El crimen de la
Ojera
De
pequeño me contaba mi abuela, entre otras muchas historias y anécdotas, que a una
mujer rica de Otero, La Ojera, la había matado un pastor cuando iba desde
Villafáfila a Otero, y le había robado unas ligas de plata que después le
regaló a su novia y por eso lo habían pillado.
Fue
un episodio de gran repercusión en toda la comarca pues de trataba de una
persona rica, muy conocida, con relaciones familiares en todos los pueblos de
alrededor y que permaneció en la memoria de los vecinos que se transmitiría oralmente durante muchos
años, siglos incluso (todavía en 2002 me contaba Gerardo Rodriguez Miranda,
Tronchero, descendiente como tantos de la muerta, que había sido un abuelo
suyo, Pablo Rodríguez, el que había encontrado el cadáver al saltar un zanjón
con el caballo).
En
mis incursiones en la hemeroteca digital he visto el eco que el crimen
alcanzó en la prensa de Madrid, incluso de Barcelona.
Así
el día 31 de agosto de 1852 el diario La Época, de Madrid, publica la siguiente
noticia seguramente transmitida en los primeros momentos:
“Acaba de perpetrarse en el día 20 , sobre las nueve de la noche, un
asesinato horroroso en una viuda sexagenaria, vecina de Otero de Sariegos,
partido de Benavente, sin que en el día de hoy se pueda formar un juicio, más o
menos aproximado, de los antecedentes que motivasen la criminalidad, pues que
se ignora quienes hayan sido los asesinos, aunque el juez se personó en el
pueblo, y sigue con actividad la indagatoria para imponer la justa pena que se
merecen los autores del bárbaro y despiadado hecho que ha conmovido el ánimo de
los pueblos de la circunferencia, y excitado un profundo sentimiento entre los
hombres pacíficos, que temen un porvenir lastimoso e inseguro, considerando los
vicios dominantes que pululan entre
cierta clase de la sociedad poco vigilada.
La
inofensiva desgraciada víctima había ido al pueblo de Villafáfila, distante una
legua del de Otero, a ver a una hija casada recién parida; y como al anochecer
se retirase para su pueblo, y a él no llegase a la hora conveniente para dar la
cena a segadores y mozos de labor, se determinaron algunos de la familia a
salir al encuentro, recelado la ocurriese algún contratiempo, por haber corrido
voces en días anteriores que se la intentaba robar. Como llegasen a Villafáfila
sin haber encontrado a persona alguna, y preguntando a la hija por su madre,
contestó que al anochecer había salido para el pueblo, desde luego se pusieron
en el caso de algún rapto a consecuencia de las voces corridas del proyectado
robo. Recorriendo el campo en diversas direcciones, vieron huella en el camino
de Villarrín, pueblo que dista una legua de Otero, como de haber arrastrado un
bulto grande. Siguiendo el rastro se encuentran en el intermedio de los dos
pueblos con el cadáver de la infeliz viuda degollada.”
La
información se repite en los mismos términos en otros diarios madrileños como El
Heraldo del 1 de septiembre
y en La España, del jueves 2 de septiembre de 1852
Los semanarios madrileños La
Esperanza de 13 de septiembre de 1852,
y SEMANARIO DEL NOTARIADO DE ESPAÑA Y ULTRAMAR y El
Áncora de Barcelona del día 19 de septiembre publican una información calcada:
“Asesinato.—Según dicen
de Benavente, en la noche del 20 del mes de agosto último, fue alevosamente
asesinada una señora en el camino de Villafafila á Otero
de Sanegos, y cerca del camino que llevan los de Villarrín para el primero de
estos puntos. El cadáver se encontró al amanecer del 21 con dos heridas
mortales, la una en el cráneo por un fuerte golpe, y la otra hecha con
instrumento punzante y cortante, que llegaba hasta el corazón. A pesar de la
actividad y celo del juzgado no se ha podido capturar á los autores de tan
horrible atentado, y sin levantar mano comisionó, efecto de sus muchas
ocupaciones, al abogado don José Alonso Gómez, para que investigase lo que
hubiera sobre el particular. Cumplió exactamente el encargo este celoso y
entendido jurisconsulto; pero sin resultado alguno hasta ahora”
No he podido dar con el sumario ni con ningún otro documento escrito
relativo al asunto, aunque no desisto, por lo que lo único que recuerdo del
relato es que pasados unos días una moza de Villafáfila o de Otero, no me
acuerdo bien, hizo gala de que su novio le había regalado unos ligueros de
plata. El asunto desencadenó comentarios, bien fuera por el valor del liguero, impropio
para un regalo de un pastor, o porque alguien lo reconociera como perteneciente
a la difunta. Interrogando al novio, que había estado de pastor en casa de la
Ojera y lo había despedido, creo recordar porque le habían robado unos carneros
y el ama sospechaba de que hubiera tenido cierta connivencia el criado, o porque
los había extraviado y ella sospechaba que se los había robado. El caso es que
acabó confesando, que la acechó en el camino y le dio golpes hasta que la mató,
y no tuvo mejor ocurrencia que quitarle los ligueros y regalárselos a la novia.
Pero ¿quien era la viuda muerta?
Gertrudis Fidalgo Aliste (1787-1852)
En el Libro de Difuntos de la parroquia de San Martín de Vilafáfila se
halla la partida de doña Gertrudis Fidalgo, natural de Villaveza y vecina de
Otero, de 63 años, que fue encontrada asesinada el día 2 de agosto. Dejó tres
hijas vivas, Josefa, Manuela y Luciana, y dos nietas de un hijo difunto, Manuel, que
había fallecido en marzo.
Trataré de hacer una breve reseña biográfica de la muerta.
Gertrudis era natural de Villaveza del Agua hija de Juan Fidalgo y de
Isabel Aliste, donde nació en 1787, (aunque en la partida de defunción pone 63
años, iba a cumplir 65 cuando la mataron).
Se casó en hacia 1810 con don Manuel Ojero Calzada, de Otero de
Sariegos, de 31 años, que había enviudado dos años antes de Ana Pascual, a su
vez viuda de Manuel Aliste, probablemente tío de Gertrudis. Estos entronques
familiares tan endogámicos eran muy frecuentes en esta familia. En 1809 un
hermano suyo, Tomás Fidalgo, se casó en Villafáfila con Alfonsa Calzada,
y se trasladaron a vivir a Otero, siendo los antepasados de los Fidalgo de
Villafáfila.
Manuel Ojero Calzada era uno de los vecinos más ricos de Otero,
procedente de una familia de hidalgos que desde Villalpando se habían
dispersado en el siglo XVIII por varios pueblos de Tierra de Campos.
Tuvieron 8 hijos entre 1811 y 1827 de los que cuatro murieron de niños.
Manuel muere en 1837 a los 58
años dejando a Gertrudis viuda a los 50 años, ya con el apelativo de La Ojera, con un hijo de
17 años y tres hijas de 15, 12 y 10 años.
Antes de pasar dos años Gertrudis se casa con Rafael de León, un hidalgo
originario de San Esteban del Molar que había quedado viudo poco después que
ella con un hijo de 15 y una hija de 10 años.
El matrimonio fue polémico porque se casaron sin obtener la dispensa
eclesiástica perceptiva pues Rafael había sido cuñado de Manuel Ojero, a pesar
de que el cura se lo había advertido, pero el amor o la necesidad de convivir
les impulsó a contraer en secreto un matrimonio y vivir juntos hasta que
obtuvieron la dispensa. Lo que nos da
idea del fuerte carácter de nuestra protagonista, a la que no se le ponía nada
por delante. Vivieron casados 13 años hasta la muerte de Rafael pocos meses
antes del asesinato de Gertrudis.
Trataré de hacer un retrato
la situación familiar en el momento del crimen.
Recientemente he tenido acceso a un retrato de Gertrudis realizado al óleo que se conservaba en casa de su bisnieto don Luis Gómez, el Boticario, y que hoy conserva una nieta de él en Benavente y que me ha facilitado Quique Delás, bistataranieto de la Ojera que lo guardaba en su memoria infantil.
La vemos vestida de negro con un mantón y un pañuelo, posiblemente realizado cuando estaba viuda, según tradición familiar en Madrid en el estudio de un pintor famoso.
La vemos vestida de negro con un mantón y un pañuelo, posiblemente realizado cuando estaba viuda, según tradición familiar en Madrid en el estudio de un pintor famoso.
Gertrudis con 65 años, edad que en esos tiempos se consideraba ya avanzada,
recién enviudada de su segundo marido, se encontraba en plenas facultades: iba
andando a Villafáfila, administraba su hacienda según los testimonios, controlaba
la manutención de los criados, despedía a los pastores, etc.
Su hijo mayor, Manuel había fallecido también en marzo de ese año,
dejando dos hijas, Candida y Ceferina de 5 y 2 años a cargo de su madre,
Manuela Andrés, de Villarrín.
En Villafáfila tenía una hija, Manuela, casada cuatro años antes con
Gabriel Trabadillo, viviendo en la Plaza de San Martín, en la mayor casa del
pueblo (las actuales casas de Delás y Manolo Cañibano).
Casa de la Ojera, enmarcada por el arco de San Martín
Foto villafafila.net
Tenían dos hijas,
Ignacia de 3 años y Ana de 1. Y sería a la que había venido a ver el día de
autos, aunque no me consta que estuviera recién parida.
En Otero vivían casadas las otras dos hijas, Josefa desde 1840 con
Lorenzo Gómez del Río, de Villarrín con tres niñas, Mª Manuela de 11 años,
Asunción de 3, y Camila de 1. Y Luciana se había casado dos años antes con
Gervasio Calzada Fierro de Villafáfila y tenían una niña, María de menos de un
año.
En Otero seguía viviendo su hermano Tomas Fidalgo que había tenido
varios hijos, algunos ya casados en Otero y en Villafáfila.
Descendencia de La Ojera
Muchos de sus descendientes siguen viviendo en Villafáfila y y comarca y
otros han emigrado, y la mayoría no reconoce a su antepasada. Como los
apellidos se transmiten por línea paterna, con el paso de las generaciones se
pierden.
Trataré de hacer un pequeño esquema genealógico de su descendencia.
1-Las hijas de Manuel Ojero se trasladaron a vivir a Villarrín con su madre. Ceferina Ojero (cuya foto recuerda un cierto parecido con el retrato de su abuela) fue la mujer de don Matías Alonso y murieron
sin descendencia, dejando sus bienes para fundar el colegio parroquial de
Villarrín.
Ceferina Ojero, nieta de Gertrudis
2- Josefa Ojero murió en 1858
seis años después de su madre dejando dos hijas Manuela 12 años y Asunción de 10. El viudo, Lorenzo Gómez
volvió a casarse tres años después, en 1861, con la otra hija de la Ojera, con
Manuela, que había quedado viuda de Gabriel Trabadillo con cinco hijas. El
matrimonio necesitó dispensa pues los contrayentes eran cuñados, por lo que
Lorenzo se traladó a Roma y allí contrajo matrimonio, él personalmente, y
Manuela por poderes que le había dado.
Sus hijas:
A-Manuela Gómez Ojero se casó con Crisógono Costilla en 1862 y
tuvieron muchos hijos, entre otros:
a-Acacia Costilla que se casó en
1891 con Mauro Vicente y tuvieron numerosa prole: Manuela, Miguel, Aureliano, Virgilio,
Teresa, Mauro, VICENTE COSTILLA, con abundante descendencia.
b-Alicia Costilla se casó en 1894 con Saturnino Fernández
Ruiz
c-Pío Costilla Gómez se casó en 1897 con Ceferina
Rodríguez Morilla.
d-Basilisa Costilla, se casó en Villarrín y tiene descendencia
e- Quiteria Costilla que se fue con su prima Baudelia Trabadillo a Moral de Orbigo donde se casó y tuvo descendencia
d-Basilisa Costilla, se casó en Villarrín y tiene descendencia
e- Quiteria Costilla que se fue con su prima Baudelia Trabadillo a Moral de Orbigo donde se casó y tuvo descendencia
B- Asunción Gómez Ojero, La Montemolina (1848-1914),
se casó con Sofronio Ruiz Atienza, en S.Martín, en 1866 y tuvieron muchos hijos:
se casó con Sofronio Ruiz Atienza, en S.Martín, en 1866 y tuvieron muchos hijos:
a-Lorenzo Ruiz Gómez se casó con Asunción del Río de León,
padres de Sofronio y Eliseo Ruiz del Río
b-Angeles
con Emilio de la Granja, abuelos de Manolo Bomba, y Angelines y Tola de la
Granja.
c- Octóvila con Melanio Fernández, padres de Teodora,
entre otros,
d- Leonides con
Victoriano Gallego, de Tapioles
3- Manuela Ojero,
,quedó viuda
con cinco hijas en 1859, Ricarda se murió de niña:
Foto Familia Delás Gómez
A-Ignacia Trabadillo Ojero =Marcelino
Trabadillo, abuelos de María Luisa, Trini Marcelino y Lola, y de Pepito Delás.
Ignacia Trabadillo Ojero, nieta de Gertrudis
B-Ana Trabadillo Ojero =
Alonso Santiago
Ana Trabadillo Ojero, nieta de Gertrudis
C-Baudelia Trabadillo Ojero
con Gerardo García-Alfonso
D-Valentina Trabadillo
Ojero =José Delás Quiñones
Después de casada con su cuñado tuvieron dos hijos que fallecieron de
niños y cuando murió Lorenzo en 1866, Manuela estaba embarazada de un hijo, Lorenzo
Gómez Ojero, que nació póstumo.
1-Lorenzo Gómez Ojero,
farmacéutico
=1893=Avelina Andrés, abuelos de Luisa, Lorenzo, Avelina e Isabel
Gómez Gómez. Su bisnieto Luis Gómez-Ojero en Salamanca, es el que mantiene el
recuerdo en su apellido.
3- Luciana Ojero murió a los
28 años en 1855, apenas tres años después del crimen de su madre, de un malparto de un niño
que moriría poco después. Dejó una hija de 4 años:
A- María Calzada Ojero
casada Valentín Miranda que tuvieron a
a- Luciano Miranda Calzada, el Ciego, sin descendencia
b- Amparo Miranda Calzada que se casó con Maximiliano Rodriguez, padres de don Pablo, Valentín Amparo, Carmen y Gerardo RODRIGUEZ MIRANDA, Los Troncheros
c- Gertrudis Miranda Calzada que
se casó con Agustín Tejero.
Hola Elias:Luciano el ciego seria Luciano Miranda Calzada ¿no?
ResponderEliminarY Amparo tambien .Un saludo.
ResponderEliminarEnrique
Efectivamente. Miranda Calzada. El Ciego bien merece un perfil biográfico pues fue un personaje de mucho manejo en Villafáfila durante la Guerra Civil. Como bien sabes se casó con una de las hijas de la Uca,
ResponderEliminarhttp://historiasdevillafafila.blogspot.com.es/2014/05/fotos-con-historia-viendo-las-fotos.html
que murió joven y se quedó con su herencia. Ya de viejo se casó con Justina, la madre de Alfonsa la Curra en quien recayó el capital.
Saludos
Entonces debo pensar que la casa era de Gertrudis. Siempre creí que la habían construido Don Alonso y Anita, posiblemente ella (Ana) solo la heredó y la otra mitad era de Don Luis Gómez Andrés también por herencia.
ResponderEliminarLa casa la construyeron Gabriel Trabadillo y Manuela Ojero Fidalgo, la hija de Gertrudis, que también apodaban la Ojera. Era la mas grande y a la muerte de Manuela se partió la casa en dos. La parte vuestra para doña Anita casada con don Alonso, farmacéutico, que la arreglaron y puso allí la botica y le pusieron las rejas de abajo, y la otra mitad (la actual de Cañibano) para Lorenzo Gómez Ojero, que era menor, y Manuela deja en el testamento que quedara bajo la tutela de don Alonso. Estudió farmacia, se enemistó con su cuñado Alonso, se casó con Avelina, y se pasó al bando de don Pepe, su otro cuñado. Sus hijos nacieron en esa casa. El murió con 32 años y Avelina al año siguiente con 26. Solo quedó Luis con 5 años que se crió con sus tíos. Y se vendió su "mitad" de la casa.
EliminarAún se conserva el nombre de "despacho" para la habitación que se halla según se entra a la derecha y te acordarás del ventanuco que existía en la puerta para la dispensa de medicinas. Por cierto hay una anécdota curiosa de D.Alonnso,Anita y la farmacia.
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