Hace
unos años Manuel de la Granja me mandó un manuscrito de un pequeño
artículo que había mandado al Correo de Zamora y no lo habían
publicado. Hoy lo rescato y lo transcribo como homenaje póstumo.
Pongo en notas las referencias personales de las que estoy seguro
Pongo en notas las referencias personales de las que estoy seguro
Dentro
de la Historia una de las ramas más importante es la Historia
Costumbrista, que vamos a reseñar para Villafáfila en sus
personajes.
Villafáfila,
como todos los pueblos pequeños, ha estado formada por una sociedad
familiar donde todos sus habitantes son parientes próximos o
lejanos. Entre ellos nos encontramos con unos individuos que
destacan, dentro de la uniformidad social, por sus cualidades
personales, que les hacen más o menos "célebres" o
"típicos", a sus conciudadanos, dignos de pasar a la
Historia Costumbrista de esta villa.
Deseo
presentar a algunos de aquellos personajes, de la primera mitad del
siglo XX, villafafileños que vi y oí, desde cuando era niño. Ellos
contribuyeron a formar la sociedad de su tiempo, con su forma de ser
y su gracejo.
Nada
más lejos de manchar su memoria, ellos tiempo atrás que murieron,
sino recordar y rendir homenaje a hombres "célebres"
que por una u otra circunstancia personal llevan mi recuerdo.
No sé
si muchos de mis actuales convecinos estarán conformes con mis
apreciaciones o discreparán de ellas pero lo que sí aseguro es que
les traerán un recuerdo placentero de aquellos años que relatamos.
D.Valentín de Léon Costilla (1840-1909), último cura de San Salvador entre 1864-1896 y sobrino de don Pedro de León
Comienzo
a presentar:
Entre
los personajes que no vi, pero que sí oí sus relatos encontramos a
don Pedro de León, párroco de San Martín,1
y a la "Tía Uca"2,
de nobles familias en los comienzos del siglo. Ambos, se decía,
comían a porfía, los jamones del pueblo y las truchas del Hoyo
(Bretó), que semanalmente llegaban a Villafáfila.
El
agricultor modesto y el criado agrícola necesitaban el tocino del
cerdo (en Villafáfila las familias menos afortunadas mataban su
marranillo como alimento básico y energético de su dieta , para
poder realizar los esfuerzos físicos que su trabajo requería). Era
frecuente vender los jamones de su matanza, de mayor valor, y con su
importe comprar tocino, de menor precio, que su despensa necesitaba.
Nuestros
presentados eran los compradores de tales suculentos alimentos. A
ellos se unía a veces don Secundino Costilla3.
Arreciaron los comentarios y críticas. En esta "lucha
digestiva" debió de ganar don Pedro, porque se dirigió a sus
feligreses justificándose;
"Andáis
diciendo que don Pedro se come los jamones del pueblo, pero también
los come Secundino Costilla y no lo criticáis"
Nos
imaginamos que no acusó a la fémina por repeto social y sexual.
A su
muerte no faltó quien quisiera poner en su epitafio "Aquí
yace don Pedro de León, que llegó a los 92 a fuerza de trucha, lomo
y jamón".
Otro
de los que oí hablar pero no vi, era el Tío Díez4
(era su apellido). En Villafáfila siempre ha habiso lo que se
llamaba "el cucamiento"5
de manera que el cucado no supiera quien era el cucador. El tío Díez
era cucado: "Tío Díez, me cago en diez". Esto molestaba
al interesado que, con el fin de acabar con ello, se procuró un
largo látigo con el que azotaba a los cucadores que alcanzaba, a la
vez que siempre decía "no os caguéis en diez, cagaos en
once". No lo logró pero perduró su nombre.
Y más
avanzado nuestro siglo recuerdo otros tipos a los que conocí.
Uno
de ellos era el tío Guillermo6.
Aficionado al tinto, tenía por manía en sus frecuentes borracheras
quemar su casa "para que la mujer fuera a vivir al puente de la
Salina". Una vez pasado el etilismo todo volvía a la normalidad
hasta la próxima. ¡ Lo que pasó aquella pobre mujer en su vida!
Del
mismo tipo era Teodorito "El Músico". De profesión
herrero, pasó toda su vida aguzando formones y haciendo rejas. Tenía
en su fragua las más negras telarañas que ser humano podía
contemplar. Pero nuestro personaje era la solución a muchos
problemas que les surgían a las mas de casa ante el deterioro de sus
utensilios domésticos . Ante una jarra de vino que esperaba recibir
por su trabajo, era todo un "artista artesano" que todo lo
arreglaba.
Otro
de nuestros personajes era el Tío Ferrero, que cantaba todos
los "recorderis" de cuantos difuntos había en el
pueblo. Nuestro personaje fue durante muchos años, guarda de las
Viñas de Arriba . Pasadas las fiestas de San Roque tomaba posesión
de su feudo, amenazando a todos los que intentaran cogerle un gajo de
uvas con "el presidio para toda la vida". Lentamente el Tío
Ferrero recogía perantones que formaban su cabaña, que lo
preservaba de la canícula solar y de alguna tormenta agosteña o
septembrina . Pasada la fiesta del Cristo de Villarrín (último
domingo de septiembre) hasta la fiesta del Pilar se hacían las
vendimias. Nuestro presentado extremaba la vigilancia de sus uvas,
pero año tras año, siempre surgían los graciosos que después de
llevarle buenas "camisadas" de ellas, le quemaban la
cabaña. Había que ver a nuestro personaje metiendo en presidio para
toda la vida a sus incendiarios, que nunca llegó a coger.
Nuestro
"célebre" va a ser ahora Barulla7.
Formaba parte del trío de las tres B; Barulla, Baldosa y Bolaños.
Los tres del gremio de la carne de la villa. Era Barulla de los del
aguardiente mañanero como mejor manera de comenzar alegrando el día.
No había mujer joven o vieja que pasase por su carnicería que
no recibiese el "requiebro halagador", lo que repetía en
cualquier otra circunstancia . Tenía celebraciones típicas. En el
cambio de año, mientras los demás tomaban las doce uvas a las
campanas del reloj del Ayuntamiento, él tomaba doce tragos de vino.
Más que tragos era todo continuidad. Uno de los años de la
República montó su carnaval. Para ello contó con Dominica8,
una viuda de casi dos metros, que montó en un borrico, como él lo
hizo a caballo, recubiertos cada cual por una sábana blanca que
dejaba ver sus caras. Mismamente como don Quijote y Sancho, seguidos
por toda la chiquillería del pueblo, comenzó el desfile entre el
aplauso y la risa de todo el vecindario, y mutuamente se decían "a
que no me conoces".
Otro
personaje típico era don Epi, Cholito9.
Aristócrata que vivía solitario en su casona, donde nunca entró un
alarife. Aficionado a jugar al tresillo, solía reunir en torno a su
mesa de juego al cura, al médico, al maestro y como las goteras
abundaban, cuando llovía habían de hacerlo bajo un paraguas. Don
Epi era muy "fusero" (goloso
en el léxico popular de Villafáfila) Después de comer
llegaba todos los días al café. El camarero, siguiendo la
costumbre, le servía café con leche, una jarra de agua y
azucarillos. Nuestro héroe tomaba unos largos sorbos y añadía agua
y azucarillos sobre el resto. Acción que repetía varias veces, tal
era su fusería..
Nuestro
personaje siguiente es "Larrusca" , Larruscáin10,
vascote que no había perdido después de muchos años de estancia en
el pueblo, el acento de su tierra. Cuando los estudiantes nos
acercábamos a él nos recibía: Oh la estudiantería, la
sinvergonzonería y la golfería, que nosotros reíamos alegremente
sin sentirnos ofendidos. Una vez le preguntó a unos chiquillos
que de quien eran. En Villafáfila siempre ha habido muchos motes, y
de hecho se identificaba a la gente con ellos. Uno dijo,: yo de la
Pichina, y el otro : yo de la Verga. Larruscáin dijo: "de la
pichina y de la verga somos todos".
Pelagatos
era blasfemo e irreverente, pero a veces sus blasfemias eran
risibles, por la forma como las decía. En cierta ocasión la
Autoridad le multó, por su mala lengua, con cinco duros. Al pagar
entregó diez, y lanzó una tanda de las suyas, para que cobrasen por
anticipado. Era incorregible. Dios lo haya perdonado.
Nuestro
personaje siguiente es Perico11,
solterón y guasón, vivía como un rey, pues contaba con cinco
hermanas solteronas a su servicio. Siempre tenía anécdotas de su
vida que contar. Veamos una:
Cuando
era mozalbete era amigo de Cristero. Llegada la Semana Santa
era obligado entonces cumplir con Pascua, y Perico se dispuso a pasar
pr el Tribunal de la Penitencia, comenzó: Fuimos Cristero y yo a
uvas y Cristero cogió una camisada y salimos corriendo porque venía
el guara; fuimos Cristero y yo a peras , Cristero las cogió y me las
dio. Perico continuó hasta que el confesor le dijo : confiesa los
tuyos y deja los de Cristero. La penitencia fue dura, y cuando se
encontró Perico con Cristero le dijo : Quien tiene que cumplir la
penitencia eres tú. Perico nunca pecó.
Los
dos últimos personajes que presentamos son.
Castuso,12
hijo de la Tía Cuca, que había parido 18 hijos y amamantado a 22.
Casto era adobero y fumador empedernido. Como el negocio daba poco de
sí, y el tabaco era escaso, (tiempos de la guerra) fumaba monda de
patata que liaba con papel de periódico. Confesaba que pasaba mucha
"penumbria" . Ante un buen cigarro era capaz de pasar el
día sin comer haciendo adobes.
Nuestro
último personaje es Pajarito13.
Largo y espigado, siempre cubierto con su boinilla. Era el típico
campesino castellano. Trillaba cuando el sol estaba en lo más alto
de su cénit, con el chaleco puesto y abotonado.
Villafafileños en la década de los 30 del siglo XX. El 2º poe la izquierda es Pajarito. Villafafila.net
Había
muchos más personajes, muchos la memoria ya no los recuerda. Para
todos nuestro homenaje póstumo.
1Don
Pedro de León de la Huerga, natural de Revellinos pero originario
de Villafáfila, donde se casaron varios hermanos, fue cura de la
parroquia de San Martín durante más de cincuenta años hasta su
amortización como parroquia. Falleció en 1904.
2Asunción
Gutiérrez Gómez
3Nacido
en 1852 solterón, de una familia de abolengo pero venida a menos,
4Seguramente
era Ángel Díez Alonso, nacido en 1832 y fallecido en 1912, abuelo
de la señora Teodosia, la madre de los “Moros”
5Actividad
que hacían los mozos por las noches en la que se mofaban, reían e
insultaban amparándose en la impunidad de la oscuridad nocturna, a
los que andaban por la calles
6Guillermo
Fidalgo Valverde nacido en 1872. La mujer era Josefa García García.
Tenían varias hijas Solo una de ellas Áurea, La Guillermita
se quedó a vivir en Villafáfila,
7Eusebio
Caldero del Teso 1896-1950
8Dominica
Palomino Rodríguez 1878-1941, madre de Andrés Rodríguez Palomino,
el Caminero
9Epifanio
del Río Carballo 1878-1959, la casa estaba en la calle de La
Fábrica, contigua al ayuntamiento
10Agustín
Larruscain Solózabal, compró la fábrica de harinas y de energía
eléctrica en 1925
11Pedro
Escudero Rueda 1893-1977
12Casto
Rodríguez del Teso 1896. Su madre, María Del Teso Orduña 1863.
Bautizó a 12 hijos. Murió como consecuencia de la cogida de una
vaca brava.
13Balbino
Gómez García 1894-1969
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