En Villafáfila, como en otros
pueblos del antiguo reino de León, se celebraba con mucha solemnidad la
festividad de Santa Brígida el primero de febrero, con función religiosa y
colación a cargo del concejo, y uno de sus ritos era el toque de las campanas
durante toda la noche para deshacer los nuberos que se suponía que esa
noche fabricaban los demonios, y así espantar las granizadas de todo el año.
El toque a nublado se repetía
cuando se acercaban las tormentas para conjurar el pedrisco. Mi abuela me cantaba
el soniquete:
Tente nublao,
que vienes cargao.
Detente, detente,
que matas a la gente.
Y aún mi madre recita:
Febrero: el primero brigidero, el segundo candelero, y San Blas el tercero.
No tengo noticia de otros ritos
asociados a la festividad como los que se han conservado en algunos pueblos
leoneses. Para ampliación de este culto ancestral:
https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-fiesta-de-santa-brigida-en-leon-una-celebracion-invernal-preludio-de-la-primavera/html/
https://elrincondesanantonenleon.blogspot.com/2012/09/santa-brigida-y-santo-tormentero-toques.html
http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?ID=2227
La documentación conservada es escasa y sólo he encontrado referencias en las pocas cuentas municipales antiguas que se conservan.
En 1576 en las cuentas del procurador
general del concejo, Alonso de Villalba, se anota entre los gastos:
“más se
gastó en la colación de Señora Santa Brígida trezientos y ochenta y seis mrs…
más se gastaron tres reales de dos zirios para las vísperas… más dos reales de
la mysa de Señora Santa Brígida del día"
En las cuentas del año siguiente,
el procurador Pedro de Muélledes anota “más gasté en la colazión de Santa
Brígida de los clérigos trezientos y zinquenta y ocho mrs… un real que
pagué al muchacho de Diego Toranzo porque tañó las campanas la noche de Señora
Santa Brígida”.
Al año siguiente la colación se incrementa y el procurador
Francisco Rodríguez apunta “más gasté en la colaçión de S. Brígida
quatroçientos y ochenta y seis mrs tengo librança”, dicha colación se componía de “media libra de confitado, medio celemín de
piñones, 10 libras de camuesas, medio celemín de avellanas y cinco azumbres de
vino" (A.R.Ch.V. Taboada olv.
Pleito 267-1).
Todavía en las cuentas del
ayuntamiento de 1751 se anota el gasto de 8 reales de la misa de Santa Brígida.
La fiesta fue decayendo y el voto
concejil de la fiesta de Santa Brígida y su patronazgo se trasladó a Santa
Isabel, a principios del siglo XIX.
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