Imagen de Jesús en San Martín. Foto Villafáfila.net
Esta cofradía estaba radicada en la iglesia de San
Martín, y debió surgir a principios del siglo XVIII. Así en 1714 en el libro de
fábrica de la citada parroquia se hace un inventario de objetos litúrgicos y se
mencionan: “unas andas en que sale Nª Srª. …unas andas
en que sale Jesús Nazareno”, de donde se deduce que ya
desde antes de ese año eran sacadas en procesión las imágenes de Jesús y de
María. Ya en 1704 altar de Nrª Sra de la Soledad, por lo que posiblemente sería
la que saldría en procesión.
En la visita pastoral
de 1715 el obispo de Astorga aprobó “las reglas y
constituciones de la cofradía que nuevamente se ha establecido en dicha iglesia
(S. Martín) de Jesús de Nazareno”, por lo que es de suponer que no llevaría mucho tiempo en actividad
la cofradía. Esta regla no se ha conservado.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
En 1750 se menciona el
libro de cuentas y regla de la cofradía Jesús Nazareno, y las andas de Nª Srª,
de Jesús y de La Soledad. Ya en 1779 se le había puesto bajo la advocación del
Nazareno uno de los altares de San Martín.
En 1794 la cofradía de
Jesús Nazareno sólo tenía un libro, además la imagen contaba con dos túnicas de Jesús, negras de terciopelo, con franja de oro para salir en procesión y con un
estandarte negro.
El primer libro de
cuentas de esta cofradía que se conserva actualmente en el archivo diocesano ( A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16) data de 1819 y en él se contiene una regla aprobada en
1832 y la reforma de la misma en 1882.
Los cofrades sólo eran hombres y su número
ascendía a 321 en el año 1822:
-104 de la parroquia de San Pedro
-76 de la parroquia de San Salvador
- 74 de la parroquia de Santa María
- 66 de la parroquia de San Martín.
En esa
época ya era costumbre juntarse el Domingo de Ramos en la iglesia de San Martín
para rematar, por el procedimiento de subasta, el dinero que daban por llevar las
imágenes de Jesús, de Nª Sra y las cruces de pedir. En 1820 por Jesús pagaron 6
fanegas de pan, pagaderas en agosto, 40 reales por llevar a María y dos fanegas
por las cruces de pedir. Al año siguiente se pagan 120 reales por Jesús y 100
por María.
Ese año se hace inventario de la cofradía y por
eso sabemos que la directiva estaba formada por 2 mayordomos, 2 oficiales y 1
llamador. Las pertenencias eran 20 cirios, 24 túnicas
negras para llevar en la procesión del Viernes Santo, 10
cruces para el gobierno de la procesión, 1 capirote, un estandarte o pendón
nuevo, y se sacó una túnica (camisa) nueva de Jesús.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
Además de las túnicas negras, que en los años
siguientes asciendes a 35, se mencionan en 1824 cuatro
camisas de disciplina blancas, por lo que sabemos que
algunos cofrades las usaban en la procesión para disciplinarse. Las cruces de
gobierno de la procesión eran de hierro y las de pedir limosna eran de madera.
Algunos difuntos sacaban túnicas para su mortaja y
sus herederos las reponían o pagaban por ellas.
En 1826 Joaquín Prieto se obliga a pagar al cura y
a los oficiales de la cofradía 80 reales por llevar a la Soledad el día de
Viernes Santo y demás procesiones en que esta imagen saliese. Felipe Tejedor
120 reales por llevar a Jesús. Ese año las túnicas negras de la cofradía era
34, y 4 las camisas blancas para llevar a Nrª Señora.
Los cofrades que querían llevar en la procesión
una túnica pagaban cuatro cuartos, y si además llevaban cruz, seis cuartos.
Desde 1831 se subasta además de las anteriormente mencionadas,
la imagen de San Juan y la trompeta, por lo que es de suponer que desde
entonces se celebrara la ceremonia del Encuentro, y ese año valen menos: Jesús
72 reales, La Virgen 33 R, S. Juan 9 R, la trompeta 9 R, y las cruces de pedir 7
reales. La imagen de La Virgen recibe diversas denominaciones como La Soledad o
María.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
En 1832 se reúnen los
cofrades en la capilla del Carmen de la iglesia de San Martín, y el párroco,
don Bartolomé Alonso Estébanez, les exhorta para que nombren una comisión que
elabore una regla de la cofradía, por carecer de ella (se habría perdido la
antigua). La comisión la formaron, además del párroco, don José Orduña, Gabriel Costilla, Ambrosio Jiménez y Silvestre
de León. (Resumen de la misma publicado por Manuel de la GRANJA ALONSO y Camilo
PEREZ BRAGADO: Villafáfila: Historia y actualidad de una villa
castellano-leonesa. Sus iglesias parroquiales. Pág.441-442).
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
Se reúnen el 8 de septiembre y las
aprueban.
Transcripción completa:
“En el nombre del Padre del
Hijo y del Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, a
quién dirigimos todas nuestras acciones, sujetándolas al prelado universal de
la Iglesia y al particular de este Obispado de Astorga, para mayor servicio de
Dios nuestro Señor y beneficio de nuestras almas, acordamos y convenimos:
Primeramente,
que se siga con la cofradía titulada del Dulce Nombre de Jesús y se tengan por
cofrades a todos los que hasta ahora son tenidos por tales sin necesidad de
nueva entrada.
Segundo, tanto los cofrades existentes como
los que en lo sucesivo entraren están obligados a tener buena vida y costumbres
y si no las tuvieran sean excluidos de la cofradía por Junta que al efecto se
celebrará y los nuevos cofrades para ser admitidos necesitan acreditar estás
disposiciones.
Tercero
la admisión de un nuevo cofrade debe hacerse por la Cofradía en una de sus
juntas ordinarias.
Cuarto
se señalan para juntas ordinarias el día de la fiesta del titular de la Cofradía
y el Domingo de Ramos a las tres de la tarde, y juntas extraordinarias se
tendrán siempre que el párroco viere necesidad de tratar alguna cosa que no
admitan dilación.
Quinto,
en todas las juntas presidirá el párroco y todos los años después del día de la
fiesta tomará cuentas a los mayordomos y las manifestará en la Primera Junta
que hará.
Sexto,
los mayordomos con acuerdo y consentimiento del párroco nombrarán sucesores y
no serán más que dos, los que se publicaran el día de la función al tiempo del
sermón y los dos salientes quedan con el cargo de regir las procesiones de la
cofradía
Siete,
la función se hará según costumbre en el martes después de dos domingos de
Todos los Santos, con vísperas misa y sermón, lo que será a costa de los
mayordomos y quedan obligados a asistir todos los cofrades bajo la pena de
media libra de cera a excepción de los criados y jornaleros que pagarán solo un
real
Ocho,
para el mejor servicio de Dios se impone a todos los cofrades la obligación de
confesarse y comulgar en los días de Pascua desde el de la Natividad de nuestro
Redentor hasta la adoración de los Santos Reyes, lo que podrán hacer en
cualquier parroquia cuidando de avisar de ello al párroco de la cofradía,
aunque es de esperar que un acto tan religioso no se negara ningún cofrade, ni
por ello serán necesarias penas exteriores, como a las veces sirven estás para
que los hombres mejor cumplan con sus deberes, acordamos que para el primer año
que no confíesen ni comulguen paguen un cuarterón de cera, el segundo media
libra y el tercero sean excluidos de la cofradía sin junta ordinaria.
Nueve,
siendo obra de piedad asistir al entierro de cualquiera católico es más
recomendable al del hermano cofrade por tanto se pone obligación de que 12 cofrades
nombrados en la Junta el día de la función asistan por sí, y si no pudiesen, lo
hagan por otro que también sea cofrade, y que está carga les durará todo el año
y los nombrados que por sí o por otro no asistan pagarán media libra de cera.
Diez,
todos los cofrades, exceptuados los sexagenarios, asistirán el Viernes Santo a
la procesión de Jesús bajo la pena de media libra de cera, que si pasan 2 años
sin asistir ni pagar serán excluidos de la cofradía en una de sus juntas.
Procesión 1929. La única persona que conocemos es la mujer que va entre las andas, Escolástica Caldero de León, madre de Gabina La Chata. Foto Villafáfila.net
Once,
fórmese una lista y antes de empezar la misa de la fiesta se verá por los
mayordomos si falta algún cofrade, y el que llegue después del recuento se
presentará al mayordomo para que te tenga presente.
Doce,
siendo costumbre antigua que los cofrades paguen anualmente un real para los
gastos de la cofradía porque no tiene otros bienes siga la misma costumbre,
quedando sujetos a esto bajo la pena de ser excluidos de la cofradía, si en 3
años no pagasen, a no ser que habiendo pagado siempre bien, lleguen haberse
pobres que no puedan pagar.
Trece,
los que no sucesivo quieran hacerse cofrades por primera entrada pagarán para
los fondos de la cofradía cinco reales y en lo sucesivo seguirán pagando como
los demás cofrades.
Catorce, los nuevos cofrades, de qué habla el
artículo anterior en su entrada, expresarán si quieren ser de solo la túnica,
de túnica y cruz, o de luz: los primeros y segundos el Viernes Santo asistirán
con su insignia, dando también los primeros 16 maravedíes y los segundos 24,
según costumbre antigua y los terceros asistirán con una luz que llevarán a su
costa.
Quince,
siendo costumbre inmemorial el que los mayordomos a sus expensas den la parva
el Viernes Santo a los hermanos cofrades que quieran tomarla, y a los pobres
que no lo sean, como en esto siempre se hace limosna, porque aún los hermanos
que asisten por lo regular son pobres, guardese la costumbre, pero se prohíben
los abusos de la porción de pan y vino que se daban, por tanto el párroco de
San Martín a su presencia hará que se arregle el pedacito de pan que debe darse
y la tacita de vino que no llegará a medio cuartillo para cada uno.
Dieciséis,
siendo también costumbre que los mayordomos a sus expensas pongan cuatro velas
los días de precepto de misa, y todos los demás días se enciendan la lámpara de
Jesús en cuanto dura la misa, siga tan loable costumbre.
Diecisiete, los acuerdos que se hagan en las
juntas deben observarse hasta que se determine otra cosa, pero no se tratarán
puntos contra la regla, a no ser que estén todos reunidos, sirviendo en las
demás determinaciones el que se reúnan 18, y que la mayor parte de estos
convengan en una cosa.
En
esta forma aprobados y conviniendo en ello todos los cofrades que asistieron. Se
propuso por algunos de ellos el que parecía regular que en todas cofradías se
hiciese algún sufragio por las almas de los cofrades difuntos, y por esto podía
hacerse poniendo un número fijo de hachas que tuviese la cofradía para cuando
haya algún entierro, y para que luzcan el día de la función, contra la antigua
costumbre de emplear en cera todo lo que se saque del escote sin acordarse del
purgatorio. Cuya propuesta bien examinada, hallando oposición entre los mismos cofrades,
se pasó a la votación, y por la pluralidad se acordó que el número de hachas
sea fijo el de 12, teniendo cuidado los mayordomos, con intervención del
párroco, el que se renueven cuando vayan gastadas, y los fondos que sobrasen se
apliquen en misas por los cofrades difuntos, y en lo que sea necesario para que
esté con decencia la efigie de Jesús. También acordaron que el número de
túnicas sea por ahora el de 44. Últimamente acordaron se estampe en el libro de
la Cofradía, y el día de la función en su junta se firme, y cuando venga la
santa visita se presente para su aprobación”
Estaba dirigida por dos mayordomos anuales, que regían la procesión del Viernes Santo, y a su costa hacer la función de la cofradía en noviembre, y dar el Viernes Santo la parva consistente en un pedazo de pan y una taza de vino de medio cuartillo a los cofrades y a los pobres.
Los cofrades pagaban 5 reales de entrada y 1 real anualmente, los había de tres estaban obligados a asistir la procesión del Viernes Santo, que lo podían hacer con túnica solo, con túnica y cruz o con una luz; a confesarse y comulgar en Navidad, a asistir a las dos juntas anuales,y a los entierros de los hermanos 12 de ellos elegidos anualmente.
Acuerdan comprar 12 hachones para los entierros y la función, 44 túnicas que no se hace referencia al color, por lo que seguirían siendo negras, y lo sobrante se aplique en misas para los difuntos.
La imagen sufría
deterioro y en 1849 se le reparan las manos y se le restauran dos dedos, a costa
de una donación de don Marcelino Trabadillo.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
E 1859 acuerdan
celebrar la fiesta el segundo domingo después de Reyes y hacer unas andas
nuevas para el paso, pagando a escote cada cofrade un real .
En 1882, el
párroco de San Martín, don Pedro de León, propuso crear una nueva comisión para
reformar la regla, y fueron elegidos, Juan Montero Vicente, Emilio Ruiz Pérez, Pablo
Rodríguez Ramos y Tomás Miranda Vicente.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
Regla
primera.
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, tres personas distintas y
un solo Dios verdadero, en quienes creemos y esperamos y dirigimos nuestras
acciones, para gloria de Dios, Nuestro Señor y beneficio de nuestras almas,
acordamos y convenimos:
Primera
La
continuación de esta cofradía del Dulce Nombre de Jesús, teniendo por cofrades
a todos los que hasta ahora han sido admitidos por tales, sin necesidad de
nueva entrada, siempre que autoricen con su firma o persona a su ruego, esta
nueva recopilación de reglas.
Segunda
Todo
devoto que quisiera y solicite ser cofrade, necesita gozar de fama y buenas
costumbres, cuyas circunstancias acreditará y será resuelta su admisión en
junta ordinaria de cofrades, como igualmente para la exclusión del cofrade que
por sus faltas merezca la expulsión. Advertir que aquel devoto que quiera
suscribirse en la matrícula de cofrade los primeros 15 días de aprobación de
estas reglas, se le admitirá sin pago de entrada lo que se anunciará por previo
edicto que se fijará a la puerta de la iglesia, y pasados los cuales pagará 12
reales de entrada.
Tercera
Se
señalan para juntas ordinarias el día de la titular de la Cofradía y el día
Domingo de Ramos a las tres de la tarde, y juntas extraordinarias tendrán
siempre que el párroco viere necesidad de tratar alguna cosa que conviniera o
que no admitan dilación, o porque la pidieran la mayoría de los cofrades.
Cuarta
El
señor cura párroco de San Martín, dónde está fundada esta cofradía, será el
presidente de todas las juntas, así ordinarias como extraordinarias que se
celebren durante el año, y como tal presidente llevará la intervención de los fondos de la cofradía,
anotando las entradas y salidas de caudales en este mismo libro, como demás
efectos pertenecientes a la misma, y con un Abad que se nombrara con carácter
de presidente, el que a la vez será depositario de los fondos de la cofradía,
para lo cual tendrá también su libro de intervención y tomarán las cuentas a
los mayordomos, y después de su examen y aprobación de las mismas, que tendrá
lugar dentro de los 8 días después de la función, en la primera reunión general
de cofrades presentarán, tanto el párroco cómo el abad respectivamente, su
libro para que los cofrades se enteren y vean el estado de fondos como así
también de los gastos e ingresos de los mismos durante el año.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
Quinta
La
festividad principal se celebrará con toda solemnidad el día de las segunda
dominica después de la Epifanía, con vísperas misa y sermón, con asistencia de
los demás párrocos, a cuyos actos no dejarán de asistir ningún hermano de la
cofradía, a no ser aquellos que estén sirviendo fuera del pueblo, y por la
tarde del día de la función habrá procesión siempre que el tiempo lo permita y
por el sitio que se crea más conveniente.
Sexta
Será
cuenta de los mayordomos satisfacer los gastos a sus expensas, misa asistencias
y sermón, cómo así también el alumbrado de la lámpara, y las cuatro velas en
los días festivos que sean de encender ante la imagen y al lado de Jesús.
Séptima
Para
el mejor orden en el nombramiento anual de Abad y mayordomos, se formará una
lista de entre los cofrades que por su posición puedan costear con holgura y
decencia los gastos que señala la anterior regla, cuya designación se hará en
junta de cofrades que asistan a la convocatoria que para el caso se ordene,
teniendo para ello en cuenta la edad de mayor a menor, y los que por su
posición no puedan hacer lo antes relacionado, será obligados a conducir los
cadáveres al cementerio de aquellos hermanos que sus familias lo dejasen o quieran
llevarlos por sirvientes o por amigos.
Octava
El
señor Abad, como los mayordomos, serán obedecidos y respetados por todos los
hermanos de la cofradía en cuántos actos religiosos se practiquen, para lo cual
y mejor distintivo, los expresados Abad lucirá una medalla de tamaño mayor con
lazada con sucinta de color violeta y los mayordomos medalla en término medio
de la del abad y los demás cofrades,
siendo la lazada de color de flor de lirio; y la de los demás hermanos morada. Durante
el trayecto de las procesiones el abad marchará detrás de la efigie y los
mayordomos a derecha e izquierda del lado de la efigie, y los cuatros y auxiliares que nombren de
entre los hermanos dirigirán la carrera para mejor orden y compostura para lo
cual tendrán presente y buen cuidado que los más jóvenes vayan delante de los
más ancianos.
Novena
Será
obligación de asistir a todos los
entierros de los hermanos que mueran todos aquellos que sean de su feligresía,
pues siendo dicha piedad asistir al entierro de cualquiera, más recomendable
será el asistir al del hermano cofrade, por cuya ligera consideración se hace
obligatoria la asistencia cómo queda demostrado.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
Décima
A
los mayordomos se les impone la obligación de dar en la noche de Jueves Santo,
o mañana del viernes después de la carrera, a cada uno de los cofrades que
tengan pago una bolla o panecillo de una libra y un cuartillo de vino en vía de
pitanza y reconocimiento de hermandad, y al párroco y llamador dobles; el
importe de estos gastos saldrán de los fondos de la cofradía.
Undécima
Se
dirán todos los viernes primeros y últimos de cada mes a excepción de aquellos
en que no pueda el párroco, una misa rezada con el estipendio de 5 reales por
el ánima y obligación de todos los hermanos y por los difuntos se rezarán tres
responsos, a cuyas misas han de asistir, a excepción de la época de verano y
vendimia que lo harán aquellos que puedan solamente, procurando el párroco
tocar temprano a fin de que el jornalero no pierda tiempo de su jornal; los
serviciales por su sujeción quedan exentos de estas y otras obligaciones que en
buena penetración se entienda la imposibilidad de su asistencia.
Duodécima
El
importe de las misas qué dice la regla anterior, hachas, cruces, camisas y
demás efectos, saldrá todo del Fondo Común de la cofradía.
Decimotercera
La
cobranza de todas las cantidades con destino a la cofradía estará a cargo de
los mayordomos y tendrán la obligación de entregarlas al depositario, previo
aviso al párroco, para su intervención. También correrá de cuenta del
depositario la obligación de tener en su poder las camisas, cera y demás
efectos pertenecientes a la cofradía, para su mejor conservación.
Decimocuarta
La
cera no se dará a nadie que no sea cofrade y las túnicas sin previo pago
tampoco cobrando a los hermanos 15 reales y a los que no lo son 20 reales.
Decimoquinta
El
párroco o vicario podrá demandar, o persona a su nombre, para el cobro de
cantidades o cumplimiento de obligaciones de la cofradía, para lo cual antes de
proceder a la demanda debe dar cuenta al mayordomo y abad, cuatros y llamador
para ver si el caso lo requiere. Estas atribuciones se entenderán al abad y
mayordomos in solidum.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
Décimosexta
El
cargo de llamador será vitalicio y estará subordinado, obediente y humilde a
los mandatos del señor abad y mayordomos, de quiénes, con el párroco, recibirá
las órdenes para los actos que se hagan y practiquen por la Cofradía, en
cumplimiento de lo establecido en las presentes Reglas. Asimismo tendrá
obligación de tocar la campana de la cofradía, por lo cual del fondo de la
cofradía se remuneran conveniente, anunciando los actos religiosos que celebren
la Cofradía, y más especialmente cuando fallezca algún hermano de la misma para
asistir al funeral y encendimiento de hachas. Si por su avanzada edad o por su
imposibilidad física no pudiese desempeñar el cargo de llamador, justificando
estos extremos, se le considera cofrade gratuitamente hasta su defunción. Si
dejare de cumplir con sus deberes, faltare la obediencia del abad, párroco,
mayordomos y demás hermanos, se apercibirá y reprenderá; y si reincidiese será
despedido, y por sus mayores trabajos se le tendrá libre de pago.
Decimoséptima
A
fin de evitar discordias al llevar las imágenes, cruces, trompetas y pendón de
la cofradía, cuando salgan en procesión durante el año, se subastarán en
pública licitación en la tarde del Domingo de Ramos como de costumbre, y las
cantidades en que se rematen serán
ingresos del fondo común de la cofradía.
Decimoctava
Las
hachas de la cofradía arderán durante el funeral y oficios de todo el cofrade
difunto, y los hermanos las llevarán encendidas de la iglesia al cementerio en
los entierros.
Decimonovena
El
número de camisas puede ser el de la mitad del número de los hermanos, y el de
hachas poco más de una cuarta parte de los mismos, que son los que pueden
asistir al entierro de cada parroquia.
Vigésima
Se
nombrará un cuatro en cada iglesia para que lleven nota y tomen lista de los
que falten a las procesiones que preceptúan estas reglas, para lo cual tan luego
fallezca un hermano se anunciará por medio de la campana.
Vigesimoprimera
Todo
hermano de la cofradía mayor de 60 años que lleve 10 años de cofrade pagando el
escote, y que su avanzada edad y estado pecuniario no le permita continuar
satisfaciendo dicho escote, se le considerará cofrade de hecho y derecho, para
lo cual se reunirá la cofradía en junta y una vez justificados dichos extremos,
se consignarán en este libro para que así conste hasta el fallecimiento del
agraciado.
Vigesimosegunda
Se
pagará por cada uno de los cofrades por vía de escote para llegar fondos al
depósito de esta cofradía para mejor atender las necesidades de la misma, por
cada un año cuatro reales los cuales han de entregarse a los mayordomos o
persona en su nombre, por lo menos 8 días antes de la función.
Salida de la procesión del Encuentro, años 50. Foto Villafafila.net
Vigesimotercera
Para
más respeto, obediencia y culto de estas presentes reglas se hace preciso, y
por tanto se obliga a todo cofrade firmen por su persona o por persona en su nombre
esta recopilación de capítulos o reglas, con el piadoso y santo fin de mañana
que, si Su Ilustrísima gire por esta su diócesis su visita pastoral, el párroco
le presente este libro para que sirva y sus reglas de cofradía si lo merecen
sean dignas de su aprobación.
Vigesimocuarta
Será excluido de la cofradía todo hermano que
fuera reincidente por tercera vez en una misma falta y el que dejare de pagar
un año el escote y de motivo con su morosidad a exigencias que como expresa la
regla 15 pueden hacerlo por el párroco o persona en su nombre o por el abad o
mayordomo a los cuales damos y facultamos especial poder para que puedan
hacerlo ante cualquier justicia de su majestad.
Vigesimoquinta
Queda
conminado como establecimiento de pena para castigar la falta de cumplimiento
en todo lo que las 24 reglas anteriores preceptúan con media libra de cera todo
hermano que a las mismas falte en cualquiera de sus presunción y sin justificar
la mera posibilidad.
Vigesimosexta
Entendiendo
conveniente para mejor parecer el que los cuatro al seguir las procesiones lleven
cruces de hierro puestas en varas, se proporcionará su adquisición con fondos
de la cofradía.
Vigesimoséptima
Será
obligación de todos los cofrades confesar y comulgar dentro de los 5 días desde
el Domingo de Ramos a Viernes Santo y el que así no lo cumpliré sin causa
justificada, como es el de enfermedad o ausencia, ha de pagar un cuarterón de
cera.
Se
adiciona a la regla novena que el encargado de la parroquia donde muera alguien
algún cofrade leerá la lista al entrar en el entierro y a la puerta del
camposanto cuando llegue el cadáver, anotandose los que faltaban para la
imposición de pena para que el caso que la señalada en la regla 25, como
asimismo se le pondrán las hachas a la cruz en la misas de cada año.
Villafáfila 1º de mayo de 1882
Firman
Pedro
de León, párroco. Juan Montero. Federico Gallego. José Magri. Valentín Carnero.
Felipe Valverde. Francisco Ruiz. Ambrosio Gallego.
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
Procesión del Encuentro 1945. Foto Villafáfila.net
En 1904, siendo párroco único de todo
el pueblo don José Mayo, a la muerte de don Pedro de León, se anotan las
pertenecías de la cofradía:
Tùnicas 28 en casa del párroco y una
en casa de don Pedro
Blandones 30 en el arca de la cofradía
Faroles 8 en la iglesia de San Martín
Horquillas 4 para las andas de Jesús
Cruces ______
Trompeta 1
Túnicas de Jesús 3 en casa de don
Sofronio Ruiz
Cruces de Jesús 3 en la iglesia
Corona metálica 1 en casa de don
Sofronio
En 1908 contaba con 128 hermanos. Lista de los cofrades:
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
En 1911 tuvo lugar un incidente
provocado por el rumor de que el párroco quería vender la imagen de Jesús. En
la plaza de San Martín se juntaron una multitud de personas en protesta que
obligó a intervenir a la guardia civil hasta que se aplacaron los ánimos. Es
uno de los recuerdos de mi infancia transmitido por mi abuela Cirila,
confirmado por esta noticia de la prensa de entonces.
No sé si el rumor estaría fundado,
pero la fama de don José Mayo de vender gran parte del patrimonio procedente de
las parroquias desaparecidas de San Pedro y San Salvador con el fin de reformar
la de Santa María, había trascendido, y deja de ello constancia don Manuel Gómez
Moreno en su libro Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora, que
visita Villafáfila en 1903:
“Otro
sentimiento experimenté allá, y doloroso, pues
las escenas de vandalismo demoledor que hicieron execrables ciertas
revoluciones, con gran menoscavo de la cultura, se desarrollaban ahora bajo la dirección de un párroco que, con una
previsión digna de mejor causa, remediaba los efectos del abandona a que
habrían de llegar las suprimidas parroquiales,
echándolas al suelo y vendiendo sus despojos de todo género, y hasta lo
cotizable de la única iglesia conservada, con intento, según parece, de
agrandar ésta última. Y, dicho sea en honor del pueblo mismo: su vecindario
protestaba mientras tanto, con más sana lógica, de lo hecho.”
Se conservan las cuentas de los años
30 del siglo XX y poseemos ver la evolución de la cofradía en esos años.
AÑO CUOTAS-COFRADES SUBASTA
1930 40.75
pts. 163 100 pts.
1931 39.50
158 40
1932 38 152 48
1933 28.75 115 60
1934 43.25(atrasos) 173 38
1935 31.75 127 76
1936 36.50 146 No hubo subasta
1937 37.27 149 20
1938 20 80 30
1939 41 164 57
1946 74 115
1947 100 150
1948 80 200
A.D.Za. Parroquial de Villafáfila. 113.4: Libros 15 y 16
En la década de los 50, la cofradía
dejó de funcionar como tal.
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