miércoles, 24 de mayo de 2017

La vida de un hidalgo del siglo XV: Fernando de Villacorta.

Esquema familiar de Fernando de Villacorta

        
Hace tres años dediqué una de las entradas de este blog a su padre Gómez e Villacorta, uno de los caballeros participantes en el torneo del Paso Honroso. Hoy quiero acercarme a la vida de su hijo Fernando de Villacorta, ancestro de casi todos los naturales o los que tienen ascendientes de Villafáfila.
           Como he manejado referencias a esta persona en documentación diversa del siglo XV, nos puede servir de ejemplo de la vida y actuaciones de los hidalgos que vivían en la villa terracampina a finales de la Edad Media, cuando cayó bajo el dominio de los Pimentel[1].

          Figura referido sólo por su apellido en el padrón de Villafáfila realizado callehíta por orden de la reina Isabel en 1497 “Villa Corta es hydalgo y natural en la dicha villa” en la colación de Santa María del Moral, donde seguían viviendo sus nietos a finales del siglo XVI, y en cuya iglesia se enterraban.
Padrón de Villafáfila 1497

          Según sus testimonios posteriores nació en 1448, así en 1504 dice “piensa este testigo que terná hedad de más de çincuenta e çinco años”, y falleció más o menos en 1507, conocido muchos años después como año de la pestilencia, pues al año siguiente ya aparece citada su viuda en deslindes de fincas.  
    
          Antepasados
Como otros muchos hidalgos de Tierra de Campos sus raíces familiares se remontan a ramas de la pequeña nobleza leonesa y a líneas bastardas de casas nobles. Los abuelos paternos fueron Fernando de Villacorta, un hidalgo originario del pueblo de Villacorta en la montaña leonesa, actual ayuntamiento de Valderrueda:  “[mi padre era] hijo del caballero que se llamaba del solar de Villacorta, que oy en el solar de la yglesia está enterrado, a do se llama el solar de los Villacorta”. Estos pueblos  están cerca de Almanza y de Valderrábano (Palencia)  que señoreaba Gómez Pérez de Valderrábano, caballero que recibió del rey Enrique II las villas de Alcañices, Tábara, Ayoó, Carracedo, Congosta y Mombuey en 1371. Supongo que Fernando estaría a su servicio y lo casó con su hija bastarda, Teresa Gómez de Valderrabano: “oyó desyr este testigo que Gómez Pérez de Valderrábano, que fue su segundo abuelo deste testigo, padre de su abuela, Teresa Gómez de Valderrábano”.


Declaración de que es hijo de Gómez de Villacorta

          Sus antepasados habían servido en la casa de Almanza, los descendientes legítimos de Gómez Pérez de Valderrábano y de Juana de Cifuentes, señora de Almanza, con quien se casó cuando fue a concertarle matrimonio con otro caballero por mandado del rey Enrique II, y en otras casas nobles: 
          “oyó desir que Luis de Almança[2] era mayordomo mayor del Duque de Arjona[3], e su abuelo deste testigo, Hernando de Villacorta, mayordomo del dicho duque por el dicho Luys de Almança, e su tyo Luys de Villacorta, hijo del dicho Fernando de Villacorta, e Gómez de Villacorta, padre deste testigo, eran donzeles del dicho duque.
          E que quando el dicho duque fue preso [1429] en la de Almaçán, o adonde el rey que le mandó prender, yva allí Luys de Almança por suyo, e como el duque fue preso, todos los cavalleros que yvan con él, mandó el rey que fuesen suspensos e se estovyesen en el real, e que como Luys de Almança vydo esto, e el estado del duque perdido, tobo por bien de ser en casa del Almirante e servirle e yr con él sobrel mar personalmente e con sus gentes e le fizo muchos e señalados serviçios[4]”.

          La vinculación patrimonial de los Villacorta con Villafáfila se remonta a la primera mitad del siglo XV tal vez por herencia de Gómez  Pérez de Valderrábano a su hija bastarda o por que la mujer con la que la concibió que pudiera ser de esta comarca, pues también en Montamarta poseían tierras. A la muerte del abuelo Fernando  el monasterio jerónimo recientemente fundado en ese pueblo recibió cinco viñas en Villafáfila para que le rezaran un oficio de difuntos a “la terçia” en el monasterio; y a la muerte de su mujer, acaecida antes de abril 1443, recibió otra viña más, por el remedio de su alma[5].

          Su padre, Gómez de Villacorta, fue uno de los caballeros que participó en 1434 en el torneo del Paso Honroso del Puente de Órbigo, acompañando como uno de los diez sostenedores del desafío, a don Suero de Quiñones[6], “e nueve compañeros fijosdalgo, e de limpia sangre, todos con cotas de armas sin reproche…  e Gómez de Villacorta, sobrino del honrado e famoso caballero Luis de Almanza, señor de Alcañices” por lo que tuvo protagonismo en uno de los hechos de armas más conocidos de la Edad Media y le puso en contacto con la flor y nata de la nobleza castellana del siglo XV.  Para ampliación en otra entrada de este blog.

          Gómez debió de fallecer hacia 1455 y sus aventuras no le debieron dejar en buena posición económica, habiendo contraído deudas con el monasterio de Montamarta, pues parte de sus bienes también pasaron al citado monasterio: “ovo este monesterio en la dicha villa [Villafáfila] de los vienes de Gomes de Villacorta en pago de quatro mill mrs. de su terçia, e que devía a este monesterio”.
          No obstante su viuda seguía poseyendo tierras y viñas en Villafáfila como atestiguan los deslindes de años posteriores. Estos bienes tenían que proceder de una heredad familiar por parte de los Villacorta, pues Luis de Villacorta[7], hermano de Gómez, a mediados del siglo XV poseía varios ralladeros de sal en Villafáfila. Como hidalgo servía a la casa de Almanza, sus parientes, en cargos de confianza y actuó de testamentario del jefe de la casa, don Diego de Almanza, señor de Tábara, Alcañices, Villavellid y Almanza, además de regidor de Toro y Zamora, cuando falleció en Alcañices en 1465.

          Nuestro hombre, Fernando de Villacorta, no tuvo la trayectoria épica de su padre, pero también entró desde pequeño al servicio de sus parientes, los Almanza, formando parte de las redes clientelares familiares, donde las líneas bastardas y las legítimas compartían servicios en cargos de confianza en la misma casa. Siendo huérfano de padre empezó sirviendo de paje. Su tío Luis de Villacorta era contino de la casa y hombre de confianza. Un “Rodrígo de Prado, alcaide de Almanza, tyo deste testigo” estaba casado con Violante de Almanza, hija bastarda de Luis de Almanza, por tanto prima de su padre. Y otros muchos criados de confianza apellidados Cifuentes, Valderrábano,  Carrillo,  eran deudos y parientes procedentes de descendientes ilegítimos de los antiguos señores de la casa en la que siempre encontraban acogida.
          Estos ascendientes y servicios le debieron de dejar en herencia algunos vasallos en una aldea del alto Valderaduey: “en un lugar que se llama Villavelasco, donde este testigo tenya çiertos vasallos”.

Villavelasco de Valderaduey (León)


          Por la línea materna, Fernando, estaba emparentado con los Tavera de Toro, y trataba de familiar cercano  a Fray Diego de Deza. Creo que su madre era hermana de Inés de Tavera, madre del dominico que llegó a los más altos cargos de la jerarquía eclesiástica española, y preceptor del príncipe heredero, Don Juan. Compartía parentesco  con el futuro cardenal y gobernador de Castilla, Pardo Tavera, cuyo abuelo también era hermano de la madre de Villacorta, con el que sus descendientes tuvieron trato de parientes y fueron beneficiados por él.
          En el testamento de Inés de Tavera, madre de Fray Diego de Deza, en 1496 figura la siguiente manda:
            “Yten mando a mi sobrina, muger de mi sobrino Villacorta, vezino de Villaláfila, que le den un tavardo nuevo, negro, de paño fino, que yo tengo, y a su fija un ávito nuevo, que yo tengo de mismo paño nuevo[8] .
          La vinculación con los Tavera de Toro también le venía por una hermana de su padre, Inés Gómez de Villacorta, que tenía heredad en Montamarta en el siglo XV, y era mujer del toresano  Payo de Tavera, que fue criado del Condestable don Álvaro de Luna y ayo de su hijo, por lo que recibió algunas mercedes[9].

          Como apunté anteriormente nuestro hombre desde pequeño, huérfano ya de padre, entró al servicio de Diego de Almanza, y así nos lo refiere él mismo:
          “Bivyendo este testigo con el dicho Diego de Almança e seyendo su paje, ...seyendo este testigo contynuo en la casa de Diego de Almança”.
          Este Diego de Almanza era hijo y sucesor de Luis de Almanza y de Juana de Bazán, y estaba casado con doña María de Zúñiga. Por alguna de estas líneas debía de estar relacionado con la tierra de Toro, ciudad de la que era regidor perpetuo de la ciudad, y señor de Villavellid.
          En el servicio de Diego de Almanza se formaría en el oficio de las armas y escuchando de otros criados y escuderos hazañas y anécdotas de la familia, que recordaría con gran lujo de detalles muchos años después, sirva como ejemplo su relato de la forma en que su bisabuelo había conseguido casarse con la rica heredera del Señorío de Almanza:
Que la villa de Almanza era de una doncella, doña Juana de Çifuentes, huérfana, e que el rey don Enrique que mató al rey don Pedro, enviara a Gómez Pérez de Valderrábano, biviendo con su alteza, a le demandar a aquella señora e rogar que se casase con çierta persona que su alteza le envió a señalar; e que, estando en estos medios, el dicho Gómez Pérez con la dicha Juana de Cifuentes, ella le ovo de asonar que tenía más ganas de se casar con él, seyendo él de aquella tierra e natural della. E que le dixiera la dicha doña Juana de Çifuentes que sería mejor recabdar para sí que demandar para otro. E se desposara e se bolvyó el Gómez Pérez para el dicho señor rey don Enrique con empacho de no aver fecho lo que devía, e quel rey ovo de saberlo pasado. E su alteza ovo de tener por bien e después le fiziera muchas merçedes
En resumen el rey Enrique II envío a Gómez Pérez, señor y natural de Valderrábano a demandar a Juana de Cifuentes, señora de Almanza que se casase con cierta persona importante, pero ella se prendó de Gómez y le dijo que más le valía pedirla para sí que no para un tercero. Cuando el rey se enteró a hechos consumados no le pareció mal y siguió manteniendo las mercedes a Gómez Pérez.
Fortificación medieval de Almanza (León)
http://www.turisleon.com/es/patrimonio/provincia_leon/castillos/Adescas/Edificio_fortificado_de_Almanza.html


          Diego de Almanza muere hacia 1465, dejado a dos hijas prometidas con dos segundones de las familias nobles más poderosas de estas tierras los Pimentel y los Enríquez. La mayor Francisca se casó con don Pedro Pimentel, hijo del Conde de Benavente y heredó Alcañices, Tábara y Almanza. La pequeña, Constanza, se casó con don Juan Enríquez, hijo del Conde de Alba, y heredó el señorío de Ayoó, Congosta y Carracedo de Vidriales en Zamora, Villavellid en Valladolid y diferentes rentas dinerarias.
          Después de muerto don Diego, sus parientes y criados se repartieron entre las casas de sus dos hijas. Fernando de Villacorta permaneció en el servicio de su hija mayor, doña Francisca de Almanza, siendo contino de su casa consiguiendo tener mucha confianza, tanto con su señora y prima, como con su marido el hijo del Conde de Benavente: “Don Pedro ... le crió a este testigo e le servyó muchos años de camarero e mayordomo de su casa. Et que sienpre este testigo fue suyo de treynta e dos o treynta e tres años a esta parte”.
          Según testifica, participó en los principales acontecimientos del joven matrimonio:
          -Los desposorios:
          “e dende a mes y medio se fueron a la villa de Távara el dicho don Pedro y la dicha doña Françisca y allí vino doña María de Quiñones, condesa de Benavente, madre del dicho don Pedro e vido que casaron e se velaron allí e consumaron matrimonio”,
          -El nacimiento del primer hijo:
Estando en la villa de Alcañiças, que a su creer deste testigo serían diez meses o onze después de casados, el dicho don Pedro y doña Françisca ... vido este testigo que parió un fijo del dicho don Pedro que se llamó don Luys, el qual vivió poco, non se acuerda quanto”
Cobrando las albricias al comunicarle la noticia a su hermana: ...  e escrivió a su hermana doña Constança con este testigo, que estava en el logar de Quintana del Marco, e que este testigo fue allí e le dyo la dicha doña Constança çiertos enriques de albricias que no sabe si fueron ocho o diez, e que ella mostró mucha alegría dando graçias a Dios por el parto que avya avido su hermana”
-El segundo parto:
Después de otros diez o onze meses, estando en Távara, vido que un día domingo, que no se acuerda que tiempo del año era, la dicha doña Françisca parió un fijo, estando el clérigo disyendo misa a don Pedro en el mismo palaçio de Tábara, en la sala prinçipal; e alzando la ostia fizo de señas don Pedro a este testigo que entrase a ver qué tal estava doña Françisca e vido sacar el niño debaxo de una faldilla blanca e de la camisa a la dicha doña Françisca que le sacava una dueña que se llamava María de Tuesta, ya defunta ...
Este testigo, de que vido nasçido el niño, myró a la dicha doña Françisca e riose  este testigo e dixole:
            -Fijo tiene vuestra merçed.
Bolviose este testigo a don Pedro asy estando alçando el caliz e le dixo:
            -Señor, fijo tiene vuestra merçed, myas son las albriçias, entresé vuestra merçed porque se alegre my señora e se libre.
 E él lo fizo luego e se entraron con el dicho don Pedro este testigo y otros muchos... que no avya sino una pared en medio de la dicha sala donde se desya la misa y la cámara donde ella parió”
          -Cobrando unas albricias más cuantiosas por ser el primero de darle la buena noticia a su señor: “el día domingo que naçió [el hijo de don Pedro] le encavalgó don Pedro a este testigo de un muy buen caballo e lo que dio con el dicho caballo en dineros e vestidos por las albriçias valía más de quarenta mill mrs”.
          -Recomendando al ama de cría:
 “E en tanto librose del parto e tornáronla a acostar las dichas mugeres ... e aquel mismo domingo le echaron agua sagrada, no se le acuerda quien, e le pusieron por nonbre Diego de Almança, e luego la dicha doña Françisca lo dio a críar a Juana, fija de Miguel de Távara, muger de un Alonso, vesyna del lugar de San Lorenço de Távara e el dicho Miguel de Távara era huéspede de dicho testigo, e por conosçer este testigo aquella gente de aquel su huéspede ser buena gente, procuró este testigo diesen el dicho don Diego a críar a la fija de dicho huéspede”
-Se hallaba presente en el momento de la muerte de doña Francisca y participó como criado de confianza y pariente en las maniobras de amortajamiento de la señora:
 “El miércoles adelante vido que la dicha doña Françisca morió, desyan que de su corronper de mucha sangre del parto, e la entraron asy muerta a la sala en una cama e fizieron su ataúd e la metieron en él; e este testigo e Gómez de Valderrábano le conpusieron una almohada encima del rostro e le echaron la atapadera al ataúd e le fizieron clavar, a do se fizo muy grand llanto; e el dicho dya myércoles de noche la llevaron a enterrar a Sant Françisco de Çamora…”
-Después acompañó a don Pedro en los días que siguieron a estos luctuosos hechos, tanto en las actividades públicas, como las tomas de posesión de las fortalezas:
“E después don Pedro mandó tomar la posesión de las villas e lugares de Almança, e Távara e Alcañiças en nonbre suyo e de don Diego como de antes la tenya e que piensa este testigo que fue a tomar la posesyón Ivan de Collantes e Angulo e Fernán Vázquez e Cystóbal de Villafaña, criados de dicho don Pedro...y el mismo don Pedro tomó la posesión de la villa de Tábara”




Plaza de la villa de Tábara
https://motin-de-tabara.blogspot.com.es/

          Y no sólo lo sabemos por sus testimonios, sino que figura de testigo en el poder que otorga don Pedro en el monasterio de Montamarta para tomar posesión de la villa de Almanza en nombre de su hijo y sigue con don Pedro en Rabanales cuando vuelve a otorgar poder para tomar la posesión de Tábara y Almanza en su nombre en 1467.

          Era su camarero y mayordomo de la casa de Tábara, según su propio testimonio de 1504: “fue su camarero e mayordomo de su casa [de don Pedro Pimentel] e que syenpre este testigo fue suyo, de treynta e dos años o treynta e tres años a esta parte”, confirmado por una misiva escrita por don Pedro en 1468: “E por esta mando a Hernando de Villacorta, my camarero, que faga la cuenta con ellos de lo que se les debe de sueldo e se lo pague e me traya relaçión dello”.
          Este cargo le hacía estar presente en sus actividades particulares, llegando a dormir en su cámara:
El miércoles antes de morir la dicha doña Francisca dixo al dicho don Pedro que le encomendaba su fijo e le rogaba que parase mientes mucho por él, pues que plazía a Dios de llevarla primero que no a él… que el dicho don Pedro le respondió que plazería a nuestro señor de le dar salud e que non oviese temor ninguno que ella bevyría e faría críar su fijo.
Otro dya después desto vio que don Pedro mandó llamar a Juana de Almança, que estava allí, muger que fue de Juan de Çaballos, parienta e criada de la casa de Almança, e tya bastarda de la dicha doña Françisca, hermana de Diego de Almança, e le dixo:
            - Tya, Dios asy lo ha fecho, por amor de my que toméis esa ama e a ese niño, don Diego, e se bautize e le pongan su óleo e crisma e lo llebéis a vuestra casa que yo seré presto con vos, e Villacorta os dará todo lo que entendieres ques menester para vuestra partida e lo más neçesario para el ama del niño.
E la dicha Juana de Almança, llorando a bozes e los que allí estavan no çesavan de fazer lo mismo porque eran todos cryados e paryentes muy çercanos de la casa de Almança e les vino muy grand pérdida, ...e la dicha Juana de Almança dixo que tomava el niño para le servir e críar como si doña Françisca, su señora, fuese biva ..., e que este testigo se fincó de rodillas delante de don Pedro a le pedir la mano por la merçed que fasya  a su tya, Juana de Almança, e porque también pareçía que confiava della seyendo de aquel linage..., e la dicha Juana de Almança se partió este dicho dya que fue jueves u otro dya adelante con el niño e con el ama para su casa al lugar de Rabanales, que es a una legua de Alcañiças...
E asy estovo allí don Pedro en Távara algunos días dando horden en el ánima de doña Françisca, conpliendo con Luys de Villacorta e çiertos padres de Montamarta que quedaron por testamentarios... e después el dicho don Pedro se partyó a Benavente e este testigo con él, a su madre la condesa, para descansar con ella e le tovo consigo en la fortalesa de Benavente por espaçio de un mes que no le dexaba este testigo...
E después desto el dicho don Pedro se partió de Benavente para Alcañiças e se fue una noche desde Benavente a dormir al lugar de Rabanales e posó en la casa de la dicha Juana de Almança, e llegó tarde e la dicha Juana de Almança le fue a haser reverençia con mucho llanto y don Pero le dixo:
            -¿Qué tal estáis tya?
            Respondiole:
            - Ya ve vuestra merçed ve qual devo estar;
            - ¿E don Diego, tya?
            Respondiole ella:
            -Bonito está señor.
Don Pedro se quedó al fuego aquella noche e çenó e se acostó. E este testigo que dormía en su cámara se levantó otro dya de mañana e salyó bestiéndose luego a la cozina que era pared en medio a do falló sentada a la dicha Juana con el niño en los braços  e este testigo llegó llorando e tomó al niño la mano e besósela hincado de rodillas. Et la dicha Juana de Almança le dixo:
            -Sobrino, don Pedro, mi señor, ¿duerme o qué faze?
Respondió este testigo:
            - No sé si está despierto señora que muy pauso salí.
            -Pues entra a ver e deçid a su merçed que estoy aquí e que vea a don Diego e que le eche la vendiçión.
E este testigo entró pisando rezio en la cámara e don Pedro le dixo:
            - ¿Quién está ahí?
Respondiole este testigo:
            - Villacorta es, señor.
E fuese hacia la cabeçera de su cama e alçó un paño de pared que çerrava una ventana de madera e dio luz e dixo este testigo a don Pedro:
-¿Dormió vuestra merçed bien esta noche que no le sentí menear porque yo mucho estove despierto?
Dixo:
            -Ya veis como yo suelo dormir ¿porqué me lo preguntas? ¿Qué ora es?
            - Rato ya es de dya, allí está Juana de Almança e el ama con don Diego, vealó vuestra merçed e dele su bendiçión, muy lindo se a fecho después de lo acaesçido.
Respondió don Pedro:
            - Dyle a my tya que entre.
Et llamóla este testigo e entraron a la dicha cámara Juana de Almança e el niño e el ama e llegáronse fazia la cabeçera de la cámara e llegando el niño allí çerca de su padre le dixo el dicho don Pedro:
            -Malaventura me dé Dios sy yo he por bueno que tu madre muriese e que tú quedases.
E començó a llorar a bozes el dicho don Pedro e la dicha Juana de Almança e este testigo lo mismo. Don Pedro les volvió las espaldas con mucho çollozo, de ay a un poco le dixo este testigo:
            - Señor, no han de ser asy las cosas, búsquesele el remedio que mejor se les puede dar, buélvase vuetra merçed e eche la vendiçión a don Diego e levantarse ha que faze muy lindo dya;
E don Pedro lo fizo así, volbiose Juana de Almança e el ama con el dicho don Diego a su aposentamiento en la misma casa.
E el dicho don Pedro estuvo en el dicho lugar pocos dyas ... e acordó de yr a ver a don Juan, su hermano, que estava con su muger en Puebla de Sanabria, que el conde de Benavente, su hermano, le havya dado en que estoviese... e estovo con el dicho su hermano tres o quatro dyas, e se volvyo al lugar de Rabanales, e  este testigo con él, e quando bolvieron fallaron que era muerto don Diego e llevado a enterrar al monesterio de Villavieja, que sería legua y media o dos leguas del logar de Rabanales ...
 E sabe este testigo que vivió este niño después que naçió seys semanas e syete dyas e que lo sabe porque este testigo lo tenya por escrito en uno de los libros de cámara del dicho don Pedro, que escribió como pariera la dicha doña Françisca”


Rabanales de Aliste
http://www.todopueblos.com/rabanales-zamora/fotos/

          Villacorta a la vez participaba  al servicio de su señor en diversos hechos bélicos que se desencadenaron a la muerte de doña Francisca entre los dos cuñados, y entre sus respectivas familias, por el señorío de Alcañices, Tábara y Almanza, que reclamaba doña Contanza como heredera de su hermana, a lo que se negaba don Pedro aduciendo que le pertenecían a él:
Estando este testigo con otros hidalgos e cavalleros de casa de don Pedro y de casa del Conde de Benavente en Távara, en defensión de aquella tierra que trayan questión don Pedro e don Juan..., les escribió Benyto Díaz, mayordomo de don Pedro, desde Benavente, cómo don Alonso Enríquez, fijo del Almirante, llevava a don Pedro e a don Juan, por ruego, al monesterio de Montamarta para los convenir. E después, dende a dos o tres días, el dicho Benito Díaz escribió una carta a este testigo e a Torres desde Montamarta en que les desya:
Mis señores, plegaos que don Alonso Enríquez traxo, como vos ove escrito, a don Pedro, mi señor, e a don Juan a este monesterio de Montamarta. Que don Pedro, mi señor, se quiso santiguar e quebró el ojo en que le engañaron, que dio la villa de Alcañiças con su juridiçión a don Juan Enríquez, que nunca tanto me pesó de cosa e asy nos partimos a Benavente. Su merçed os escribe esa que verés.

 E que vido otra carta que enviava a este testigo e a los que allí estaban en que desya:
 Fieles criados, pleguos sabed que yo soy conçertado con don Juan Enríquez, mi hermano, por tanto los que fuéredes mis contynos sed luego conmigo, e los de tierra que se vayan en buena ora a sus casas. E por esta mando a Hernando de Villacorta, my camarero, que faga la cuenta con ellos de lo que se les debe de sueldo e se lo pague e me traya relaçión dello”

El acuerdo al que llegaron en el monasterio de Montamarta los dos cuñados, por el que don Pedro renunciaba a Alcañices en favor de su cuñada doña Contanza, conservando él Tábara y Almanza y casándose sin recibir dote con doña Inés Enríquez, hija del Conde de Alba, sentó como un tiro a los partidarios de don Pedro, y en particular a Villacorta, que se atrevió a reprochárselo a su  señor, por la gran confianza que le profesaba.
 “E que vista esta carta por este testigo e los otros que allí estavan ovieron dello muy grand pesar e tristeza, que no resçibieran tanta pena con la muerte de don Pedro.   E acordaron todos los que allí estavan que este testigo fuese a Benavente a ver que les desya, pues siempre el dicho don Pedro le fablava muy claramente..., e llegó a media noche e halló acostado al dicho don Pedro en casa de un Antón de León, su ayo, que fue que aquella noche avía llegado de Montamarta, e le dixo lo mismo que dicho está que dicho don  Pedro les avía escrito, de que todos ellos estavan maravillados a[...] su honrra e estado, e que aquellos fidalgos le pedían por merçed, e este testigo, que se aclarase con él, qué çeguedad fuera aquesta e si algund açidente le avían movido, que se lo dixiese, e ellos ternían forma con otros que estavan en Alcañiças de se poner en defensyón fasta que el conde de Benavente, don Rodrigo Pimentel, mandase lo que se fiziese et que él estava entonçes en Casaramírez e Villaconejos.
 Et que el dicho don Pedro le respondió:
            - Villacorta, por amor de mí que no me afrentes ni sea más de lo pasado que me has dicho mucho, que mi voluntad es de complir lo que quedé con don Juan.
 E que este testigo le dixo:
            - ¿Que seguridad os queda para lo demás?
 Dixo el dicho don Pedro:
            -Grand pena de pecunio sobre don Juan e por fiador don Alonso Enríquez, su primo.
 E este testigo le respondió:
            - No queda salvo vuestro serviçio, ni mi voluntad lo consyente.
 De lo que dicho don Pedro ovo grand enojo e echó mano a una espada desyendo que le hendería la caveça, si más en esto le hablase, e asy se salió este testigo de su cámara e se fue a su posada.

A pesar del enojo, don Pedro siguió confiando en él y le encargó la aplicación del acuerdo de devolución de Alcañices, para lo que era imprescindible levantarle el juramento de homenaje a don Pedro por parte del alcaide de la fortaleza. Para que pudiera entregársela a don Juan Enríquez:

E otro dya de mañana le mandó llamar el dicho don Pedro e le dixo que luego se partiese con su poder bastante e fuese a alçar el homenaje a Rodrigo de Valderrábano, su alcayde de Alcañiças, e que entregase la fortalesa e la villa a don Juan Enríquez, e que se fue por Rabanales, donde el dicho don Juan estava, esperando esto que enbiase a mandar don Pedro, e que este testigo se partió con el poder de don Pedro e cartas para el dicho alcaide, e para lo que convenía a esto. E falló al dicho don Juan en Rabanales e le dio su carta de don Pedro e le dixo a lo que venya e que el dicho don Juan gradesçió mucho, e este testigo se pasó luego para Alcañiças, que estava una legua de allí, e dio sus cartas del dicho don Pedro al dicho alcayde e le mostró el dicho poder que llevava e el dicho alcaide respondió que le pesaba por no poder faser lo que este testigo llevava a cargo porque le era muy obligado, asy en debdo como en amistad, que por todos los poderes del mundo que fuesen, él no entregaría la fortalesa quanto sy el dicho don Pedro en persona no le alçase el homenaje.”

Al no conseguir que el alcaide de Alcañices entregara la fortaleza si don Pedro no le levantaba el juramento en persona, suscitó en él la sospecha de que Villacorta, contrario al acuerdo, tratara de impedirlo o al menos de dilatar su aplicación:

“E no le pudo mudar e se partió otro dya con la respuesta del dicho alcaide para don Pedro e falló al dicho don Juan  çerca de Alcañiças e le respondió lo que el alcaide le avía respondido, e que se partió para Benavente e le dixo a don Pedro lo que el alcaide le respondió e el dicho don Pedro ovo grand pesar e enojo deste testigo creyendo que se lo mancava.”

Ante la segunda negativa, el recelo de que Villacorta estaba tratando de estorbar el acuerdo también se instaló en el ánimo de don Juan Enríquez que estaba impaciente por ocupar la fortaleza alistana. Éste, para evitar el incumplimiento del concierto o al menos el retraso en su aplicación, tratró de negociar con el alcaide de Alcañices por mediación de Gómez de Almanza, tío bastardo de su mujer, que apelaría al parentesco con el alcaide Rodrigo de Valderrábano, cuyo apellido denota también una descendencia bastarda de Gómez Pérez de Valderrábano, empleando los oficios de Zariz, su contador judío, por si había que utilizar el soborno para un cambio de actitud del alcaide:

“E volvió otra vez a mandar que fuese a Fernando de Neira, fidalgo de su casa, que fuesen juntamente al dicho alcaide, e fueron a Alcañiças al dicho alcaide, e respondió lo suso dicho e se volvieron para Benavente; e en el camino toparon al dicho don Juan e le dixeron lo quel dicho alcaide desya que el dicho don Pedro le avya de alçar el homenaje en persona e no por mano de persona del mundo, e quel dicho don Juan temya que oviera maña e començó a mover partido al alcaide.
Junto con esto escrivió el dicho don Juan una carta al dicho don Pedro en que le pedía por merçed se llegase de Benavente a Távara e mandase al alcaide que fuese allí e le alçase su omenaje e que todo lo que don Pedro le rogase que dixiese o fiziese con el alcaide que el dicho don Juan que lo haría, porque el dicho don Juan, por lo que este testigo conoçía, estava asy conçertado con el dicho alcaide a ynterçesión de Goméz de Almança e de un judío que se llamava Çariz, su contador.
Et que el dicho don Pedro avía leído la carta de don Juan que este testigo le dio e luego despachó enviando a mandar al dicho alcaide que veniese a su villa de Távara e en su palaçio le fallaría. E esto mismo fizo saber a don Juan, e el dicho alcaide partyó luego como se lo mandara don Pedro, e don Juan travó dél e venyeron juntos allí a Távara, donde don Pedro estava e llegaron muy de noche e no trataron de otras ferias de pan e vino coger, sino de alçar el homenaje al alcaide e bolberse luego don Juan e el dicho alcaide aquella noche para que le entregase la fortalesa.”

Desatascada la entrega de la villa y fortaleza, quedaban pendientes algunos detalles del acuerdo como la valoración de ciertos ganados y bienes muebles por lo que Villacorta fue encargado por su señor para que fuera a Alcañices a cobrarlos, lo que le supuso una gran contrariedad al ser testigo del cambio de señorío y ser objeto de los reproches de su prima doña Constanza, la nueva señora:

 “Otro día de mañana mandó don Pedro a este testigo que fuese a don Juan por çierta quantya de mrs de yeguas, colmenas e algunas posesiones de las que estavan en la dicha fortalesa que don Pedro le avía vendido e que le enviase el conoçimiento del dicho don Juan de lo que le avía vendido e avía de dar, e que este testigo fue a Alcañiças e llegó a la dicha villa, sería mediodía quandó llegó, e posó con el dicho alcaide e falló que estava tomada la posesión de Alcañiças por don Juan e el dicho don Juan en ella, e que este mismo día a la tarde casi noche vydo que doña Constança, muger del dicho don Juan, entró en Alcañiças, que venía del castillo de Alba de Aliste, donde ella estava, con mucha alegría en que vido que los que venían con ella corrían los caballos delante della por un patyo que está delante del palaçio de Alcañiças desyendo:
            - Almança¡ Almança¡
 a bozes muchas vezes, e que este testigo quesyera más entonçes fallar muerto a don Pedro, que estar donde se falló, e aquella noche se bolbió a casa del dicho alcaide en la fortalesa muy triste; e que otro dya de mañana le mandó llamar el dicho don Juan e este testigo le pidió por merçed que le mandase despachar e don Juan, que era noble, le dixo:
            - Acudid acá, verás a doña Constança.
 E este testigo respondió que de mala gana faría, lo que no hera obligado, que doña Constança no le quería bien, e que su merçed no se lo mandase, e ella lo oyó que estava en una que se llamava salilla, çerca de una chimenea en el dicho palaçio, et dixo:
            -Entra, entra, Villacorta.
Et entró e le dixo la dicha doña Constança:
            -Villacorta, en mucho cargo obes esta casa de don Juan, mi señor, e mya, segund el debdo que vuestros avuelos e padres tenyan con los míos e grand merçed, mal conosçida por todas las cosas que avéis fecho e buscado mañas que don Pedro, mi hermano, no me diese Alcañiças.

Restos de la fortificación medieval de Alcañices
http://www.duero-douro.com/galeria/aect/alcanices/default.htm

Estos reproches no quedaron sin respuesta por parte de nuestro hombre, que le recordó sus servicios en casa de su padre, que había continuado prestándoselos a su hermana mayor y su marido, que siempre lo tuvieron en gran estima, al contrario que ella:

E que le respondió:
            -Señora, todos esos debdos e cryanças e serviçios que mis anteçesores e yo fasyeron a los vuestros, han seydo mal gradesçidos, porque después que Diego de Almança, mi señor, murió, nunca en vos fallé acogymiento nin palabra que fiziese [ça...], y sy en mi señora doña Françisca en nos acoger y fonrrar fasyéndonos muchas merçedes e teniéndonos por aquellos que nosotros éramos; después de su falleçimiento asy quedamos con don Pedro, mi señor, en el mismo debdo e criança que mi señora doña Françisca nos tenía e igualmente le somos obligados. Yo señora no soy persona que aya fecho yndevydo, porque vuestra merçed ni nadie de mí se quexe e la culpa que vuestra merçed me pone es suya e yo no tengo ninguna, syno quebrándome el ojo con un criado de vuestro padre, que en vuestra casa ayays resçibido.

Rechazando airadamente, con el orgullo propio de los hidalgos, la oferta de cambiarse de bando:

E la dicha doña Constança le respondió:
            -Ya os he dicho que en cargo os sería esta casa de don Juan,  mi señor, e mía
E este testigo dixo:
            -Señora, antes por los espytales e demandarlo por Dios seré contento, que no venir a demandarlo a vuestra casa.
Don Juan, como era noble, pesábale dello, e conjuró a doña Constança por su vyda que no hablase más, e conbidó a este testigo a comer e comió con ellos e los vido muy contentos e alegres e a la dicha doña Constança muy contenta con Alcañiças.
 E después, dende a quatro meses, vido a don Pedro irse a holgar con ella a Alcañiças e estar como hermanos.

Pasados los años el acuerdo fue denunciado por parte de doña Constanza reclamándole a don Pedro las villas de Tábara y Almanza, y Villacorta nos deja un perfil del carácter de esta mujer, inteligente y artera:

“Doña Constança era muy entera muger de seso e de toda perfeçión e con esto tenía siempre sojuzgado a su marido, e que oyó desir a don Pedro muchas vezes que no entendiera en el nogoçio, sy doña Constança no consintiera.
Et que a esta cabsa muchas vezes, con liçençia del rey, quiso desafíar a don Juan e acusalle de quebrar lo que que tenía fecho como mal caballero en no cunplir la palabra que le avía dado, e que don Juan desya que él non le podía mandar ni podía con aquella muger e que muchas vezes, aunque doña Constança no le hablaba ni le quería bien, que don Juan se entrava por su casa a hablar e a aber plaser e pesarle de lo que doña Constança fasya, e que jurava a Dios que no sabía que desyrle a don Juan, syno tenerle por tan buen caballero e por hermano como sy fueran salidos del vientre de una de sus madres e que ha que se lo oyó desyr a don Pedro nueve o diez años...e le respondía este testigo a dicho don Pedro:
            -Nunca os a pesado, señor, acordárseos señor alguna vez de lo que os dixe. Respondió don Pedro:
            -Calla Villacorta, pese a Dios, no fablemos más en esto.
E que conosçió dél en muchas veses averle pesado entrañablemente”

Don Pedro siempre le agradeció sus servicios adjudicándoles rentas vitalicias:

… “que ha llebado acostamiento del dicho don Pedro”
 …“el dicho don pedro le avya fecho merçed de veynte cargas de pan en cada un año por vida suya e de sus fijos … e la traxo este testigo de las açeñas de Quintos q son del dicho don Pedro en el Rio de Benavente y q le dava para q le tarxiese quinse cargas de trigo e çinco de çebada e çenteno en cada un año”.

Los testimonios de coetáneos suyos nos confirman esta vinculación, las mercedes de Pimentel e incluso la intervención señorial en su vida familiar:
Referencia a su primera mujer

…“puede aver veynte e çinco años poco más o menos [1466] que vio al dicho Villacorta bivyr con don Pedro Pimentel e q bivyendo con el le desposo con Frcª Méndez, criada de don Juan Enríquez, e que después que morió la dicha Frcª Méndez le tornó a casar el dicho don Pedro en Benavente con la muger que agora tiene, e le dio la merindad de Távara, la qual le vio tener este testigo fasta que el Rey de Portugal entró en Castilla [1475] … cree que era aficionado mucho al dicho don Pedro, porque le vyo mostrar mucha afiçion”.
…“desde los dichos veynte años a esta parte que ha que conosçe al dicho Fernando de Villacorta fasta agora siete o ocho años [1493], le vio bivir con el dicho don Pedro Pimentel e tenerse por suyo e llamarse suyo e allegarse a él y acompañarle e servirle como los otros que con él byvian
…“desde q Diego de Almança fallesçió [1465]  fasta que al dicho Obispo de Palençia q agora es [Fray Diego de Deza]  fizieron obispo [1487], q dizen que es pariente del dicho Fernando de Villacorta, le vio al dicho Fernando de Villacorta bivyr con el dicho don Pedro Pimentel e llamarse suyo e ser avido por tal en Villafáfila y q asimismo le vio ser myñón por el dicho don Pº un tienpo en Távara... por q bivyendo con él a avydo lo más de lo q tiene, e q a visto a algunos criados de dicho Fernando de Villacorta traer pan de tierra de Valdetávara e q dezían q lo traya de una açeña q se llama Quintos  ...”

          Don Pedro Pimentel entra en posesión de Villafáfila y su fortaleza en 1470 de manos de su hermano el Conde de Benavente, que la había usurpado a la Orden de Santiago años antes, y en 1475 compra una casa en la villa, trayendo consigo a muchos de sus criados desde Tábara y otras partes. Posiblemente Villacorta se traslada a vivir definitivamente a esta villa, de la que era natural, ya siendo vecino de ella en 1482 cuando don Pedro hace testamento al partir para la guerra de Granada le confirma la asignación de las rentas a su criado:
 “mando que el pan q yo tengo dado a Villacorta, mi cryado, vezino de Villafáfila, q pues se lo di y lo tyene en my tierra de Tábara[10].

          Ese mismo año lo encontramos como arrendatario de los diezmos que al convento de San Marcos de León poseía en Villafáfila y su tierra, y ejerciendo de alcalde de la villa en 1490, actuando con tanta parcialidad hacia los intereses de los arrendadores de las rentas de don Pedro, que le acarrea algunos procesos ante la Real Chancillería de Valladolid por mal ejercicio de la justicia (A.R.Ch. V. Registro de Ejecutorias C. 95-9).
Estas rentas, cargos e influencias que le proporciona ser persona de confianza del señor de Villafáfila le permiten obtener una posición económica desahogada al final de su vida, y así en la visitación de la Orden de Santiago a la villa figura como uno de los once vecinos más ricos de la villa  llamados abonados o quantiosos  por poseer bienes en cuantía mayor de cincuenta mil mrs. en 1503[11] .

 Declaración de un testigo: "Ferdº de Villacorta es onbre rico"

          Además de patrimonio, su trayectoria le proporcionaba influencia y recibía peticiones de parientes y conocidos para interceder ante don Pedro: “Alvaro de Losada tenya un pleyto con los frailes de Montamarta sobre unas aceñas e don Pedro favoresçía en alguna manera a los frayles e escrevía este Álvaro de Losada a este testigo muchas veses que pidiese a don Pedro por merçed se acordase de los serviçios pasados e le ayudase con justiçia e que asy no fuese echado a perder”.
         
          Aparte de las mercedes recibidas de Pimentel, fray Diego de Deza, su primo, que durante el reinado de los Reyes Católicos, ademas de preceptor del principe heredero, don Juan, y de Inquisidor General, obtuvo diferentes mitras: Zamora, Salamanca, Jaén, Palencia, arzobispado de Sevilla; también le favoreció desde sus cargos episcopales y cortesanos:
e q después q al dicho obispo de Palençia fizieron obispo [1487] oyó desir en Villafáfila q el dicho Fernando de Villacorta no bivya con el dicho don Pedro por q el dicho obispo le quería poner de bivyenda con el prinçipe q aya santa gloria”.
          La dependencia de su pariente la manifiesta él mismo: “el obispo de Palençia, su señor deste testigo, que agora es” según su propio testimonio en 1504. (A.R.Ch. Pleitos Civiles. Quevedo f. C. 2882).
          En las preguntas de tachas a los testigos de don Pedro, en el largo pleito que mantuvo con su cuñada por la posesión de Tábara, les preguntan si es “hombre de mala conçiencia”.  Algunos de los testigos presentados por la parte contraria a Pimentel no dudan en ponerle algunas tachas como Francisco Díaz, vecino de Villardefrades:
 “puede aver treynta años e más que vio al dicho Fernando de Villacorta seyendo moço estar vyviendo con el dicho don Pedro … e ser su camarero… e le tenya por de mala conçiençia porque mchas vezes le vyo dezyr mal de Dios nuestro señor
o Pedro de Villafáfila, vecino de Salamanca:
que puede aver nueve años poco más o menos que el padre deste testigo que era vº de Villafáfila fallesçió e que este testigo sacó tres cartas de excominión contra qualesquier persona que algo le devyesen que lo venyesen  a manyfestar e pagar, e que a la terçera carta el dicho Fernando de Villacorta vino en conosçimiento que devya çiertos mrs al dicho su padre e q como quier que lo conosçió e este testigo los avya de aver nunca se los ha dado e esta ligado a la dicha excomunión

Sin embargo la mayoría de los testigos contrarios le reconocen su honra:
…“ este tº le tiene por buen fidalgo e onbre de verdad”


…“los tienen por buenos cristianos temerosos de Dios e por buenos onbres e ricos

Después de reintegrada Villafáfila a la Orden de Santiago en 1497 Villacorta siguió viviendo en el pueblo y recibiendo favores de sus protectores hasta su muerte acaecida hacia 1507, en el llamado año de la pestilencia. Ya en 1500 tenemos testimonio de sus padecimientos, pues no acude a testificar a Valadolid, por hallarse “enfermo en cama de un pie que lo tiene muy malo que le han dado en él çiertos botones de fuego” que eran pequeños puntos de cauterio que se aplicaban para la cura de úlceras varicosas o gotosas.

Sus descendientes.

Por los testimonio sabemos que se casó dos veces, la primera vez con Francisca Méndez, criada de los Enríquez, y al enviudar muy pronto, con una mujer de Benavente.
No le conozco descendientes varones, y al menos tuvo dos hijas
Testimonio del casamiento y dote de su hija con el Ldo de la Barja

 La mayor se había criado en casa de doña Inés Enríquez, la mujer de don Pedro Pimentel:
“q una hija del dicho Fernando de Villacorta bivya con el dicho don Pedro Pimentel e con la señora su muger, e que de dos meses a esta parte ha oydo desir públicamente en Villafáfila q el dicho don Pedro la dotó e casó con el dicho Liçençiado Barja”
“q puede aver año e medio poco más o menos q oyó desir en Villafáfila públicamente a muchas personas q el dicho Fernando de Villacorta dava con su fija en casamiento quartoçientos myll mrs. al dicho Liçençiado de la Barja, e q los doszientos e çincuenta myll le dava el obispo, su tío, y los çincuenta el dicho don Pedro, y q otros çiento dava él”.
El licenciado Barja, su yerno, era natural de un pueblo de Zamora, se licenció en Cánones por la Universidad de Salamanca, fue colegial en el Colegio Mayor de San Bartolomé desde 1492, que tuvo que abandonar al casarse. Alcanzó altos cargos en la administración de justicia, fue alcalde mayor en el Reino de Galicia, donde ejercía el cargo en 1511, y en el Adelantamiento de Castilla desde 1515[12].
Sus descendientes siguieron manteniendo los contactos con su pariente el arzobispo de Toledo y Gobernador de Castilla, el cardenal Pardo Tavera, y por su influencia y recomendaciones algunos pasaron a América, donde obtuvieron cargos y rentas.
Uno de los hijos del licenciado de la Barja, homónimo del abuelo, Hernando de Villacorta, pasa a América en la armada de Pánfilo de Narváez. En 1533 estaba en Guatemala, en el 34, licencia para poder abandonar la provincia de Santa Marta, en 1535 se halla en el Perú, donde es recomendado a Pizarro desde España para que le den un regimiento[13].
Otros dos hijos siguieron la carrera eclesiástica, uno acabó como canónigo de Toledo, y otro fue fraile dominico, contando ambos con la protección de su pariente el Cardenal Tavera[14]

La otra hija de Villacorta, que ya no tenemos constancia de que fuera dotada como su hermana mayor,  se casó con Baltasar de Movilla, un pequeño hidalgo criado de los Pimentel, procedente de Tábara. Sus descendientes mantuvieron  el apellido Villacorta y la relación de parentesco con el cardenal de Toledo, Pardo Tavera.
Así el hijo mayor se llamó Fernando de Movilla y permaneció en Villafáfila al frente de la hacienda familiar, figurando en los padrones de la segunda mitad del siglo XVI como hidalgo “sin trato ni granjería”, como muchos de los hidalgos coetáneos, tal que don Quijote de la Mancha. Alguno de sus descendientes recupera el apellido Villacorta y aún el de Tavera a finales del siglo XVI.
El segundo hijo, Francisco de Villacorta, que fue clérigo y obtuvo el curato de la parroquia de El Bonillo, en Albacete, perteneciente a la diócesis de Toledo, cuyas cuantiosas rentas le permitieron mantener un buen estatus socioeconómico, pues a su fallecimiento en Villafáfila en 1591 dejo una buena heredad de tierras y estableció la libertad para el hijo de una esclava suya, asignándole una renta a cambio de que estudiara[15].

Otros familiares.
Fernando de Villacorta tuvo otra hermana de la que no conocemos el nombre. Vivía en Villafáfila y se casó con Andrés Fernández, perteneciente a una familia de hidalgos y clérigos arraigados en Villafáfila y tienen al menos dos hijos que mantienen el apellido Villacorta:
Alonso de Villacorta, que compra una tierra en 1498; había nacido hacia 1474. En 1518 presenta un memorial a nuevo soberano, Carlos I, en nombre de los productores de sal de Villafáfila, quejándose de la competencia que le hacían a las salinas, el contrabando de sal del vecino reino de Portugal. Mantenía relaciones con su tío el arzobispo de Sevilla fray Diego de Deza, a donde viaja en 1506. Varias veces a principios del siglo XVI fue teniente del alcalde mayor de la Orden de Santiago. Casado con Isabel de la Rúa, murió en 1522.
Catalina de Villacorta, era hermana de Alonso y se casó con Sancho Ruiz de Saldaña, criado de don Pedro Pimentel, que desempeñaba el oficio de escribano de Tábara en 1475 y posteriormente pasó a desempeñar el cargo de contador o  administrador de las rentas de don Pedro Pimentel. Habitualmente vivía en Benavente, donde su posición económica le permitía ejercer de prestamista. Como ya  indiqué más arriba con Fernando, Catalina estaba emparentada con fray Diego de Deza, arzobispo de Sevilla y con el cardenal Pardo Tavera, arzobispo de Toledo, lo que permitió a sus descendientes participar en la aventura americana.
Quedó viuda antes de 1523, pues ese año el arcipreste de Villafáfila deja una manda de dinero para las tres hijas de su sobrina Catalina de Villacorta, viuda. Además tuvieron por lo menos un hijo varón llamado Alonso de Tavera, apellido de sus antepasados toresanos, que partió para Méjico. En el viaje de partida en 28-02-1528, figura como ALONSO TAVERAS, natural de Villafáfila, hijo de Santiago Ruiz de Saldaña y de Catalina de Villacorta,  Archivo de Indias. PASAJEROS, L.1, E.3579.
Sus relaciones familiares favorecerían su aventura americana, y allá muy pronto le fueron concedidos indios en encomienda, así como el oficio de regidor en la ciudad mexicana de Oaxaca, donde ejercía en 1528[16] y  poco después de su muerte se emite una Real Provisión de Carlos I a Bernardino de Santiago vecino de la ciudad de México, haciéndole merced del oficio de regidor del pueblo de Guaxaca en lugar y por vacación de Alonso de Tavera[17].
Menos de tres años había durado su aventura americana pues en enero de 1531 ya había fallecido a manos de los indios de su encomienda:
            “en Tepettotutla que es a la raya de Tiltepeque avían muerto a Alonso de Tavera y a otros dos españoles”  “se revelaron e alçaron los yndios de Tepeltotutla, que es entre Guaxaca y los çapotecas, e que asi mysmo mataron a Alonso de Tavera español y a un Cisneros, su criado..., y que el dicho Alonso de Tavera tenya en encomienda los dichos yndios de Tepatotutla e lo mataron en el dicho pueblo[18].

 Enterados sus familiares en España del desgraciado destino reclamaron en la corte el retorno de los bienes que hubiera dejado el difunto:
            “Alonso de Tavera, difunto en Tepeltututla.
Real Cédula de Dª Isabel al Presidente y oidores de la Audiencia de Nueva España, para que se informen qué bienes, maravedises y hacienda dejó en esa tierra Alonso de Tavera, difunto, y lo cobren todo de cualesquier personas en cuyo poder estuvieren, y así cobrado, no habiendo en esa tierra heredero de dicho Alonso de Tavera por testamento, que resida en ella, lo envíen todo en el primer navío, a la Casa de la Contratación de Sevilla, con el testamento que hizo dicho Tavera y escrituras tocantes que hizo dicho Tavera y escrituras tocantes a su hacienda, para que de allí se acuda a las personas que de derecho lo hubieren de haber, como lo reclaman las hermanas del fallecido, Dª. María y Dª Francisca de Villacorta, que se dicen únicas herederas por haber hecho cesión de los otros hermanos, de la dicha herencia[19].
Todavía en 1547 se hace una relación de bienes de difuntos entre los que figuran Alonso de Tavera, difunto en Tepettututla y Bautista de Cisneros su criado.
Proceso de los bienes de Alonso de Tavera, que fue hecho en diez y nueve de henero de mill e quynyentos e treinta e uno, el qual matron los yndios de Tepeltututla, el qual era natural de Villa fáfila, cabe Benavente, e se hizo inventario y almaçén de sus bienes e de ellos se tomo cuenta en el dicho proçeso en 21-7-1553 e quedaron liquidos 289 pesos e un tomín e 8 granos de oro de minas de valor de a 450 mrs., los quales pareçe que se enviaron a los reynos de España por virtud de una provisión y cédula de S.M. dada a pedimiento de doña Francisca y doña María, hermanas del dicho Alonso de Tavera e fueron enviados en el dicho año de 533.
Asimismo mataron a su criado Bautista de Cisneros, pero de este no se sabía su naturaleza.[20]





[1] La mayoría de las referencias provienen del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Pleitos Civiles, f. Ceballos. Cajas 2281 a 228. Las que van intercaladas en el texto y no van referenciadas en nota a pie de página provienen de este pleito.
[2] Señor de Almanza, Alcañices, Tábara y otros muchos lugares.
[3] Don Fadrique de Castro
[4] La validez del testimonio de Villacorta se confirma por las fuentes: CODOIN Tomo C. Crónica de D. Juan II de Castilla por Alvar García de Santa María. CAPITULO XXIV: “De cómo vino el Duque de Arjona al Rey é fué preso …los caballeros de cuenta que con él venían eran estos:…Luis de Almanza…”
[5] A.H.N. CÓDICES L.1184
[6] Libro del Paso Honroso, copilado de un libro antiguo por mano de fr. Juan de Pineda. Madid 1783.
Crónica de D.Alvaro de Luna, publicada por D. Josef Miguel de Flores. Madrid 1784.
[7] Posiblemete este Luis de Villacorta fuera uno de los dos procuradores a cortes por Zamora el año 1445, por lo que recibió 12.000 mrs de merced. OLIVEIRA SANTOS CESAR. Cortes de Castilla y León y crisis del reino. http://digital.csic.es/bitstream/10261/45871/3/OLIVERA_CortesCastillaLe%C3%B3nParte2.pdf.
Era miembro de la Cofradía de los Caballeros de Zamora en 1457, de la que formaban parte los regidores y principales de la ciudad. Colección bibliográfico-biográfica de noticias referentes a la Provincia de Zamora, pag. 83. Cesáreo Fernández Duro. Madrid 1891.
[8] Ramón Hernández. O.P. : Fray Diego de Deza. Un toresano en el Descubrimiento de América p 363. En Jornadas sobre Zamora y su entorno y América p 335-367. Zamora 1992)
[9] César Oliverira Serrano 2005: Beatriz de Portugal: la pugna dinástica Avis-Trastámara.
[10] A.H.N. Nobleza. Osuna
[11] A.H.N Libro 1093
[12]Pedro de la Barja, Bachiller Canonista, natural del Obispado de Zamora, eligido en 3 de Febrero del año de 1492. En el Colegio se graduó de Licenciado se casó, por lo qual el Rector que era entonces Pedro Gómez de Salazar, le mandó notificar saliese del Colegio, como lo hizo. Fue Alcalde de Galicia, después Juez de las Merindades, en las siete Vilas, que se llama Adelantamiento.Tuvo por hijos à Diego de la Barja, que murió Canónigo de Toledo, y à Fr. Pedro de Tavera, Religioso Dominico.” Vida de Don Diego de Anaya Maldonado, de Francisco Ruiz de Vergara y Álava. Madrid 1661. Pag. 148.
"Doña Juana por la gracia de Dios... a vos el mi governador del reino de Galizia, e a vos, el licenciado Barja, y el licenciado Zorita, y el licenciado Mesa, mys alcaldes mayores del dicho reyno”
La Real Audiencia de Galicia, órgano de gobierno en el Antiguo Régimen: (1480-1808).Laura Fernández Vega 1982.
“El Adelantamiento de Castilla tienelo el Licenciado Barja fue proveido a veintiquatro de Deciembre de quinientos e quinse corre el primer año tiene de salario sesenta mil por libranza.”
Boletín de la Real Academia de la Historia, Volumen 74.1919. Pag 78.

[13] ES.41091.AGI/286.217...//GUATEMALA,393,L.1,F.91v. 3 de octubre de 1533.
Real Cédula al gobernador de Guatemala para que den un repartimiento de tierras a Hernando de Villacortas hijo del licenciado Borja: “Nuestro gouernador de la prouincia de Guatimala o vuestro alcalde mayor en el dicho oficio, yo soy ynformado que Fernando de Villacorta, hijo del licenciado Borja, pasó a esas parte en nuestro seruicio en la Armada que llevó Pánfilo de Narváez”.
Archivo General de Indias ES.41091.AGI/286...//LIMA,565,L.2,F.82v
Real Cédula de Dª Isabel a Francisco Pizarro, gobernador del Perú, recomendándole a Hernando de Villacorta, hijo del licenciado Borja, que va a aquella provincia. (En nota) 
1535-07-15. Madrid.
Archivo General de Indias ES.41091.AGI/286...//LIMA,565,L.2,F.84
Nota de haberse despachado un regimiento del pueblo donde residieren el gobernador y oficiales de la provincia del Perú, a favor de Hernando de Villacorta. (En nota) 1535-08-07. Madrid

[14] “Preclaro por su virtud fue el padre Pedro de Tavera, sobrino del Cardenal Primado Tavera,… no obstante el cariño y la admiración que su tío el arzobispo sentía por él, vivió con gran recogimiento alejado del mundanal ruido. Falleció en 1595 siendo centenario menor”. Manuel María de los Hoyos O.P.. Registro historial de nuestra provincia Tomo I Madrid 1966 Pag 237.

[15] Algunos curiosos testimonio referidos a este nieto de Fernando de Villacorta se encuentrasn en un proceso de la Inquisición: Item, dijo que estando éste en el dicho lugar del Bonillo en servicio del dicho capellán Francisco de Villacorta, cura de allí, el cual tenía una mula de silla en su casa y éste tenía cuidado de curalla. Y éste tuvo acceso cuatro veces con la dicha mula cometiendo y efectuando con ella el pecado de bestialidad contra natura, lo cual hizo e cometió en diversos tiempos habrá ocho años y que no entiende que nadie lo entendiese...
                Item, dijo que el dicho cura de Bonillo tenía en su casa, a lo que se decía un hijo suyo que le servía de paje, que se dice Alonso de Villacorta, de edad de quince años. Éste cometió con él el pecado contra natura de sodomía y el dicho Alonso de Villacorta con éste, siendo algunas veces éste agente y otras veces paciente, lo cual duró un mes en el cual tiempo cometieron el dicho pecado. Y no se acuerda cuántas veces, salvo que serían cuatro o cinco veces o más, lo cual pasó en el dicho tiempo.
Fuente: R. Carrasco, Inquisición y represión sexual en Valencia. Historia de los sodomitas (1565-1785), Barcelona 1985, 227-233.
[16] Historia de Oaxaca - de José Antonio Gay – 1982. Página 166
[17] A.G.I. MEXICO,1088,L.2,F.3v-4v.  08-02-1532
[18] A.G.I. MEXICO 203,Nº26. Informaciones de Juan García de Beas.
[19] A.G.I. MEXICO,1088,L.2,F.134v-135r.     28-09-1532
[20] A.G.I. CONTRATACION 5709, N6.