En los términos de Villarrín de Campos
(Zamora) se conserva como topónimo menor el de Santo Tirso, denominando una
zona situada a unos dos kilómetros al oeste del casco urbano. En sus
proximidades se conoce desde hace muchos años la presencia de vestigios del
pasado consistentes en fragmentos de cerámicas, tejas y piedras que indican la
presencia de ocupación humana de esa zona en tiempos remotos.
En el
área de mayor concentración de restos he recogido abundantes fragmentos de
cerámica micácea correspondiente a ollas y grandes tinajas, otros de cerámica
facturada con pastas sedimentarias perteneciente a piezas de menor tamaño, algunas
con decoración de retícula bruñida, que en paralelo con otras de las comarcas
cercanas se podría datar en la baja Edad Media, pudiendo remontar su cronología
hasta el siglo XII. Junto a éstas se documentan más escasos fragmentos de
cerámica romana correspondientes a terra sigillata hispánica de
apariencia altoimperial y algunas piezas de piedras pulidas, poniendo de
manifiesto una ocupación anterior de este territorio.
Como en
otros muchos topónimos de la comarca de Lampreana, donde se aprecia la
presencia de restos medievales, se puede rastrear en la documentación
conservada noticias de su poblamiento o existencia en época medieval.
La
primera cita documental de un núcleo de población en la comarca de Lampreana
con el nombre de Santo Tirso se remonta al siglo X. En el Tumbo II del
monasterio de Sobrado se encuentra un documento con dos versiones casi idénticas,
una fechada en el año 996 y otra en el año 1000[1], que se
corresponden con una venta que hacen Abiue o Habibe y su esposa Aderela de una
heredad que tenían en la villa de Maladones en Lampreana al abad Miguel y a la
congregación de frailes de un monasterio bajo la advocación de Santo Tirso,
Santa Cruz, San Miguel y San Salvador: “uobis Michaeli abbati, una cum
fratibus tuis uel congregatione de Sancto Tirso et de Sancta Cruce et de
Sancto Michaele et de Sancto Saluatore....”. La heredad está limitada,
entre otros, por los términos de Santo Tirso: “usque in terminum de Sancto
Tirso". No figura en la data referencia al rey epónimo de León, ni
confirma ningún personaje importante, aristócrata u obispo, lo que induce a
pensar que se trataría de un documento de ámbito local. Además, en la época de
su redacción, finales del siglo X, las tierras de Zamora pasaban por un periodo
de débil integración en las estructuras de poder de la monarquía leonesa.
En ambas
versiones confirman una serie de “frater”, que supongo formarían la comunidad
del monasterio además del abad, nueve en la segunda versión: Vermudo,
Sebastián, Juan, Cipriano, Andrés, Sesgodo, Hermildo, Sendino, Alfonso, y una
serie de laicos y presbíteros.
En el
resto de los documentos del Tumbo de Sobrado no vuelve a aparecer este
monasterio de Santo Tirso como tal, aunque en el año 1025 en una donación al
monasterio de Santiago de Moreruela se documenta unos términos de Santo Tirso
en Lampreana: "...et uilla Auteriolo ad integro qumodo diuidet cum Sancto
Tirso et per Lampreana...” [2]
En 1152[3] el rey
Alfonso VII dona la iglesia de Sancto Tirso al monasterio de Santa María de
Saar (La Coruña) la iglesia de Santo Tirso y la ermita de San Pedro en Lampreana:
"...illa ecclesia de sancto
Tisso et de illa ermida de Sancti Petri, et iacent in terra de
Lanpriana inter terminos de uilla Fafia et Tourum” (se debe referir a los
de Castrotorafe y no a los de Toro). En
otras versiones del documento se dan unos límites más precisos
entre Villarrín, Muélledes y el monasterio de Moreruela:
“illa ecclesia de Sancto Tisso, cum omni hereditate sua quomodo diuidit per arrogium qui discurrit per Moredulam de Sancto Tisso, que iacet super monasterio fratrum et quomodo diuidit per uillam Moledes et uillam Raim et per omnes alias suos terminos antiquos colligente Maladones et cum omnibus suis salinis quas unquam habuit in tota ualle Lampredane et cum omnibus adiunctionibus suis, nec non et ecclesia Sancti Petri cum omni sua hereditate et salinis et cum omni hereditate que iacet inter illas duas uias que spartent se in exitu de uilla Moledes, unam que tendit ad Sanctum Tissum et aliam que ducit ad Sanctum Petrum, et a Sancto Petro ducit ad Sanctum Tissum, quicquid hereditatis est inter has duas uias donec continuatur hereditati Sancti Tissi, hanc hereditatem do ecclesie Sancti Petri”,
en resumen la iglesia de Santo Tirso, con todas sus
heredades, según se delimitan por el arroyo que discurre desde Santo Tirso a
Moreruela, situado sobre el monasterio de los frailes, y por la villa de
Muélledes y Villarrín y con todos su términos antiguos, incluyendo los de
Maladones (seguramente siguiendo la referencia a este topónimo escrito en el
documento del siglo X ya citado), con todas sus salinas, como la que hay en
todo el valle de Lampreana, y la iglesia de San Pedro con todas sus heredades y
con todas las heredades situadas entre los dos caminos que se separan a la
salida de Muélledes, uno que lleva a Santo Tirso y otro que lleva a San Pedro; y
aún más precisa en el documento 264, citando como límites los términos de
Muélledes, Negrela, la iglesia de San Pedro, Villarrín, Maladones, Falornia,
Manganeses, Gamonal, el sendero de los Ladrones, Moreruela de Arriba, y desde
allí por la línea divisoria de las aguas hasta término de Bretó, Pinillas y
hasta el Tejar:
“de illa ecclesia de Sancto Tirsso cum
omni hereditate sua, quomodo diuidit per furnum de Tegula intrante ad Moledes
ubi uinguntur uie et inde ad Nigrelam et inde in pronum colligendo ecclesiam
Sancti Petri et diuidit cum uilla Rain, et inde ad Maladones et inde quomodo
diuidit cum Falorne, et inde quomodo diuidit cum Maganeses, et inde per Gamual,
et inde quomodo diuidit per sendeiru de latronibus, et inde ad Moreirolam de
Sursum, et inde per aquam uertentem quomodo diuidit cum Britom, et inde ad
Penelas et inde ad furnum de Tegula ubi incipimus”.
En 1166
se produce el traspaso de esta heredad de Santo Tirso por parte del Monasterio
de Santa María de Saar al monasterio cisterciense de Sobrado de los Monjes, por mediación de la
condesa doña María: “de hereditate
nostra propria, quam habemus ex dato atque concessione imperatoris bone memorie
domni Adefonsi in territorio Zamore in loco certo inter terminos de Morerola et
Manganeses, et ex alia parte iuxta terminos de Moledes et uocatur ipsa
hereditas de Sancto Tyrso”[4],
seguramente porque la lejanía de estas heredades dificultarían el control de su
explotación, o porque no hubieran podido hacer efectiva la misma por
diferencias con otros propietarios de la comarca
Enseguida
empezaron las diferencias entre los nuevos dueños de la iglesia de Santo Tirso
y los freires de Santiago, poseedores de la villa y alfoz de Castrotorafe, por
la heredad de Villares, que estaba situada entre San Pedro y Santo Tirso,
alegando los primeros que desde antiguo pertenecía a su iglesia “predicta hereditas de Uillaribus illis erat et fuerat
ab antiquo ecclesie Sancti Tyrsi, quod et uerum est et in ueritate cognitum.”, y
los otros que estaba dentro de los términos de Castrotorafe, que era villa suya
desde 1172-1176. La disputa venía
desde años antes cuando vivía el maestre Pero Fernández y el abad Egidio que
trataron un convenio para mantener la concordia durante treinta años, pero la
muerte de ambos había desbaratado el acuerdo:
“Petrus Fernandi illius militie
primus magister conuenit sepe bone memorie domnum Egidium abbatem Superaddi ut
pro hereditate illa, cum eo ueniret in causam. Et si eam posset uincere iudicio
a fratribus Superad dicebat se eam dimissurum illis per triginta annos in pace.
Si uero uinceretur a causa caderet
in perpetuum. Set morte preueniente decesserunt ambo, et magister et abbas”.
Presentaron
las pruebas ante la corte de Fernando II de León, y entre otros documentos la
carta de donación del Emperador. Las
pruebas no debían de estar muy claras y el pleito se alargó hasta que, estando
el rey en Ciudad Rodrigo, emitió su sentencia en 1186 por la que la heredad quedó en poder de
los monjes de Sobrado[5].
La
interpretación que se puede hacer de este pleito y de la existencia de varias
versiones de los documentos antes citados puede ser la siguiente: desde el
siglo X, por lo menos, existía un monasterio en Lampreana bajo la advocación de
Santo Tirso, Santa Cruz, San Miguel y San Salvador, que simplificando se
denominaría como Santo Tirso, con sus términos reconocidos, que reciben una
heredad en Maladones el año 996. Los documentos de esa donación se conservarían
en ese monasterio cuando fue donado como iglesia de Santo Tirso por el
Emperador Alfonso VII en 1152, y que llevaría muchos años abandonado, o
languideciendo, y serían empleados en este pleito, por lo que pudieron
conservarse entre la documentación del monasterio de Sobrado hasta la redacción
del Tumbo.
Algo
similar ocurrió con el monasterio de Moreruela que en esa época estaba
despoblado cuando el emperador los dona a Ponce de Cabrea para que los monjes
Sancho y Pedro lo restauren. De la época anterior sólo se conservan dos documentos.
Uno de 1038 y otro1042 referentes a posesiones que en el siglo XII se hizo una
nueva donación al mismo.
Durante
el reinado de Alfonso VII se llevó a cabo una reordenación del antiguo
territorio de Lampreana, con la concesión de fuero y delimitación de alfoz de
Castrotorafe en 1129, que fija los límites por el norte de una manera muy
imprecisa desde el río Valderaduey : "...et
inde à Oter daguila et entrar en la carrera de Toro, et inde per Valmaior, et
inde à Santo Ioane de moledes, et inde à Breton”[6]
, lo que incluía los antiguos términos de Santo Tirso. La misma imprecisión en
la fijación de límites de observa en el caso de la donación de Moreruela que
llevaba años abandonada en 1143: limita con los términos de Castrotorafe, Riego
y Manganeses, y se pasa a citar Santovenia, La Pedrera y Tábara, dejando un
hueco sin delimitar entre Manganeses y Santovenia que corresponde a los
imprecisos límites de Santo Tirso, Muélledes y Villafáfila.
Por esa época también se debió delimitar
el alfoz de Villafáfila, pues en el documento de donación de Santo Tirso en
1152 se sitúa entre los términos de Villafáfila y Castrotorafe, pero en el
documento original no se especifica más. Seguramente las otras versiones de la
donación que son más precisas se redactaron posteriormente para presentarlas
como pruebas en el pleito antedicho, incluyendo en su relación la aldea de
Maladones, que se cita en el documento del siglo X.
La
imprecisión en la delimitación de los términos y los cambios que a mediados del
siglo XII se están promoviendo en la organización territorial y política de la
comarca se traducen en la disparidad de las referencias de situación de Santo
Tirso. Si en 1152 se ubica en Lampreada entre Villafáfila y Castrotorafe, en
1166 se la sitúa en territorio de Zamora y en 1185 en un privilegio del papa
Lucio III al monasterio de Sobrado se le sitúa genéricamente en Tierra de
Campos "ecclesia Sancti Tyrsi in Campis”.
Cuando
los monjes de Santa María de Saar adquieren la heredad encontrarían algún tipo
de resistencia a su disfrute por lo que optarían por traspasarla a Sobrado. La
resistencia vendría por parte del concejo de Castrotorafe, cuyos términos
habían sido fijados de una manera bastante imprecisa por Alfonso VII en 1129,
incluyendo dentro de los mismos los de Santo Tirso, pues se delimitan desde el
Valderaduey, por Valmayor, San Juan de Muélledes hasta Bretó. Cuando los monjes
de Sobrado se hicieron cargo de Santo Tirso se propusieron cultivar todas sus
heredades, lo que chocó con los nuevos propietarios de la villa de
Castrotorafe, que eran los freires de Santiago.
En el
periodo entre 1179 y 1203, los monjes de Sobrado compran varias heredades en
las cercanías de Santo Tirso: en 1179 una salina y la mitad de una corte con su
casal en Muélledes, otras dos salinas en el mismo lugar en 1183, y en 1203
reciben la donación de un campo en Villares, donde ya tenían otro: "iuxta
alterum agrum fratum Sancti Tirsi” y confirman “frater Petrus Cidade
magister grangie Sancti Tirsi, frater Rodericus ts., frater Martinus Cidade ts.”[7]
En la
iglesia de Santo Tirso los monjes cistercienses de Sobrado establecieron una
granja, típica organización de la explotación de las heredades de esta orden,
dedicada a la producción de sal, pues se documentan sus salinas hasta el siglo
XV, y también de cereales, de los que carecía en monasterio matriz, como se
deduce del documento de 1186: “ita ut
nec boues in ea permitereret arare”. Al frente de la misma se encontraba
un magister grangiae, contando con la colaboración de varios monjes, y
seguramente algunos conversos y criados. Así ya en 1179 conocemos: "In
Sancto Tirso: Petrus Faber magistro cf, Rebote staleiro". En 1183
encontramos como maestro a “magistro don García”, al que se documenta en
1186 como magister de Reparade y en 1198 figura como fraile de Sobrado. El
maestro de esta granja de Santo Tirso se documenta interviniendo en compras en
la zona de Benavente, e incluso en Molinaseca. En 1196 venden en Molinaseca una
cortina “uobis domno Simeoni abbati de Superado et toto conuento eiusdem
loci et uobis Petro Martini magistro grangie Sancti Tirsi, y compra una
viña en Vega, cerca de Molinaseca.
En
octubre de 1210 en una donación de una heredad en la villa de Ribela junto al
río Tera confirma “Frater Petrus Cidade magister grangie Sancti Tirso, frater
Rodericus hortolanus , frater Petrus Zoqua”
.
Los monjes suelen
permanecer en la granja un tiempo pues al frente de la misma sigue en 1215 “Petrus
Civitas”, que es el mismo Petrus Cidade anterior, y se vuelve a
citar a “frater Rodericus y frater Ioannes Froiletes”. En mayo de1215 confirma en una carta de donación de bienes
en Benavente de un huerto “Petrus Ciuitas magister Sancti Tirsi, frater
Rodericus ts, frater Iohannes Froile” , y todavía se cita en 1222 un nuevo
maestro: " Petro Fortunii magister Sancto Tirso” en la confirmación
de una venta de unas aceñas y unos corrales en Bretó, y unas donaciones[8]
No he
manejado documentación que se refiera a las relaciones entre los monasterios de
Sobrado y Moreruela, en lo tocante a estas heredades que limitaban, no sólo con
el propio coto del monasterio zamorano, sino con otras tierras del mismo,
situadas en Villaordoño, San Pedro y Oterino, también en el actual término de
Villarrín, lindantes con la granja de Santo Tirso. Pues se conoce la donación
por parte del rey Fernando II de León en 1158 al monasterio de Santiago de Moreruela de: " illa villa mea que
vocatur Villa Ordoni et est villa illa in Lampreana... et cum ecclesia sua
Sancti Petri et Auterol"[9].
Esta iglesia de San Pedro también figura como parte de la donación que se había
hecho en 1152 por Alfonso VII antes mencionada y que pasó a pertenecer a
Sobrado, por lo que no es arriesgado aventurar algún tipo de acuerdo entre
ambas instituciones, para prevenir el conflicto.
Durante el siglo XIV seguramente que la granja se despoblaría como otras muchas aldeas de Lampreana, coincidiendo con el descenso de la producción de sal en la comarca[10] y la crisis económica y demográfica general del reino, y los monjes procederían a arrendar sus heredades.
En 1412 el abad del monasterio de Sobrado
otorga una escritura de foro de sus granjas, aldeas, diezmos y heredades en la
comarca de Tierra de Campos a Pedro Alfonso de Sevilla, vecino de Valladolid y
recaudador de rentas en el obispado de Lugo, durante su vida y la de sus hijos,
por 160 florines del cuño de Aragón, y otras rentas en especie. Entre las
heredades que se aforan se cita: “a nosa granja de Santisso que he çerca de
Villafáfila con las heredades que le pertenesçen que jasen entre Ledesma et
Salamanca”, y en la relación general de bienes que se arriendan se
mencionan “et sal et salinas”, que sin duda se seguirían explotando en
San Tirso[11]. La referencia a la cercanía de Villafáfila se debería a ser el lugar más conocido de la zona. Seguramente el maestro de la Granja de Santo
Tirso se ocuparía de la administración de otras propiedades del monasterio
situadas en Salamanca.
Antes de mediados del siglo XV, la
hacienda había revertido nuevamente al monasterio que procedió a arrendarla al
concejo y hombres buenos de Villarrín por una escritura de foro y censo perpetuo
a cambio de 1.600 mrs anuales de la moneda corriente en los reinos de Castilla.
Con el cambio de moneda en el reinado de Enrique IV, el obispo de Ciudad
Rodrigo, Diego de Muros, que era administrador del monasterio de Sobrado,
inicia un pleito contra los vecinos de Villarrín para que incrementen el pago
de la renta en tanto como se había depreciado la moneda. La sentencia de la
Real Chancillería de Valladolid es favorable
a los vecinos y siguen pagándole anualmente la cantidad nominal pactada, con la
consiguiente rebaja efectiva de la renta que con el paso de los años se
convirtió en un pago simbólico[12]
, llegando en el siglo XIX a la posesión
efectiva de las tierras de la antigua granja cisterciense, que debido a este ancestral
arrendamiento a favor del concejo de Villarrín, no fueron enajenadas en 1488 a
favor del conde de Benavente, como lo fueron otras heredades del monasterio
gallego de la comarca de Tierra de Campos[13].
Después de su despoblación, su
iglesia pasó a formar un beneficio simple de la diócesis de Astorga.: "...e dicho día presentó título de préstamo de
Santo esteban de Muélledes e Santo tirso e de Santa María de Falornia, ermitas
que son en el término de Villarrìn y son de Astorga y las posee un racionero de
Astorga...” según figura en una
relación beneficial de la diócesis de Astorga del año de 1541[14],
permaneciendo como una de la muchas ermitas diseminadas por los alrededores de
la Lagunas de Villafáfila, último vestigio de las antiguas aldeas.
[1] LOSCERTALES P. 1976 Tumbos del Monasterio de
Sobrado de Los Monjes. 2 Tomos, Madrid 1976, Doc.: II, 278 y 46. La
redacción de ambos documentos es muy parecida pero difieren en las datas, uno
la hace “Facta carta uenditionis in era Mª XXXª IIIIª.”, y el otro “In
era Mª XXXª VIIIª”, tratándose seguramente de un error del copista que escribe
V en vez de I
[2] RUIZ
ASENSIO JM, Colección documental de la Catedral de León. Tomo III (986-1031),
León 1987, doc.: 824. Existía un monasterio de San Tirso de Valdearcos, en la
ribera del Besnerga, pero era un monasterio familiar fundado en el siglo XI,
antes de 1060, por Esperius, cognomento Citi Fortes, que a su muerte se lo dejó
a sus familiares. Pero su advocación era de San Tirso solamente. RUIZ ASENSIO
JM, Colección Documental de la Catedral de León. Tomo IV (1032-1109), León
1987: doc 1019.
[3]
LOSCERTALES P. Op. Cit. Doc.: II, 42, 48 y 264.
[4]LOSCERTALES
P, op.cit. Doc.: II, 43
y 44.
[5]
LOSCERTALES P, op.cit. Doc.: II, 357.
[6]
CABEZAS LEFRER C. Et al. “Castrotorafe o el vestigio de una leyenda” Actas
del I congreso de Hª de Zamora. Tomo 2 Pàg. 209 – 223.
[7]
LOSCERTALES P. op.cit.Doc.: II, 277.
[8]
LOSCERTALES P- op.cit.Doc.: (por orden cronológico) II,
265,267,269,583,586,240,241,275,191,y 198.
[9]
ALFONSO ANTON M.I. La colonizaciòn cirterciense de la Meseta del Duero.El
ejemplo de Moreruela.Siglos XII –XIV. Zamora 1986, doc.: 10.
[10]
RODRIGUEZ RODRIGUZ E. Historia de las explotaciones salinas en la Lagunas de
Villafáfila. Zamora 2001.
[11]
Archivo Histórico Nacional. Nobleza. Osuna. Carpeta 61, doc. 4 y 5.
[12]
Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Registro de ejecutorias. C.
23-15.
[13]
Archivo Histórico Nacional. Nobleza. Osuna (Antigua) Carpeta.64, documento.7.
[14]
Archivo Diocesano de Astorga. Sección Códices, 3-3, 15 bis.

















