martes, 28 de enero de 2020

VILLAFÁFILA A TRAVÉS DE SUS PERSONAJES por Manuel de la Granja Alonso




Hace unos años Manuel de la Granja me mandó un manuscrito de un pequeño artículo que había mandado al Correo de Zamora y no lo habían publicado. Hoy lo rescato y lo transcribo como homenaje póstumo.
Pongo en notas las referencias personales de las que estoy seguro

Dentro de la Historia una de las ramas más importante es la Historia Costumbrista, que vamos a reseñar para Villafáfila en sus personajes.
Villafáfila, como todos los pueblos pequeños, ha estado formada por una sociedad familiar donde todos sus habitantes son parientes próximos o lejanos. Entre ellos nos encontramos con unos individuos que destacan, dentro de la uniformidad social, por sus cualidades personales, que les hacen más o menos "célebres" o "típicos", a sus conciudadanos, dignos de pasar a la Historia Costumbrista de esta villa.
Deseo presentar a algunos de aquellos personajes, de la primera mitad del siglo XX, villafafileños que vi y oí, desde cuando era niño. Ellos contribuyeron a formar la sociedad de su tiempo, con su forma de ser y su gracejo.
Nada más lejos de manchar su memoria, ellos tiempo atrás que murieron, sino recordar y rendir homenaje a hombres "célebres"  que por una u otra circunstancia personal llevan mi recuerdo.
No sé si muchos de mis actuales convecinos estarán conformes con mis apreciaciones o discreparán de ellas pero lo que sí aseguro es que les traerán un recuerdo placentero de aquellos años que relatamos.


D.Valentín de Léon Costilla (1840-1909), último cura de San Salvador entre 1864-1896 y sobrino de don Pedro de León




Comienzo a presentar:

Entre los personajes que no vi, pero que sí oí sus relatos encontramos a don Pedro de León, párroco de San Martín,1 y a la "Tía Uca"2, de nobles familias en los comienzos del siglo. Ambos, se decía, comían a porfía, los jamones del pueblo y las truchas del Hoyo (Bretó), que semanalmente llegaban a Villafáfila.
El agricultor modesto y el criado agrícola necesitaban el tocino del cerdo (en Villafáfila las familias menos afortunadas mataban su marranillo como alimento básico y energético de su dieta , para poder realizar los esfuerzos físicos que su trabajo requería). Era frecuente vender los jamones de su matanza, de mayor valor, y con su importe comprar tocino, de menor precio, que su despensa necesitaba.
Nuestros presentados eran los compradores de tales suculentos alimentos. A ellos se unía a veces don Secundino Costilla3. Arreciaron los comentarios y críticas. En esta "lucha digestiva" debió de ganar don Pedro, porque se dirigió a sus feligreses justificándose;
"Andáis diciendo que don Pedro se come los jamones del pueblo, pero también los come Secundino Costilla y no lo criticáis"
Nos imaginamos que no acusó a la fémina por repeto social y sexual.
A su muerte no faltó quien quisiera poner en su epitafio "Aquí yace don Pedro de León, que llegó a los 92 a fuerza de trucha, lomo y jamón".

Otro de los que oí hablar pero no vi, era el Tío Díez4 (era su apellido). En Villafáfila siempre ha habiso lo que se llamaba "el cucamiento"5 de manera que el cucado no supiera quien era el cucador. El tío Díez era cucado: "Tío Díez, me cago en diez". Esto molestaba al interesado que, con el fin de acabar con ello, se procuró un largo látigo con el que azotaba a los cucadores que alcanzaba, a la vez que siempre decía "no os caguéis en diez, cagaos en once". No lo logró pero perduró su nombre.

Y más avanzado nuestro siglo recuerdo otros tipos a los que conocí.
Uno de ellos era el tío Guillermo6. Aficionado al tinto, tenía por manía en sus frecuentes borracheras quemar su casa "para que la mujer fuera a vivir al puente de la Salina". Una vez pasado el etilismo todo volvía a la normalidad hasta la próxima. ¡ Lo que pasó aquella pobre mujer en su vida!

Del mismo tipo era Teodorito "El Músico". De profesión herrero, pasó toda su vida aguzando formones y haciendo rejas. Tenía en su fragua las más negras telarañas que ser humano podía contemplar.  Pero nuestro personaje era la solución a muchos problemas que les surgían a las mas de casa ante el deterioro de sus utensilios domésticos . Ante una jarra de vino que esperaba recibir por su trabajo, era todo un "artista artesano" que todo lo arreglaba.

Otro de nuestros personajes era el Tío Ferrero, que cantaba todos los "recorderis" de cuantos difuntos había en el pueblo. Nuestro personaje fue durante muchos años, guarda de las Viñas de Arriba . Pasadas las fiestas de San Roque tomaba posesión de su feudo, amenazando a todos los que intentaran cogerle un gajo de uvas con "el presidio para toda la vida". Lentamente el Tío Ferrero recogía perantones que formaban su cabaña, que lo preservaba de la canícula solar y de alguna tormenta agosteña o septembrina . Pasada la fiesta del Cristo de Villarrín (último domingo de septiembre) hasta la fiesta del Pilar se hacían las vendimias. Nuestro presentado extremaba la vigilancia de sus uvas, pero año tras año, siempre surgían los graciosos que después de llevarle buenas "camisadas" de ellas, le quemaban la cabaña. Había que ver a nuestro personaje metiendo en presidio para toda la vida a sus incendiarios, que nunca llegó a coger.

Nuestro "célebre" va a ser ahora Barulla7. Formaba parte del trío de las tres B; Barulla, Baldosa y Bolaños. Los tres del gremio de la carne de la villa. Era Barulla de los del aguardiente mañanero como mejor manera de comenzar alegrando el día. No había mujer joven o vieja  que pasase por su carnicería que no recibiese el "requiebro halagador", lo que repetía en cualquier otra circunstancia . Tenía celebraciones típicas. En el cambio de año, mientras los demás tomaban las doce uvas a las campanas del reloj del Ayuntamiento, él tomaba doce tragos de vino. Más que tragos era todo continuidad. Uno de los años de la República montó su carnaval. Para ello contó con Dominica8, una viuda de casi dos metros, que montó en un borrico, como él lo hizo a caballo, recubiertos cada cual por una sábana blanca que dejaba ver sus caras. Mismamente como don Quijote y Sancho, seguidos por toda la chiquillería del pueblo, comenzó el desfile entre el aplauso y la risa de todo el vecindario, y mutuamente se decían "a que no me conoces".
Otro personaje típico era don Epi, Cholito9. Aristócrata que vivía solitario en su casona, donde nunca entró un alarife. Aficionado a jugar al tresillo, solía reunir en torno a su mesa de juego al cura, al médico, al maestro y como las goteras abundaban, cuando llovía habían de hacerlo bajo un paraguas. Don Epi era muy "fusero" (goloso en el léxico popular de Villafáfila) Después de comer llegaba todos los días al café. El camarero, siguiendo la costumbre, le servía café con leche, una jarra de agua y azucarillos. Nuestro héroe tomaba unos largos sorbos y añadía agua y azucarillos sobre el resto. Acción que repetía varias veces, tal era su fusería..

Nuestro personaje siguiente es "Larrusca" , Larruscáin10, vascote que no había perdido después de muchos años de estancia en el pueblo, el acento de su tierra. Cuando los estudiantes nos acercábamos a él nos recibía: Oh la estudiantería, la sinvergonzonería y la golfería, que nosotros reíamos alegremente sin sentirnos ofendidos.  Una vez le preguntó a unos chiquillos que de quien eran. En Villafáfila siempre ha habido muchos motes, y de hecho se identificaba a la gente con ellos. Uno dijo,: yo de la Pichina, y el otro : yo de la Verga. Larruscáin dijo: "de la pichina y de la verga somos todos".

Pelagatos era blasfemo e irreverente, pero a veces sus blasfemias eran risibles, por la forma como las decía. En cierta ocasión la Autoridad le multó, por su mala lengua, con cinco duros. Al pagar entregó diez, y lanzó una tanda de las suyas, para que cobrasen por anticipado. Era incorregible. Dios lo haya perdonado.

Nuestro personaje siguiente es Perico11, solterón y guasón, vivía como un rey, pues contaba con cinco hermanas solteronas a su servicio. Siempre tenía anécdotas de su vida que contar. Veamos una:
Cuando era mozalbete era amigo de Cristero. Llegada la Semana Santa  era obligado entonces cumplir con Pascua, y Perico se dispuso a pasar pr el Tribunal de la Penitencia, comenzó: Fuimos Cristero y yo a uvas y Cristero cogió una camisada y salimos corriendo porque venía el guara; fuimos Cristero y yo a peras , Cristero las cogió y me las dio. Perico continuó hasta que el confesor le dijo : confiesa los tuyos y deja los de Cristero. La penitencia fue dura, y cuando se encontró Perico con Cristero le dijo : Quien tiene que cumplir la penitencia eres tú.  Perico nunca pecó.
Los dos últimos personajes que presentamos son.

Castuso,12 hijo de la Tía Cuca, que había parido 18 hijos y amamantado a 22. Casto era adobero y fumador empedernido. Como el negocio daba poco de sí, y el tabaco era escaso, (tiempos de la guerra) fumaba monda de patata que liaba con papel de periódico. Confesaba que pasaba mucha "penumbria" . Ante un buen cigarro era capaz de pasar el día sin comer haciendo adobes.

Nuestro último personaje es Pajarito13. Largo y espigado, siempre cubierto con su boinilla. Era el típico campesino castellano. Trillaba cuando el sol estaba en lo más alto de su cénit, con el chaleco puesto y abotonado.


Villafafileños en la década de los 30 del siglo XX. El 2º poe la izquierda es Pajarito. Villafafila.net

Había muchos más personajes, muchos la memoria ya no los recuerda. Para todos nuestro homenaje póstumo.




1Don Pedro de León de la Huerga, natural de Revellinos pero originario de Villafáfila, donde se casaron varios hermanos, fue cura de la parroquia de San Martín durante más de cincuenta años hasta su amortización como parroquia. Falleció en 1904.
2Asunción Gutiérrez Gómez
3Nacido en 1852 solterón, de una familia de abolengo pero venida a menos,
4Seguramente era Ángel Díez Alonso, nacido en 1832 y fallecido en 1912, abuelo de la señora Teodosia, la madre de los “Moros”
5Actividad que hacían los mozos por las noches en la que se mofaban, reían e insultaban amparándose en la impunidad de la oscuridad nocturna, a los que andaban por la calles
6Guillermo Fidalgo Valverde nacido en 1872. La mujer era Josefa García García. Tenían varias hijas Solo una de ellas Áurea, La Guillermita se quedó a vivir en Villafáfila,
7Eusebio Caldero del Teso 1896-1950
8Dominica Palomino Rodríguez 1878-1941, madre de Andrés Rodríguez Palomino, el Caminero
9Epifanio del Río Carballo 1878-1959, la casa estaba en la calle de La Fábrica, contigua al ayuntamiento
10Agustín Larruscain Solózabal, compró la fábrica de harinas y de energía eléctrica en 1925
11Pedro Escudero Rueda 1893-1977
12Casto Rodríguez del Teso 1896. Su madre, María Del Teso Orduña 1863. Bautizó a 12 hijos. Murió como consecuencia de la cogida de una vaca brava.
13Balbino Gómez García 1894-1969

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