Hace unos días, cuando me enteré que estaban construyendo en sitio donde estaba ubicada la fortaleza de Villafáfila ,estuve viendo la tierra que habían sacado de él , con la intención de conseguir algún resto cerámico que me permitiera remontar el origen de la ocupación y posible construcción. Como estaba muy polvoriento apenas recogí algunos fragmentos, aplazando la búsqueda para otra ocasión, pero no hubo lugar porque a los pocos días la retiraron de los depósitos y perdí su pista.
Ya en 1990 recogí de los restos del túmulo de tapial que quedaba en pie algunas muestras de ollitas y otras formas de aspecto plenomedieval que se dataron en los siglos XII-XIII.
Los fragmentos recogidos ahora, restos de ollitas micáceas negra, parecen corresponder a un periodo anterior, posiblemente datables en el siglo XI, aunque no descarto que un pequeño fragmento de asa con decoración incisa a peine pueda ser más antiguo, de época visigoda. Pero nos quedaremos con las ganas de precisar el origen de la construcción.
A propósito de la ocasión se me ocurrió hacer una pequeña reseña histórica del castillo y la cerca o muralla.
La villa medieval primitiva
se establece posiblemente en la primera mitad del siglo XII. El hecho de que la iglesia de Santa Marìa se
cite en 1147, la de Santiago en 1155 ( Vignau,1885, doc XIV y LXXVIII ) y la de
San Juan en 1165 ( Serrano, 1927 : doc. nº 59 ) , y todas ellas se encontraran
fuera del recinto cercado puede hacernos suponer que èste se estableciò con
anterioridad, en torno a la actùal Plaza del Reloj,
ocupando la parte màs alta de una suave loma. De ella parten cuatro calles
principales dirigidas a los cuatro puntos cardinales, que posiblemente
acabarìan en sendas puertas abiertas en el recinto amurallado de la misma. La puerta llamada de Santiago, correspondiente a la orientada al norte, se menciona en 1160(A.H.N. Códice 910). La
puerta sur, llamada de San Juan, por su proximidad a la iglesia del mismo
nombre, està documentada en 1165 : "...una casa cun suo
exido in Villafafila , ad portam Sancti Ioannis..." ( Serrano,
1927doc. nº 59 ). Sabemos de la existencia de varias
puertas, que se cerraban con llaves por la noche en 1417:
"las llaves de las puertas de la dicha villa e para cerrar e abrir las
dichas puertas ... e guardar las dichas puertas e las abrir e cerrar en los
tiempos que cumplen". ( A.CH.V. Pleitos Civiles. Pèrez Alonso. f.
C.515-01). En 1482 se dice que se pongan los pregones " uno en el
concejo y otro a cada puerta de la villa” ( A.D.Le. San Marcos.).
En el àngulo N.O. del recinto cercado se alzaba la fortaleza o castillo, cuyo topònimo aùn perdura, junto a dos gruesas paredes de tapial incorporadas al caserìo actual. Las primeras referencias al castillo son indirectas. Asì desde 1156 se citan los sucesivos tenentes de la villa : "Comite domno Poncio tenente Uillam Fafilam " ( Rodríguez González, 1966 : doc. 31 ), cargo que implica la existencia de la fortaleza. En 1199, en la carta de arras a Dª Berenguela entre las tenencias de los castillos que se reserva el rey por su importancia y que no le cede a su mujer para que las tengan los castellanos, figura el de Villafàfila ( González , 1944 : doc. 135 ). En 1417 se cita el castillo " en el alcacer de la dicha billa e diz que esta hoy dia en poder del alcayde del dicho alcacer", siendo diferente del palacio del comendador "que le non pudiesen tomar ny tomasen rropa ny legña para el palacio ny para el alcacer" (A.CH.V.Pèrez Alonso f . C.515 -1). Ya en el año de 1494 estaba en mal estado : " la fortaleça es de tierra y tiene fasya la villa unos baluartes muy mal tratados" ( O.O.M.M. Lib.1091).
En 1497 se nos da noticia de
su mal estado : "la dicha fortaleza ansi lo alto como lo bajo y paredes
y teja y madera...esta tan disipada que muy pocas paredes se mantienen
enhiestas...e que la casa que en ella esta edificada...el alcaide que la mando
poner no osa bevir en ella ni esta para mas de dar consigo en el suelo..."
( A.G.S.Diversos de Castilla, Cat I, leg.453 ). Al recibir la villa el
comendador de Castrotorafe en 1498 realizó alguna pequeña obra en el castillo
para que pudiera vivir allí su alcaide “la qual dicha fortaleza es toda de
tierra e tiene un muro de tierra alto e pocas defensiones e asimismo tiene un
aposentamiento pequeño todo pobre cosa dize el comendador que no es obligado a
la reparar que aquel estado la resçibio y aun el ha hecho algo en el
aposentamiento, sus altezas manden en ello probeer lo que sus serviçio fuere”
y todavía en 1501 vivía el alcaide en la fortaleza “es toda de tierra e
tiene pocas defensiones segun paresçe y una casa y ciertos baluartes?
derribados salvo un aposento donde esta el alcaide” El estado de la misma
se siguó deteriorando y en 1503 “Visitaron los dichos visitadores la
fortaleza de la villa la qual es toda caida y no ay en ella defensiones ni
contrafuertes, los muros de la dicha villa son de tapia y estan caidos, en el
libro de la visitaçion pasada dize que ovieron informaçion de lo que esta
derribado y en que tienpo se derribo y dieron la informaçion al mayordomo del
comendador y por eso no mandan nada y que manden sus altezas probeer en ello”
Hasta 1517 había puerta en la
fortaleza, ese año el procurador general de la villa la llevó para su casa ,
por lo que fue procesado por el licenciado Figueroa.
En 1751, entre los bienes del Marquès
de Tàvara, señor de la villa, se cita
"...el sitio donde antiguamente se reconoce ubo un castillo de fortaleza,
el que oy se halla del todo arruinado sin haber quedado otra cosa ina que un
gran promontorio de tierra y algunos silos..." ( A.H.P.Z., Ensenada,
leg.1628).
Por esa época se hace un apeo de los
bienes que poseía el señor de la villa y se menciona: “Que la fortaleza que así
se nombraba que hay en esta villa, y ahora se titula castillo, el que está
hecho de tierra, sin otra figura que un cementerio arruinado su mayor parte,
que siempre lo han conocido en la misma forma sin más diferencia, el que está
en el centro de este pueblo, que su altitud excede a la de las casas que hay en
esta villa” Archivo Delás Trabadillo.
Cuando se construyó la Real Fábrica de Salitres a fines del siglo XVIII, se compraron y derribaron muchas casas para solares de depósito de tierras salitrosas y para utilizar sus tapias para obtener salitre. El administrador del Duque del Infantado, señor de la villa trató con la real hacienda la venta de las ruinas del castillo pro no fructifico. A partir de entonces y a lo largo del siglo XIX se empezaron a vender pequeños solares para construir casas.
La cerca era de tapial como la mayoría de los edificios de la villa y en
1494 estaba deteriorada y rota para dar salida a las calles que abocaban a la
cerca : “Vesitamos la dicha villa e muros della los quales son de tierra
muerta e muy maltratados e aportillados”, de tal
manera que tres años más tarde, el comendador Alonso de Esquivel, al hacer la
averiguación del vecindario y bienes de la Orden de Santiago en Villafáfila “ le
pareçyo no ser justo mandar apreçiar la çerca que la dicha villa tyene, ny los
maestros sobredichos la quesyeron apreçiar, por estar toda casy en el suelo”;
y en el año de 1499 se procedió por mandado de los Reyes Católicos a
repararla: " los muros de la villa son de
tierra y estan aportillados todos que agora comenzo a façer en los portillos
una tapia en alto el conçejo" (
O.O.M.M. Lib.1090 y 1091 ). Discurrìa paralela a las actuales calles de El
Rosario, La Botica, El Sacramento y El Triunfo, formando un cuadrado de unos
200 metros de lado, incluyendo en su recinto una superficie aproximada de 4
hectàreas. La longitud y disposiciòn de la cerca se puede determinar
observando el trazado urbano actual (aùn persisten posibles restos en el àngulo
S.E.), y de las referencias documentales de èpocas posteriores. La fortaleza se
cayó hacia 1511 “hubo una casa fuerte e fortaleza de tierra que de treynta
años a esta parte se cayo y al presente esta cayda”
Con la compra de la villa por don
Bernardino Pimentel se hizo tasación de todo lo perteneciente a la Orden de
Santiago y entre otras cosas se tasaron la fortaleza y la cerca, que ya estaban
en muy mal estado, y los servicios que debían prestar los vecinos a su
mantenimiento “en la dicha villa de
Villafáfila ubo una casa fuerte y fortaleza de tierra, la qual de treinta años
a esta parte se a caydo y al presente está cayda y ansy mismo ay çerca … y
puede aver cincuenta años don Pedro Pimntel tenya en la dicga fortaleza su
alcayde y hazían a los veçinos hazer que cada noche velasen y fuesen a belar la
dicha fortaleza dos o tres hombres y si no queíanyr a velar abían de dar cada
uno diez mrs por cada noche”.
Esto nos retrotrae a finales del siglo XV.
Cuando fue reintegrada a la Orden de Santiago en 1497 y perdió su papel
defensivo, la fortaleza se cayó y en la cerca se hicieron muchos portillos para
dar continuidad a las calles que avocaban a ella, y los vecinos empleaban el
tapial derrumbado para sacar tierra. Mientras tasaban su valor, refiriendo lo inhiesto
como inhiesto, y lo caído y sus arrimadizos como tales, mandan al alcalde y
procurador de la villa “ q agora ni de aquy
adelante ninguna persona de la dicha villa ny de fuera parte cavase ny quitase tierra
de la cerca de la dicha villa y de sus arrimadizos, que paresçía que cavaban de
ello mucho y sacaban mucha tierra y hazían mucho daño en ella” ( Archivo de
la Nobleza. Osuna C.2152/17-2).
A partir de 1555 inicia una serie de
ventas a fuero de las porciones de la cerca a los vecinos de Villafáfila con
cuyas casas o corrales limitan y que incorporaron a los mismos, a cambio de
pagar anualmente una o dos gallinas según la superficie. Las longitudes de
estos trozos son variables pero la anchura parece que rondaba los 15 pies.
Pero en algunas partes permanecio el
tapial de la cerca. En 1707, a propòsito de un pleito sobre unas casas, se hace
menciòn de que estas "...enfrentan
con la iglesia de San Martìn y por la parte de los corrales ...con la cerca de
la dicha villa..." paralela "...a la calle que va de Zamora a
Leòn y hacia las casas y laguna de San Marcos..." ( actual calle de El
Rosario ); ademàs se nos da noticia de sus restos "...vio muchos
tomultos de tierra ... era una ronda o calleja de servicio de las casas de
aquel barrio ... aunque se reconocìan algunos tumultos altos..." (
A.D.A. Procesos I Leg. 2305-16 ). En el
Catastro de 1751, a propòsito de la delimitaciòn de diferentes casas, se cita
varias veces "la cerca" "la calle de la cerca", "la
cerca del Marquès", y en una de ellas de modo màs preciso se dice que
limita "...al norte con la cerca, al mediodìa con la calle que va de
San Juan a San Salvador y al levante con calle que baja de San Martìn..." .(
A.H.P.Za. Catastro leg.1628).
La fortaleza de Villafáfila no estaba, como otros castillos, en lo alto de un cerro, sino al nivel del caserío, con una disposición muy parecida a la que se conserva actualmente en Toral de los Guzmanes, en la provincia de León.
Con el paso de la villa a la Orden de Santiago al cargo de la tenencia de la villa y su fortalza estaba el comendador, que se iba rodeando de una burocracia dependiente, como era el alcaide del castillo, que se cita por vez primera en 1417. Durante el siglo XV los alcaides debían de ser personajes influyentes en la villa, e intervenían en los asuntos del concejo:
“vista otra quexa que el dicho concejo dio en que dixeron que Martín de Arévalo, alcayde del castillo de la dicha Villafáfila, que se entremetía en su concejo cada e cuando se ayuntaban, lo qual dixeron que lo non abía por que fazer de derecho e que heran mucho agraviados en ello, por quanto dixeron que él non tenya que fazer en sus fechos ny aún en sus ayuntamyentos, e vista la respuesta que el dicho Martín de Arébalo dio en que dixo que hel que yba al concejo cada que se ayuntavan por quanto era escudero e alcayde del dicho comendador e que el que lo abía por que lo fazer”.
Cuando la villa era administrada por personas diferentes de los comendadores, por cesión de los maestres o por usurpación, los poseedores efectivos eran los que nombraban a los alcaides (A.R Ch.V. Varela f. C.2046 - 2).
"sabe que teniendo la dicha villa don Pedro Ledesma como comendador la tomó e ocupó don Juan Pimentel e la dio e entregó al conde de Benavente don Rº Alº Pimentel que gloria aya, su hermano, e después la vio tener a Fernando de Robles por el dicho conde e estuvo por alcaide en ella e gobernó la dicha villa por el dicho conde ciertos años, e después la tuvo el dicho don Pedro todo el dicho tienpo de 30 años ... e el dicho don Pedro tuvo por alcaides a Juan de Collantes e a Mezquita"
Este fue uno de los compromisos de don Pedro al recibir la villa de
parte del Conde “poniendo el dicho don
Pedro en esa fortalesa de Villafáfila el recabdo e guarda que deve”.
Alcaides de la fortaleza de Villafáfila
documentados en el siglo XV:
1417 Martín
de Arévalo
1468 Fernando
de Robles
1474 Yván
de Collantes
1482-1497
Francisco Rodríguez de la
Mezquita
1498-1503 Francisco
de Treslago
Aunque los visitadores de la
Orden en 1417 mandaron que el alcaide no interfiriera en las atribuciones del
concejo, ni tuviese cárcel en la fortaleza, en la segunda mitad del siglo XV,
durante la ocupación de los Pimentel, al cargo de la alcaidía se encontraban
personajes de confianza de don Pedro o del Conde de Benavente, que además de
tener a su cargo la defensa militar de la villa, ejercían la justicia y eran
los responsables de la aplicación de las cargas abusivas a los vecinos.
De uno de estos alcaides, Iván de Collantes, sabemos que cuando murió en
1490 tenía buena hacienda, y no siendo natural del la villa, ni él ni su mujer,
es de suponer que parte de sus bienes los obtuvo durante el desempeño de su
oficio. Del último alcaide puesto por don Pedro Pimentel en Villafáfila,
Francisco Rodríguez de la Mezquita, probablemente originario de esa localidad
orensana, al que encontramos ejerciendo desde 1482 hasta el reintegro de la
villa a la Orden en 1497, conocemos una actuación abusiva de este representante
del señorío en 1482, por la que se apodera por fuerza de los corderos que
pertenecían a la parte de los diezmos que llevaba el convento de San Marcos de
León, pretendiendo que pertenecen a su señor (A.D.L. Fondo de S.Marcos.).
La parcialidad del alcaide se hace manifiesta en otras ocasiones como en
1496 cuando prendió a un antiguo carnicero que se hallaba en la posada de
Villafáfila para hacer ciertas probanzas en un pleito que tenía con los
alcaldes, a pesar de tener carta de seguro de los oidores de la Real
Chancillería:
El prendimiento lo hizo a pedimiento de “Pº Rodriguez recabdador que fue del señor Conde de Benavente”, por
lo que suponemos que esta diligencia del alcaide está motivada por la defensa
de los intereses económicos de los Pimentel. En el proceso siempre se le nombra
como “alcayde e alcalde” con la
consiguiente confusión de sus funciones judiciales y militares
(A.R.Ch.V. Masas olv. C.47-15).
También tenemos referencias de otros procesos, como el hallazgo de un tesoro en 1492 mencionado anteriormente: “e que sobre este caso lo tovo preso a este dicho Alonso de Barrio el alcaide de la fortaleza”.
Una de las primeras cosas que hacían los visitadores de la Orden de Santiago en sus visitas a las villas era tomar posesión de la fortaleza (A.H.N. OO.MM. Libro1090).
“Vesitamos la fortaleza desta villa de Villafáfila y tomamos la posesión della por la orden y echamos fuera al alcalde, e tornámossela a entregar e fizo pleito de homenaje de manos de Alonso de Esquibel, comendador de Castilleja de la Cuesta, uno de los visitadores, de tenerla por el rey y la reina, nuestros señores, o por quien su poder oviera”
El cargo de alcaide era de la confianza del comendador y en 1497 cuando
es restituida la villa a la Orden de Santiago, el comendador don Enrique lleva
como alcaide de Villafáfila a Francisco de Treslago o Traslago, que había sido
anteriormente alcaide de Castrotorafe y que siguió siéndolo de las dos
fortalezas (A.H.N. OO.MM. 1091):
Se trataba de un hidalgo de la órbita de los Enríquez, originario de
Mirandilla, antigua aldea situada junto al Valderaduey, cerca de Castronuevo
que “se veía al ir a los molinos del río
Valderaduey junto a Pobladura y Castronuevo”, según testimonios del pleito
de hidalguía de sus descendientes en 1548 (A.R.Ch.V. Hijosdalgo C.159-4):
Desde 1503, antes incluso de la muerte de don
Enrique Enríquez, ya no había alcaide en la fortaleza, aunque con la provisión
de la encomienda de Castrotorafe en favor de don Fernando de Vega en 1506,
nombra por alcaide a un criado suyo que al tomar la posesión de la villa jura
en nombre de su señor respetar los usos y privilegios de la villa
Después de haber jurado respetar los usos y costumbres de la villa, los alcaldes y regidores y el procurador entregaron:
“la posysyón desta villa de Villafáfila y su tierra... e entró en la
fortaleza de la dicha villa e anduvo por ella e abrió e çerró la puerta que
está a la entrada della”.
También a mi me ha atraído el castillo de Cholito, a la vez que me intrigaba. Bien documentado para los pocos vestigios que había. Agradecido Elías. Un saludo.
ResponderEliminarA ti.
EliminarMuy interesante y muy bien documentada esta entrada. Enhorabuena. Estoy estudiando los castillos de tierra en Tierra de Campos, y estos datos que aporta son muy relevantes.
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