Inés celebra su centenario y como pequeño homenaje le quería
dedicar un breve perfil biográfico, con un pequeño reportaje gráfico con fotos de su infancia y juventud.
Nació el 20 de junio de 1923, primogénita de Victoriano del Teso Miguélez y de Celestina Alonso, que se habían casado el año anterior, ambos con 23 años.
Fue inscrita en el Registro Civil como Florentina Cándida, por la santa del día, y por su bisabuela Cándida que había muerto de postparto a los 39 años, y
bautizada el 1 de julio, por don José Mayo. En el bautismo le cambiaron el segundo nombre por el de Inés, como su abuela paterna,
fallecida en 1920, onomástica que compartía con otras dos primas, Inés Gómez e
Inés Montero.
En 1923, cuando nació Inés, el ayuntamiento estaba constituido por Pedro Torío Durantes, como alcalde,
y Francisco Tejedor del Teso, Eustaquio Ferrero, Hipólito Alonso Gutiérrez, Liborio del Teso Gutiérrez, Tomás Ruiz Gómez, Pedro Miranda Gutiérrez, Alfonso del Río de León y Florencio Rodríguez Gutiérrez, como concejales
Sus padres pertenecían a sendas familias de labradores medios,
con mucha parentela en el pueblo, Celestina, aunque no tenía hermanos, tenía mucha relación con sus primos. La familia de Victoriano era mucho más amplia, con sus 5 hermanos y numerosos primos carnales.
Victoriano, nacido en 1899 era el primer hijo varón, después de 3 hermanas mayores, de Liborio del Teso Gutiérrez y de Inés Miguélez Palacios, nacida en Santovenia del Esla en 1864, donde estaba de cura don Cipriano del Teso, hermano mayor de Liborio.
Fue bautizado con el nombre de su abuelo Victoriano
Miguélez Rodríguez, un labrador de Santovenia que había sido alcalde mientras don Cipriano estuvo de cura.
Celestina, nacida también en 1899, era la única hija que
sobrevivió del matrimonio formado por Fernando Alonso Gutiérrez y Balbina
Rodríguez Costilla, a los que se le murieron otros 4 hijos. Con ambos vivió la
infancia Inés, pues su abuelo murió en 1935, cuando ella tenía 12 años, y su
abuela Balbina conoció a varios biznietos, pues murió en 1949.
Tanto Fernando como Liborio coincidieron varios años como
concejales en el primer tercio del siglo pasado.
Victoriano y Celestina tuvieron diez hijos, Inés 1923,
Cándida 1925, Celestina 1927, Fernando 1929, Balbina 1931 y Teresa 1939, además de
otros 4 que murieron de pequeños, Fernando +1925, 9 meses, Victoriano +1935, 6 meses, Victoriano 1936, 4 días y otro Victoriano 1943, 2 días.
Inés recibió la primera comunión ya con don Francisco Lera recién llegado de párroco a Villafáfila.
Acudió a las escuelas de niñas de Villafáfila, recibiendo la educación de varias maestras. Primero doña Amparo Ovejero, de ideas conservadoras católicas, y tía de Inés, pues estaba casada con Alejandro Rodríguez, primo de Celestina.
Posteriormente con doña Catalina de Tiedra Astudillo, de ideas socialistas, que vivía en El Corrillo, y fue depurada en julio de 1936 y repuesta en su puesto en Villafáfila en 1938. Pidió otro destino "siendo incompatible con el vecindario y autoridades de dicha localidad" . La instancia del alcalde y párroco solicitan lo mismo.
Inés pasó una infancia y una juventud siempre rodeada de amigas, generalmente un poco mayores que ella, participando en fiestas y actividades que se desarrollaban en la villa.
Se conservan muchas fotos realizadas en la Feria, que se celebraba el 18 de junio, y a la que acudían los fotógrafos ambulantes y se era la ocasión de retratarse.
Inés se casó con Balbino Gómez Zamorano (1920-2008) en 1945
La dedicación de Balbino como conductor del autobús de línea
a Zamora, completándolo como "agente de logística", llevando y trayendo
encargos de lo más variado, desde llevar piezas de caza para vender en el
mercado a traer piezas mecánicas para
arreglos, telas y botones para las modistas, le permitió sacar adelante a sus 10 hijos: Balbino, 1946, Gabina 1948, María Isabel 1949, Inés, 1951, Gregorio 1952, Victoriano, 1955, Celestina, 1957, Tomás, 1958, Isidro, 1962, María del Carmen, 1964. Inés dedicada a la
crianza de los mismos, pendiente siempre de su educación, consiguiendo que estudiaran
primero en las escuelas del pueblo y luego en colegios de Zamora. La graduación
como médico del primogénito, Balbino, fue ocasión de gran orgullo familiar.
Me alegra sobremanera, una noticia tan hermosa y tierna, así como felicitar a Inés y toda la familia. Tan querida por todos nosotros ( hijos de Avelina). Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEspectacular reportaje
ResponderEliminarGracias Elías por tu interés y colaboración. Ninina
Una pasada de reportaje.Mis felicitaciones
ResponderEliminarMuchas gracias por el reportaje Elías.habia cosas que no sabía.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para esa familia.
ResponderEliminarPara mi, como médico de Villafafila, ha sido un orgullo poder atenderla en estos últimos 14 años. Inés y su familia siempre me han dado muestras de cariño y pocas veces he tratado a una persona tan educada y respetuosa. Es una suerte haberla conocido y haber podido ayudarla cuando ha precisado algo de mi. Espero poder seguir haciéndolo mucho tiempo. Felicidades a ella y a todos sus seres queridos.
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