En el año 2016, con motivo del 50º aniversario del Colegio Libre Adoptado de Villafáfila pensé hacer una entrada del blog para recordar esta institución que nos permitió a muchos niños en el tardofranquismo poder realizar en el pueblo el bachillerato elemental sin abandonar el mismo, y seguir posteriormente estudios superiores fuera, que de otra manera posiblemente no habríamos realizado.
Las gestiones para erigir el colegio las iniciaron el alcalde
de entonces, Felipe Gómez Ruiz, y el nuevo secretario, don Alonso Vega Velasco,
en 1965 al amparo del Plan Tierra de Campos, que pretendía un desarrollo
económico de la comarca.
José Delás y Jesús Gómez
Gran parte de los alumnos eran de Villafáfila, pero acudieron niños de todos los pueblos de la comarca: San Agustín, Revellinos, Vidayanes, San Esteban, Villarrín, Manganeses, Bretó, Santovenia, Villaveza, Cerecinos del Campos.
Se contrataron profesores dos por parte de la dirección provincial, una de ciencias doña Patro y otro de letras, don José del Cura, que era cuñado de don Berna, el médico, y por parte del ayuntamiento se contrató a don Camilo, cura de la parroquia para dar latín, doña Chonita, de Revellinos para impartir geografía, doña Eloisa, sobrina del secretario, para Música, Trabajos Manuales y Educación Física de las niñas, y a don Antonio del Cueto, maestro, para Educación Física de los niños y Política. Como conserje fue contratado Eutiquio Cuesta, que se encargaba de dirigir la entrada y salida de alumnos, con una vara de mimbre, y de recordar la hora de finalizar la clase: “da su permiso, la una menos cinco”, letanía que repetía a todas las horas y en las cuatro aulas.
Yo empecé primero de bachillerato en 1968 y desgranaré los
recuerdos de la época, que estarán incompletos o sesgados.
Se le puso el nombre de San Marcos, porque en el solar de
ese nombre que había adquirido el ayuntamiento, se iba a edificar el colegio. Y
el 25 de abril se celebraba con teatro, bailes y actuaciones en el cine de
Benito, después de los ensayos las semanas previas.
En los años que permanecí en el colegio recuerdo el paso de
nuevos profesores: don Juan Piorno, el señor Baz, peculiar personaje que quería
que nos dirigiéramos a él por el apellido, y que nos trataba de usted, don Juan
Rodríguez Santa Cecilia, don Carlos, doña Angelines y alguno que se olvidará.
Como no había hoteles y los viajes diarios no estaban tan establecidos, los
profesores se hospedaban a pensión en casa de Antonia La Pregonera, esposa del
Alfonso el alguacil.
En los cursos la disparidad de las edades eran habitual,
pues se iniciaban los estudios en primero entre los 10 y los 14 años, sobre
todo los primeros años. Como no había
patio los recreos se hacían en la plaza.
En junio acudían
profesores del instituto Claudio Moyano de Zamora para examinarnos, y los días
previos permanecíamos en el colegio las largas tardes preveraniegas en sesiones
de “estudio”.
Hacer un listado de los alumnos es tarea difícil, porque los archivos no están disponibles y la memoria nos va fallando. El grueso del colegio lo formaron los que iniciaron primero en 1966 y acabaron en 1970, pero por el mismo pasamos la mayoría de los niños de Villafáfila nacidos en la década de los 50 del siglo pasado que no habían emigrado en los 60.
Respecto a los forasteros, como no había transporte los de San Agustín o Revellinos venían en las bicis, los de más lejos se instalaron a pensión en casas particulares.
Recuerdo a los hermanos Huerga o a Almudena del Teso, de San Agustín. A Gaspar y a Gregorio de Leon y a Timi, de Revellinos, A Alfonso, Isidro, los hermanos Enrique y Emilio, Transi, de Vidayanes. A Carlos Labrador y Claudio Villafáfila de San Esteban que estaban en casa de Gabina, La Chata. De Cerecinos los hermanos Movilla, De Villalobos Macu que vivía con Julita. De Santovenia Pilarina, Olegaria y Celestino del Teso que vivían con sus tías, Justa y Josefa; y Kuki en casa de Crescencia, donde creo que también se alojaban Jose Luis el de Bretó y su hermana. Paloma García de Villaveza en casa de María. De Burganes vino un pariente de Evangelina. Hasta vino de Destriana Mari Berciano Chana a casa de su hermana Regina.
De Villarrín empezó Miguel Ángel el de Amós, pero después consiguieron abrir otro colegio que continuó como comarcal. De Manganeses las hermanas Charo y Paquita en casa de Celestina, y Maria Soledad Calvo Temprano e Higinio en casa de Consuelo.
En fin, muchos se me olvidarán. Espero que esta entrada del blog sirva para hacer un recuento de los antiguos alumnos
El edificio nuevo se acabó en el curso 71-72 y allí nos trasladamos contrastando sus amplias aulas y el enorme patio de San Marcos, con las antiguas de la plaza.
Poco duró como colegio libre, pues con la reforma de Villar Palasí se estableció la Educación General Básica E.G.B.que unificó el doble sistema de educación primaria y secundaria que existía, y el edificio se transformó en Colegio Comarcal.
Creo que el muñidor principal a nivel Zamora, para conseguir el colegio libre adoptado en Villafáfila, fué Don Pablo el cura.
ResponderEliminarGracias, Enrique. Don Pablo en esa época era canónigo de la catedral de Granada aunque mantenía a su hermano Gerardo y a Valentín en Villafáfila Gerardo era garbanzo de todas las ollas en la política local.
ResponderEliminarEstá para despedir también el que tenía mucha influencia a nivel de Zamora de dónde era canónigo fue don Serapio que sí que puedo influir en los trámites del ayuntamiento