viernes, 29 de agosto de 2014

LUIS DE BARRIO, un capitán de Villafáfila al que mataron los indios en México.




Los Barrio eran una familia de hidalgos de Villafáfila, descendientes de Martín de Barrio, criado del Conde de Benavente, originario de Sanabria, que se casó y asentó en la villa terracampina a mediados del siglo XV, y murió en 1473 y estaba enterrado en una sepultura de bulto en alabastro en la iglesia de San Martín.
Tuvo abundante descendencia masculina que sirvieron a los Pimentel en su casa y en sus campañas militares.


 El capitán Luis de Barrio, era nieto de Martín, hijo de Luis de Barrio y de Leonor de Hormaza, de Zamora. Por esta parte materna tuvo relaciones con diversos protagonistas de acciones en los primeros años de la colonización americana. Era hija  de Alvaro González Borregán y de María Costilla, vecinos de Zamora y parienta del licenciado Rodrigo de Figueroa, que había sido Alcalde Mayor en Villafáfila y fue nombrado gobernador de la Isla Española en 1518. En 1510 había pasado a las Indias Diego Costillas, hijo de Juan de Ormaza y de Beatriz de Mella, primo de nuestro capitán.
Por parte de sus hermanos, Martín, casado con María de Ordás, e Inés, casada con Alvaro de Ordás , ambos de Castroverde, emparentados con el comendador Diego de Ordás, uno de los primeros conquistadores de México tuvo que tener mucha relación e informaciones de sus aventuras en el Nuevo Mundo.


Todo ello le impulsa a emprender la aventura americana para alcanzar fama y fortuna
 No tenemos referencia de su fecha de embarque para Las Indias, pues no figura en el catálogo de pasajeros a Indias, pero su partida debió de suceder en el año 1525.
Antes del 3 de septiembre de 1525, Cortés envía a la provincia de los Zapotecas “tres capitanías de gente que entren en ella por tres partes” (Hernán Cortés. Cartas de la Conquista de México. Carta Quinta)[1], y antes de 1527 ya había muerto (Bernal Díaz del Castillo).

Tenemos diversas referencias de su origen, de su trayectoria y de su destino por una información que se llevó a cabo en Castroverde de Campos a instancias de un sobrino suyo, Alvaro de Ordás, en 1533, con el objeto de presentarla a en la corte para obtener algún beneficio eclesiástico en las Indias (A.I. Patronato 150,N.5, R.1).
Este Alvaro de Ordás era hijo de un Diego de Ordás, un hidalgo vecino de Castroverde, emparentado con el conquistador del mismo nombre, y de Inés de Barrio, natural de Villafáfila, hija de Luis de Barrio, el viejo, por tanto hermana del capitán. El destino de Ávaro también fue morir joven en un viaje de Perú a Nicaragua, en 1543, cuando su madre reclama la herencia que hubiera dejado en el Nuevo Mundo A.G.I. Lima 566-5 fº 90r.

Nuestro paisano debió de nacer en la década de los 90 del siglo XV y sirvió al rey en la guerra de las comunidades “fue capitán en estos reinos en tiempo de las comunidades”, Juan Zapata de 60 años, “sabe e vio que el dicho Luis de Barrio en tiempo de las comunidades hera llamado capitán de çiertos soldados e asy lo vio este testigo venyendo a esta villa [Castroverde]”. Después del conflicto civil de Castilla fue enviado a Flandes como capitán bajo la coronelía de Pizarro, posteriormente sirvió en Perpiñán como maestro de campo, y en el sitio de Fuenterrabía con el oficio de Barrachel Mayor de Campo, hasta que esta ciudad se tomó por las tropas españolas en 1525. También había servido en Italia como recuerda Bernardo de Alija: “conoçió al dicho Luys de Barrio syendo capitán de gente de la Guardas en Ytalia”.

Hernán Cortés

Con esta carrera militar negoció una provisión en la corte para pasar a las Indias “con provisión e liçençia de Su Magestad, que negoçió, se pasó a le servir en las Indias e la Nueva España, donde fue proveido de capitán por Hernando Cortés, gobernador de la dicha tierra” y en ella el rey “le mandava que le diese cargo conforme a la provisión de Su Magestad, e conforme a su persona y a lo mucho que le avia servido en estas partes”, así lo refiere Miguel Rodríguez de 57 años: “vio carta del dicho Luys de Barrio por la que desya como Su Magestad le proveya de poderes para pasar donde estava Hernando Cortés en la Yndias y este tº vyo que en la mesma carta desía que Su Magestad mandava a Hernando Cortés le diese cargo donde su persona toviese que ver, porque acá le avía servido e porque acá no avía a la presente en que le dar cargo”.
En 1526 figura un Luis de Barrio como regidor de la ciudad de México, por lo que es de suponer que la mencionada carta surtiera su efecto[2].

En 30 de noviembre de 1525 figura una obligación “de Luís de Barrio, estante en Tenustitán” de reconocimiento de una deuda contraída, para la compra de un caballo, para su oficio se capitán[3].

Su estancia en la Nueva España fue breve, pues pronto halló la muerte “el dicho Hernando Cortés le inbió por capitán a la conquista de los Çapotecas e Mijes, que heran montañas e gentes ásperas, donde le mataron saliéndole a resistir unos indios, y por no ser de los suyos tan prontamente socorrido
 “el dicho capitán Luis de Barrio no le dieron otros indios ni repartimiento alguno en la dicha Nueva España, ni otra merced ni remuneraçión alguna por sus serviçios que hizo, ni salario ni acostamiento alguno en las dichas partes por lo que servió en estos reinos y en las dichas islas por anteçiparle la muerte”.

Bernal Díaz del Castillo


Su presencia en Méjico se rastrea por otros testimonios, uno tan autorizado como el del cronista medinense, Bernal Díaz del Castillo[4], “[el tesorero Alonso de Estrada, a la sazón gobernador de Nueva España, mientras Cortés estaba en entredicho] envió a conquistar y pacificar los pueblos de los zapotecas e miges, y que fuesen por dos partes para que mejor los pudiesen atraer de paz, que fue por la parte de la banda del norte envió a un Fulano de Barrios, que decían que había sido capitán en Italia y que era muy esforzado, que nuevamente había venido de Castilla a Méjico, no digo por Barrios el de Sevilla, el cuñado que fue de Cortés, y le dio cient soldados, y entre ellos muchos escopeteros y ballesteros; y llegado este capitán con sus soldados a los pueblos de los zapotecas, que se decían los tiltepeques, una noche salen los indios naturales de aquellos pueblos y dan sobre el capitán y sus soldados, y tan de repente dieron en ellos, que matan al capitan Barrios y a otros siete soldados, y a todos los más hirieron, y si de presto no tomaran calzas de Villadiego y se vinieran acoger a unos pueblos de paz, todos murieran allí. Verán cuanto va de los conquistadores viejos a los nuevamente venidos de Castilla, que no saben que cosa es guerra de indios ni sus astucias. En esto paró aquella conquista”.


También en las relaciones de méritos de algunos participantes en la conquista de Méjico, tenemos noticias de nuestro personaje, al que llaman capitán Barrios. Así en la de Francisco de Torres PATRONATO 61, N2, R1. “el capitán Barrios había ido primero a conquistar la dicha tierra y le mataron los yndios de guerra
es verdad que al dicho capitan Barrios los yndios naturales de la dicha provincia lo mataron e que la dicha tierra de los çapotecas es muy aspera e fragosa e de tal manera que no se puede andar a caballo “en el pueblo de Teutalcingo donde mataron al dicho capitán Barrios



La muerte del capitán Luis de Barrio debió de acontecer a finales de 1526 o principios de 1527 y como murió pobre, su sepultura, entierro y misas fueron pagados por el administrador de Diego de Ordás en México, aunque se quedó con sus vestidos como únicos bienes que dejó en aquella tierra a la que fue en busca de honra y riqueza.




Enterados de su muerte partieron algunos familiares hacia Nueva España. Así en 21 de marzo  de 1528 se embarcan en Sevilla su hermano
 DIEGO DE BARRIO,
Natural de Villafáfila, hijo de Luis de Barrio y de Leonor de Ormaza. 21-03-1528 PASAJEROS,L.1,E.3638. Es hermano del capitán Luis de Barrio, y su destino fue el mismo.
Ese mismo día embarca su sobrino Álvaro de Ordás, el que 5 años después hace la información de sus méritos.
Acompañan otros jóvenes vecinos de Castroverde, Villanueva, Villagrá y Villalón.
El pasaje de ambos fue pagado a cuenta de Diego de Ordás, el conquistador, pues antes de embarcarse los jóvenes, su hermano Álvaro de Ordás, clérigo, hace obligación por el coste del pasaje y de otros equipajes para Diego.



Y su administrador en México se hace cargo de la deuda cuando llegan:


ALVARO BORREGAN
Era hermano de Luís y Diego de Barrio y murió en América siendo joven. No tenemos noticias de su embarque, aunque posiblemente lo hiciera junto a su hermano. “y ansi mismo en la dicha Nueva España murieron otros dos hermanos suyos, tíos del dicho Alvaro de Ordás, quel uno se llamava Alvaro Borregán y el otro Diego de Barrio, mançebos de poca edad”.
Posiblemente estuvieran emparentados con el Alonso Borregán, que participó en la conquista del Perú, pues otro hermano de éstos que quedó en Castilla, cambió su apellido de Alonso de Barrio a Alonso Borregán.

En 24-07-1539  embarcaron con destino a Nueva España en la nao de Martín Pérez MARTIN DE BARRIO y PEDRO DE BARRIO, hijos de Martín de Barrio y de María de Ordás, vecinos de Villafafila, Su parentesco con el comendador Diego de Ordás, cuya hacienda en México heredó un sobrino del mismo nombre, y el infausto destino de sus tíos, tendría influencia en la decisión de pasar a América.
Pedro de Barrio es del único pasajero a América del que tenemos referencias de su regreso a su villa natal, enriquecido al cabo de los años. En el pueblo se le conoce con el nombre de El Perulero, “por haber venido de Indias y traer mucha cantidad de hacienda en barras de plata, monedas y mucha riqueza”.
Sabemos que a su muerte, ocurrida en 1562, estaba casado con una vecina de Villalpando pero no había logrado descendencia. En su testamento, otorgado ante el escribano de Villafáfila, Juan Pérez Vaca, deja unos 1000 ducados, que podrían valer la quinta parte de sus bienes, para que se funde una capellanía de misas en la parroquia de San Martín de Villafáfila. Sus hermanos, Luis de Barrio, cura de la parroquia de Santa María de Villafáfila, y Alvaro de Barrio, canónigo del convento de San Marcos de León, mandaron construir una capilla aneja a la iglesia de San Martín, donde dotaron tres capellanías para ser servidas por clérigos parientes del fundador.






[1] (Madrid 1985. Colección Biblioteca de la Historia SARPE.)
[2] Los tres siglos de Méjico durante el gobierno español. Andrés Cavo y Carlos Mª de Bustamante. 1870: pag 46.
[3] Índice y extractos de protocolos del Archivo de Notarías de México, D.F. pág. 86. Agustín Miralles. México 1945.
[4]Bernal Díaz del Castillo: Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Capítulo CXCIV. Tomo II pág 384 Edi. Sarpe Madrid 1985.

jueves, 7 de agosto de 2014

La muerte del médico don Lucas, un asesinato político

FOTOS CON HISTORIA 4

Don Lucas, el médico asesinado.

Lucas Alonso Trabadillo 1853-1891


Volviendo a los recuerdos infantiles, y a los relatos de mi abuela Cirila. Varias veces me contó una historia que le había contado su padre, que era primo carnal de don Lucas, el abuelo de las Trabadillas, a quien  habían matado una noche que lo sacaron de casa con la excusa de  asistir a un enfermo, pues ejercía en la villa como médico libre. No he conseguido la documentación del sumario y posterior juicio oral que conllevaría el asesinato, pero ella me contaba que lo habían llevado por las calles del pueblo varias personas amparados por la oscuridad de una noche de invierno, cuando no había luces por la calle. Había pasado por delante de casa de algunos familiares y no había llamado ni pedido auxilio. Después de un tiempo le habían pegado un tiro al empezar la calle Rejadorada, detrás del actual frontón y lo habían dejado tirado en una laguna que se hacía allí en invierno. Por la mañana lo había visto María del Teso, Marión, que vivía cerca, y todavía con vida lo llevaron a casa y, a duras penas, cuando le preguntaban que qué le había pasado acertaba a decir: “unos muchachos, unos muchachos”.

En el libro del Registro Civil, correspondiente a ese año se anota:

En Villafáfila … siendo las nueve de la mañana del día dos de febrero actual ante el señor don Modesto Gago, juez municipal de la expresada villa y ante Florencio Rodríguez, secretario habilitado, según comunicación del Sr Juez de Instrucción del partido manifestando que D. Lucas Alonso, natural de esta villa, con domicilio en la misma, calle de Rejadorada nº 47, de treinta y ocho años de edad, casado, falleció en su referido domicilio a consecuencia de una lesión de arma de fuego recibida en la cabeza, que produjo la congestión apoplética y compresión cerebral consiguiente, a las once de la mañana del día de ayer.
En vista de esta manifestación del Juzgado de Instrucción y certificación facultativa presentada, el señor fiscal municipal dispuso que se extendiese la presente acta consignándose en ella las circunstancias siguientes:
Que el expresado finado se hallaba casado en el acto de su fallecimiento con doña Braulia Gago Costilla, natural de esta villa, mayor de edad, de oficio propio de su sexo con domicilio en este mismo pueblo en el que falleció su referido esposo, de cuyo matrimonio han tenido un hijo llamado Dolores, menor de edad y vive en compañía de su madre,
Que era hijo legítimo de D.Andrés Alonso Concejo y de Dª Mariquita Trabadillo, naturales y vecinos de esta villa, y difuntos en la misma.
Fueron testigos presenciales Saturnino Fernández y Demetrio Zamorano, naturales y vecinos de esta villa, casados y mayores de edad, de oficio el primero sastre y el segundo labrador.

 Casa donde murió don Lucas

Las pesquisas llevaron a la detención de algunos sospechosos, a los que llevaron a pie a Villalpando por la Guardia Civil (decía mi abuela que a vergajazos). No llegué a saber los móviles del crimen, aunque se decía que los autores habían sido inducidos era por motivaciones políticas de luchas partidarias, pues don Lucas pertenecía a la familia de los Trabadillos, que encabezaban a los liberales de la villa, o por motivos de de competencia profesional. 


 
Los condenados por el homicidio

Entre la documentación conservada en el A.H.P. de Zamora se conserva  la sentencia que transcribo:

"Doy fe que en este juzgado y procedente de la Audiencia Provincial de Zamora y de causa criminal seguida contra León Costilla Alonso, hijo de Ángel y Escolástica, natural y vecino de Villafáfila, casado, labrador y propietario, de 34 años de edad, Manuel Costilla Gómez, hijo de Crisógono y Manuela, natural de Otero de Sariegos, vecino de Villafáfila, soltero, labrador, de 20 años de edad, Sisto Balverde Rodríguez, hijo de León y Basilisa, natural y vecino de Villafáfila, casado, jornalero de 36 años de edad, y Esteban del Teso Gutiérrez, hijo de Ruperto y Josefa,  natural y vecino de Villafáfila, casado, labrador de 44 años de edad, y otros tres más sobre los que se sobreseyó libremente, se ha recibido en este juzgado la parte dispositiva de la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Zamora con fecha 24 de octubre de 1892, en indicada causa sustanciado contra los expresados sugetos sobre homicidio en la persona del médico Don Lucas Alonso Trabadillo, que dice así:
FALLAMOS que debemos condenar y condenamos en virtud del veredicto de culpabilidad que el jurado ha pronunciado a los procesados León Costilla Alonso, Manuel Costilla Gómez, Sisto Balverde Rodríguez y Esteban del Teso Gutiérrez como autores del delito consumado de homicidio, objeto de la acusación con la circunstancia agravante común de abuso de superioridad y particular de reincidencia respecto al Sisto, a la pena de 17 años, 4 meses y un día de reclusión temporal, inhabilitación absoluta también temporal durante el tiempo de las condenas; a que indemnicen a la viuda del interfecto Doña Braulia Gago Costilla y a sus dos hijas menores la cantidad de 5.000 pesetas, siendo responsables entre sí los cuatro por las costas respectivas solidariamente y al pago de las cuatro séptimas partes de las costas no declaradas de oficio en proporción igual, no habiendo lugar a las pretensiones de la acusación pribada y la defensa en cuanto al aumento o disminución del importe, ni tampoco al abono de la mitad del tiempo de la prisión provisional por estar los procesados excluidos de su beneficio"

Sentencia condenatoria

En los hechos probados se determina que los cuatro autores la noche del 30 de enero, cuando iba solo por la calle de Zamora, dispararon sus pistolas y revólver sobre don Lucas sin poder determinar de quiere era quien acertó con el disparo, sin darle tiempo a repararse para la defensa, falleciendo en la mañana del 1 de febrero. No se puede demostrar que estuviera con la cabeza y el cuerpo inclinados hacia abajo cuando le dispararon, como pedía la acusación, rechazando la calificación como asesinato.
La defensa de los acusados había alegado que los hechos se habían producido sin orden ni concierto de manera confusa y tumultuaria debido a que don Lucas y otra persona desconocida que le acompañaba habían llegado a la casa de Rogelio del Río, donde se celebraba un mitín electoral y habían amenazado con pegar tiros a unos jóvenes. En la refriega habría disparado el de la escopeta un tiro al teniente de alcalde León Costilla y a su sobrino Manuel Costilla, resultando ambos heridos. El jurado no admite estos hechos como ciertos.
Se tiene en cuenta que el lugar donde ocurrieron los hechos integraba el distrito que como teniente de alcalde tenía asignado León Costila, y que los otros habían acudido a su llamamiento como autoridad y Manuel Costilla como su sobrino.
Se deduce testimonio contra los testigos Pío Costilla, hermano y sobrino de los acusados, y Macario del Pozo Valverde por considerar que no han dicho la verdad en el juicio.
La indemnización de 5000 pesetas fijada a la viuda y las hijas es el doble de la solicitada por el fiscal, en atención a "la profesión de médico-cirujano que el interfecto ejercía, a su posición social, y al desamparo en que por su muerte queda la viuda y dos niñas de corta edad".
Mandan destruir las pistolas y devolver las ropas del finado a su viuda.



Ya en la noticia aparecida en la prensa se dejaba ver como causa del crimen "asuntos electorales", así figura en el periódico La Región, de Salamanca.



Los homicidas cumplieron pocos años de presidio. Al menos el principal implicado León Costilla que no llegó a los diez años de reclusión prisión en Santoña. En 1899 era el celador del rastrillo del penal. Debió de salir en prisión condicional y permaneció  en la villa cántabra viviendo fuera de la cárcel al menos otros tres años, ejerciendo el oficio de sillero, siendo buscado en 1903 por alzamiento de bienes.


El ambiente político del pueblo los meses anteriores estaba muy alterado por las diferencias entre los dos partidos turnantes, el Liberal encabezado por Sagasta y el Conservador por Cánovas del Castillo. Tras detentar varios años los cargos del ayuntamiento el Partido Liberal, el año 1890 el ayuntamiento estaba en poder del Partido Conservador. El alcalde era don Sofronio Ruiz Atienza, el teniente de alcalde León Costilla Alonso, concejales Ventura Casado Zamorano, Balbino Gutiérrez Zamorano, Juan del Río Enríquez, Marcelino de León, José María Durantes y Felipe Fidalgo.

Ya en 1888 no habían querido incluir a don Lucas en el censo que tuvo que recurrir al juez, y fue inscrito por sentencia judicial en el apartado de Capacidades, por su profesión de médico.



En junio de ese año se aprobó la modificación de la Ley Electoral y se extendió el sufragio a todos los varones, pues antes estaba restringido a un nivel de contribución o formación. Por lo tanto las nuevas elecciones municipales se convocaron para mayo de 1891 con un censo mucho más amplio que las anteriores, y en ellas podrían votar no sólo los ricos que pagaban más contribución, sino los varones mayores de 25 años.



El 7 de diciembre de 1890 se celebraban elecciones a diputados provinciales, y don Lucas Alonso y Martín Miranda Calzada requieren al notario de Villafáfila para levantar acta de ciertas irregularidades en las votaciones. Presidía la mesa el alcalde y actuaban como interventores Tomás Miranda, Luis Trabadillo, Daniel de Prado, Secundino Costilla, Esteban del Teso y Prudencio Pascual. Se encontró "con un frasco grande de cristal a modo de urna, con la tapa algo mellada, tinta desparramada" y se estaba produciendo una discusión a voces sobre si el presidente había cambiado una papeleta de votación de Andrés Orduña.
El alcalde y teniente León Costilla, pedían orden y que dejaran la puerta libre, negándoles la palabra a los requirientes, imponiendo multas a varios electores presentes, y poniendo a don Lucas a disposición de la autoridad judicial.

En medio de estas tensiones políticas varios concejales presenta su dimisión en diciembre, y el gobernador civil convoca nuevas elecciones municipales parciales en enero.


Las elecciones celebradas el domingo 18 de enero incrementaron las tensiones políticas y fueron impugnadas mediante una protesta firmada por más de la mitad de los electores (supongo que la mayoría liberal entre otros nuestro protagonista), alegando que había papeletas no válidas, que se habían cerrado los colegios electorales antes de la hora de cierre impidiendo votar a muchos de ellos, y que la división del pueblo en dos distritos se había hecho de forma ilegal por el ayuntamiento conservador.
En sesión celebrada la mañana del mismo día 30 el ayuntamiento alegó contra esa protesta,
Finalmente estas elecciones parciales fueron declaradas nulas en mayo, mediante disposición de la comisión electoral firmada por el vicepresidente de la Diputación de Zamora, don Alonso Santiago García, farmacéutico de Villafáfila, familiar de don Lucas.



En este ambiente caldeado, en sesión celebrada en 27 de diciembre la Junta Municipal formada por el Ayuntamiento y nueve contribuyentes designados por sorteo anuncian las vacantes de las plazas de médico-cirujano y farmacéutico titulares que asistirían a las cien familias pobres de la villa por 750 y 375 pesetas respectivamente. Ambas eran desempeñadas con carácter interino por don Emilio de la Granja y don Martino del Río y dependían para su nombramiento y remuneración de los ayuntamientos, por lo que podían estar sujetas a los vaivenes políticos.
Se anunciaron públicamente por edictos y anuncio en el boletín de la provincia.



El 29 de enero se adjudicaron las plazas por tiempo de 12 años a los mismos, con abstención por parentesco en el caso de don Martino de los concejales León Costilla, Juan del Río y José María Durantes; y del alcalde en el caso de don Emilio, pues el año anterior se había casado con su hija. Se opusieron al nombramiento del médico, José María Durantes y Felipe Fidalgo.
No sabremos si este nombramiento provocó protestas por parte de don Lucas, o anuncios de que si ganaban las elecciones de mayo revocarían el acuerdo, pero el caso es que el 30 de enero por la noche fue cuando ocurrió el tiroteo.
Don Lucas Alonso

Lucas ALONSO TRABADILLO era hijo de Andrés Alonso Concejo (1820-1889), un labrador de mediana hacienda, emparentado con las familias Montero, Orduña y Vicente; y de María Trabadillo Fernández (1823-1886) de una familia de juristas, su padre Segundo Trabadillo había sido abogado, y sus hermanos Marcelino, era relator en Madrid, Tirso, juez, Victorino, capitán y Gabriel hacendado.
Tuvo varias hermanas:
Felisa Bárbara n. 1847, se casó en 1874 con Teodorico Altés, padres de una saga ligada al periódico el Norte de Castilla de Valladolid.
Josefa n. 1856, soltera, vivió con su hermana María, conocidas como las Andresotas, por ser hijas de Andrés y ser altas, en la casa que construyó su padre en la Calle de La Botica, donde actualmente viven los hermanos Gómez Trabadillo. Murió de vieja en en 1947 a los 90 años.
Venancia n. 1858, murió soltera a los 29 años en 1887.
Tirso fue el primero en nacer en la casa nueva en 1861 y falleció a los 20 años en 1881.
María, la pequeña n. 1863 se casó a los pocos meses de la muerte de su hermano con el médico que vino a sustituirle, D. Jacinto Fadón.  Después de enviudar en 1910 vivió en el domicilio familiar hasta que ya de muy vieja la llevaron los sobrinos de Valladolid donde murió.


Don Lucas de joven


Lucas había nacido en San Salvador 1853, debió de estudiar la carrera en Salamanca. En el curso 1877-78 hace un curso preparatorio en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Madrid, y el curso siguiente es alumno de doctorado en la Facultad de Farmacia, pero ya por entonces era licenciado en Medicina.
En el sorteo de quintos salió como soldado pero su padre pagó la cantidad determinada por el gobierno para librarlo.
Ya desde 1881 ejerce como médico libre en Villafáfila y Otero,, coincidiendo con el viejo facultativo don José Magrí. 
Se casó en la iglesia de San Pedro en 1884 con Braulia Gago Costilla (1849-1936), hija de don Francisco Gago y doña Gregoria Costilla, la Mayorazga. 

Al año siguiente bautizan a su primer hijo con el nombre de Andrés como su abuelo. En 1886 nació una niña bautizada como Julia. Ambos mueren en 1887, fruto de la alta mortalidad infantil de la época.
En 1889 bautizan a Dolores Alonso Gago que es la única descendiente que deja, que se casó con Gabriel Trabadillo y fue la madre de María Luisa, Trini, Marcelino y Lola Trabadillo Alonso.

En 1886 había muerto su madre, al año siguiente su padre y en 1890 su suegro.

Braulia estaba embarazada cuando mataron a su marido y dio a luz una niña que bautizó con el nombre de Emilia como su tía.  La hija póstuma falleció a los cinco años. Doña Braulia permaneció viuda durante más de 45 años, hasta su muerte al poco de iniciarse la Guerra Civil.


Enseguida el clan de los Trabadillo con los otros familiares de Lucas, todos ellos conformaban la clientela del Partido Liberal en Villafáfila, contratan para que ejerciera como libre a otro médico, Jacinto Fadón Escalero, de 34 años, médico de Argujillo, hijo de María, de Bermillo, y bautizado en la Antigua de Valladolid, (creo que tendría que ser hijo de alguien importante porque no era normal que un hijo de soltera en aquella época estudiara la carrera de Medicina. Con los nuevos datos con seguridad era hijo natural de Tirso Trabadillo). En 1891 se casa con María Alonso Trabadillo, hermana de don Lucas y ejerció en Villafáfila hasta su fallecimiento en 1910.


D.Jacinto Fadón, médico desde 1891-1910