se lo reprocharon.

Se retiró en 1956 y falleció en Madrid  el 20/09/1958

 



Don Camilo Pérez Bragado, nació en Malva el 22 de septiembre de 1926.

Estudió en el Seminario de Zamora y en la Universidad Pontificia de Salamanca. En junio de 1950 fue ordenado sacerdote. Cantó misa en julio, apadrinado el alcalde de Zamora, pues era becario del ayuntamiento. El primer destino pastoral fue la parroquia de Losacio.

Don Camilo recién llegado a Villafáfila

En 1961 se inaugura el cementerio municipal bajo la bendición de don Camilo


Bendición del cementerio 1961

Corpus de 1962 entre el alcalde, Felipe Gómez, y el secretario Demetrio Nieto


En septiembre de 1956 fue nombrado regente de la parroquia de Villafáfila, en octubre de 1957 ecónomo, y desde 1958 párroco. Durante la década de los 60 vivió los profundos cambios que se produjeron en la Iglesia como consecuencia del concilio Vaticano II: abandono del latín y misas en castellano, vestimenta de paisano, cambios en la liturgia. 

Don Camilo en el colegio San Marcos 1968

En 1966 se incorporó como profesor de Religión, Latín y de Legua Española al Colegio Libre Adoptado San Marcos. Dedicó parte de su tiempo a estudios históricos sobre las iglesias de Villafáfila, publicados póstumamente junto a la obra de Manuel de la Granja, Villafáfila: historia y actualidad de una villa castellano-leonesa. Sus iglesias parroquiales.

La muerte repentina le acometió al acabar 1991.

Sus hermanos, Manolo y Sagrario se casaron en Villafáfila.

 

A la muerte de don Camilo, y después de un breve interregno en que la parroquia estuvo administrada interinamente, don Agapito fue nombrado párroco por el obispo de entonces, don Juan María Uriarte. Tomó posesión de la parroquia el 13 de septiembre de hace 30 años.

Don Agapito se puede decir que es paisano nuestro. Nació en Villarrín en 1943. Estudió las primeras letras en el pueblo, y a los 11, llamado por la vocación sacerdotal, inició sus estudios de humanidades en el Seminario de Astorga, a pesar de que ya se había producido la reorganización de las diócesis, y haber pasado Villarrín a pertenecer a la de Zamora. Pero tradicionalmente muchos niños de Villarrín, que siempre fue cantera de curas, frailes y monjas, iniciaban sus estudios en el seminario de Astorga, donde unos continuaban la carrera religiosa y otros “colgaban los libros y los hábitos”. Agapito fue de los que continuó, pero ya en el Seminario Mayor de Zamora los estudios de Filosofía y Teología.

Fue ordenado presbítero por don Eduardo Martínez, (el obispo Eduardo de nuestras misas infantiles), en junio de 1968. Enseguida lo envió como párroco a Villar de Fallaves, una pequeña parroquia en el límite de la provincia, cuando había curas en todos los pueblos.

En 1972 el obispo don Ramón Buxarrais lo nombra párroco de San Esteban del Molar y encargado de Vidayanes. Además de confesor de las monjas clarisas de Villalobos, para lo que tuvo que concederle dispensa por razón de su juventud.

Después de ser párroco de Villafáfila ha sido encargado de múltiples parroquias debido a la escasez de curas y a su disponibilidad: Vidayanes, San Esteban, San Agustín, Santovenia, Tapioles, a veces Revellinos.

Diversas imágenes de don Agapito durante su estancia en Villafáfila en procesiones, fiestas de la Benéfica, comuniones, 







Se jubiló el 25 de septiembre de 2022.