sábado, 18 de abril de 2020

La cofradía de Jesús Nazareno


Imagen de Jesús en San Martín. Foto Villafáfila.net


               Esta cofradía estaba radicada en la iglesia de San Martín, y debió surgir a principios del siglo XVIII. Así en 1714 en el libro de fábrica de la citada parroquia se hace un inventario de objetos litúrgicos y se mencionan: “unas andas en que sale Nª Srª. …unas andas en que sale Jesús Nazareno”, de donde se deduce que ya desde antes de ese año eran sacadas en procesión las imágenes de Jesús y de María. Ya en 1704 altar de Nrª Sra de la Soledad, por lo que posiblemente sería la que saldría en procesión.
En la visita pastoral de 1715 el obispo de Astorga aprobó “las reglas y constituciones de la cofradía que nuevamente se ha establecido en dicha iglesia (S. Martín) de Jesús de Nazareno”, por lo que es de suponer que no llevaría mucho tiempo en actividad la cofradía. Esta regla no se ha conservado.

 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16

En 1750 se menciona el libro de cuentas y regla de la cofradía Jesús Nazareno, y las andas de Nª Srª, de Jesús y de La Soledad. Ya en 1779 se le había puesto bajo la advocación del Nazareno uno de los altares de San Martín.
En 1794 la cofradía de Jesús Nazareno sólo tenía un libro, además la imagen contaba con dos túnicas de Jesús, negras de terciopelo, con franja de oro para salir en procesión y con un estandarte negro.
El primer libro de cuentas de esta cofradía que se conserva actualmente en el archivo diocesano ( A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16) data de 1819 y en él se contiene una regla aprobada en 1832 y la reforma de la misma en 1882.

           Los cofrades sólo eran hombres y su número ascendía a 321 en el año 1822:
-104 de la parroquia de San Pedro
-76 de la parroquia de San Salvador
- 74 de la parroquia de Santa María
- 66 de la parroquia de San Martín.




       En esa época ya era costumbre juntarse el Domingo de Ramos en la iglesia de San Martín para rematar, por el procedimiento de subasta, el dinero que daban por llevar las imágenes de Jesús, de Nª Sra y las cruces de pedir. En 1820 por Jesús pagaron 6 fanegas de pan, pagaderas en agosto, 40 reales por llevar a María y dos fanegas por las cruces de pedir. Al año siguiente se pagan 120 reales por Jesús y 100 por María.

      Ese año se hace inventario de la cofradía y por eso sabemos que la directiva estaba formada por 2 mayordomos, 2 oficiales y 1 llamador. Las pertenencias eran 20 cirios, 24 túnicas negras para llevar en la procesión del Viernes Santo, 10 cruces para el gobierno de la procesión, 1 capirote, un estandarte o pendón nuevo, y se sacó una túnica (camisa) nueva de Jesús.


 
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16



      Además de las túnicas negras, que en los años siguientes asciendes a 35, se mencionan en 1824 cuatro camisas de disciplina blancas, por lo que sabemos que algunos cofrades las usaban en la procesión para disciplinarse. Las cruces de gobierno de la procesión eran de hierro y las de pedir limosna eran de madera.
      Algunos difuntos sacaban túnicas para su mortaja y sus herederos las reponían o pagaban por ellas.
      En 1826 Joaquín Prieto se obliga a pagar al cura y a los oficiales de la cofradía 80 reales por llevar a la Soledad el día de Viernes Santo y demás procesiones en que esta imagen saliese. Felipe Tejedor 120 reales por llevar a Jesús. Ese año las túnicas negras de la cofradía era 34, y 4 las camisas blancas para llevar a Nrª Señora.
      Los cofrades que querían llevar en la procesión una túnica pagaban cuatro cuartos, y si además llevaban cruz, seis cuartos.
      Desde 1831 se subasta además de las anteriormente mencionadas, la imagen de San Juan y la trompeta, por lo que es de suponer que desde entonces se celebrara la ceremonia del Encuentro, y ese año valen menos: Jesús 72 reales, La Virgen 33 R, S. Juan 9 R, la trompeta 9 R, y las cruces de pedir 7 reales. La imagen de La Virgen recibe diversas denominaciones como La Soledad o María.  

 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16

En 1832 se reúnen los cofrades en la capilla del Carmen de la iglesia de San Martín, y el párroco, don Bartolomé Alonso Estébanez, les exhorta para que nombren una comisión que elabore una regla de la cofradía, por carecer de ella (se habría perdido la antigua). La comisión la formaron, además del párroco, don José Orduña,  Gabriel Costilla, Ambrosio Jiménez y Silvestre de León. (Resumen de la misma publicado por Manuel de la GRANJA ALONSO y Camilo PEREZ BRAGADO: Villafáfila: Historia y actualidad de una villa castellano-leonesa. Sus iglesias parroquiales. Pág.441-442).


 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16

Se reúnen el 8 de septiembre y las aprueban.
Transcripción completa:

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, a quién dirigimos todas nuestras acciones, sujetándolas al prelado universal de la Iglesia y al particular de este Obispado de Astorga, para mayor servicio de Dios nuestro Señor y beneficio de nuestras almas, acordamos y convenimos:
Primeramente, que se siga con la cofradía titulada del Dulce Nombre de Jesús y se tengan por cofrades a todos los que hasta ahora son tenidos por tales sin necesidad de nueva entrada.
 Segundo, tanto los cofrades existentes como los que en lo sucesivo entraren están obligados a tener buena vida y costumbres y si no las tuvieran sean excluidos de la cofradía por Junta que al efecto se celebrará y los nuevos cofrades para ser admitidos necesitan acreditar estás disposiciones.
Tercero la admisión de un nuevo cofrade debe hacerse por la Cofradía en una de sus juntas ordinarias.
Cuarto se señalan para juntas ordinarias el día de la fiesta del titular de la Cofradía y el Domingo de Ramos a las tres de la tarde, y juntas extraordinarias se tendrán siempre que el párroco viere necesidad de tratar alguna cosa que no admitan dilación.
Quinto, en todas las juntas presidirá el párroco y todos los años después del día de la fiesta tomará cuentas a los mayordomos y las manifestará en la Primera Junta que hará.
Sexto, los mayordomos con acuerdo y consentimiento del párroco nombrarán sucesores y no serán más que dos, los que se publicaran el día de la función al tiempo del sermón y los dos salientes quedan con el cargo de regir las procesiones de la cofradía
Siete, la función se hará según costumbre en el martes después de dos domingos de Todos los Santos, con vísperas misa y sermón, lo que será a costa de los mayordomos y quedan obligados a asistir todos los cofrades bajo la pena de media libra de cera a excepción de los criados y jornaleros que pagarán solo un real
Ocho, para el mejor servicio de Dios se impone a todos los cofrades la obligación de confesarse y comulgar en los días de Pascua desde el de la Natividad de nuestro Redentor hasta la adoración de los Santos Reyes, lo que podrán hacer en cualquier parroquia cuidando de avisar de ello al párroco de la cofradía, aunque es de esperar que un acto tan religioso no se negara ningún cofrade, ni por ello serán necesarias penas exteriores, como a las veces sirven estás para que los hombres mejor cumplan con sus deberes, acordamos que para el primer año que no confíesen ni comulguen paguen un cuarterón de cera, el segundo media libra y el tercero sean excluidos de la cofradía sin junta ordinaria.
Nueve, siendo obra de piedad asistir al entierro de cualquiera católico es más recomendable al del hermano cofrade por tanto se pone obligación de que 12 cofrades nombrados en la Junta el día de la función asistan por sí, y si no pudiesen, lo hagan por otro que también sea cofrade, y que está carga les durará todo el año y los nombrados que por sí o por otro no asistan pagarán media libra de cera.
Diez, todos los cofrades, exceptuados los sexagenarios, asistirán el Viernes Santo a la procesión de Jesús bajo la pena de media libra de cera, que si pasan 2 años sin asistir ni pagar serán excluidos de la cofradía en una de sus juntas.


Procesión 1929. La única persona que conocemos es la mujer que va entre las andas, Escolástica Caldero de León, madre de Gabina La Chata. Foto Villafáfila.net

Once, fórmese una lista y antes de empezar la misa de la fiesta se verá por los mayordomos si falta algún cofrade, y el que llegue después del recuento se presentará al mayordomo para que te tenga presente.
Doce, siendo costumbre antigua que los cofrades paguen anualmente un real para los gastos de la cofradía porque no tiene otros bienes siga la misma costumbre, quedando sujetos a esto bajo la pena de ser excluidos de la cofradía, si en 3 años no pagasen, a no ser que habiendo pagado siempre bien, lleguen haberse pobres que no puedan pagar.
Trece, los que no sucesivo quieran hacerse cofrades por primera entrada pagarán para los fondos de la cofradía cinco reales y en lo sucesivo seguirán pagando como los demás cofrades.
 Catorce, los nuevos cofrades, de qué habla el artículo anterior en su entrada, expresarán si quieren ser de solo la túnica, de túnica y cruz, o de luz: los primeros y segundos el Viernes Santo asistirán con su insignia, dando también los primeros 16 maravedíes y los segundos 24, según costumbre antigua y los terceros asistirán con una luz que llevarán a su costa.
Quince, siendo costumbre inmemorial el que los mayordomos a sus expensas den la parva el Viernes Santo a los hermanos cofrades que quieran tomarla, y a los pobres que no lo sean, como en esto siempre se hace limosna, porque aún los hermanos que asisten por lo regular son pobres, guardese la costumbre, pero se prohíben los abusos de la porción de pan y vino que se daban, por tanto el párroco de San Martín a su presencia hará que se arregle el pedacito de pan que debe darse y la tacita de vino que no llegará a medio cuartillo para cada uno.
Dieciséis, siendo también costumbre que los mayordomos a sus expensas pongan cuatro velas los días de precepto de misa, y todos los demás días se enciendan la lámpara de Jesús en cuanto dura la misa, siga tan loable costumbre.
 Diecisiete, los acuerdos que se hagan en las juntas deben observarse hasta que se determine otra cosa, pero no se tratarán puntos contra la regla, a no ser que estén todos reunidos, sirviendo en las demás determinaciones el que se reúnan 18, y que la mayor parte de estos convengan en una cosa.

En esta forma aprobados y conviniendo en ello todos los cofrades que asistieron. Se propuso por algunos de ellos el que parecía regular que en todas cofradías se hiciese algún sufragio por las almas de los cofrades difuntos, y por esto podía hacerse poniendo un número fijo de hachas que tuviese la cofradía para cuando haya algún entierro, y para que luzcan el día de la función, contra la antigua costumbre de emplear en cera todo lo que se saque del escote sin acordarse del purgatorio. Cuya propuesta bien examinada, hallando oposición entre los mismos cofrades, se pasó a la votación, y por la pluralidad se acordó que el número de hachas sea fijo el de 12, teniendo cuidado los mayordomos, con intervención del párroco, el que se renueven cuando vayan gastadas, y los fondos que sobrasen se apliquen en misas por los cofrades difuntos, y en lo que sea necesario para que esté con decencia la efigie de Jesús. También acordaron que el número de túnicas sea por ahora el de 44. Últimamente acordaron se estampe en el libro de la Cofradía, y el día de la función en su junta se firme, y cuando venga la santa visita se presente para su aprobación”


 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16

En resumen:
Ya por entonces la cofradía se denominaba del Dulce Nombre de Jesús.
Estaba dirigida por dos mayordomos anuales, que regían la procesión del Viernes Santo, y a su costa hacer la función de la cofradía en noviembre, y dar el Viernes Santo la parva consistente en un pedazo de pan y una taza de vino de medio cuartillo a los cofrades y a los pobres.
Los cofrades pagaban 5 reales de entrada y 1 real anualmente,  los había de tres estaban obligados  a asistir la procesión del Viernes Santo, que lo podían hacer con túnica solo, con túnica y cruz o con una luz;  a confesarse y comulgar en Navidad, a asistir a las dos juntas anuales,y a los entierros de los hermanos 12 de ellos elegidos anualmente.
Acuerdan comprar 12 hachones para los entierros y la función, 44 túnicas que no se hace referencia al color, por lo que seguirían siendo negras, y lo sobrante se aplique en misas para los difuntos.

La imagen sufría deterioro y en 1849 se le reparan las manos y se le restauran dos dedos, a costa de una donación de don Marcelino Trabadillo.

 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16


           E 1859 acuerdan celebrar la fiesta el segundo domingo después de Reyes y hacer unas andas nuevas para el paso, pagando a escote cada cofrade un real .

            En 1882, el párroco de San Martín, don Pedro de León, propuso crear una nueva comisión para reformar la regla, y fueron elegidos, Juan Montero Vicente, Emilio Ruiz Pérez, Pablo Rodríguez Ramos y Tomás Miranda Vicente.

 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16


Regla primera.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, en quienes creemos y esperamos y dirigimos nuestras acciones, para gloria de Dios, Nuestro Señor y beneficio de nuestras almas, acordamos y convenimos:
Primera
La continuación de esta cofradía del Dulce Nombre de Jesús, teniendo por cofrades a todos los que hasta ahora han sido admitidos por tales, sin necesidad de nueva entrada, siempre que autoricen con su firma o persona a su ruego, esta nueva recopilación de reglas.

Segunda
Todo devoto que quisiera y solicite ser cofrade, necesita gozar de fama y buenas costumbres, cuyas circunstancias acreditará y será resuelta su admisión en junta ordinaria de cofrades, como igualmente para la exclusión del cofrade que por sus faltas merezca la expulsión. Advertir que aquel devoto que quiera suscribirse en la matrícula de cofrade los primeros 15 días de aprobación de estas reglas, se le admitirá sin pago de entrada lo que se anunciará por previo edicto que se fijará a la puerta de la iglesia, y pasados los cuales pagará 12 reales de entrada.

Tercera
Se señalan para juntas ordinarias el día de la titular de la Cofradía y el día Domingo de Ramos a las tres de la tarde, y juntas extraordinarias tendrán siempre que el párroco viere necesidad de tratar alguna cosa que conviniera o que no admitan dilación, o porque la pidieran la mayoría de los cofrades.

Cuarta
El señor cura párroco de San Martín, dónde está fundada esta cofradía, será el presidente de todas las juntas, así ordinarias como extraordinarias que se celebren durante el año, y como tal presidente llevará  la intervención de los fondos de la cofradía, anotando las entradas y salidas de caudales en este mismo libro, como demás efectos pertenecientes a la misma, y con un Abad que se nombrara con carácter de presidente, el que a la vez será depositario de los fondos de la cofradía, para lo cual tendrá también su libro de intervención y tomarán las cuentas a los mayordomos, y después de su examen y aprobación de las mismas, que tendrá lugar dentro de los 8 días después de la función, en la primera reunión general de cofrades presentarán, tanto el párroco cómo el abad respectivamente, su libro para que los cofrades se enteren y vean el estado de fondos como así también de los gastos e ingresos de los mismos durante el año.

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Quinta
La festividad principal se celebrará con toda solemnidad el día de las segunda dominica después de la Epifanía, con vísperas misa y sermón, con asistencia de los demás párrocos, a cuyos actos no dejarán de asistir ningún hermano de la cofradía, a no ser aquellos que estén sirviendo fuera del pueblo, y por la tarde del día de la función habrá procesión siempre que el tiempo lo permita y por el sitio que se crea más conveniente.
 Sexta
Será cuenta de los mayordomos satisfacer los gastos a sus expensas, misa asistencias y sermón, cómo así también el alumbrado de la lámpara, y las cuatro velas en los días festivos que sean de encender ante la imagen y al lado de Jesús.

Séptima
Para el mejor orden en el nombramiento anual de Abad y mayordomos, se formará una lista de entre los cofrades que por su posición puedan costear con holgura y decencia los gastos que señala la anterior regla, cuya designación se hará en junta de cofrades que asistan a la convocatoria que para el caso se ordene, teniendo para ello en cuenta la edad de mayor a menor, y los que por su posición no puedan hacer lo antes relacionado, será obligados a conducir los cadáveres al cementerio de aquellos hermanos que sus familias lo dejasen o quieran llevarlos por sirvientes o por amigos.

Octava
El señor Abad, como los mayordomos, serán obedecidos y respetados por todos los hermanos de la cofradía en cuántos actos religiosos se practiquen, para lo cual y mejor distintivo, los expresados Abad lucirá una medalla de tamaño mayor con lazada con sucinta de color violeta y los mayordomos medalla en término medio de la del abad  y los demás cofrades, siendo la lazada de color de flor de lirio; y la de los demás hermanos morada. Durante el trayecto de las procesiones el abad marchará detrás de la efigie y los mayordomos a derecha e izquierda del lado de la efigie,  y los cuatros y auxiliares que nombren de entre los hermanos dirigirán la carrera para mejor orden y compostura para lo cual tendrán presente y buen cuidado que los más jóvenes vayan delante de los más ancianos.

Novena
Será obligación de asistir a todos los entierros de los hermanos que mueran todos aquellos que sean de su feligresía, pues siendo dicha piedad asistir al entierro de cualquiera, más recomendable será el asistir al del hermano cofrade, por cuya ligera consideración se hace obligatoria la asistencia cómo queda demostrado.

 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16

Décima
A los mayordomos se les impone la obligación de dar en la noche de Jueves Santo, o mañana del viernes después de la carrera, a cada uno de los cofrades que tengan pago una bolla o panecillo de una libra y un cuartillo de vino en vía de pitanza y reconocimiento de hermandad, y al párroco y llamador dobles; el importe de estos gastos saldrán de los fondos de la cofradía.


Jesús Nazareno. Villafafila.net
 Undécima
            Se dirán todos los viernes primeros y últimos de cada mes a excepción de aquellos en que no pueda el párroco, una misa rezada con el estipendio de 5 reales por el ánima y obligación de todos los hermanos y por los difuntos se rezarán tres responsos, a cuyas misas han de asistir, a excepción de la época de verano y vendimia que lo harán aquellos que puedan solamente, procurando el párroco tocar temprano a fin de que el jornalero no pierda tiempo de su jornal; los serviciales por su sujeción quedan exentos de estas y otras obligaciones que en buena penetración se entienda la imposibilidad de su asistencia.

Duodécima
            El importe de las misas qué dice la regla anterior, hachas, cruces, camisas y demás efectos, saldrá todo del Fondo Común de la cofradía.

Decimotercera
La cobranza de todas las cantidades con destino a la cofradía estará a cargo de los mayordomos y tendrán la obligación de entregarlas al depositario, previo aviso al párroco, para su intervención. También correrá de cuenta del depositario la obligación de tener en su poder las camisas, cera y demás efectos pertenecientes a la cofradía, para su mejor conservación.

Decimocuarta
La cera no se dará a nadie que no sea cofrade y las túnicas sin previo pago tampoco cobrando a los hermanos 15 reales y a los que no lo son 20 reales.

Decimoquinta
El párroco o vicario podrá demandar, o persona a su nombre, para el cobro de cantidades o cumplimiento de obligaciones de la cofradía, para lo cual antes de proceder a la demanda debe dar cuenta al mayordomo y abad, cuatros y llamador para ver si el caso lo requiere. Estas atribuciones se entenderán al abad y mayordomos in solidum.


 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16

Décimosexta
El cargo de llamador será vitalicio y estará subordinado, obediente y humilde a los mandatos del señor abad y mayordomos, de quiénes, con el párroco, recibirá las órdenes para los actos que se hagan y practiquen por la Cofradía, en cumplimiento de lo establecido en las presentes Reglas. Asimismo tendrá obligación de tocar la campana de la cofradía, por lo cual del fondo de la cofradía se remuneran conveniente, anunciando los actos religiosos que celebren la Cofradía, y más especialmente cuando fallezca algún hermano de la misma para asistir al funeral y encendimiento de hachas. Si por su avanzada edad o por su imposibilidad física no pudiese desempeñar el cargo de llamador, justificando estos extremos, se le considera cofrade gratuitamente hasta su defunción. Si dejare de cumplir con sus deberes, faltare la obediencia del abad, párroco, mayordomos y demás hermanos, se apercibirá y reprenderá; y si reincidiese será despedido, y por sus mayores trabajos se le tendrá libre de pago.

Decimoséptima
A fin de evitar discordias al llevar las imágenes, cruces, trompetas y pendón de la cofradía, cuando salgan en procesión durante el año, se subastarán en pública licitación en la tarde del Domingo de Ramos como de costumbre, y las cantidades en que se rematen serán  ingresos del fondo común de la cofradía.

Decimoctava
            Las hachas de la cofradía arderán durante el funeral y oficios de todo el cofrade difunto, y los hermanos las llevarán encendidas de la iglesia al cementerio en los entierros.

Decimonovena
            El número de camisas puede ser el de la mitad del número de los hermanos, y el de hachas poco más de una cuarta parte de los mismos, que son los que pueden asistir al entierro de cada parroquia.
Imagen de María. 1970

Vigésima
Se nombrará un cuatro en cada iglesia para que lleven nota y tomen lista de los que falten a las procesiones que preceptúan estas reglas, para lo cual tan luego fallezca un hermano se anunciará por medio de la campana.

Vigesimoprimera
Todo hermano de la cofradía mayor de 60 años que lleve 10 años de cofrade pagando el escote, y que su avanzada edad y estado pecuniario no le permita continuar satisfaciendo dicho escote, se le considerará cofrade de hecho y derecho, para lo cual se reunirá la cofradía en junta y una vez justificados dichos extremos, se consignarán en este libro para que así conste hasta el fallecimiento del agraciado.

 Vigesimosegunda
Se pagará por cada uno de los cofrades por vía de escote para llegar fondos al depósito de esta cofradía para mejor atender las necesidades de la misma, por cada un año cuatro reales los cuales han de entregarse a los mayordomos o persona en su nombre, por lo menos 8 días antes de la función.


 Salida de la procesión del Encuentro, años 50. Foto Villafafila.net 

Vigesimotercera
Para más respeto, obediencia y culto de estas presentes reglas se hace preciso, y por tanto se obliga a todo cofrade firmen por su persona o por persona en su nombre esta recopilación de capítulos o reglas, con el piadoso y santo fin de mañana que, si Su Ilustrísima gire por esta su diócesis su visita pastoral, el párroco le presente este libro para que sirva y sus reglas de cofradía si lo merecen sean dignas de su aprobación.

 Vigesimocuarta
 Será excluido de la cofradía todo hermano que fuera reincidente por tercera vez en una misma falta y el que dejare de pagar un año el escote y de motivo con su morosidad a exigencias que como expresa la regla 15 pueden hacerlo por el párroco o persona en su nombre o por el abad o mayordomo a los cuales damos y facultamos especial poder para que puedan hacerlo ante cualquier justicia de su majestad.

 Vigesimoquinta
Queda conminado como establecimiento de pena para castigar la falta de cumplimiento en todo lo que las 24 reglas anteriores preceptúan con media libra de cera todo hermano que a las mismas falte en cualquiera de sus presunción y sin justificar la mera posibilidad.

Vigesimosexta
            Entendiendo conveniente para mejor parecer el que los cuatro al seguir las procesiones lleven cruces de hierro puestas en varas, se proporcionará su adquisición con fondos de la cofradía.

Vigesimoséptima
Será obligación de todos los cofrades confesar y comulgar dentro de los 5 días desde el Domingo de Ramos a Viernes Santo y el que así no lo cumpliré sin causa justificada, como es el de enfermedad o ausencia, ha de pagar un cuarterón de cera.

Se adiciona a la regla novena que el encargado de la parroquia donde muera alguien algún cofrade leerá la lista al entrar en el entierro y a la puerta del camposanto cuando llegue el cadáver, anotandose los que faltaban para la imposición de pena para que el caso que la señalada en la regla 25, como asimismo se le pondrán las hachas a la cruz en la misas de cada año.

 Villafáfila 1º de mayo de 1882
Firman
Pedro de León, párroco. Juan Montero. Federico Gallego. José Magri. Valentín Carnero. Felipe Valverde. Francisco Ruiz. Ambrosio Gallego.

 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16


En resumen no son muchas las modificaciones , pero la redacción es más retórica.
La entrada de nuevos cofrades después de 15 días de aprobada la nueva regla será de 12 reales y la cuota anual será de 4.
Se establece la supervisión de toda la cofradía  por parte del párroco, se crea la figura de un abad que la presidirá y llevará las cuentas, siguen los dos mayordomos con el cargo de sufragar los gastos de la función y de poner 4 velas los días de precepto ante la imagen de Jesús, que serán elegidos entre los cofrades que pudieran sufragar dichos gastos, y los cofrades más pobres tendrán la obligación de llevar los cadáveres de los cofrades difuntos. Se nombrarían 4 cuatros, uno por cada parroquia para organizar las procesiones, llevar cuenta de las asistencias a la función y a los entierros. Se regula la figura del llamador que será vitalicio, será el encargado de cumplir las órdenes del abad, hacer los llamamientos y tocar la campana de la cofradía.


Procesión del Encuentro 1945. Foto Villafáfila.net

Se fijan las insignias, siendo la del abad más grande con cinta violeta, la de los mayordomos intermedias con cinta color flor de lirio, y las de los cofrades más pequeñas con cinta morada, por lo que deduzco que el color de la cofradía y sus túnica ya era moradas.
El Domingo de Ramos a las tres había asamblea general, se subastaban las imágenes, el Viernes Santo era la procesión en la que el abad iba detrás de la imagen, los mayordomos a derecha e izquierda, y los cofrades detrás más jóvenes precediendo a los más viejos.
La obligación de asistir a los entierros se  extiende a todos los cofrades feligreses de la misma parroquia.Y la confesión y comunión anual se traslada a la Semana Santa.
Se sigue manteniendo la costumbre de dar la noche de Jueves Santo o la mañana del viernes un panecillo de una libra y un cuartillo de vino a los cofrades y el doble al cura y al llamador.


En 1904, siendo párroco único de todo el pueblo don José Mayo, a la muerte de don Pedro de León, se anotan las pertenecías de la cofradía:
Tùnicas 28 en casa del párroco y una en casa de don Pedro
Blandones 30 en el arca de la cofradía
Faroles 8 en la iglesia de San Martín
Horquillas 4 para las andas de Jesús
Cruces ______
Trompeta 1
Túnicas de Jesús 3 en casa de don Sofronio Ruiz
Cruces de Jesús 3 en la iglesia
Corona metálica 1 en casa de don Sofronio


En 1908 contaba con 128 hermanos. Lista de los cofrades:



 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16


En 1911 tuvo lugar un incidente provocado por el rumor de que el párroco quería vender la imagen de Jesús. En la plaza de San Martín se juntaron una multitud de personas en protesta que obligó a intervenir a la guardia civil hasta que se aplacaron los ánimos. Es uno de los recuerdos de mi infancia transmitido por mi abuela Cirila, confirmado por esta noticia de la prensa de entonces.




No sé si el rumor estaría fundado, pero la fama de don José Mayo de vender gran parte del patrimonio procedente de las parroquias desaparecidas de San Pedro y San Salvador con el fin de reformar la de Santa María, había trascendido, y deja de ello constancia don Manuel Gómez Moreno en su libro Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora, que visita Villafáfila en 1903:
Otro sentimiento experimenté allá, y doloroso, pues las escenas de vandalismo demoledor que hicieron execrables ciertas revoluciones, con gran menoscavo de la cultura, se desarrollaban ahora bajo la dirección de un párroco que, con una previsión digna de mejor causa, remediaba los efectos del abandona a que habrían de llegar las suprimidas parroquiales, echándolas al suelo y vendiendo sus despojos de todo género, y hasta lo cotizable de la única iglesia conservada, con intento, según parece, de agrandar ésta última. Y, dicho sea en honor del pueblo mismo: su vecindario protestaba mientras tanto, con más sana lógica, de lo hecho.”




Se conservan las cuentas de los años 30 del siglo XX y poseemos ver la evolución de la cofradía en esos años.

AÑO               CUOTAS-COFRADES                  SUBASTA
1930                40.75 pts.        163                             100 pts.
1931                39.50               158                             40
1932                38                    152                             48
1933                28.75               115                             60
1934                43.25(atrasos) 173                             38
1935                31.75               127                             76
1936                36.50               146                             No hubo subasta
1937                37.27               149                             20
1938                20                    80                               30
1939                41                    164                              57
1946                74                                                       115
1947                100                                                     150
1948                80                                                       200


 A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16

En la década de los 50, la cofradía dejó de funcionar como tal.

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