lunes, 19 de abril de 2021

El crimen de Otero de Sariegos

 

Iglesia y cementerio de Otero de Sariegos
Foto de fotonazos.es


En 1932 tuvo lugar en Otero de Sariegos un crimen pasional con gran repercusión en la provincia, apareciendo en la prensa nacional y en coplas de cordel que se recitaron por las comarcas cercanas. Agradezco a Mario de León el haberme facilitado del atestado y las coplas.

Siguiendo el atestado  de la Guardia Civil trataré de hacer un relato de los hechos.



La primera noticia

A las once de la mañana del pasado día 19 tuvo conocimiento la guardia civil de Villafáfila de que en el pueblo de Otero de Sariegos  habían sido muertos a mano airada dos jóvenes de la localidad. Inmediatamente salieron para el lugar tres números de la benemérita al mando de un cabo, y llegados allí comenzaron a instruir  las primeras diligencias , dándose el caso de no encontrarse  en el pueblo  ni el juez municipal ni el suplente.

(El juez municipal era Ignacio Montero Costilla y el suplente Modesto de Leon Fidalgo, padre de Ermelo)

Hallazgo de los cadáveres

Cuando la guardia civil penetro en la casa que fue escenario del suceso, halló junto a la puerta que da acceso al corral, el cadáver de una mujer joven , la cual se encontraba en posición de decúbito prono en paños menores, y el hombre en decúbito lateral izquierdo. El suceso en los primeros momentos  aparecía dentro del más profundo misterio, pues el reducido vecindario de Otero –su censo es de veinte vecinos- aparentaba no saber nada de lo que había pasado. El cadáver del hombre empuñaba en su mano derecha  una pistola automática cuyas cápsulas habían sido disparadas.

(El censo ese año era de 129 vecinos de derecho y 132 de hecho)

Motivos del crimen

Se tiene la creencia casi segura de que los motivos que impulsaron al hombre a asesinar a la joven y a suicidarse él después, no fueron otros que contrariedades amorosas. Demuestra esta creencia el haber encontrado en los bolsillos de la americana del hombre cuatro hojas de papel escritas con tinta y lápiz. La redacción de los mencionados escritos era en forma romántica y novelesca, sobre todo uno  de ellos que iba firmado  por el suicida. También practicó la benemérita un detenido reconocimiento en el lugar del crimen, que no dio resultado alguno.

Cómo ocurrió el asesinato y el suicidio

Ermelo de León Ferreras de 22 años  de edad, soltero, labrador de oficio, que habitaba con sus padres  en Otero de Sariegos,  y Damiana de Léon Gómez, de 16 años, también soltera, de la misma vecindad, y huérfana de padre y madre, sostenían relaciones amorosas desde hace tres años, las cuales se rompieron por exigencias de los familiares de ambos en el mes de mayo último. Ermelo desde entonces vivía en estado de desesperación, pues había requerido a Damina para reanudar las relaciones  en varias ocasiones. Ésta se negó a ello. Así las cosas llegó el día 18 de los corrientes  y Ermelo penetró en el domicilio de su exnovia, que vivía con su hermano soltero, en  ocasión de hallarse éste fuera del pueblo, presentándose de improviso frente a Damiana que se encontraba acostada. La joven al darse cuenta de la presencia de Ermelo en su habitación, se levantó del lecho y corrió en dirección a la puerta del cuarto con intención de huir de su exnovio, y salir a la calle en demanda de auxilio.  Entonces Ermelo, viéndose comprometido,  sacó una pistola que llevaba oculta y disparó por cuatro veces contra Damiana, la que cayó al suelo en medio de un gran charco de sangre, y muerta instantáneamente. Cometido el crimen, el asesino escribió una carta de despedida a sus padres, dándoles cuenta de lo hecho por él, carta que fue encontrada por la guardia civil.

Las heridas

El médico forense del partido y el titular del pueblo  reconocieron los dos cadáveres, a los que apreciaron las heridas siguientes:  A Ermelo dos heridas por arma de fuego  en la región temporal derecha , y a Damiana en la región externo-caudal superior , otra muy próxima a la anterior, otra en la región iliaca posterior izquierda y la última en el hipocondrio , aunque muy superficial. Las cuatro heridas por arma de fuego  y mortales de necesidad, según el diagnóstico de los facultativos.


 No sé si, además de los guardias civiles de Villafáfila, participarían en el estudio de la escena del crimen otros más especializados. Tampoco he podido acceder al informe médico forense de las lesiones, que parece que elaboraron el médico titular de Villafáfila, don Daniel Fuertes y el forense de Villalpando.  Por lo que surgen las dudas de los dos tiros en la sien que presentaba Ermelo infrecuentes en los suicidas, y la disposición y secuencia de las heridas de Damiana. 


De la noticia se hicieron eco no sólo los periódicos locales, como el Heraldo de Zamora, sino  otros mucho nacionales, como el Heraldo de Madrid, La Vanguardia de Barcelona, Las Provincias de Valencia, El Día de Palencia,  Heraldo de AlmeríaEl Telegrama del  Rif de Melilla por poner unos ejemplos. La noticia la recibirían a través de agencia, por lo que algunos repiten los errores en los apellidos, y otros, como que Ermelo tenía un tiro o que Damiana vivía con una hermana.

 

El Telegrama del Rif, Melilla

Las Provincias, de Valencia

El Heraldo de Zamora


Un crimen pasional era un buen tema para difundirse por los pueblos  en los llamados pliegos de cordel o coplas de ciego que se vendían  por los pueblos, a veces mecanografiados, a veces impresos.

Transcribo un ejemplar mecanografiado que me ha facilitado Mario de León, aunque contiene algunos errores como fechar el suceso en 1931, cuando ocurrió en 1932.

 





Damiana había nacido en Otero en 1916, hija de Bruno de León  Rodríguez y de Regina Gómez Ledesma. Su padre murió cuando ella tenía dos años y su madre se casó de nuevo con Martín de León Montero, primo de su anterior marido. Pero murió también cuando Damiana no había cumplido 4 años, quedando otro hijo, Gregorio, de 8 años.  Éstos, ya mozos y sin familia directa vivían en la casa familiar, de donde se había ausentado Gregorio para ir a la Granja, donde tenía una novia, Clemencia Nogueras, con quien se casaría después de los hechos.

Damiana era muy guapa. Todavía una niña de entonces que tenía 7 años cuando el suceso, María Justo, la recuerda, y le queda la imagen de la melena cayendo por las andas cuando la sacaban de la casa.


Ermelo había nacido también en Otero en 1910 era hijo de Modesto de León  Fidalgo y de Genoveva Ferreras  Temprano, una familia de labradores con varios hijos. Era primo del padre de Damiana. En la familia no consta que se recibieran las cartas que se describen en el atestado y en las coplas.




Pendón de Otero de Sariegos. Foto villafafila.net


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