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martes, 1 de julio de 2014

El crimen de La Ojera

El crimen de la Ojera

De pequeño me contaba mi abuela, entre otras muchas historias y anécdotas, que a una mujer rica de Otero, La Ojera, la había matado un pastor cuando iba desde Villafáfila a Otero, y le había robado unas ligas de plata que después le regaló a su novia y por eso lo habían pillado.



Fue un episodio de gran repercusión en toda la comarca pues de trataba de una persona rica, muy conocida, con relaciones familiares en todos los pueblos de alrededor y que permaneció en la memoria de los vecinos que se transmitiría oralmente durante muchos años, siglos incluso (todavía en 2002 me contaba Gerardo Rodriguez Miranda, Tronchero, descendiente como tantos de la muerta, que había sido un abuelo suyo, Pablo Rodríguez, el que había encontrado el cadáver al saltar un zanjón con el caballo).

En mis incursiones en la hemeroteca digital he visto el eco que el crimen alcanzó en la prensa de Madrid, incluso de Barcelona.

Así el día 31 de agosto de 1852 el diario La Época, de Madrid, publica la siguiente noticia seguramente transmitida en los primeros momentos:


Acaba de perpetrarse en el día 20 , sobre las nueve de la noche, un asesinato horroroso en una viuda sexagenaria, vecina de Otero de Sariegos, partido de Benavente, sin que en el día de hoy se pueda formar un juicio, más o menos aproximado, de los antecedentes que motivasen la criminalidad, pues que se ignora quienes hayan sido los asesinos, aunque el juez se personó en el pueblo, y sigue con actividad la indagatoria para imponer la justa pena que se merecen los autores del bárbaro y despiadado hecho que ha conmovido el ánimo de los pueblos de la circunferencia, y excitado un profundo sentimiento entre los hombres pacíficos, que temen un porvenir lastimoso e inseguro, considerando los vicios  dominantes que pululan entre cierta clase de la sociedad poco vigilada.
La inofensiva desgraciada víctima había ido al pueblo de Villafáfila, distante una legua del de Otero, a ver a una hija casada recién parida; y como al anochecer se retirase para su pueblo, y a él no llegase a la hora conveniente para dar la cena a segadores y mozos de labor, se determinaron algunos de la familia a salir al encuentro, recelado la ocurriese algún contratiempo, por haber corrido voces en días anteriores que se la intentaba robar. Como llegasen a Villafáfila sin haber encontrado a persona alguna, y preguntando a la hija por su madre, contestó que al anochecer había salido para el pueblo, desde luego se pusieron en el caso de algún rapto a consecuencia de las voces corridas del proyectado robo. Recorriendo el campo en diversas direcciones, vieron huella en el camino de Villarrín, pueblo que dista una legua de Otero, como de haber arrastrado un bulto grande. Siguiendo el rastro se encuentran en el intermedio de los dos pueblos con el cadáver de la infeliz viuda degollada.”



La información se repite en los mismos términos en otros diarios madrileños como El Heraldo del 1 de septiembre 


y en La España, del jueves 2 de septiembre de 1852 


Los semanarios madrileños La Esperanza de 13 de septiembre de 1852, 


y SEMANARIO DEL NOTARIADO DE ESPAÑA Y ULTRAMAR y El Áncora de Barcelona del día 19 de septiembre publican una información calcada:

Asesinato.—Según dicen de Benavente, en la noche del 20 del mes de agosto último, fue alevosamente asesinada una señora en el camino de Villafafila á Otero de Sanegos, y cerca del camino que llevan los de Villarrín para el primero de estos puntos. El cadáver se encontró al amanecer del 21 con dos heridas mortales, la una en el cráneo por un fuerte golpe, y la otra hecha con instrumento punzante y cortante, que llegaba hasta el corazón. A pesar de la actividad y celo del juzgado no se ha podido capturar á los autores de tan horrible atentado, y sin levantar mano comisionó, efecto de sus muchas ocupaciones, al abogado don José Alonso Gómez, para que investigase lo que hubiera sobre el particular. Cumplió exactamente el encargo este celoso y entendido jurisconsulto; pero sin resultado alguno hasta ahora



No he podido dar con el sumario ni con ningún otro documento escrito relativo al asunto, aunque no desisto, por lo que lo único que recuerdo del relato es que pasados unos días una moza de Villafáfila o de Otero, no me acuerdo bien, hizo gala de que su novio le había regalado unos ligueros de plata. El asunto desencadenó comentarios, bien fuera por el valor del liguero, impropio para un regalo de un pastor, o porque alguien lo reconociera como perteneciente a la difunta. Interrogando al novio, que había estado de pastor en casa de la Ojera y lo había despedido, creo recordar porque le habían robado unos carneros y el ama sospechaba de que hubiera tenido cierta connivencia el criado, o porque los había extraviado y ella sospechaba que se los había robado. El caso es que acabó confesando, que la acechó en el camino y le dio golpes hasta que la mató, y no tuvo mejor ocurrencia que quitarle los ligueros y regalárselos a la novia.


Pero ¿quien era la viuda muerta?

Gertrudis Fidalgo Aliste (1787-1852)

En el Libro de Difuntos de la parroquia de San Martín de Vilafáfila se halla la partida de doña Gertrudis Fidalgo, natural de Villaveza y vecina de Otero, de 63 años, que fue encontrada asesinada el día 2 de agosto. Dejó tres hijas vivas, Josefa, Manuela y Luciana, y dos nietas de un hijo difunto, Manuel, que había fallecido en marzo.

Trataré de hacer una breve reseña biográfica de la muerta.

Gertrudis era natural de Villaveza del Agua hija de Juan Fidalgo y de Isabel Aliste, donde nació en 1787, (aunque en la partida de defunción pone 63 años, iba a cumplir 65 cuando la mataron).

Se casó en hacia 1810 con don Manuel Ojero Calzada, de Otero de Sariegos, de 31 años, que había enviudado dos años antes de Ana Pascual, a su vez viuda de Manuel Aliste, probablemente tío de Gertrudis. Estos entronques familiares tan endogámicos eran muy frecuentes en esta familia. En 1809 un hermano suyo, Tomás Fidalgo, se casó en Villafáfila con Alfonsa Calzada, y se trasladaron a vivir a Otero, siendo los antepasados de los Fidalgo de Villafáfila.

Manuel Ojero Calzada era uno de los vecinos más ricos de Otero, procedente de una familia de hidalgos que desde Villalpando se habían dispersado en el siglo XVIII por varios pueblos de Tierra de Campos.

Tuvieron 8 hijos entre 1811 y 1827 de los que cuatro murieron de niños.

Manuel muere en 1837 a los  58 años dejando a Gertrudis viuda a los 50 años, ya con el apelativo de La Ojera, con un hijo de 17 años y tres hijas de 15, 12 y 10 años.

Antes de pasar dos años Gertrudis se casa con Rafael de León, un hidalgo originario de San Esteban del Molar que había quedado viudo poco después que ella con un hijo de 15 y una hija de 10 años.
El matrimonio fue polémico porque se casaron sin obtener la dispensa eclesiástica perceptiva pues Rafael había sido cuñado de Manuel Ojero, a pesar de que el cura se lo había advertido, pero el amor o la necesidad de convivir les impulsó a contraer en secreto un matrimonio y vivir juntos hasta que obtuvieron la dispensa.  Lo que nos da idea del fuerte carácter de nuestra protagonista, a la que no se le ponía nada por delante. Vivieron casados 13 años hasta la muerte de Rafael pocos meses antes del asesinato de Gertrudis.

Trataré de hacer un retrato la situación familiar en el momento del crimen.
Recientemente he tenido acceso a un retrato de Gertrudis  realizado al óleo que se conservaba en casa de su bisnieto don Luis Gómez, el Boticario, y que hoy conserva una nieta de él en Benavente y que me ha facilitado Quique Delás,  bistataranieto de la Ojera que lo guardaba en su memoria infantil.  
La vemos vestida de negro con un mantón y un pañuelo, posiblemente realizado cuando estaba viuda, según tradición familiar en Madrid en el estudio de un pintor famoso. 

Gertrudis con 65 años, edad que en esos tiempos se consideraba ya avanzada, recién enviudada de su segundo marido, se encontraba en plenas facultades: iba andando a Villafáfila, administraba su hacienda según los testimonios, controlaba la manutención de los criados, despedía a los pastores, etc.

Su hijo mayor, Manuel había fallecido también en marzo de ese año, dejando dos hijas, Candida y Ceferina de 5 y 2 años a cargo de su madre, Manuela Andrés, de Villarrín.

En Villafáfila tenía una hija, Manuela, casada cuatro años antes con Gabriel Trabadillo, viviendo en la Plaza de San Martín, en la mayor casa del pueblo (las actuales casas de Delás y Manolo Cañibano). 

Casa de la Ojera, enmarcada por el arco de San Martín 
Foto villafafila.net

Tenían dos hijas, Ignacia de 3 años y Ana de 1. Y sería a la que había venido a ver el día de autos, aunque no me consta que estuviera recién parida.

En Otero vivían casadas las otras dos hijas, Josefa desde 1840 con Lorenzo Gómez del Río, de Villarrín con tres niñas, Mª Manuela de 11 años, Asunción de 3, y Camila de 1. Y Luciana se había casado dos años antes con Gervasio Calzada Fierro de Villafáfila y tenían una niña, María de menos de un año.

En Otero seguía viviendo su hermano Tomas Fidalgo que había tenido varios hijos, algunos ya casados en Otero y en Villafáfila.


Descendencia de La Ojera

Muchos de sus descendientes siguen viviendo en Villafáfila y y comarca y otros han emigrado, y la mayoría no reconoce a su antepasada. Como los apellidos se transmiten por línea paterna, con el paso de las generaciones se pierden. 
Trataré de hacer un pequeño esquema genealógico de su descendencia.

1-Las hijas de Manuel Ojero se trasladaron a vivir a Villarrín con su madre. Ceferina Ojero (cuya foto recuerda un cierto parecido con el retrato de su abuela) fue la mujer de don Matías Alonso y murieron sin descendencia, dejando sus bienes para fundar el colegio parroquial de Villarrín.


Ceferina Ojero, nieta de Gertrudis
Cándida Ojero, soltero falleció en Villarrín en 1922



2- Josefa Ojero murió en 1858 seis años después de su madre dejando dos hijas Manuela 12 años  y Asunción de 10. El viudo, Lorenzo Gómez volvió a casarse tres años después, en 1861, con la otra hija de la Ojera, con Manuela, que había quedado viuda de Gabriel Trabadillo con cinco hijas. El matrimonio necesitó dispensa pues los contrayentes eran cuñados, por lo que Lorenzo se traladó a Roma y allí contrajo matrimonio, él personalmente, y Manuela por poderes que le había dado.
            Sus hijas:
        A-Manuela Gómez  Ojero se casó con Crisógono Costilla en 1862 y tuvieron muchos hijos, entre otros:

                    a-Acacia Costilla que se casó en 1891 con Mauro Vicente y tuvieron numerosa prole: Manuela, Miguel, Aureliano, Virgilio, Teresa, Mauro, VICENTE COSTILLA, con abundante descendencia.

              b-Alicia Costilla se casó en 1894 con Saturnino Fernández Ruiz

                       c-Pío Costilla Gómez se casó en 1897 con Ceferina Rodríguez Morilla.

             d-Basilisa Costilla, se casó en Villarrín y tiene descendencia
                    e- Quiteria Costilla que se fue con su prima Baudelia Trabadillo a Moral de Orbigo donde se casó y tuvo descendencia 

        B- Asunción Gómez Ojero, La Montemolina  (1848-1914), 

se casó con Sofronio Ruiz Atienza, en S.Martín, en 1866 y tuvieron muchos hijos:

                        a-Lorenzo Ruiz Gómez se casó con Asunción del Río de León, padres de Sofronio y Eliseo Ruiz del Río

                    b-Angeles con Emilio de la Granja, abuelos de Manolo Bomba, y Angelines y Tola de la Granja.

                    c- Octóvila con Melanio Fernández, padres de Teodora, entre otros, 

                           d- Leonides con Victoriano Gallego, de Tapioles

                         e-Josefa Ruiz Gómez 



con Alfonso del Río, padres de José, Luis, Albina y Chon del Río

3- Manuela Ojero



























Foto Familia Delás Gómez

,quedó viuda con cinco hijas en 1859, Ricarda se murió de niña:

        A-Ignacia Trabadillo Ojero =Marcelino Trabadillo, abuelos de María Luisa, Trini Marcelino y Lola, y de Pepito Delás.

Ignacia Trabadillo Ojero, nieta de Gertrudis


        B-Ana Trabadillo Ojero = Alonso Santiago

Ana Trabadillo Ojero, nieta de Gertrudis

        C-Baudelia Trabadillo Ojero con Gerardo García-Alfonso

        D-Valentina Trabadillo Ojero =José Delás Quiñones

Después de casada con su cuñado tuvieron dos hijos que fallecieron de niños y cuando murió Lorenzo en 1866, Manuela estaba embarazada de un hijo, Lorenzo Gómez Ojero, que nació póstumo.
        1-Lorenzo Gómez Ojero, farmacéutico 
                          =1893=Avelina Andrés, abuelos de Luisa, Lorenzo, Avelina e Isabel Gómez Gómez. Su bisnieto Luis Gómez-Ojero en Salamanca, es el que mantiene el recuerdo en su apellido.


3- Luciana Ojero murió a los 28 años en 1855, apenas tres años después del crimen de su madre, de un malparto de un niño que moriría poco después. Dejó una hija de 4 años:
        A- María Calzada Ojero casada Valentín Miranda que tuvieron a
           a- Luciano Miranda Calzada, el Ciego, sin descendencia
         b- Amparo Miranda Calzada que se casó con Maximiliano Rodriguez, padres de don Pablo, Valentín Amparo, Carmen y Gerardo RODRIGUEZ MIRANDA, Los Troncheros
       c- Gertrudis Miranda Calzada que se casó con Agustín Tejero.







6 comentarios:

  1. Hola Elias:Luciano el ciego seria Luciano Miranda Calzada ¿no?

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  2. Y Amparo tambien .Un saludo.
    Enrique

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  3. Efectivamente. Miranda Calzada. El Ciego bien merece un perfil biográfico pues fue un personaje de mucho manejo en Villafáfila durante la Guerra Civil. Como bien sabes se casó con una de las hijas de la Uca,
    http://historiasdevillafafila.blogspot.com.es/2014/05/fotos-con-historia-viendo-las-fotos.html
    que murió joven y se quedó con su herencia. Ya de viejo se casó con Justina, la madre de Alfonsa la Curra en quien recayó el capital.
    Saludos

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  4. Entonces debo pensar que la casa era de Gertrudis. Siempre creí que la habían construido Don Alonso y Anita, posiblemente ella (Ana) solo la heredó y la otra mitad era de Don Luis Gómez Andrés también por herencia.

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    1. La casa la construyeron Gabriel Trabadillo y Manuela Ojero Fidalgo, la hija de Gertrudis, que también apodaban la Ojera. Era la mas grande y a la muerte de Manuela se partió la casa en dos. La parte vuestra para doña Anita casada con don Alonso, farmacéutico, que la arreglaron y puso allí la botica y le pusieron las rejas de abajo, y la otra mitad (la actual de Cañibano) para Lorenzo Gómez Ojero, que era menor, y Manuela deja en el testamento que quedara bajo la tutela de don Alonso. Estudió farmacia, se enemistó con su cuñado Alonso, se casó con Avelina, y se pasó al bando de don Pepe, su otro cuñado. Sus hijos nacieron en esa casa. El murió con 32 años y Avelina al año siguiente con 26. Solo quedó Luis con 5 años que se crió con sus tíos. Y se vendió su "mitad" de la casa.

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  5. Aún se conserva el nombre de "despacho" para la habitación que se halla según se entra a la derecha y te acordarás del ventanuco que existía en la puerta para la dispensa de medicinas. Por cierto hay una anécdota curiosa de D.Alonnso,Anita y la farmacia.

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