La noche del Año Nuevo se celebraba en Villafáfila la Fiesta de Corroblas, actualmente desaparecida y sólo la conocemos por la documentación del siglo XVII y XVIII. Queda en el vocabulario tradicional la palabra corrobla como sinónimo de reunión para festejar algo con alguna comida o bebida.
En las cuentas del año 1662 se anota
“un carro de leña para la noche de corroblas, nueve reales…colación a los
vecinos la noche de corroblas setenta y tres reales”
En 1698 se anotan 207 reales de la colación de Año Nuevo. En el año de 1700 los gastos de Año Nuevo se desglosan en media carga de castañas, 52 reales, tres arrobas y media de (ilegible) 35 reales, cuatro libras de merluza 8 reales, cuatro barajas de naipes seis reales y 20 mrs., 14 libras de truchuela 10 reales, dos libras de aceite y ocho huevos 5 reales, seis panes 4 reales y ocho mrs., (..ilegible..) 4 reales, cuatro cántaros de vino 4 reales”.
En las cuentas del concejo de 1741 figura que se gastaron 210 reales en la noche de Año Nuevo de corroblas.
La última referencia que he encontrado de gastos para esta fiesta es de 175 cuando en las cuentas del ayuntamiento se apunta: “más se le reciben en data 274 reales que por libramiento pagó al Procurador xeneral por el coste y gasto de las corroblas y agasajo que se dio a los vecinos desta vª”, junto con el recibo.
Bien es verdad
que hasta el siglo siguiente no he localizado cuentas, por que lo que
posiblemente esta fiesta pudo decaer y en torno a la Guerra de la Independencia
dejaría de celebrarse.
En
resumen, esa noche se hacía una gran hoguera en la que participaban todos los
vecinos y el ayuntamiento ponía castañas que se asarían en la hoguera, así como
una colación a los vecinos y es curiosa la compra de cuatro barajas,
seguramente para jugar dentro del ayuntamiento los regidores y otros invitados
principales para los que sería la merluza que se compraba.
Otra de las costumbres festivas que se han perdido era la petición de los aguinaldos, que pervivieron hasta los años sesenta del siglo pasado.
El 24 se pedía por todo el pueblo en cuadrillas de niños que cantaban
"Nos den el aguinaldo
señora, por Díos,
que venimos cuatro
y entraremos dos.
Cuatro venimos
en la compañía,
y nos viene guiando
la Virgen María.
Nos dan o no nos dan,
que somos pequeñitos
y queremos caminar."
La víspera de los Reyes se padía a los “dones”, es decir, los vecinos que tenían don, como eran los hidalgos y profesionales. Si en alguna casa les despedían aduciendo que no tenían don, para alagar se les decía quien tiene “din”(…ero), tiene don.
Tenemos una referencia documental antigua en el desaparecido pueblo de Villanueva la Seca (entre Vidatanes y San Esteban), a mediados del siglo XVII los pocos vecinos que había e pedían el aguinaldo a Juan de León, el único hidalgo de la aldea.
“En
Villanueva la Seca y en Revelllinos y otros lugares de la comarca es costumbre
usada y guardada de tiempo inmemorial la vispera de la Pascua de Reyes la gente
y muchachos del lugar acuden a las casas de los hijosdalgos a darles las
pascuas y ellos les dan y han dado colaçión…porque es un acto de notoria nobleça
en aquella tierra”. A.R.Ch. V. Registro de Ejecutorias. C. 2912,3




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